En 2002, en la sesión número 238 del 2 de julio del Colegio Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, se aprobó “la creación de la Licenciatura en Geografía humana, así como del Plan y los programas de estudio correspondientes”. En el mes de septiembre de ese año iniciaron los cursos a los estudiantes de la primera generación de la carrera en la unidad Iztapalapa.¹ Hoy, en este 2022, estamos celebrando el vigésimo aniversario de esta carrera.² Esta licenciatura vino a ampliar la oferta que había en aquellos años en México en estos estudios aunque dedicada exclusivamente a la geografía humana, a diferencia de las existentes en aquel momento. Fue el resultado final de un largo año y medio en el que una comisión nombrada en 2001, formada por Alicia Lindón, Daniel Hiernaux, Mario Bassols, Rocío Rosales y Federico Besserer, principalmente, asumía el compromiso de elaborar el plan de estudios para una nueva licenciatura en un mar de disciplinas de ciencias sociales. Concretamente, la carrera de geografía humana debía integrarse, en el ámbito docente, en la División de Ciencias Sociales y Humanidades (División de CSH), junto con las otras carreras que la conforman.

No había sido el único ensayo llevado a cabo. Ya con anterioridad se había intentado infructuosamente de crearla. En 2002 solamente había tres universidades mexicanas que impartían los estudios de geografía, a saber, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Aunque en ese mismo año se había creado, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades, que incorporaba también la carrera de geografía, hoy en horas bajas y, en El Colegio de Michoacán, se aprobaba, en 2002, el Centro de Estudios de Geografía Humana que, abierto en La Piedad, daría lugar en 2004 a los estudios de una maestría en geografía humana.

La nueva carrera no se iba a enfocar en lo que ya se estaba haciendo en las otras universidades en relación a los estudios de geografía humana.³ Debía aprovechar, por un lado, los cambios que desde hacía años ya se estaban dando en esta disciplina que afectaban también al resto de las ciencias sociales; y, por otro, aprovechar el contexto institucional en donde se ubicaría. En relación con lo primero, la demanda de una geografía más comprometida con la sociedad y sus individuos, como se exigía desde el enfoque radical, obligó a la geografía humana a incorporar nuevos enfoques, en lo que se empezó a llamar posteriormente los “giros disciplinarios” (“turn” en inglés, “tournant” en francés), que dio lugar a una clara ampliación del campo disciplinario. Varios aspectos entraron en revisión: en primer lugar, la conceptualización del espacio hasta hace unos años predominante, que privilegiaba su materialidad, era claramente cuestionada. Se empezaba a considerar el papel del individuo y de la sociedad en la construcción del propio espacio; y se descubre el lugar, como ámbito próximo de la experiencia espacial del individuo, y su vida cotidiana (Lebenswelt) como temas de interés geográfico. Segundo, la geografía que tradicionalmente había ignorado las otras disciplinas de las ciencia sociales se veía en la necesidad de aproximarse a ellas: la sociología, la lingüística, la psicología y la antropología, por no decir la historia, con la que ha mantenido siempre una relación peculiar. Finalmente, está el papel del lenguaje en la construcción del mundo en el que vivimos. Nuestra percepción del mundo está limitado por el propio lenguaje, como nos descubrió Foucault. A su vez, las otras disciplinas vieron la necesidad de incorporar la perspectiva espacial en sus análisis, en lo que se conoce como el “giro espacial” de las ciencias sociales. Por ejemplo, desde la teoría social se buscaba comprender cómo la sociedad, a través de sus prácticas, no solamente producen y reproducen la sociedad, sino también el espacio y el tiempo.

Institucionalmente, la licenciatura en geografía humana se vinculaba al departamento de sociología con otras tres licenciaturas: psicología social, ciencias políticas y sociología, pero también es próxima a otros departamentos de la División de CSH como el de antropología social, el de economía (economía, administración) y el de filosofía (filosofía, lingüística, letras hispánicas, historia). Esta singular situación acerca la geografía humana, tanto en el plano docente como en el de investigación, a las disciplinas próximas. En lo docente ha permitido que profesores de formación no geográfica puedan impartir Unidades de Enseñanza Aprendizaje (UEA) de la carrera y enriquecer con sus aportaciones y puntos de vista el proceso de enseñanza-aprendizaje. En el plano de la investigación, la organización de los departamentos a través de “áreas de investigación” ha permitido la formación de equipos multidisciplinarios para el abordaje de temas de interés común.⁴ (Figura 1)

Archivo de campo: junio 2022.

Fotografía: Pere Sunyer

Figura 1 Mural de Arnold Belkin (1930-1992): “Muerte a la ignorancia y transformación de la sociedad”, en la fachada del edificio de la biblioteca de la unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.  

El contexto inicial de elaboración del plan de estudios de la nueva carrera incluyó la aprobación, en ese tiempo, del Plan Operativo de Docencia de la unidad Iztapalapa (PODI). En él se abogaba por una flexibilización de los planes curriculares de manera que el estudiante pudiese cursar, como parte de su formación, UEA de licenciaturas de la misma División de CSH (intradivisionales) o de otras Divisiones (Extradivisionales). Con ello, cada uno orienta el perfil de su formación hacia los temas que les sean de mayor interés.

La creación de la carrera de geografía humana de la UAM no afectaba otras ya existentes en ella y que, sin duda, tienen que ver con la geografía. Nos referimos a la ya longeva licenciatura en planeación territorial (1976), originalmente denominada “Diseño de Asentamientos humanos”, que se imparte en la unidad Xochimilco de esta casa de estudios y en cuya docencia también encontramos geógrafos. Su ubicación institucional dentro de la División de Ciencias y Artes para el Diseño (junto a arquitectura, diseño de la comunicación gráfica y diseño industrial), así como sus objetivos y el modelo académico modular, la hacen diferente aunque puede haber coincidencias en algunos aspectos, principalmente temáticos. También desde hace unos años existe en la unidad Cuajimalpa de la UAM la licenciatura en estudios socio-territoriales, una carrera próxima también a la geografía humana, pero también con objetivos diferentes.

A veinte años que inició la licenciatura en geografía humana aún requiere crecer más, tanto en profesorado como en el desarrollo de su potencial. Y que pese a los años transcurridos es todavía una buena oferta académica.⁵ Como se ha dicho, la geografía en general, y en particular la geografía humana, sigue siendo importante como medio que permite entender la realidad compleja del mundo en el que vivimos.⁶ Sin embargo, no se debe ocultar que es necesario seguir adecuándola a los tiempos que se avecinan, tanto en lo teórico como en lo tecnológico. En lo teórico, destacan las perspectivas de los estudios decoloniales y de género que están impregnando las investigaciones académicas y los discursos de los políticos y activistas. Además, no se pueden olvidar los temas relativos al medio ambiente, en toda su extensión, asociados con la calidad de vida y la preservación de la vida en el planeta. Por ejemplo, el problema de la gestión integral de los recursos (agua, bosques, paisajes, principalmente) es urgente abordarlo desde la geografía humana. Sigue siendo importante considerar en el perfil de egreso los aspectos utilitarios y técnicos de la geografía: su aplicación a la resolución de los problemas del día a día es cada vez más indispensable y constituye una salida profesional cada vez más demandada. Pero también debemos preparar a los estudiantes, chicos y chicas, para abordar los grandes retos que en este primer cuarto de siglo XXI ya se están viviendo a nivel global y los que puedan venir. Es por todas estas razones, que debemos celebrar este XX aniversario de la licenciatura en geografía humana: para trabajar en beneficio de las sociedades humanas y del planeta en el que vivimos.

¡Serán bienvenidos en la participación de estas celebraciones!