El libro de Ana Pulido Rull es una publicación académica derivada de su investigación doctoral presentada en la Universidad de Harvard en 2012. La autora es egresada de la licenciatura de historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (2003) y actualmente es profesora asociada en la Universidad de Arkansas, donde se especializa en Historia del Arte de América Latina. En su obra, Pulido se concentra en un corpus de mapas de mercedes de tierras creados entre 1571 y 1617. Estos son documentos cartográficos de la etapa novohispana temprana que funcionaron como evidencia y mecanismos de argumentación para la resolución de los conflictos por tierras que se dieron entre indios y españoles.
Los problemas de investigación que interesan a la autora son varios. Incluyen la forma en que los pintores indígenas adoptaron las convenciones estilísticas europeas en sus obras, particularmente en los mapas de mercedes; las contradicciones entre los lineamientos para la creación de estos mapas y lo que se pintaba; así como el contraste entre el contenido de las leyes de otorgamiento de tierras que pretendían proteger a los indios de los abusos de los españoles y la forma en que realmente se ponían en práctica. Sin embargo, la pregunta principal que busca responder Pulido es ¿cuáles fueron las condiciones históricas que facilitaron y promovieron el uso de los mapas de mercedes de tierras en las cortes legales novohispanas? Para responder esto, la obra presenta un análisis de 62 mapas de mercedes de tierras desde la historia del arte, la etnohistoria y la geografía histórica.1 Catorce de estos documentos estaban acompañados por sus archivos de caso, de los cuales cabe destacar, la autora realizó sus propias transcripciones paleográficas. A esto se añade el uso de sistemas de información geográfica y del procesamiento de imágenes digitales, lo que nos remite a la forma de trabajo interdisciplinaria que en las últimas dos décadas ha surgido de los giros computacionales y espaciales en las humanidades (Murrieta-Flores y Martins, 2019).
La información geoespacial extraída de los mapas se complementó con un análisis de carácter arqueométrico, es decir, dirigido al estudio de la materialidad de los documentos cartográficos. En este caso, la autora se apoyó en el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM para realizar fotografías infrarrojas y con rayos ultravioleta de algunos mapas. Este proceder proporcionó valiosa información respecto a las modificaciones e intervenciones que en distintos momentos se realizaron sobre los mismos, así como el tipo de pigmentos usados en su elaboración. El conjunto de técnicas aplicadas permitió a la autora establecer un puente aún más sólido entre la dimensión textual y la visual/material del objeto de estudio dentro del contexto de su interpretación histórica.
El libro se organiza en cinco capítulos, acompañados de una introducción y conclusiones. El título de cada sección se construyó con verbos en gerundio, lo cual es un recurso lingüístico utilizado en la literatura académica en inglés y que nos refiere a los cinco procesos históricos en los que se concentra la investigación: 1) la distribución de las tierras en Nueva España; 2) la creación de los mapas; 3) las peticiones de mercedes de tierras; 4) las oposiciones a estas peticiones, y 5) las negociaciones entre las facciones interesadas.
Como es de esperarse, el primer capítulo se adentra en los procesos de otorgamiento de tierras y la forma en que estos se ponían en marcha, así como sus participantes y principales características. El contenido de este apartado se desarrolla desde la historia político-jurídica de Nueva España y profundiza en la raíz de los conflictos de tierras derivados de las mercedes de tierras distribuidas por la Corona española. El segundo capítulo es propiamente el análisis desde la historia del arte de los mapas de mercedes de tierras, que se complementa con la investigación histórica de la documentación que los acompaña.
El trabajo con estas fuentes permite a la autora presentar información novedosa sobre los artistas -tlacuiloque- que crearon los mapas, así como profundizar en los complejos procesos de reconfiguración por los que pasaron los documentos análogos producidos en época prehispánica. Es decir, Pulido ofrece al lector la oportunidad de reflexionar sobre la naturaleza de los contenidos espaciales prehispánicos presentes en documentos como códices, en los mapas de mercedes de tierras que estudia, pero también en fuentes de otro tipo como son las esculturas talladas en piedra. Un aspecto que queda para futuras discusiones es el carácter positivo que la autora atribuye a las primeras experiencias de los españoles con la cartografía indígena. Resultaría valioso preguntarnos al respecto cómo fue el proceso de lectura e interpretación de los mapas que los indios entregaron a los españoles poco tiempo después de su llegada a lo que hoy llamamos Mesoamérica.2
En los siguientes capítulos la autora se concentra en tres contextos de uso de los mapas de mercedes de tierras mediante el estudio de casos específicos. El tercero presenta los casos en que los indios, particularmente de clases altas, realizaron peticiones para que se les otorgaran tierras; el cuarto está dedicado a aquellos mapas que las comunidades indígenas o los individuos presentaban para oponerse a las peticiones realizadas generalmente por españoles. Finalmente, el quinto capítulo analiza los mapas que resultaban de la negociación y subsecuente aceptación por parte de las comunidades indígenas de la petición de tierras que realizaban distintos sujetos. Es a través de estos tres capítulos que la autora interpreta los mapas de mercedes de tierra novohispanos como lienzos en los que se dio un diálogo de carácter territorial. Es decir, supera su interpretación como representaciones imparciales de las tierras disputadas y más bien los explora como espacios de comunicación intercultural donde, tanto indios como españoles, plasmaron sus visiones sobre las mismas. Desde este enfoque, el estudio de los casos legales y los mapas que los acompañaron son la vía para discutir un problema más amplio: la forma en que la legislación medieval española se aplicó en el contexto novohispano y cómo esto a su vez trascendió hacia la vida cotidiana a través de las dinámicas relacionales, enmarcadas en distintas esferas de poder, que se dieron entre españoles e indios.
El carácter de la obra puede vincularse a las tendencias decoloniales que se desarrollan actualmente en los nichos académicos de los departamentos de historia en universidades en Estados Unidos, Europa y América Latina sobre la historia novohispana. Este rasgo del libro se observa, entre otros aspectos, en el hecho de que la autora sugiere examinar estos mapas para identificar la forma en que moldearon las impresiones y visiones espaciales que los europeos desarrollaron sobre la tierra y los habitantes de Nueva España. La agencia atribuida a los mapas de mercedes de tierras es, sin duda, uno de los aspectos más novedosos e innovadores que desarrolla la autora, quien tal vez sin saberlo, despierta en quien acude a sus páginas la curiosidad sobre cuántas nuevas formas de mirar estos y otros mapas novohispanos podrán surgir en el futuro.