Ahondar sobre la calidad testimonial del registro fotográfico no es necesario, la contundencia de su contenido visual es reconocida. En la actualidad la fotografía se ha convertido en un importante instrumento de constatación de lo que sucede, de lo existente, de lo visible; la fotografía posibilita el conocimiento de otro tiempo, constituye un claro testimonio del pasado. Presencia arbórea reúne una serie de fotografías que testimonian la presencia de los árboles en nuestra cotidianidad, en nuestro entorno inmediato; presencia que busca el reconocimiento de su ser-estar entre nosotros, de su existencia, que busca llamar nuestra atención, nuestra mirada distraída, perdida, que no se detiene en ellos, que los ignora, los invisibiliza. | El contexto de estas imágenes es variado y la presencia arbórea capturada se encuentra difuminada tanto en espacios abiertos al interior de la Pontificia Universidad Católica de Perú en Lima, los jardines de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín o el club campestre Monte Sur en Xochimilco, donde su presencia ha sido respetada y procurada; como también en las tranquilas calles de pueblos como Bernal, Querétaro, Santa Fe de Antioquia, o en los barrios de San Marcos y San Juan en Xochimilco; la singularidad de otros espacios como el centro ceremonial de Kaminaljuyú en Guatemala, el Parque Ecológico de Xochimilco y la zona arqueológica de Toluquilla, Querétaro, permitieron este encuentro intencional. | Retratar la presencia del arbolado abre la posibilidad de mirar a estos individuos singulares que se erigen frente a nosotros con una riqueza morfológica digna de apreciar, valorar, conservar, proteger... sus caprichosos quiebres, su imponente altura, el grosor de su tronco, la textura de su corteza dan cuenta de una riqueza visual que la miopía de funcionarios y empresarios no puede y no quiere ver. Apresar su imagen y mostrarla en otros contextos busca promover el reconocimiento de su arraigo a la calle, al barrio, la colonia, a la plaza, al jardín, al parque; como importantes testigos inmóviles de pequeñas y grandes transformaciones sociales y urbanas que han librado fuertes batallas contra la sierra, el machete, la tala, el automóvil, la banqueta, el muro, el edificio, la urbe. Presencia arbórea es un testimonio de su existencia y al mismo tiempo memoria de la ciudad, del pueblo, de la calle, del entorno cambiante.