Introducción
En México se define como adulto mayor a toda persona que rebase los 60 años de edad; de ellos, 25-30% de los menores de 75 años presentan hipoacusia, y hasta 50% de los mayores de 75.1-3
Se define como hipoacusia la pérdida auditiva por arriba de 20 decibeles; se clasifica en conductiva, neurosensorial y mixta.1 Presbiacusia es una pérdida auditiva por cambios degenerativos propios del envejecimiento, determinada por factores genéticos y estrés físico expuesto a lo largo de la vida.4,5
El estado funcional, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como la capacidad de cumplir acciones requeridas en la vida diaria para mantenerse y subsistir independientemente.5,6
El estado cognitivo, según la OMS, es el conocimiento adquirido para procesar cualquier tipo de información para valorar aspectos determinados.7
Algunas de las principales morbilidades que afectan el estado funcional de los pacientes adultos mayores son evento vascular cerebral, alcoholismo, dislipidemias, déficit sensorial y pérdida del equilibrio.8-10
El estado cognitivo se puede alterar al presentar distintos tipos de demencia, así como trastornos de la atención, depresión, afasia y defectos visuales.11
Material y métodos
Se trata de un estudio prospectivo, longitudinal, observacional y analítico aplicado a la población asilada del Hospital Español de México. Se les realizó una historia clínica para descartar la presencia de comorbilidades que afectaran el estado funcional y cognitivo de la población estudiada y un estudio audiométrico completo para conocer el grado de hipoacusia y poderla clasificar. Se aplicaron las escalas de valoración funcional (Lawton-Brody) y cognitiva (Minimental de Folstein).
La escala de Lawton y Brody fue publicada en 1969 y validada al español en 1993; mide la capacidad funcional de los pacientes aplicada a la vida diaria. La escala cuenta con ocho incisos que dan un puntaje de cero y uno; el paciente es clasificado como totalmente independiente si cuenta con ocho puntos, o con dependencia ligera (seis o siete puntos), moderada (cuatro o cinco), severa (dos o tres) y total (cero o uno).5
El Minimental de Folstein fue publicado en 1975 y validado al español en 1979; cuenta con 30 reactivos. Se considera que los adultos mayores que cuentan con una puntuación de 24 a 30 puntos tienen un déficit leve; el deterioro cognitivo se clasifica como leve (19-23 puntos), moderado (14-18) y grave (< 19).10
Se incluyeron pacientes mayores de 76 años de edad con alteraciones auditivas documentadas con estudios audiométricos y con capacidad cognitiva para resolver los cuestionarios de las escalas de Lawton y Brody y Minimental de Folstein. Se tomaron como criterios de exclusión pacientes que tuvieran algún déficit cognitivo grave que imposibilitara el interrogatorio y las personas que rechazaran responder las escalas y/o realizar el estudio audiométrico, con audición normal, o bien, que tuvieran algún auxiliar auditivo adaptado.
Se estudió una población de 50 adultos mayores, con una edad entre 76 y 95 años; se excluyeron 15 por no cumplir con los criterios de inclusión.
Participó en el estudio un total de 35 adultos mayores; de ellos, 25 fueron mujeres (71%) y 10 hombres (29%), con una edad media de 86 años.
Se realizaron audiometrías tonales completas en un ambiente aislado de ruido con un audiómetro marca Otometrics, modelo Madsen Itera II; las audiometrías fueron realizadas por el mismo operador.
Los resultados de las escalas de Lawton-Brody y Minimental, junto con el resultado de las audiometrías, se evaluaron para su estudio estadístico en el programa IMB SPSS Statistics (versión 20). Se consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0.05. Los parámetros fueron analizados por medio de la prueba t de Student.
Resultados
Del total de la muestra, 34 pacientes (97%) cuentan con enfermedades cronicodegenerativas.
Clasificando las hipoacusias dependiendo del resultado de audiometría tonal, contamos con 14 pacientes (40%) con hipoacusia superficial, 19 (54%) con hipoacusia moderada y dos (6%) con hipoacusia profunda (Figura 1).
Al aplicar el test de Lawton y Brody para medir el grado de dependencia, se cuenta con un nivel de dependencia total de dos pacientes (6%), cinco con dependencia severa (14%), 13 con dependencia moderada (37%), 11 con dependencia ligera (31%) y cuatro totalmente independientes (11%) (Figura 2).
Al comparar el grado de hipoacusia con el nivel de dependencia, se observa una correlación estadísticamente significativa, donde a mayor grado de dependencia será mayor el grado de hipoacusia (p = 0.0260).
Los resultados de la aplicación del test Minimental de Brody muestran cinco pacientes con un nivel cognitivo normal (14%), 19 con déficit leve (54%), 10 con deterioro cognitivo leve (29%) y uno con deterioro moderado (3%). Ningún paciente tiene deterioro cognitivo severo (Figura 3).
Al realizar la comparación entre el grado de hipoacusia y el grado de deterioro cognitivo, se encuentra una correlación estadísticamente significativa con el grado de hipoacusia (p = 0.0049).
Discusión
Resumiendo los resultados obtenidos en el análisis de ambas variables, encontramos que existe una amplia relación entre el nivel de hipoacusia y el grado de deterioro cognitivo y funcional de los adultos mayores en nuestra institución.
Para los adultos mayores, padecer un déficit sensorial tiene implicaciones en su entorno social, causando una mayor dependencia de sus familiares, así como aislamiento de los mismos.7
Está descrito que un paciente adulto mayor con hipoacusia tarda 7.7 años en disminuir cinco puntos en la escala Minimental de Folstein, mientras que un paciente sin hipoacusia tarda 10.9 años.9
Se cree que el deterioro cognitivo en los adultos mayores puede ser causa del aislamiento social provocado por la hipoacusia.9
Conclusión
El estudio nos muestra una clara relación del deterioro cognitivo y el grado de dependencia de los pacientes adultos mayores con el grado de hipoacusia. Si bien no es el único factor, ya que la mayoría (97%) presentan comorbilidades asociadas que pueden influir en su deterioro, sí es una patología determinante que puede mejorarse con un adecuado protocolo para la adaptación de auxiliares auditivos desde el inicio de la aparición de los síntomas.