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Política y cultura

versión impresa ISSN 0188-7742

Polít. cult.  no.36 México ene. 2011

 

Movimientos sociales y defensas del medio ambiente

 

Memoria colectiva y creación subjetiva: la lucha ambiental del movimiento "Todos Somos Zimapán"*

 

Mariana Robles Rendón1, Rafael Reygadas Robles Gil2, Hugo Armando Escontrilla Valdez3, Fabiola Cruz Montalvo4, Teresa Hernández Méndez5, Denisse Ivonne Villegas Cabrera6, Sara Neria Ordaz7 y Rocío Toledo Antonio8

 

1 Profesora-investigadora, Departamento de Educación y Comunicación, División de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Xochimilco, México [marianarobles79@hotmail.com];

2 Profesor-investigador, Departamento de Educación y Comunicación, División de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Xochimilco, México [reygadas@laneta.apc.org];

3 Profesor-investigador, Departamento de Educación y Comunicación, División de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Xochimilco, México [escontrilla@hotmail.com];

4 Licenciada en psicología, egresada de la UAM-Xochimilco, México [picateunojo@hotmail.com];

5 Licenciada en psicología, egresada de la UAM-Xochimilco, México [aseret2010@hotmail.com];

6 Licenciada en psicología, egresada de la UAM-Xochimilco, México [psicologia160907@hotmail.com];

7 Estudiante de la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones, UAM-Xochimilco, México [neria9@yahoo.com.mx];

8 Estudiante de la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones, UAM-Xochimilco, México [roxtoled@gmail.com].

 

Artículo recibido el 29-10-10
Artículo aceptado el 10-06-11

 

Como nos habían quitado las cosas en
que poníamos los sueños, empezamos a
hablar de ellas para tenerlas otra vez.

Fernando Pessoa

 

Resumen

El artículo ofrece una reflexión a partir de los trabajos y dispositivos de recuperación de la memoria del movimiento "Todos Somos Zimapán, que se desplegó en ese municipio de Hidalgo desde 2007". Este movimiento detuvo la operación de un confinamiento de desechos peligrosos. El texto relaciona la memoria colectiva y los procesos de creación imaginaria en los movimientos sociales con las luchas por la vida y por la defensa del medio ambiente; refiere los vínculos entre las dimensiones imaginarias que surgen en los grupos, movimientos, organizaciones e instituciones, las formas colectivas de subjetividad y las emociones que están implicadas.

Palabras clave: Memoria colectiva, Zimapán, confinamiento tóxico, medio ambiente, salud, resistencia.

 

Abstract

This article provides a reflection about the work of a big group of Zimapan's people and a team of professors and students of UAM-Xochimilco, who recovered the memory of "Todos Somos Zimapán" civic movement, wich took place in Zimapan, Hidalgo since 2007. This movement was able to stop the operation of a dangerous residue confinement in the municipio. The text relates the collective memory with the imaginary creation in the social movements and institutions that are involved in defense of life and sustainable development; it refers the bound between the imaginary dimensions that are displayed by the group's, movements, organizations and institutions, the collective ways of de subjectivity and the complex games of the emotions that are implicated.

Key words: collective memory, toxic landfill, enviroment, health, civilian opposition.

 

INTRODUCCIÓN

El presente artículo se inscribe en el trabajo realizado por un equipo de estudiantes y profesores del Departamento de Educación y Comunicación de la UAM-Xochimilco, en el marco del proyecto colectivo de investigación denominado "Memoria colectiva. Creación imaginaria en los procesos instituyentes",1 el cual tiene como uno de sus objetivos comprender la relación entre la memoria colectiva y los procesos de creación imaginaria en los movimientos sociales y las instituciones, así como las relaciones entre las dimensiones imaginarias de los grupos, movimientos, organizaciones e instituciones y sus formas colectivas de subjetividad.2

Como parte del trabajo en torno a estos ejes se inició una investigación modular,3 junto con alumnos de la licenciatura en psicología y de la maestría en psicología social, que incluye docencia, servicio e investigación en conjunto con la Red Unida de Hidalgo.4 Se trata de colaborar con las y los integrantes del movimiento "Todos Somos Zimapán", con la finalidad de trabajar en la recuperación y reconstrucción de la memoria colectiva de su lucha. El trabajo con las y los zimapenses abre la posibilidad para reflexionar sobre temas fundamentales para la psicología social, tales como la memoria colectiva, los procesos de subjetivación que se fraguan al calor de las luchas sociales por el medio ambiente y la puesta en escena de procesos complejos de creación imaginaria instituyente, esas formas que los sujetos colectivos se dan a sí mismos para imaginar otro orden posible, lo que nos lleva a un tema presente en muchas de nuestras reflexiones: el de las utopías.

La investigación permite descubrir cómo, hombres y mujeres profundamente agraviados, se movilizan a favor de la vida, la salud y un medio ambiente sano no sólo para ellos y ellas, sino también para sus hijos e hijas y sus nietos y nietas. La utopía, los sueños de una vida sana5 movilizan para frenar un confinamiento tóxico. Es decir, la lucha en defensa del medio ambiente hunde sus raíces en las subjetividades amenazadas y en la defensa de la vida y la salud de un pueblo entero y sus alrededores, así como en la defensa de la tierra, llena de sentido para ellos.

Por los vínculos desarrollados con las organizaciones civiles y con el movimiento "Todos Somos Zimapán," al equipo académico de la UAM-Xochimilco se nos encargó, entre otros, el siguiente compromiso: elaborar a partir de la participación ciudadana y de común acuerdo entre actores y actrices sociales y universitarios, la memoria colectiva de esta lucha. Es decir, como universitarios, enfrentamos una demanda de un movimiento que surgió en un caso extremo de defensa de la vida, como cimiento fundamental del medio ambiente y nos aproximamos a la investigación-intervención a partir de esta demanda, trabajada desde la perspectiva de la psicología social.

 

PENSAR UN MOVIMIENTO AMBIENTAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

Si bien la problemática ambiental y, particularmente, la lucha de diversos sujetos inmersos en ella ha sido motivo de reflexiones desde distintos campos disciplinarios, es necesario precisar que nos aproximamos a esta problemática desde la perspectiva de una psicología social de intervención, preocupada por colaborar a la construcción de una mayor comprensión de los problemas a los que se enfrentan los sujetos hoy en día, así como a la construcción conjunta, crítica y reflexiva de posibles formas de abordaje de dichas problemáticas.

Por ello, nos centraremos en tratar de dilucidar los modestos aportes que desde esta perspectiva puede hacerse para pensar y abordar la problemática a la que se enfrentan movimientos como el de Zimapán, a partir de la experiencia concreta de trabajo con ellos, misma que ha derivado en algunas reflexiones que permiten dar cuenta de la dimensión imaginaria presente en las formas de organización y acción de movimientos ciudadanos como éste.

Así, frente a las perspectivas antropológicas de Lazos y Paré, por un lado, que hablan de "las percepciones ambientales"6 o, por otro, de Durand, que habla de "las perspectivas ambientales",7 como categorías construidas para referirse de manera explícita al modo subjetivo, individual y/o colectivo de ser sensible al medio ambiente y a partir de ahí diseñar formas de intervenir frente a él, partimos de que la percepción no representa el acceso directo y sin mediaciones culturales a una realidad independiente de lo humano, sino que ésta es ya una forma de interpretación y de creación del mundo, en tanto se precipita sobre él produciendo materialidades y creando significaciones para la acción. En consecuencia, la intencionalidad en la experiencia de trabajo ha sido que las y los protagonistas del movimiento "Todos Somos Zimapán" cuenten con un dispositivo y un espacio para construir juntos su memoria sobre acontecimientos intensos recientemente vividos, que implican sin duda una manera a la vez común e individual de percibir el medio ambiente y una estrategia compartida de creación de significaciones que apuntan a la transformación de su realidad.8

A partir del pensamiento de Castoriadis, el imaginario social de las y los zimapenses es un magma de creación permanente de su sociedad:

[... ] ya se trate de una invención absoluta, de una historia imaginada en todas sus partes, o de un deslizamiento o desplazamiento de sentido, en el que los símbolos ya disponibles están investidos de significaciones diferentes de sus significaciones "normales" o canónicas.9

La lucha contra el confinamiento permitió que emergiera un imaginario radical, un a-ser, como alteridad y creación perpetua de alteridad, "a modo de creación de imágenes que son lo que son y tal como son como prefiguraciones o presentificaciones de significaciones o de sentido".10

A partir de esto, nos interesa averiguar cómo se fue constituyendo la memoria colectiva y cómo se fue transformando la subjetividad a lo largo de los momentos cruciales del movimiento.

Los estudios de Lazos y Paré se realizan en el contexto de una intencionalidad de presencia de mediana y larga duración de las y los investigadores con las comunidades nahuas del sur de Veracruz, buscando conocer las "percepciones ambientales" para diseñar estrategias para enfrentar lo percibido y lograr un desarrollo integral participativo. A diferencia de lo anterior, realizamos una investigación-intervención en Zimapán como respuesta a una demanda específica de colaborar en la recuperación de la memoria de un movimiento social de resistencia a un confinamiento tóxico que empezaría a funcionar en 2008. Para lo anterior, delimitamos en lo posible la investigación en cuanto a contenido, espacio y tiempo, todos acotados y previamente convenidos con las actrices y los actores sociales de Zimapán. Sin embargo, el contexto y la demanda de nuestra intervención, persiguen generar condiciones para una apropiación colectiva de la memoria de un movimiento que sintió que la vida de todas y todos quedaba en riesgo por la acción de la trasnacional Befesa y los gobiernos municipal, estatal y federal.

Este trabajo conjunto sobre la memoria colectiva de su lucha reciente, contribuye también al fortalecimiento de los y las zimapenses en su carácter de sujetos políticos, en tanto que la memoria colectiva —al ser recreación del pasado según las necesidades del presente— permite a los sujetos actualizar el sentido de sus luchas y revivir los elementos que les dieron legitimidad y fuerza.

Por ello, hablar de medio ambiente aparece como una irrupción, como forma de defensa de la vida. No tiene ningún trasfondo explícito del cuidado de las y los ancestros de una naturaleza entristecida, sino que la tristeza y las enfermedades ya campeaban en el pueblo minero desde siglos atrás.

La resistencia surge en parte ante la amenaza evidente y próxima de la contaminación del agua y de los mantos freáticos y como violación evidente de pactos simbólicos implícitos entre mineras y población que la trasnacional y los gobiernos transgreden de manera autoritaria poniendo en peligro inminente la vida y la salud más allá de lo que hicieron las mineras por siglos. Y en el caso de la tierra, si bien no se defienden ancestros, sí se pone en juego la defensa de ésta como el espacio donde ellos viven su presente y donde proyectan su futuro, sus utopías.

Así pues, partimos de significaciones imaginarias sociales que surgen en el filo de la vida y la muerte y desde ahí aparecen vinculadas al medio ambiente, aquellas en las que está en juego la vida. Siguiendo a Castoriadis:

Con el movimiento ecologista, lo que está en juego es toda la concepción y toda la situación de las relaciones entre el mundo y la humanidad y, finalmente, la eterna cuestión central: ¿qué es la vida humana?, ¿para qué vivimos? Queremos otro tipo de relación con la naturaleza y con el mundo, y esto supone otro modo de vida y otro tipo de necesidades.11

En relación con estas significaciones imaginarias sociales, Castoriadis señala que:

Toda sociedad crea su propio mundo, creando precisamente las significaciones que le son específicas, determinado magma de significaciones [... ] El papel de las significaciones imaginarias sociales, su "función" [... ] es triple. Son ellas las que estructuran las representaciones del mundo en general, sin las que no puede haber ser humano [... ] En segundo lugar, dichas estructuras designan los fines de la acción, imponen lo que debe o no debe hacerse [... ] En tercer lugar, y este es sin duda el punto más difícil de discernir, tales estructuras establecen los tipos de afectos característicos de una sociedad.12

El encargo que tuvimos en Zimapán estuvo acotado por un Convenio cuatripartita que acordó trabajar sobre la memoria colectiva. Y precisamente nuestro dispositivo permitió que a partir de la escucha de cada una y cada uno de las y los participantes en el movimiento, la comunicación, la escucha de las y los otros fuera permitiendo surgir una memoria colectiva, que era mucho más amplia y general que lo que cada uno, desde sus recuerdos particulares, iba aportando. La palabra de unas/os y otras/os sobre la historia del movimiento, sus orígenes, y especialmente sobre la vivencia de la represión, produjeron mucho más que una yuxtaposición de experiencias, permitiendo la reelaboración de la identidad colectiva de un grupo en resistencia, que a partir de la indignación frente al engaño de Befesa y gobiernos defendió la vida por caminos altamente creativos. Así pues, las y los zimapenses que participaron en el dispositivo para recuperar la memoria del movimiento lo expresaron de esta manera:

Es muy importante este esfuerzo porque, ni entre nosotros mismos, los que formamos parte de la historia que cada quien lleva, nunca nos hemos puesto a decir: "¿sabes qué?, es que yo viví esto". Porque ni nosotros mismos conocemos toda la historia, porque fue una lucha de mucho tiempo [... ] A mí me tocaba hacer esto pero a ti lo otro. Entonces, ni nosotros mismos sabemos realmente qué fue esta lucha. La conocemos y sabemos y vamos, pero tal vez yo no sé la historia que ella vivió en determinado momento. O sea, es como juntar todo, porque ni nosotros mismos sabemos cada uno qué es realmente, qué ha sido, cuál ha sido el impacto. Y también pues yo creo que esto nos va a servir a todos para retomar, lo que tal vez en algún momento puede ser que estemos perdiendo, ese calor. Retomar este camino, esa lucha por la que estamos. Porque pues por esa lucha hemos tenido logros pero tal vez la hemos dejado un poco, y no ha terminado.13

Por ello, más que pensar en la construcción de una historia homogeneizadora respecto de la lucha del movimiento "Todos somos Zimapán", el trabajo de diálogo para la recuperación de la memoria colectiva fue dando pie a la creación de un relato que, al incluir la experiencia individual, hizo posible la creación de una narrativa sentida por todos y que los cohesiona. En este sentido es pertinente pensar en procesos de subjetivación que se expresan a partir de la creación colectiva de significados diversos respecto de la experiencia —en su dimensión individual y colectiva— y que derivan en formas de pertenencia y organización que no necesariamente aluden a la construcción de identidades colectivas cerradas y excluyentes. En este sentido, coincidimos con Mendoza cuando afirma:

La memoria es colectiva por los marcos en que se contiene, como el espacio, el tiempo y el lenguaje; por puntos de apoyo como la afectividad, la música, la familia y la religión, sobre la base de los cuales se construye, porque son eso, marcos, en los que se contienen, en los que cobran sentido los acontecimientos que han de ser dignos de mantenerse para después comunicarse.14

Como dispositivo metodológico de trabajo se llevaron a cabo reuniones amplias con diversas y diversos integrantes del movimiento para escuchar su voz y sus reflexiones en un clima de escucha, respeto y confianza. La primera sesión fue sobre el contexto de Zimapán y tuvo lugar el sábado 5 de junio de 2010; la segunda y la tercera, dedicadas a construir la memoria específica del movimiento "Todos Somos Zimapán", se realizaron el miércoles 7 y el jueves 8 de julio de 2010; la cuarta fue dedicada a aprendizajes, alianzas, retos y limitaciones del movimiento, se llevó a cabo el sábado 21 de agosto de 2010. Finalmente, la última sesión consistió en la presentación pública y la entrega del texto de la memoria a la gente del movimiento y a la comunidad zimapense y tuvo lugar el 21 de abril de 2011 en Zimapán frente a más de 200 personas. Es necesario señalar que unos días después de cada sesión de trabajo se enviaba y entregaba el texto a las y los participantes para que lo conocieran, completaran y corrigieran, a fin de que la palabra escrita representara de manera fidedigna el punto de vista de las actrices y actores del movimiento.

Durante la investigación también se revisaron y analizaron diversos expedientes y archivos que las y los integrantes del movimiento pusieron a nuestra disposición. Entre ellos había archivos hemerográficos y expedientes de documentación interna del movimiento. Aparte se realizaron visitas de trabajo a los lugares más significativos de la historia del movimiento, que se completaron con una docena de entrevistas formales e informales con jóvenes, ancianos, opositores, hombres y mujeres, así como figuras reconocidas por todos como el presidente municipal, el sacerdote y otras y otros participantes destacados.

 

EL MOVIMIENTO "TODOS SOMOS ZIMAPÁN"

Este movimiento tiene como origen la imposición de un confinamiento de desechos de alta peligrosidad que los gobiernos federal, estatal y municipal han pretendido implantar en el municipio de Zimapán, estado de Hidalgo. El proyecto había sido registrado por el gobierno federal de Vicente Fox, en el Plan Nacional de Desarrollo (2001-2006), tres años antes de que se presentara el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, previo un pacto de secrecía o confidencialidad celebrado entre gobiernos y empresa.

En el año 2005, la empresa española Abengoa-Befesa y los gobiernos federal, estatal y municipal informaron que se construiría una planta recicladora que generaría empleos para los habitantes de la región. En un contexto en el que la pobreza se personifica en cientos de mujeres, niños y ancianos que resienten los efectos del cierre de casi la totalidad de las minas que proveían de trabajo al municipio, en el que durante los últimos tres lustros la migración ha hecho salir del pueblo al menos a una persona de cada familia y en el que la minería ha dejado los "jales" tóxicos que contaminan el agua con arsenopirita y otros químicos, la propuesta de una planta recicladora fue vista inicialmente con optimismo y como una pequeña esperanza para mejorar las condiciones de vida de al menos algunas familias zimapenses.

Esta noticia llevó a una buena parte de la población a recolectar botellas, papel, cartón, plástico, latas y todo material que pudiera ser reciclable y vendido a la empresa:

El 16 de diciembre de 2005, la expresidenta municipal Rosalía Gómez Rosas extendió diversos permisos a la empresa Sistemas de Desarrollo Sustentable, S.A. de C.V. En los que autorizaba el cambio de uso del suelo, de agrícola (temporal, agostadero) a industrial, de 132.8 hectáreas a rentarse para la planta y el confinamiento; así mismo autorizó la construcción de una carretera de 13.689 kilómetros que uniera la cabecera municipal hasta el ejido de Botihña o Cuauhtémoc, en el municipio de Zimapán. El ayuntamiento autorizó a la presidenta municipal para expedir las licencias anteriores hasta el día 29 de diciembre de 2005, trece días después de que ella ya había entregado los permisos a la compañía.15

"Pero cuando la gente se dio cuenta que se estaba haciendo un hoyo enorme, comenzaron a preguntarse si en realidad se trataba de una planta recicladora".16 De entre las irregularidades cometidas en el otorgamiento del permiso para la instalación de esta planta, destaca la anulación del proceso de información y aprobación por parte de la población para la realización de un proyecto de esta índole, lo cual fue nombrado y vivido por las y los zimapenses como el engaño, al saberse que la planta era en realidad un confinamiento de residuos industriales altamente peligrosos.

Asimismo, la ciudadanía zimapense fue víctima de abusos en el ejercicio del poder por parte de los gobiernos, tales como hacer firmar documentos en blanco a campesinos, que resultaron despojados de sus tierras,17 en las que desempeñaban las actividades productivas que permitían el sustento familiar y la reproducción de formas de vida culturalmente arraigadas.

La población de Zimapán ha vivido permanentemente con la falta de servicios de salud y educación,18 además del creciente problema de la contaminación de sus tierras y aguas; parecía que lo único que faltaba era que los gobiernos, aliados a una empresa trasnacional, convirtieran a Zimapán en uno de los receptores de desechos de alta peligrosidad que los llamados países desarrollados no asumen como su responsabilidad. Parecería que la apuesta empresarial y de los gobiernos federal, estatal y local era que, en un municipio con alto índice de pobreza y desempleo, no habría resistencia al avance del "desarrollo", según los parámetros de los grandes capitales.

A partir de los relatos que los zimapenses hacen de su lucha, y al sumarse el engaño y la burla a la pobreza cotidiana y al estado de salud tan castigado que vive esta población, se detonó un conflicto social añejo y latente que trajo a la memoria una larga lista de agravios e injusticias sufridas. Ante esto los zimapenses replicaron el "ya basta" tantas veces pronunciado en otras latitudes, evocaron su tradición organizativa frente a las emergencias mineras, así como también emplearon sus experiencias de organización territorial de origen indígena para celebrar las fiestas religiosas barriales, en miras a defender la vida y un medio ambiente sano para todas y todos. Se atrevieron también a imaginar que, a partir de ahí, la historia de Zimapán podía ser contada de otra manera. En palabras de los zimapenses:

Y ante esa situación empezó como que a nacer el sentimiento de coraje, porque veíamos que era mentira, porque veíamos que era abuso y corrupción, entonces empezamos organizándonos, buscando cada vez más información, hablando siempre con la verdad de la información referente al tiradero tóxico que se estaba dando en la presidencia municipal.19

 

LA POTENCIA CREADORA Y LAS SUBJETIVIDADES EN RESISTENCIA

¿Qué quedaría de la vida de los sujetos fuera de su
entrecruzamiento con el poder? [...] ¿No constituye
uno de los rasgos fundamentales de nuestra sociedad
el hecho de que el destino adquiera la forma de
relación de poder, de lucha con o contra él?

Michel Foucault

 

Cuando hablamos de subjetividad nos referimos al complejo proceso por el cual los sujetos sociales se recrean a sí mismos al tiempo que imaginan, aprehenden y transforman su mundo. Este proceso —unas veces más, otras veces menos consciente— obliga a pensar a los sujetos sociales como seres constitutivamente creativos, capaces de imaginar y crear realidades y sentidos que para otros sujetos parecieran imposibles. Creación radical que pone en movimiento a los sujetos, las sociedades y sus instituciones imaginarias. En palabras de Castoriadis:

En la historia, desde el origen, constatamos la emergencia de lo nuevo radical [...] tenemos que postular necesariamente la existencia de un poder de creación, una visformandi, inmanente tanto a las colectividades humanas como a los seres humanos singulares [... | Tenemos precisamente allí una facultad constitutiva de las colectividades humanas, un verdadero poder de creación.20

En el trabajo con movimientos sociales se hace indispensable introducir a esta reflexión un elemento más: el conflicto, entendido como la tensión generada entre actores sociales con distintos intereses respecto de una problemática específica, dentro del conflicto siempre hay una lucha por valores, estatus, recursos, en la que los oponentes tratarán de neutralizarse;21 éste no puede ser pensado sin considerar que los sujetos sociales se hallan insertos en complejas redes de relaciones de poder.

De acuerdo con Foucault, el poder alude a una relación asimétrica de fuerzas que se da entre parejas, individuales o colectivas; una relación que se caracteriza por la acción de unos sobre las acciones presentes, eventuales o futuras de los otros. Desde esta perspectiva, el poder es una relación social en la que está siempre presente una interacción de fuerzas que producirá estrategias de enfrentamiento específicas. Estas relaciones de poder no pueden existir más que en función de una multiplicidad de puntos de resistencia; en las relaciones de poder, estos puntos de resistencia "se inscriben como el irreducible elemento enfrentador".22 Estos puntos crean una compleja red de significados que atraviesan a los sujetos construyéndolos como actores insertos en múltiples relaciones marcadas por el ejercicio del poder y la resistencia.

El enfrentamiento de fuerzas y el lugar que ocupan los sujetos sociales en determinadas relaciones de poder, no sólo van marcando las vías por donde habrán de correr sus acciones, también van configurando formas de subjetividad que se crean al calor de las luchas y las necesidades que ésta impone a quienes las libran. En este sentido, la construcción de estrategias específicas de enfrentamiento trueca en la creación y recreación de subjetividades y significaciones imaginarias que les den soporte.

En el caso de "Todos Somos Zimapán", la memoria de la gente nos recuerda que frente a este panorama la ciudadanía zimapense dijo "basta" y, al hacerlo, se vieron obligados a ser y hacer de manera distinta. Una comunidad que, a decir de sus habitantes, nunca tuvo una participación política significativa, al conocer el proyecto del confinamiento de desechos de alta peligrosidad y sus consecuencias para la salud, empezó a realizar protestas colectivas de gran impacto. Para lo anterior, buscaron información de manera autónoma recurriendo a especialistas y profesionales que pudieran explicarles con más claridad y veracidad del posible impacto que el confinamiento podía tener en el ambiente y de cómo esto repercutiría para la salud de sus habitantes, principalmente para sus niños. De igual forma, se hicieron alianzas que permitieron aprender estrategias políticas y partir de ciertos conocimientos acumulados en otras luchas similares a lo largo del país.

La población involucrada en estas búsquedas y manifestaciones públicas al poco tiempo se vio amenazada por la violencia policiaca directa y actos de represión por parte de los gobiernos local, estatal y federal, que no vacilaron en llevar adelante dispositivos de represión que partieron de la construcción imaginaria del movimiento como enemigo,23 como perverso, como ignorante y violento, a fin de justificar las acciones gubernamentales y el uso de las policías. A ello contribuyeron tanto los medios de comunicación masiva como el envío de helicópteros, vehículos motorizados, policías y granaderos contra las acciones y manifestaciones pacíficas de las y los zimapenses que protestaban enérgicamente contra el confinamiento. Pero no sólo eso, sino que este tipo de represiones e intimidaciones estaban presentes también en la cotidianidad de la comunidad, por la permanencia de la policía federal dentro del municipio a lo largo de casi dos años. Podemos ver una expresión de esto en el relato que los y las zimapenses hacen de su lucha:

[... | el ayuntamiento municipal nos empezó a denostar y empezó a decir que éramos una bola de revoltosos y que éramos una bola de chismosos y que éramos una bola de ignorantes [...] Buscamos entonces al gobierno del Estado, nos mandaban con el policía de la entrada, nadie que nos tomara en cuenta. Periódicos que aparecían por ahí diciendo que éramos una bola de revoltosos, que éramos narcotraficantes, que éramos socios de la empresa, que éramos "n" de cosas [... | Hasta narcotraficantes.24

La represión brutal del 2 y 3 de diciembre de 2007 guarda en la memoria de las y los zimapenses momentos de abuso del poder que intentaba descabezar y desmovilizar la resistencia mediante provocaciones y montajes concertados entre el presidente municipal y el gobierno del estado, pues simultáneamente a una agresión a balazos en contra de una comisión investigadora de la UNAM que acompañaba a los y las dirigentes del movimiento en un recorrido para conocer la región y fundamentar con estudios autónomos el impacto ambiental, aparecían en Zimapán, que se encuentra a 144 kilómetros de Pachuca, cientos de granaderos que golpearon brutalmente a la población que se oponía al confinamiento y quienes finalmente detuvieron a 48 personas.

La represión busca desorganizar, paralizar, atemorizar, someter e imponer a la vez el proyecto del poder. Sin embargo, los agravios eran tantos que la resistencia del movimiento y sus aliados tomaron de inmediato carreteras durante la madrugada para hacer pública y visible su oposición y dar a conocer a la opinión nacional la represión sufrida por la ciudadanía zimapense por luchar en contra de un confinamiento tóxico y a favor de la vida.

La fuerza represiva genera indignación, rabia, resistencia y miedo combinados, así como permite la imaginación creadora y la invención de nuevos derroteros en los que rápidamente se comprometen las y los zimapenses, que relatan hoy vívidamente lo que pasó hace tres años durante esa noche, como si hubiera sido ayer:

Lo hacían con la intención de amedrentar [...] con la intención de meterles miedo, de amedrentarlos. Era el hostigamiento psicológico que estaban haciendo para que la gente se fuera amedrentando, pero aun así con el hostigamiento psicológico, la gente no perdía, no se iba [... | sino al contrario.25

Entonces la gente constataba eso poco a poco y se iba adhiriendo más gente, entonces a eso se debía y aumentaba más que nada el miedo y el enojo, de que cómo era posible que el mismo gobierno mediante nuestros impuestos hiciera eso en el pueblo [... | Entonces ahí iba entrando el enojo, iba entrando la ira, iba entrando este resentimiento hacia el mismo gobierno.26

Por otro lado, esta creación de significaciones imaginarias distintas en torno a la participación política y al trabajo colectivo dio un salto importante durante los primeros meses de 2009, al pasar al terreno de la lucha electoral para combinarlo con la resistencia y consolidar el movimiento. En 2008 las y los zimapenses recurrieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que atrajera el caso del confinamiento tóxico y el análisis de su legalidad. Ahí, la primera pregunta que les hicieron, según recuerdan, fue: "¿Dónde está su presidente municipal?". A lo que ellos respondieron que éste no los acompañaba porque no los representaba al haberlos traicionado. Sin embargo, este cuestionamiento burocrático abrió un espacio para pensar en la posibilidad de entrar en la contienda electoral y llevar a la presidencia municipal a alguien del movimiento, que sí los representara y en quien sí pudieran confiar. Encontraron ahí otra vía, antes inimaginada, para fortalecer su lucha con la participación en las elecciones para presidente municipal. Registraron su candidato en alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganaron la contienda interna y lograron que los comicios tuvieran un carácter plebiscitario; posteriormente, el 9 de noviembre de 2008, el candidato a la presidencia municipal impulsado por el movimiento "Todos Somos Zimapán" ganó claramente las elecciones municipales. Argucias del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para impugnar la elección con base en que hubo una homilía que llamó a defender el derecho a la vida y un comportamiento dudoso del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, anularon las elecciones municipales en enero de 2009. Sin embargo, el candidato del movimiento volvió a ganar el 5 julio de 2009, en las elecciones extraordinarias. Actualmente el movimiento de resistencia forma parte del equipo de la presidencia municipal, hasta el 2011.

 

CREACIÓN IMAGINARIA Y CAMBIOS EN LA SUBJETIVIDAD INDIVIDUAL Y COLECTIVA

Por otro lado, nos llama la atención el papel protagónico de las mujeres, ya que son reconocidas como parte mayoritaria de quienes integran "Todos Somos Zimapán". Nos cuentan que la comunidad las llamó "las valentinas", por su energía, iniciativa y presencia creativa a lo largo de los años. Tradicionalmente encargadas del cuidado de la salud y de la vida, las mujeres constituyen un referente crucial en defensa del medio ambiente sano para el Zimapán de hoy y de mañana, además de ser las principales responsables del municipio, ya que han tenido que quedar a la cabeza de éste por la migración de la mayoría de los hombres.

Frente a la amenaza de los residuos venenosos que agravarían la contaminación del agua y la tierra, otro elemento significativo no sólo es la respuesta instintiva de la sobrevivencia, sino la capacidad imaginativa que intenta hacer frente, por un lado, a un progreso y desarrollo económico que ya no sabe de límites, pero por el otro, y sobre todo, intenta hacer frente a un conjunto de significaciones fuertemente arraigadas que han instituido la idea de que con las poblaciones rurales, pobres, marginadas, indígenas, analfabetas, habitadas en su mayor parte por mujeres, ancianos y niños, se puede hacer lo que sea. De esta manera, observamos que frente a este orden de sentido en el que "los otros" se han instituido como inferiores, se levantan nuevas formas de significación, donde el trabajo va más allá de ser una actividad productiva y donde la tierra, por más pobre que sea, es una de las riquezas más grandes que poseen en tanto los vincula con elementos simbólicos y culturales ancestrales de su ser, como el respeto a la naturaleza y la dignidad como seres humanos. Estas nuevas significaciones permean el panorama de los y las zimapenses, que al defenderse y triunfar, desarman parte del discurso instituido dando cabida al reconocimiento de la colectividad como una forma de respuesta exitosa ante una problemática que atañe a todo el país, pues de haberse impuesto el confinamiento se habría asentado un precedente para que posteriormente pudieran establecerse otros similares en varios estados del país.

Por otra parte, consideramos que la oportunidad para plantearse un futuro distinto y posible parte siempre de la experiencia, las necesidades y las condiciones de vida de los sujetos. Para Zemelman y Valencia27 estos tres elementos —experiencia, necesidad y utopía— constituyen tres planos en los que los sujetos se apropian de la realidad. El plano de las necesidades nos remite al ámbito de la subsistencia y la reproducción material de la vida, pero también al carácter siempre social, y por tanto subjetivo, de la existencia humana. En la necesidad se articula lo objetivo del cuerpo biológico y la naturaleza con el plano de la subjetividad con que estos elementos se perciben y se elaboran en cada circunstancia dada.

En este sentido, en el caso de la oposición al confinamiento tóxico en Zimapán, hemos podido observar que frente a la hegemonía del pensamiento racional y de dominio, la corta historia de esta lucha nos muestra la reivindicación de una forma distinta de relacionarse con la tierra, con la naturaleza y, en términos más generales, formas distintas de territorialidad que señalan los modos subjetivos en que se construye el espacio y las relaciones que en él y con él son posibles. Es ahí donde la reproducción material de la vida es viable y se halla reglamentada culturalmente por un conjunto de significaciones imaginarias en torno a la vida, la naturaleza y su relación con el ser humano, así como una ética encaminada a pensar en la sociedad del futuro, misma que será la herencia para las próximas generaciones. En este sentido vemos formas de solidaridad siempre nuevas, formas de comunicación, de aprendizaje, de enseñanza y de participación política, siempre creativas y con gran incidencia social. Todas ellas motivadas por la resistencia y por las formas en que los colectivos enfrentan el poder, y ante el cual se organizan.

Por otra parte, siguiendo a Zemelman y Valencia, entendemos la utopía no como aquello que es irrealizable, sino como una forma de expresión de la subjetividad que "incorpora la dimensión del futuro como la potencialidad del presente",28 y pone de manifiesto un conjunto de significaciones sociales, un imaginario que permite la reformulación del pasado vivido y el futuro por vivir. De esta manera, la utopía se articula en el presente, el pasado y el futuro, proyectando un porvenir que se construye con la fuerza de la experiencia y la capacidad imaginante y creadora de los sujetos. En la utopía vemos concentradas las expectativas de realización de nuevos mundos imaginados, de nuevos escenarios sociales y políticos, que respondan a lo que se ha esperado a lo largo del tiempo. La utopía se convierte, en cierto sentido, en la cristalización de los proyectos, en la materialización de los sueños y de las esperanzas.

Creemos que la clara reivindicación del derecho a la vida, expresada en las demandas de salud y de una comunidad donde los niños puedan crecer y vivir tranquila y saludablemente, es sólo una de las formas en que se muestra esta construcción imaginaria del futuro deseado por las y los zimapenses. De este modo, la utopía no es la aspiración de retorno a un pasado idílico, sino la proyección de un futuro posible en el que se empeña la vida misma.

De este modo, el proyecto, que resulta inseparable de la utopía, aparece entonces como el reconocimiento de la capacidad de los sujetos para crear las condiciones en que habrá de desarrollarse la vida y las formas que tomará su pedacito de mundo. Esta construcción promueve prácticas cargadas de sentidos que hacen que los sujetos traspasen el plano de la satisfacción de las necesidades para tornar al de la libertad.29 En estas prácticas que, aunque cotidianas y discretas pueden ser profundamente revolucionarias, los sujetos se recrean, haciendo aparecer formas de ser y estar que no existían antes.

Es así que el movimiento "Todos Somos Zimapán" ha podido articular un conjunto de prácticas de resistencia, de comunicación, de aprendizajes y formas de enseñar; de solidaridades, de acompañamiento y de búsqueda de información, así como agregar a su causa el apoyo de otras organizaciones, movimientos y personas. Lo cual los ha llevado a ganar la presidencia municipal y detener las actividades del confinamiento. Consideramos que en cierto sentido esto puede traducirse como una utopía realizada. En estos dos logros, tal vez los más importantes, vemos la realización del proyecto que los convocó. Sin embargo, existe el miedo a la reactivación del confinamiento, como ellos mismos lo han expresado, y sabedores de que todo se ha detenido en buena medida por su presencia en la cabecera municipal, queda aún por resolver las acciones para el futuro cercano.

Sin embargo, la realización de la utopía, la experiencia de cambiar su entorno concreto aquí y ahora, es tangible y así lo están viviendo. En Zimápan sucede, como señala Esteban Krotz, que:

La raíz de la tradición utópica tiene dos caras. Una es la negativa testaruda de aceptar en la vida de uno y los demás el sufrimiento evitable, la pobreza injustificable, la opresión despiadada, el trabajo mal pagado, la dignidad pisoteada, la extranjería en tierra propia, la vida sin perspectiva, la muerte antes de tiempo; tal situación es diagnosticada como resultado de un orden configurado de modo erróneo por los seres humanos. La otra cara es la convicción irrenunciable de que el destino del ser humano, de todos los seres humanos debe ser otra cosa, que a la maravilla de la existencia humana, que se percibe en los momentos felices en la soledad o en buena compañía, debe corresponder una pauta de convivencia igualmente maravillosa.30

Nos parece que el movimiento vive en estos momentos esta tradición utópica de un modo particular y significativo, que en el periodo de nuestro trabajo junto a ellos tratamos de comprender y relevar.

 

LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO SOBRE LA MEMORIA COLECTIVA

Cuando hablamos de memoria colectiva nos referimos a la forma en que los sujetos reconstruimos colectivamente el pasado según las necesidades y circunstancias en que éste es evocado.

En este sentido, la memoria colectiva forma parte de la creación de significaciones imaginarias sociales que dan sentido a lo vivido. Para Castoriadis, el imaginario social está constituido por una serie de significaciones sociales imaginarias en tanto no se refieren ni a la razón ni a la lógica 31 sino que son creación social permanente, imaginación que hace emerger algo que no estaba y que no necesariamente tendría que estar del modo en que lo hace:

Existe la necesidad de reconocer el imaginario colectivo, así como la imaginación radical del ser humano singular, como un poder de creación. Creación significa aquí creación ex nihilo, la conjunción en un hacer-ser de una forma que no estaba allí, la creación de nuevas formas del ser.32

De esta manera podemos pensar en la construcción de memorias colectivas como parte de un imaginario social que da sentido a las prácticas y los discursos y que al mismo tiempo adquiere sentido en ellas; es decir, este conjunto de significaciones sociales da sentido al mundo pero, al mismo tiempo, al ser estas significaciones producto de la vis formandi humana, adquieren sentido sólo gracias a las prácticas y los discursos de sujetos insertos en un espacio y un tiempo particulares.

Consideramos que en el caso de movimientos sociales como el de Zimapán, el trabajo sobre la memoria de sus luchas no sólo es relevante en la medida en que colabora para que, al final del conflicto, quede un antecedente histórico en el que se muestre que en la confrontación de poderes y fuerzas, la balanza puede inclinarse hacia el lugar de los que son aparantemente "más débiles" o "inferiores". También es de suma importancia porque abre una vía privilegiada de acceso y reflexión sobre las formas en que este poder de creación constitutivo de los sujetos singulares y colectivos se expresa en los procesos sociales. La recuperación colectiva de la memoria de las experiencias vividas hace posible la construcción de una conciencia de la propia potencia que, al recordar lo vivido, dota de sentidos nuevos a las acciones y a los sujetos que las concretan.

El trabajo sobre la memoria colectiva es, en sentido literal, una forma de crear el mundo y de crearse a sí mismos como sujetos de ese mundo. Por esta razón la memoria colectiva no es sólo evocación del pasado, sino construcción del presente que permite proyectar el futuro:

La memoria a la que nos referimos es la que apunta a la constitución de sujetos individuales y colectivos; no es sólo, en términos de Desroche, memoria constituida, sino memoria constituyente, que abre la posibilidad de interrogarse sobre los hechos pasados y dinamizar las formas en que los sujetos significan y construyen la realidad social.33

Hacer memoria es, al mismo tiempo, un ejercicio en el que los sujetos asumen el derecho y responsabilidad de narrar su propia historia para que ésta no sea sepultada o distorsionada como parte de una estrategia de poder, donde las instituciones oficiales y ligadas al Estado manejan la información de manera tendenciosa para poder controlar los recuerdos de la sociedad, en este sentido, "la memoria y el olvido son un terreno en disputa; la hipótesis central aquí es que monopolizando la información sobre el pasado se controlará la memoria y los recuerdos de los individuos".34

Por otra parte, nos llama fuertemente la atención cómo la memoria colectiva aparece preñada de emociones, de evocación viva de detalles mínimos, de acciones individuales y colectivas, a veces casi heroicas, como las mujeres zimapenses enlazadas codo a codo cantando juntas el himno nacional pensando que con ello se pararía la agresión policiaca. La memoria permite recorrer el pasado inmediato, procesarlo, reelaborarlo, para transformarlo en materia de las luchas actuales y de las perspectivas del presente.

Por ello, el trabajo sobre la memoria colectiva, particularmente con sujetos que han sufrido violencia política y represión policiaca, abre un camino para procesar la violencia y elaborar colectivamente la experiencia dolorosa, los miedos, la impotencia y la frustración. La posibilidad de compartir los sentidos que tuvo determinado acontecimiento, así como la escucha de cómo el mismo hecho fue vivido por los otros. Ayuda, pues, a que los sujetos puedan reconstruir el significado profundo de lo que han vivido y situarse de manera distinta frente a la experiencia.

Por otra parte, la memoria colectiva brinda a los sujetos la posibilidad de fortalecer su cohesión al traer al presente las significaciones que los han convertido en un colectivo, sin que esto implique la clausura en la construcción de nuevos sentidos. Por el contrario, este ejercicio en torno a la memoria resulta un campo fértil para el aprendizaje colectivo, la autocrítica y la apertura a nuevas formas de concebirse a sí mismos, de actuar y de relacionarse con el mundo.

 

REFLEXIONES FINALES

En este escrito damos cuenta brevemente del trabajo realizado en el municipio de Zimapán, Hidalgo. El trabajo de colaboración con este movimiento ciudadano está centrado en la importancia que tiene la recuperación de la memoria colectiva como un acercamiento a la historia reciente y cómo en este ejercicio se puede recurrir a una amplia pluralidad de fuentes. Asimismo, es importante señalar que la recuperación de la memoria colectiva abre un espacio para la enunciación y la escucha de múltiples voces, muchas de ellas silenciadas por la lógica de los acontecimientos o que al, decir de Gramsci, no han tenido nunca el "beneficio de inventario".

El trabajo apenas comienza; en movimientos como éste podemos observar procesos en los que se hace presente la capacidad de imaginar y de crear nuevos mundos, nuevas significaciones imaginarias que orientan la acción de los grupos y que fundan nuevos sentidos de lo instituido. Vemos también la realización, aunque parcial y momentánea, de la utopía, presente en nuestra sociedad asediada por la codicia, por la rapacidad de empresarios trasnacionales, por la corrupción que lleva a los gobiernos estatales, federales y municipales a someterse a intereses de grupos privilegiados y a hacer caso omiso de su responsabilidad de cuidar el medio ambiente, pero sobre todo por la falta de un verdadero proyecto de nación del que sea beneficiaria y partícipe toda la ciudadanía. Sin embargo, esta situación establece las condiciones materiales y sociales para la emergencia de un pensamiento radical y alternativo que, en algunas ocasiones, se cristaliza en un proyecto social y político que apunta a crear otro tipo de relaciones sociales, desde el trato con la autoridad hasta el trato entre pares. Utopías que apuntan a la instauración de nuevos significados en temas como la salud, la ecología, el desarrollo, la justicia, la política y la participación social.

Hoy Abengoa-Befesa, inmensa empresa española trasnacional ha demandado al gobierno mexicano por 96 millones de dólares por no garantizarle las condiciones para operar el confinamiento tóxico. Finalmente tiene una estrategia para ganar en cualquier caso. A estos hechos palpables se sumaron la falta de información oportuna y de ética profesional con la que se comportó siempre su personal, amén de haber avalado la guerra contra el movimiento en los medios de comunicación y de al menos compartir un silencio cómplice frente a las represiones gubernamentales contra la gente. Befesa mostró un profundo desprecio a la vida y a la inteligencia de la gente; la estructura de su elefante blanco sigue dando testimonio de su proyecto de contaminación.

Estamos de acuerdo con Jorge Mendoza cuando señala que la memoria colectiva tiene una función política pública:

El silencio es un camino que conduce al olvido, que trae consigo el entierro de calamidades, de sucesos que no se quieren exponer. La memoria tiene la virtud de desenterrarlos, de comunicarlos, de exponerlos. Con diversas obras, advierte el poeta Juan Gelman, se intenta acabar con "el silencio que navega sobre la amnesia". El mutismo achica la realidad pasada de una colectividad, porque omite acontecimientos o periodos importantes de una sociedad. El lenguaje amplía la intersubjetividad, la realidad comunicativa de los sucesos que una sociedad experimentó en tiempos anteriores. El primero crea zonas vacías, hoyos negros; el segundo enriquece las versiones que sobre las experiencias significativas pasadas ha tenido una sociedad.35

Falta mucho camino por recorrer, y nos preguntamos hacia dónde se dirige el movimiento en razón de su permanencia en la presidencia municipal. El periodo por el cual fue elegido el actual presidente y su equipo termina en 2011 y, a la fecha, el confinamiento no ha sido desmantelado o inhabilitado. La población de Zimapán sabe que de perder la cabecera municipal en las próximas elecciones, se corre el riesgo de la reactivación del proyecto del confinamiento y el inicio de una nueva fase de la lucha. De tal modo, parece que la defensa de su salud, de su tierra y de su medio ambiente debe continuar por el camino de las elecciones y la búsqueda de la presidencia municipal, ruta que han empezado a andar, pero también y sobre todo por el fortalecimiento del municipio con proyectos a mediano y largo plazo, que permitan explorar y consolidar otras opciones económicas y políticas para los habitantes del municipio. El problema de la falta de empresas que den empleo justo y estable, la falta de servicios médicos, de educación para sus habitantes y de recursos económicos para resolver la pobreza en la que vive su población, sigue siendo una demanda sentida que también ha buscado ser abordada por el movimiento en el lugar que ocupa hoy, la presidencia municipal, permitiéndole así mirar las necesidades del municipio con una mayor complejidad

Finalmente, la experiencia de trabajo en Zimapán significa una oportunidad de gran riqueza para reflexionar también sobre los sentidos y las formas de la intervención psicosocial que, más allá de clasificar procesos, conductas y modalidades de lo colectivo, busca el establecimiento de un vínculo que permita incidir, con y desde los movimientos, pueblos y organizaciones, en la escritura de una historia distinta, que potencie nuestra capacidad creadora y nos ayude a vislumbrar nuevos horizontes para la vida.

 

NOTAS

* Este artículo se escribe colectivamente entre estudiantes y profesores/as de la Licenciatura en Psicología y la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones de la UAM- Xochimilco, siguiendo la recomendación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que sugirió la elaboración de artículos colectivos entre estudiantes de posgrado y profesores. De tal forma consideramos que en el caso de la Licenciatura en Psicología es también pertinente y necesario este ejercicio, por ello, en este equipo de trabajo participan también estudiantes del Área de Concentración de Psicología Social.

1 El proyecto fue aprobado en la sesión ordinaria 11.09 del Consejo Divisional de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, DCSH. CD 714/2009, del 7 de diciembre de 2009.

2 Los objetivos de este amplio proyecto de investigación aparecen en este artículo al dar cuenta de cómo, a partir de un dispositivo de reconstrucción de la memoria del movimiento "Todos Somos Zimapán", se manifestó una memoria colectiva que explica el surgimiento de una imaginación creadora que, al calor del movimiento, generó cambios en la subjetividad de sus participantes. Este dispositivo, enfocado en las dimensiones imaginarias y colectivas, permitió la organización y el triunfo de dicho movimiento.

3 En la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, la teoría central de enseñanza y aprendizaje, con su consecuente metodología, es el sistema modular, que consiste en vincular estrechamente las funciones universitarias de investigación, docencia, servicio y gestión, en relación con un problema relevante de la realidad social, que es abordado desde todas las perspectivas académicas como un objeto de transformación o un problema en el cual se considera necesario participar, en vinculación con actores y actrices sociales.

4 Red en la que participan 50 organizaciones civiles de Hidalgo dedicadas a la promoción de los derechos humanos, el desarrollo sustentable y la democracia. La red cuenta con una Agenda Ciudadana para incidir en políticas públicas en el estado; a través de ella y del Convenio firmado por la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones con Rostros y Voces-Oxfam de México el 9 de abril de 2010 se empezó a colaborar en el fortalecimiento institucional de las organizaciones civiles de la red desde la perspectiva de la psicología social. A partir de esto estudiantes y profesores de la Licenciatura en Psicología y de la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones entramos en contacto con el movimiento "Todos Somos Zimapán".

5 Sin duda, el término "vida sana" está cargado de significaciones imaginarias sociales para las personas de Zimapán, pues ellas han convivido durante casi cuatro siglos con el medio ambiente contaminado por los "jales" o lodos de desperdicio de las minas, cargados de químicos y de arsenopirita, apilados en enormes montañas y que al secarse son esparcidos por los vientos o diluidos por las lluvias y filtrados a los mantos freáticos. Esto ha dado origen a múltiples problemas de salud, como cánceres, diabetes, malformaciones genéticas, problemas respiratorios, entre otros. Hablar de "vida sana" para las y los zimapenses es una significación imaginaria social deseada, soñada, por oposición al ambiente siempre contaminado en que han vivido. Frente a la posibilidad de una intensificación drástica de la contaminación por el basurero tóxico que estaba en puertas, el pueblo entero reacciona y se moviliza.

6 Elena Lazos y Luisa Paré en una investigación antropológica clásica sobre medio ambiente con los nahuas del sur de Veracruz y desde una presencia de larga duración en la región, a través de programas e instituciones diversas, acuñan la categoría de "percepciones ambientales" "para entender el sistema complejo que la gente del lugar construye desde su propia práctica productiva y a partir de elementos culturales, en un continuo proceso de transformación donde las fronteras entre lo tradicional y lo moderno se desdibujan cada vez con mayor facilidad. La forma de intervenir en la realidad responde a la manera de percibirla, a diferencia y en contraste con una representación social lograda a partir de los conceptos y el acercamiento a la realidad que aparece como representación de un sistema complejo en el que se interrelacionan diferentes subsistemas, tanto naturales como sociales, pero que es siempre una representación de las y los investigadores. Elena Lazos y Luisa Paré, Miradas indígenas sobre una naturaleza entristecida. Percepciones del deterioro ambiental entre nahuas del sur de Veracruz, México, UNAM/Plaza y Valdés, 2000, pp. 12-15.         [ Links ]

7 Leticia Durand acuña la categoría de "perspectiva ambiental". La autora señala que partiendo de que es posible distinguir entre percepción e interpretación, "el concepto de perspectiva ambiental, puede ser útil para aclarar la relación entre cultura, percepción e interpretación, en el estudio de la dimensión social de la problemática ambiental; ayudando a manejar de manera coherente la existencia de diferencias en la conceptualización del entorno natural y su transformación en el interior de grupos culturales, así como las semejanzas entre grupos aparentemente distintos [... ] Al parecer sucede que las vivencias individuales son de suma importancia en la conformación de las percepciones sobre la naturaleza. Las experiencias personales, las historias familiares, los recuerdos, las amistades se producen en un contexto social pero sus huellas se imprimen en las personas y no en la sociedad o el grupo cultural en su conjunto. Partimos, entonces, de una relación entre las perspectivas ambientales y las identidades culturales mucho más compleja, donde en ciertos casos una identidad cultural implica cierto entendimiento particular del mundo pero, en otros, una pluralidad de perspectivas". Leticia Durand, "De las percepciones a las perspectivas ambientales. Una reflexión teórica sobre la antropología y la temática ambiental", Nueva Antropología, núm. 68, junio-diciembre, México, 2008, pp. 75-85.         [ Links ]

8 En este sentido, nos sentimos más cercanos a las apreciaciones de Durand, aunque destacando con Lazos y Paré el peso de la voz, la palabra y la acción autónoma y creativa de las y los zimapenses.

9 Cornelius Castoriadis, L'institution imaginaire de la société, París, Seuil, 1975, p. 177 (traducción nuestra).         [ Links ]

10 Ibid., p. 493 (traducción nuestra).

11 Cornelius Castoriadis, De la ecología a la autonomía; Cornelius Castoriadis, Daniel Cohn-Bendit y el público de Louvain-la-Neuve, Barcelona, Ediciones Mascarón, 1982, pp. 24-25.         [ Links ]

12 Cornelius Castoriadis, "La crisis del proceso de identificación", en El ascenso de la insignificancia, Barcelona, Frónesis, 2001, pp. 126-127.         [ Links ]

13 Testimonio recogido en la sistematización de la memoria de la lucha del movimiento "Todos Somos Zimapán", el 5 de junio de 2010.

14 Jorge Mendoza García, "Movimientos armados y guerra sucia en México 1965-1984: una aproximación desde la memoria colectiva", tesis de doctorado, México, UAM-Xochimilco, 2010, p. 25.         [ Links ]

15 Rafael Reygadas Robles Gil, Teresa Hernández Méndez, Gisela Fabiola Cruz Montalvo y Denisse Ivonne Villegas Cabrera, Memoria del movimiento cívico "Todos Somos Zimapán", UAM-Xochimilco, 2011, p. 17.         [ Links ]

16 Mauricio Laguna, "Conflicto por basurero tóxico", Contralínea Hidalgo, núm. 27, México, 2008.         [ Links ]

17 La Planta Sistemas de Desarrollo Sustentable, nombre bajo el cual es aprobado el proyecto a finales de 2006, ocupa un espacio territorial de 133 hectáreas del ejido de Bothiña. Estas tierras han sido arrendadas por la empresa Abengoa-Befesa pactando con los ejidatarios una renta mensual que asciende a diez centavos por metro cuadrado, durante un plazo de 30 años, es decir, diez mil pesos mensuales.

18 En este sentido es notable la falta de servicios sanitarios para la comunidad, puesto que no cuentan con clínica alguna del Sector Salud en donde puedan recibir atención médica. Tanto para las enfermedades comunes, como para las emergencias que se presentan cotidianamente, es necesario trasladarse hasta la ciudad de Pachuca, capital del estado. Según datos oficiales, el 83.89% de la población zimapense no es derechohabiente de algún sistema de salud. Respecto del rezago educativo, según las mismas fuentes oficiales, el 57.55% de la población perteneciente al municipio de Zimapán y que es mayor de 15 años, no completó el periodo de educación básica [http://poblacion.hidalgo.gob.mx/swf/perfiles_municipales/zimapan.swf].

19 Testimonio recogido en la sistematización de la memoria de la lucha del movimiento "Todos Somos Zimapán" en la sesión del 7 de julio de 2010.

20 Cornelius Castoriadis, Figuras de lo pensable. Las encrucijadas del laberinto VI, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, pp. 94-95.         [ Links ]

21 Lewis A. Coser, Las funciones del conflicto social, México, Fondo de Cultura Económica, 1961.         [ Links ]

22 Michel Foucault, Historia de la sexualidad. La voluntad de saber, tomo I, México, Siglo XXI Editores, 1999, p. 117.         [ Links ]

23 César Gilabert, El hábito de la utopía. Análisis del imaginario sociopolítico en el movimiento estudiantil de México, 1968, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora/Miguel Ángel Porrúa, 1993.         [ Links ]

24 Testimonio recogido en la sistematización de la memoria de la lucha del movimiento "Todos Somos Zimapán", 7 de julio de 2010.

25 Testimonio recogido en la sistematización de la memoria de la lucha del movimiento "Todos Somos Zimapán", 7 de julio de 2010.

26 Idem.

27 Hugo Zemelman y Guadalupe Valencia, "Los sujetos sociales, una propuesta de análisis", Acta Sociológica. Nuevos sujetos sociales, vol. III, núm. 2, mayo-agosto, México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, 1990, pp. 89-104.         [ Links ]

28 Ibid., p. 94.

29 Ibid., p. 95.

30 Esteban Krotz, "Utopía y anti-utopía al fin del milenio", CHRISTUS, Teología y Ciencias Humanas, año LXIII 705, marzo-abril, México, 1998, p. 13.         [ Links ]

31 Cornelius Castoriadis, Figuras de lo pensable..., op. cit., p. 94.

32 Ibid., p. 95.

33 Mariana Robles, Adriana Soto y Antonio Paoli, "De inspiraciones y aspiraciones. Memoria y sentido de la lucha en Atenco", Veredas. Revista del pensamiento sociológico, núm. especial, año 10, segundo semestre de 2009, México, Departamento de Relaciones Sociales, UAM-Xochimilco, p. 8.         [ Links ]

34 Roberto Manero y Adriana Soto, "Memoria colectiva y procesos sociales", Revista del CNEIP, Enseñanza e Investigación en Psicología, vol. 10, núm. 1, enero-junio, México, Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología, 2005, p. 180.         [ Links ]

35 Jorge Mendoza, "Movimientos armados y guerra sucia en México 1965-1984...", op. cit., pp. 406-407.

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