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Investigación bibliotecológica
versión On-line ISSN 2448-8321versión impresa ISSN 0187-358X
Investig. bibl vol.20 no.41 Ciudad de México jul./dic. 2006
Reseñas
RODRÍGUEZ GALLARDO, ADOLFO. La brecha digital y sus determinantes
por Martha Castro
Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, UNAM, 2006.
Seguramente usted es usuario de Internet, al tanto de sus beneficios y potencial, aunque tal vez desencantado de que aún permanezcan grandes vetas por explorar; sin embargo, es un hecho que ha sido más bien la necesidad la que le ha llevado a lo que hasta ahora sigue siendo un privilegio dentro del mundo hispano, reservado a ciertos sectores, entre ellos el educativo.
La brecha digital y sus determinantes, la obra más reciente del doctor Adolfo Rodríguez Gallardo, es un análisis extenso del fenómeno de la desigualdad en cuanto al acceso al más imponente logro de las tecnologías de la comunicación (TIC), la Internet, a partir del enfoque de las ciencias de la información y sus conexiones con la sociología, la política y la economía. Se trata de un texto clave en lengua española al incorporar los resultados de diversas mediciones de organismos internacionales sobre las características que distinguen y distancian a los usuarios de quienes no lo son; se trata de un material de incuestionable valor para quien desea comprender los matices de la propagación de este controversial medio, el que por su novedad apenas empieza a comprenderse en sus repercusiones, sean estas producto de su utilización o de su progreso y alcance.
Ya en su trabajo anterior, Tecnologías de la información y brecha digital en México, 20012005 (CUIB, 2005), el doctor Rodríguez había trazado un esquema de la situación de las TIC en México, revelando antes la imagen de un país que si bien ha pasado ya el momento de la gran expansión que caracteriza la utilización de Internet, aún aparece como un proyecto en ciernes por las mismas condiciones de subdesarrollo, aunque desde entonces, a partir del propio caso mexicano, el autor observaba que la brecha no sólo existía entre países sino al interior de ellos, dividiendo a la sociedad en sectores más o menos beneficiados. En su repaso al estado global, Rodríguez Gallardo presenta en forma de gráficas explicadas los resultados de la observación de los numerosos factores que concurren entre los usuarios de la red, para ofrecer un panorama complejo aunque claro en sus implicaciones: Internet puede ser un detonante de diversas demandas al integrarse de manera íntima en la vida de las sociedades y al reforzar entre ellas la relación jerárquica.
Y es que es evidente el impacto de Internet, y en general de la parafernalia computacional, en todas las áreas de la actividad humana: a lo largo de la década que ha transcurrido desde su puesta en marcha tal como la conocemos, en los países más desarrollados ha logrado una expansión como ninguna de las tecnologías que le antecedieron, las cuales además resultan inferiores en cuanto a interacción y complejidad. Internet no sólo incorporó a su capacidad de transmisión de información el audio y el video, sino el intercambio escrito y gráfico entre sus usuarios, haciendo instantánea la comunicación a grandes distancias a un costo radicalmente inferior al de las emisiones radiales y televisivas. Por otra parte surgió una nueva visión de los materiales informativos: desde lo confidencial, relativo a la administración pública y empresarial, con repercusiones extensas, hasta lo exclusivamente personal, todo se volvió susceptible de divulgación y conocimiento; la instantaneidad contagió a las diferentes esferas del quehacer social internacional, y bajo condiciones más o menos seguras sus depositarios apostaron por "subir" los materiales que debían estar al alcance de diferentes sectores de usuarios: desde el niño que necesita terminar una tarea escolar o simplemente desea jugar e intercambiar opiniones con otros chicos acerca del mismo programa, hasta el inversionista que requiere datos para concluir o cancelar una negociación, el médico que efectúa consultas remotas o la comunicación entre sectores productivos dispersos en varias regiones del planeta.
El repaso que hace el doctor Rodríguez a la historia de Internet, a través de los informes que han medido su penetración en el mundo, es revelador en la medida en que muestra el desigual panorama, verdadera iniquidad (o inequidad) en la distribución de un recurso capaz de transformar economías y conciencias.
Sin embargo, el autor no se muestra optimista en exceso acerca de las posibilidades o potencial impulsor de la red para superar el atraso; las condiciones económicas reales continúan siendo injustas, lo cual vuelve imposible que las naciones marginadas adquieran la capacitación y el equipo necesarios para aprovechar esta tecnología, además de que su introducción supone adelantos en la infraestructura básica electricidad, teléfono, los cuales implican a su vez caminos que en un país subdesarrollado son simplemente inalcanzables. De ahí que la sola presencia del caudal informativo tienda apenas puentes virtuales hacia el exterior en un país empobrecido, rezagado en un estadio más o menos lejano a la actual sociedad de la información.
La brecha digital y sus determinantes es una aportación de primer nivel a la discusión sobre el desarrollo tecnológico mundial y sus perspectivas; a la imagen nacional, significativa por sí misma, Adolfo Rodríguez Gallardo la pone en perspectiva con el orbe y nos muestra un cuadro a la vez preocupante y esperanzador, cambiante y repetitivo, a partir del cual cada lector podría conformar posteriormente su reflexión sobre problemas de gran actualidad que encuentran reflejo en Internet, como el respaldo que ofrece la nación norteamericana al esfuerzo militar en Irak, a pesar de la amplia difusión de materiales informativos de índole negativa al mismo respecto, o el inmensurable poderío de las empresas que controlan el correoe y soportan la alucinante estructura, incluso bajo los peores ataques de virus electrónicos. Se trata, pues, de una piedra angular para el debate.