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Convergencia

versión On-line ISSN 2448-5799versión impresa ISSN 1405-1435

Convergencia vol.15 no.47 Toluca may./ago. 2008

 

Ensayo

 

El desarrollo local en el contexto de la globalización

 

Mercedes Alcañiz Moscardó

 

Universitat Jaume I, Castellón, España / mercedes.alcaniz@fis.uji.es

 

Envío a dictamen: 26 de octubre de 2007.
Aprobación: 03 de noviembre de 2007.

 

Abstract

The main objective of this article is to expound the links between the globalisation process — the present and multidimensional characterisation of the capitalist system expansion worldwide — and local development. The latter is a perspective that emerged in the 80s of the 20th Century as a response to the inadequacies of the macroeconomic policies of development with a view to solving the problems related with job creation and improved social welfare from local and regional domains of development planning. To this end, agents, sectors and powers that interact within the limits of a given territory are involved.

Without losing sight of the global perspective, even though it may seem contradictory, local development in the era of globalisation is considered a fundamental tool to achieve a more human, sustainable development with equity that lasts and is based on a given territory.

Key words: Globalisation, development, human development, local development, new sources of employment.

 

Resumen

El presente artículo tiene como objetivo principal exponer las articulaciones entre el proceso de globalización, caracterización actual y multidimensional de la expansión del sistema capitalista en el planeta, y el desarrollo local, perspectiva surgida en la década de 1980 ante la insuficiencia de las políticas macroeconómicas de desarrollo para resolver problemas asociados con la creación de empleo y la mejora del bienestar social desde los ámbitos locales y regionales de la planificación del desarrollo, contando para ello con la participación de los agentes, sectores y fuerzas que interactúan dentro de los límites de un territorio determinado.

El desarrollo local, sin perder de vista la perspectiva global, se considera una herramienta fundamental para conseguir, en la era de la globalización, y pese a lo contradictorio que pueda parecer, un desarrollo más humano, sostenible, con equidad, duradero y asentado en un territorio.

Palabras clave: globalización, desarrollo, desarrollo humano, desarrollo local, nuevos yacimientos de empleo.

 

En La aldea global1, último trabajo antes de su fallecimiento, Marshall McLuhan se refería a las transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI, con clara referencia a la globalización del entorno.

Desde entonces, el término "globalización" ha pasado a formar parte del acervo terminológico académico y mediático, e incluso cotidiano, de la sociedad actual siendo caracterizado, según los autores, por "el incremento de sus vínculos y espacios transnacionales" (Beck, 1998), o como "a process wich affects us all, in the same measure and in the same way" (Bauman, 1998) o como "un proceso social a través del cual disminuyen los constreñimientos geográficos sobre los procesos sociales y culturales y en el cual los individuos se conciencian cada vez más de esa reducción" (Waters, 2002).

Al mismo tiempo que se produce dicho proceso en la mayor parte del mundo, las ciencias sociales se enfrentan a un reto epistemológico nuevo que desafía el paradigma clásico, fundado en la reflexión sobre la sociedad nacional y la sociedad global, que deviene en un nuevo paradigma explicativo de toda la realidad en la cual se insertan individuos y clases, naciones y nacionalidades, culturas y civilizaciones (Ianni, 1998).

Es en este contexto de expansión de la globalización donde lo local se está reivindicando con fuerza en manifestaciones culturales, étnicas, religiosas o en relación con el ámbito del desarrollo, considerando que, en este caso, desde lo local se puede conseguir una mejor calidad de vida y de bienestar económico.

En las páginas siguientes, expondremos en primer lugar la configuración histórica de este proceso dentro de la complejidad que lo caracteriza; en segundo lugar nos referiremos al concepto dinámico de desarrollo, desde las primeras definiciones relacionadas con el crecimiento económico a aquellas más recientes que tienen también en cuenta el bienestar humano, la sostenibilidad del medio ambiente, y en respuesta al proceso hegemónico de globalización, incorporaremos la perspectiva de lo local en el desarrollo. Para concluir, centraremos nuestra atención en la articulación entre dicho proceso de globalización y el desarrollo local, impulsado tanto desde los mismos ámbitos locales como desde los organismos internacionales, como una vía de acceso para conseguir el desarrollo y el empleo, ambos mecanismos unidos en la persecución de reducir la pobreza considerada uno de los objetivos prioritarios en el mundo actual e incluido como Objetivo 1 en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de 2000.

 

El proceso de globalización: referencia histórica y analítica

La mayoría de las y los científicos sociales y pensadores actuales han reflexionado sobre la sociedad del presente y los cambios que en ella están teniendo lugar. El proceso de globalización es uno de estos temas de reflexión y sobre él, los diversos autores han elaborado distintas definiciones sobre el concepto.2

Anteriores propuestas teóricas, como la del "sistema mundial capitalista" de Immanuelle Wallerstein, que hacía también referencia a la expansión del sistema económico de producción capitalista por el resto del mundo, ha quedado más en el ámbito académico; mientras que el término "globalización" ha pasado a formar parte del lenguaje cotidiano y analítico de la sociedad actual.

Para el sociólogo alemán Ulrick Beck (1998), la singularidad del proceso de globalización radica "en la ramificación, densidad y estabilidad de sus recíprocas redes de relaciones regionales-globales empíricamente comprobables y de su autodefinición de los medios de comunicación, así como de los espacios sociales y de las citadas corrientes icónicas en el plano cultural, político, económico, militar y ecológico".

Esta definición responde a la concepción de la globalización como un proceso multidimensional, que afecta a los diversos ámbitos del sistema, siendo esto una de sus señas de identificación.

Otros autores, entre los que se sitúan Joseph Stiglitz (2002), David Harvey (2007) o Ignacio Ramonet (1997, 2007), desde perspectivas diferentes, expresan críticas contra el proceso y reivindican "una globalización con un rostro más humano".

Ahora bien, este nuevo "hecho social" al decir de Durkheim (1973), no se ha producido de repente sino que ha tenido una trayectoria histórica acelerada en el momento actual, por una serie de acontecimientos entre los que se encuentran la expansión del sistema económico capitalista tras la caída del Muro de Berlín, así como la importancia que el desarrollo y extensión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han tenido en dicho proceso expansivo como infraestructuras necesarias para que ello se produjera.

Repasaremos a continuación los acontecimientos más trascendentales en el proceso de configuración de la globalización.3

 

Referencia histórica

Con la Edad Moderna (europea) se inicia el "descubrimiento del mundo", por el cual Europa se lanza, allende los mares, a abrir nuevas rutas comerciales y a buscar nuevas fuentes de riqueza. Antes de ese momento, el "mundo" se centraba en el comercio y los contactos entre Europa, el norte de África y Asia. La denominada Ruta de la Seda marcó durante años el comercio entre China y Europa.

En esta época se inicia también la constitución de los Estados-nación europeos, modelo político que luego se extendería al resto del planeta y que desde su creación, ha mantenido una importante relación con la expansión del capitalismo.

A partir de mediados del siglo XX, la Revolución Industrial acelera su expansión por el continente europeo y poco más tarde por el norteamericano. Surgen los nuevos centros industriales en las grandes ciudades o en lugares cercanos a la fuente de energía más utilizada, el carbón en ese momento. Sin lugar a dudas, con el surgimiento del industrialismo, la historia humana asistirá a un proceso de crecimiento y desarrollo como jamás había tenido lugar con anterioridad y desencadenará una serie de cambios en las formas de vida que tendrán gran trascendencia para el futuro.

Es una época de movimiento y de intercambio, movimiento de mercancías, capitales y personas, ayudadas por un adelanto en los medios de transporte y comunicaciones,4 que contribuyen a acercar territorios y sociedades.

Esta época la consideraríamos como de "despegue", al decir de Rostow (1993), del proceso de interconexión entre distintas partes del planeta, si bien dicha interconexión se refería fundamentalmente a Europa y a América y en menor escala a Australia y el resto de las todavía colonias europeas distribuidas por todo el mundo.

El proceso de expansión mundial se paralizó con el estallido de la Gran Guerra y el consiguiente hundimiento de la economía europea y del crack de Wall Street en 1929. Tanto la producción como el comercio internacional experimentaron un retroceso y con ellos llegó el proteccionismo de los Estados y el desempleo con la consiguiente crisis económica y social, y la "vuelta atrás" en lo anteriormente conseguido.

Después, el denominado periodo de entre-guerras fue de estancamiento económico, además del surgimiento de los fascismos europeos, y que derivaron en la Segunda Guerra Mundial.

Finalizada la guerra con la victoria de los aliados, Estados Unidos, URSS, Gran Bretaña y Francia, se instauró un nuevo sistema monetario internacional en Bretton Woods (1945), creándose en dicha reunión las principales instituciones internacionales, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el General Agreement on Tariffs and Trade (GATT),5 con objetivos claros sobre la economía internacional y el crecimiento capitalista en el mundo.

Con este propósito, el desarrollo de los diversos países se crea dentro de las Naciones Unidas, organismo político internacional creado en 1946 con el objetivo de constituir una especie de gobierno mundial, la Ayuda al Desarrollo para apoyar el proceso de desarrollo en aquellos países. Las Naciones Unidas están interesadas en apoyar el proceso y para ello crean las Décadas del desarrollo y el PNUD (Diez de Velasco, 2002: 311 y ss).

Apoyado por instituciones políticas y económicas, el proceso de interconexión entre Estados y economías se acrecienta produciéndose un incremento sorprendente en la producción y el comercio internacional.

Entre 1950 y 1973, la producción se multiplicó por 3,6 y el comercio por 6.

Las economías se fueron abriendo al capital extranjero, y las empresas multinacionales (o transnacionales) fueron expandiéndose y aumentando su número.

El proceso de globalización se aceleró desde los inicios de la década pasada con motivo, como he señalado con anterioridad, de la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS; también por la expansión exponencial de las tecnologías de la comunicación y de la información (Castells, 2006: 88). Como consecuencia, la economía capitalista "conquista" el globo multiplicándose los intercambios económicos en la producción, el comercio, las finanzas, la cultura y las relaciones políticas.

El denominado Consenso de Washington (1989)6 surge como documento de directrices económicas en esta nueva etapa, abogando por más mercado y menos Estado, en definitiva por un neoliberalismo.7 Sobre la implementación de dicho consenso en los Estados con menor nivel de desarrollo, señala Stiglitz (2002: 39) que no eran las apropiadas para países en los primeros estadios de desarrollo o las primeras fases de la transición.

Los denominados Nuevos Países Industrializados destacan por sus altas tasas de crecimiento, superiores siempre a los antiguos países industrializados, y se produce la marcha de numerosas empresas a dichas naciones, la denominada deslocalización, con salarios más bajos y sin las regulaciones laborales existentes en los países occidentales. La deslocalización es, junto con la reducción del empleo, el ajuste en los salarios y el aumento en los ritmos de producción, los cuatro grandes principios de la racionalización de las empresas (Ramonet, 2007). Proceso que afecta a los trabajadores menos cualificados de estos países, que se ven sujetos a un proceso de reconversión o al desempleo.

En el momento en el que nos encontramos, las desigualdades entre los países no han desaparecido, y si bien podría decirse que la globalización trae riqueza, trae también un mayor número de pobres8 y un incremento en las desigualdades entre los países y dentro de ellos.

 

Referencia analítica: las dimensiones de la globalización

El proceso de globalización tiene consecuencias en distintas dimensiones de la vida social, como son la económica, la política, la cultural y la ecológica. Es, a la vez, un nuevo paradigma interpretativo para explicar los cambios que acaecen en el momento actual y/o a la vez un factor de cambio que influye en todas las partes del sistema social. A continuación describiremos brevemente cómo afecta la globalización a las distintas dimensiones señaladas.

Economía9

El proceso de globalización en lo que incumbe al aspecto económico está claramente vinculado con la expansión del sistema capitalista; como ya señaló K. Marx en el siglo XIX cuando desarrolló su teoría sobre la expansión del capitalismo, el capitalista procura romper las fronteras nacionales, extendiendo los medios de transporte y de comunicación a los puntos más inaccesibles del planeta, intentando expandir los mercados por el mundo y aprovechándose de la fuerza de trabajo necesitada.

Veamos las principales características definitorias de este proceso de globalización económica:

Consideramos el incremento del comercio internacional como el factor fundamental de la interdependencia entre los países al poner en relación con productores y consumidores geográficamente distantes. Puede decirse que a partir de la Segunda Guerra Mundial, la expansión comercial y las inversiones extranjeras directas se convirtieron en los motores del crecimiento de todo el mundo (Castells, 1997: 108) y superaron progresivamente con creces a la aportación generada por el Producto Interior Bruto (PIB). Así, entre 1990 y 2000, el índice de crecimiento anual del volumen total de las exportaciones alcanzó 6,8% frente a 2,3% de la producción (Guillochon, 2003: 10). Estos intercambios afectan esencialmente al mundo occidental y a Asia, a Latinoamérica en menor medida, quedando África y otros países con conflictos bélicos o estructurales en su economía al margen.

Es decir, que dentro del proceso de globalización en marcha se distingue un proceso de regionalización, la denominada tríada dominante que incluye a: la Unión Europea, Norteamérica y el Pacífico Asiático. Es entre ellos y desde ellos donde se producen el mayor número de intercambios en la producción y en las finanzas.

Como consecuencia de este incremento del comercio global se establece la división internacional de trabajo10, que incluye una separación entre las denominadas sociedades centrales o metropolitanas caracterizadas por una producción intensiva de capi tal y de alto valor añadido, y las sociedades periféricas definidas por la producción intensiva en trabajo y con bajo valor añadido. Ahora bien, esta división binaria queda en entredicho con la conversión de algunos países en vías de desarrollo en nuevos países industrializados (NPI) y con el traslado de empresas multinacionales hacia dichos países, la denominada deslocalización, alterando los mercados laborales donde se ubican, ya que no exigen exclusivamente mano de obra productora de bienes sino también personal más cualificado, con la consiguiente formación de una clase media emergente con acceso a consumos más similares a los de los países occidentales.

Si bien es cierto que la mayoría de la producción se realiza actualmente en los NPI asiáticos y en menor medida en Latinoamérica y algunos países de la antigua Europa del Este con motivo de los menores salarios y reglamentaciones laborales, la misma dinámica de expansión del sistema capitalista genera la formación de una estructura de clases sociales similar a la occidental.

El instrumento mediante el cual se lleva a cabo de forma notoria el proceso de globalización es la empresa multinacional. Según estimaciones de las Naciones Unidas, al inicio del siglo XXI había en el mundo un total de 63 mil multinacionales con 690 mil filiales extranjeras, y las cien primeras, en términos de activos extranjeros, llevaron a cabo 16% de todas las ventas mundiales. La sede suele ubicarse en los países desarrollados y sus sectores de actuación suelen ser los productos electrónicos, el sector automovilístico, el petróleo y la distribución. Por otra parte, la actual tendencia a la liberación propiciada por la OMC fomenta la deslocalización del capital en el sector terciario.11

En resumen, el proceso de deslocalización de empresas multinacionales hacia otras economías emergentes que ofrecen ventajas superiores de rentabilidad, con motivo de los salarios más bajos y condiciones laborales más duras, junto con las inversiones extranjeras directas12 y las inversiones en cartera, que se efectúan por parte de empresas o especuladores financieros13 que desean beneficiarse de las variaciones de los valores en las bolsas mundiales y obtener beneficios de las fluctuaciones de los tipos de cambio entre las distintas monedas son las piedras angulares del proceso de globalización económica.

Política

El Estado como principal institución política desde la denominada Paz de Westfalia (1648) está también siendo afectado por la globalización, si bien sigue constituyendo la principal forma de poder político, de gobierno y administración en el mundo actual.

D. Held (1997: 207-209; 2002), muy partidario de la creación de un "gobierno mundial", hace referencia a que las crecientes conexiones económicas y culturales reducen el poder y la eficacia de los gobiernos de los Estados-nación, los cuales dejan de controlar el flujo de las ideas y de los bienes económicos dentro de sus fronteras, y también que muchos ámbitos tradicionales de responsabilidad del Estado (defensa, comunicaciones, administración económica, seguridad, etcétera) están siendo coordinados en una base internacional o intergubernamental.

El proceso de cesión o de compartir la soberanía estatal con otros organismos e instituciones de ámbito supraestatal, comenzó después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de las Naciones Unidas y organismos a ella vinculados,14 la firma de Tratados Multilaterales (OTAN, SEATO, Pacto de Varsovia, OPEP), la constitución de organismos internacionales con la finalidad obvia de "dirigir" la economía mundial (FMI, BM, OMC), la creación de figuras supraestatales como la Unión Europea, el TLC, el ASEAN, etcétera), y finalmente el progresivo crecimiento de las Organizaciones no Gubernamentales. Todo esto apoyado por la celebración de numerosas cumbres y conferencias mundiales sobre diversos temas de interés global, porque, como dijo Dani el Bell hace años, "el Estado-Nación se está volviendo demasiado pequeño para los grandes problemas de la vida y demasiado grande para los pequeños".

Señala Waters (2002: 98) que en las actuales circunstancias de globalización, el principio de soberanía es frecuentemente violado bajo el pretexto de que los habitantes del planeta experimentan un conjunto de problemas comunes que pueden ser agudizados por las acciones individuales de un Estado-nación. Las violaciones de soberanía se pueden referir tanto a aspectos políticos, incluidos aquí los ataques militares considerados como "guerras preventivas" en el más puro estilo de Clausewitz (caso Iraq) o económicos, como cuando las instituciones financieras globales entran en un país aplastando a los competidores locales (Stiglitz, 2002: 55).

Veamos a continuación cuáles son esos problemas comunes de la humanidad y cómo las directrices políticas globales15 se superponen a la soberanía política, y en ocasiones cultural, de los distintos Estados:

— En el ámbito político podemos destacar la "imposición" de la democracia como sistema político y la aplicación de los derechos humanos como norma superior16 que se convierten en un importante símbolo de legitimación, lo cual permite la intervención de uno o más Estados en los asuntos internos de otros Estados con un relativo apoyo global.

— Otro problema considerado planetario sería el referido al medio ambiente, al que nos referiremos posteriormente, y a cuestiones de salud como el sida y actualmente la gripe aviar.

— El tema del desarrollo se introdujo en la agenda global después de la Segunda Guerra Mundial (Alcañiz, 2005: 5), con el objetivo de conseguir una mejora en los niveles de vida de las personas; si bien este objetivo lejos de conseguirse está dando lugar a diferencias entre las distintas partes del planeta llevando a considerar a la desigualdad como uno de sus problemas más importantes. La pobreza es tema central en la agenda global actual, así expresado en los Objetivos del Milenio (2000) de las Naciones Unidas.

— Finalmente, no podemos obviar el tema de la paz y la seguridad. A los tradicionales conflictos bélicos entre Estados, se unen ahora las guerras civiles étnicas o religiosas en el interior de éstos, y el terrorismo internacional "estrella mediática" diaria y talón de Aquiles de los Estados, hasta ahora únicos detentadores de la violencia legítima, al decir de Weber.

Los Estados se encuentran en el centro de una malla de nuevas relaciones que se extienden desde el nivel local hasta el global, compartiendo, pues, soberanía con todos los nuevos organismos, instituciones y organizaciones en el ámbito político y en lo que hace referencia al ámbito económico, compitiendo en el proceso de globalización económica con las empresas multinacionales y con los otros Estados-nación que compiten por obtener mejor posición económica a nivel internacional.

Cultura

La cultura como principal aspecto identificador de la sociedad humana ha experimentado una transformación sin precedentes con la expansión de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), ya que además de suponer un cambio en lo que se denomina cultura material de la sociedad, este cambio conlleva también la expansión de contenidos, de símbolos, produciéndose un intercambio de contenidos culturales, referidos a valores, estilos de vida, comportamientos, etcétera, como nunca antes se había dado.

Las posibilidades que presentan las TIC en relación con esta expansión de los contenidos culturales ha permitido la creación de las industrias culturales, la conversión de la cultura en una mercancía más para introducir en el mercado; ahora bien, dichas industrias favorecen la homogeneización y a la vez permiten atender en forma articulada las diversidades sectoriales y regionales (García Canclini, 2001: 24).

Es en las industrias audiovisuales como el cine, la televisión, la música y los circuitos informáticos donde la globalización es notoria como patrón reorganizador. La economía mundial tiene en las industrias culturales mucho más que un recurso para moldear los imaginarios, es una de las actividades económicas más rentables.

Esto es debido a diversos motivos interrelacionados con el proceso de globalización en ciernes y cuyos aspectos explicativos hemos señalado anteriormente:

— La formación de mercados globales de bienes simbólicos en relación con la aplicación de las TIC, la informática, los satélites y la red.

— Desaparición de los bloques predominantes en la Guerra Fría la aparición de los acuerdos de libre comercio e integración regional.

— La integración multimedia que articula en paquetes de comercialización audiovisual las películas y los videos, los discos, los programas informáticos, los derechos de exhibición en televisión, etcétera.

— La progresiva centralización del control de los medios, lo que lleva al monopolio de la difusión de imágenes con el consiguiente control y/o manipulación.

De este modo la cultura deja de ser algo controlado por el Estado para pasar a ser controlada por las empresas privadas. Ramonet (1998: 251) habla de la deserción del Estado en este ámbito y se pregunta dónde quedan los derechos de los ciudadanos al pluralismo informativo si los medios de comunicación están controlados por grupos privados de las denominadas industrias culturales.

Ahora bien, como señala García Canclini (2001: 76), las industrias culturales no pueden sedimentar tradiciones ya que sabemos que las producciones son, como otras tantas cosas en el actual momento económico, de producción efímera, por lo que si algo caracteriza al presente sería, sin duda alguna, la movilidad y lo poco duradero. El cambio constituye el valor central en nuestra sociedad, el cual queda reflejado en la producción y duración efímera de todas las cosas e incluso de las relaciones.

Otros autores sugieren que la globalización de la cultura se centra mucho en la cultura del consumo, desarrollada en USA a mediados del siglo XX y extendida posteriormente al resto del mundo. En una cultura de consumo, los objetos consumidos asumen un valor simbólico y no sólo material o de necesidad. La publicidad, otro de los aspectos centrales de nuestra sociedad actual, vinculado con el marketing económico, con el arte, pero con un objetivo claro de manipulación para que los consumidores deseen más de aquello que necesitan.

En una cultura de consumo, éste se vuelve la principal forma de autoafirmación y la más importante fuente de identidad. Todo se vuelve mercancía, la cultura experimenta, al decir de Waters (1999: 134), una "hipermercadorización", en la cual la mínima diferencia entre los productos, la firma del diseño fundamentalmente, puede determinar variaciones abismales en el precio, y consiguientemente se constituyen en "marcas de etiqueta" accesibles sólo a unos cuantos, por lo que son referentes de estratificación.

G. Ritzer (1995) analiza la cultura de consumo en cuanto extensión del proceso de racionalización occidental, refiriéndose a este proceso como "mcdonalización", término que significa para él la reordenación del consumo y de la producción, la homogeneización en aras de la racionalidad y el beneficio empresarial.

Además de la presencia de las TIC, los medios de comunicación de masas y la publicidad, encontramos otros indicadores que nos muestran la presencia cada vez mayor de una cultura global, entre otros podríamos señalar: la importancia del dinero como valor central, los medios de transporte, la arquitectura urbana, los centros comerciales, el inglés como lengua de intercambio, los espectáculos mediáticos globales, el deporte, el planeta convertido en mercancía a través del turismo global...

Ahora bien, pese a la retórica unificadora, las diferencias históricas y lo cales persisten porque los poderes globales son, de momento, insuficientes para abarcar a todos, y porque lo local, lo tradicional se "globaliza", incorporando frente a la homogeneidad de lo ofrecido por la lógica económica global, lo particular, lo diferente como valor añadido.

De la misma manera, igual que las lógicas tecnológicas facilitan la expansión de la cultura hegemónica dominante, facilitan también la relación entre las culturas minoritarias y su presencia en la red manifiesta su derecho a la existencia.

Medio ambiente

Cuando comenzó el proceso de industrialización en Europa y Norteamérica con el consiguiente consumo de materias primas y contaminación, los pensadores de la época veían sólo las secuelas que tenía este cambio de sistema de producción en los humanos, no consideraban las previsibles consecuencias que dicho proceso tendría en el medio ambiente, en la naturaleza.

En la segunda mitad del siglo XX, con el comienzo del auge en el crecimiento industrial allende las fronteras europeas y norteamericanas, empiezan a plantearse los problemas de este crecimiento desmesurado y que necesita una gran cantidad de materias primas para su funcionamiento.

Así, en 1972, el denominado Club de Roma17 elabora un informe titulado "Los límites del crecimiento", en el que alertaba de los peligrosos efectos que podía tener el crecimiento económico sobre el medio ambiente, ya que podía suponer el agotamiento de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente en un tiempo determinado.

A partir de aquí se inicia un movimiento de concienciación sobre los peligros del crecimiento que fue tomado en cuenta también por los organismos internacionales, celebrándose en Estocolmo en 1972 la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. En esta conferencia se concedió por primera vez un papel preponderante a los problemas medioambientales en las negociaciones internacionales, poniendo en evidencia las contradicciones que pueden surgir entre el desarrollo como objetivo primordial y el mantenimiento del equilibrio ecológico.

Este intento de combinar desarrollo con equilibrio ecológico se plasma en el Informe Brudtland (1987), elaborado por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (Naciones Unidas), el cual define el desarrollo sostenible como: "Aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".

La conciencia de que los problemas ecológicos son problemas fundamentalmente globales se produjo en la denominada Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992. En esta conferencia mundial, los países desarrollados se comprometieron a aumentar las ayudas públicas a los países en vías de desarrollo, siempre y cuando dichas ayudas se destinaran a la preservación del medio ambiente. Además, los Estados industrializados debían estabilizar sus emisiones de gas de efecto invernadero, con el fin de que en 2000 su nivel no fuera superior al de 1990. Por el contrario, los países emergentes no se hallaban sujetos a ninguna condición sobre este tema, especialmente China, la India y Brasil. En esta conferencia se aprobó también la Agenda o Programa 21.

El siguiente momento señalado en la consideración de la problemática del medio ambiente como una cuestión global, que atañe al planeta entero, es la aprobación del Protocolo de Kyoto en 1997, en el que se establecen las normas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero entre 1999 y 2008 para los países industrializados, si bien los compromisos de reducción varían notablemente entre un país y otro.

La Unión Europea ha ratificado el Protocolo pero Estados Unidos, responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales no lo ha hecho.

La importancia que tiene el cambio climático en el contexto global quedó reflejado con la concesión al ex vicepresidente Al Gore y al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU y su presidente Rajendra Pachauri, el Nobel de la Paz 2007.

En todas las conferencias celebradas sobre el desarrollo sostenible, el tema de las emisiones de gases tóxicos de efecto invernadero es uno de los que ha recibido mayor atención. Dicho tema está directamente relacionado con el problema del cambio climático,18 que podría tener consecuencias especialmente graves para el equilibrio ecológico del planeta.

El cambio climático está relacionado con las emisiones de gas provocadas por los transportes, las actividades industriales y domésticas (CO2, metano y óxido nitroso), y dará lugar a un incremento en la temperatura del planeta de varios grados centígrados, lo cual producirá fenómenos climáticos violentos como inundaciones, sequías, tormentas, tsunamis,19 etcétera.

Otra consecuencia importante del cambio climático es la desertización de las tierras cultivables, al que hay que añadir la deforestación y sobreexplotación de los suelos, con gravísimas consecuencias para las poblaciones de los países menos desarrollados y agrícolas.

Para finalizar este punto, no podemos olvidar que el proceso de globalización respecto a la expansión del sistema de producción capitalista, conlleva un consumo incontrolado de energía no renovable; en concreto, el control por los recursos petrolíferos y de gas natural puede ser, y de hecho ya lo está siendo, el origen de futuros conflictos bélicos a no ser que se dedique una mayor inversión al avance de otras energías como la solar, la eólica o la de hidrógeno. Lo que en definitiva queda claro es que el actual proceso de crecimiento económico global necesita para su subsistencia de energía, y que ésta, sobre todo en las variantes más utilizadas como el petróleo20 y el gas, son en primer lugar finitas y en segundo lugar, tienen una localización territorial concreta en el planeta, que hace que dichos lugares se consideren estratégicos en el sistema geopolítico actual.

Por otra parte, la expansión del capitalismo en otras zonas del mundo contribuye a la creación de la clase media urbana, consumista de productos y energía, acelerándose así las demandas de combustibles y otros productos finitos, y nos sugiere la siguiente pregunta: ¿cómo conciliar las exigencias de expansión económica, la igualdad entre los ciudadanos frente al consumo y el mantenimiento de los recursos naturales?

 

El concepto dinámico de desarrollo

Contextualizado el concepto de globalización pasaremos en este punto a exponer el significado de desarrollo local y su articulación con la globalización como paradigma de referencia en el presente; para ello, nos referiremos brevemente al significado de desarrollo en su relación dialéctica con los cambios acaecidos desde su inclusión como tema prioritario en la política internacional.

 

El desarrollo en la agenda global

La idea de desarrollo, heredera de la ilustrada idea europea de progreso, se incluyó en la agenda setting global después de la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos, potencia hegemónica en el momento, puso en marcha en 1947 el denominado Plan Marshall para la reconstrucción de la Europa devastada. Poco después se celebró en Bogotá (Colombia) la Conferencia Panamericana, en la cual los países latinoamericanos revindicaron también ayuda económica para su desarrollo, iniciándose así la denominada Ayuda económica a los países en vías de desarrollo.

Dicho concepto de desarrollo proponía a la industrialización como motor de crecimiento, situándose la cuestión técnica en cómo los países pobres podrían convertirse alguna vez en ricos, lo cual en última instancia quería decir: cómo los países pobres podrán llegar a ser como los ricos occidentales.

Las Naciones Unidas asumen la consecución de este objetivo mediante la proclamación de los decenios del desarrollo, la organización de diversas cumbres internacionales y la creación de organismos concretos como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas del Comercio y del Desarrollo) y la ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) (Diez de Velasco, 2003).

El desarrollo se entiende como un proceso de cambio social en las sociedades, pero en una dirección concreta que es la de llegar a ser como las sociedades occidentales en cuanto a la industrialización y al aumento en el nivel de vida de los habitantes de un país o sociedad. Para ello se instituyó un índice de medición denominado Renta per cápita, el cual hacía referencia a la cantidad media de renta que tiene cada persona de un país en relación con su Producto Interior Bruto y al total de población que éste tenga. Vemos, pues, el carácter puramente economicista y cuantitativo del primer significado del concepto de desarrollo.

La planificación estatal, a través de la implementación de los planes de desarrollo, se convirtió en el instrumento para lograr este objetivo; dichos planes se centraban en la creación de industrias en las naciones en vías de desarrollo como mecanismo para desarrollar a las sociedades, mediante la aplicación de políticas macroeconómicas.

A finales de la década de 1970 comienza a cuestionarse el concepto de desarrollo tal y como se venía entendiendo hasta la fecha;21 a partir de aquí se defiende una nueva definición de desarrollo más centrada en las personas que en el crecimiento económico, denominándose Desarrollo Humano, y estableciéndose un nuevo índice de medición, el Indice de Desarrollo Humano (IDH), que incluye además de la Renta per Cápita, la esperanza de vida y la Tasa de Alfabetización.

Fue Amartya Sen, premio Nobel de Economía en 1999, quien argumenta a favor tanto del reconocimiento de las cualidades humanas, como de la "capacidad humana" como expresión de la libertad, es decir, la propia capacidad que las personas tienen para hacer uso de sus cualidades adquiridas (Stein, 2003: 3).

La tesis de Sen, a favor de una visión más amplia de desarrollo, es articulada en la definición de Desarrollo Humano, asumida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta definición concibe el desarrollo como un proceso a través del cual se amplían las oportunidades de los individuos, entre ellas, una vida prolongada y saludable, acceso a la educación y a los recursos indispensables para un nivel de vida digno (Stein, 2003: 11). Igualmente, se concede un gran valor a las libertades políticas, económicas y sociales, a la probabilidad de ser creativo y productivo, al respeto a sí mismo y al disfrute de la garantía de los derechos humanos.

El PNUD, al instituir el IDH en 1990, posibilita despertar de la conciencia global, ya que evidencia las múltiples y complejas dimensiones de las capacidades humanas, y señala que el desarrollo humano proviene de una acción pública deliberada y efectiva para permitir a las personas participar en el proceso de desarrollo y beneficiarse de él.

Por otra parte y como hemos señalado anteriormente, la creciente expansión del proceso industrial provoca una serie de impactos medioambientales, relacionados con el incremento de CO2, el denominado calentamiento global, capa de ozono, consumo de energías no renovables, deforestación, que manifiestan los límites del crecimiento, así como sus consecuencias globales. Con estos acontecimientos se constituye el concepto de desarrollo sostenible, ya definido en un punto anterior.

En cuanto a la relación dialéctica entre desarrollo y cambios sociales, podemos afirmar que en el presente, y tomando a la globalización como paradigma teórico de referencia, ésta se convierte, sin duda alguna en una teoría de desarrollo22, porque entre sus postulados se sitúa el de promover una mayor industrialización en todo el mundo, el de integrar a todas las partes del planeta, afectando a sus condiciones sociales y políticas en los diversos países.

 

Del desarrollo al desarrollo local

La perspectiva de desarrollo local surge en la década de 1980 como reacción al proceso de globalización y ante la insuficiencia de las políticas macroeconómicas de desarrollo, para resolver problemas asociados con la creación del empleo y la mejora del bienestar social, y se centra en darle una mayor presencia a los niveles locales y regionales en la planificación del desarrollo.

El desarrollo local representa una estrategia diferente para el desarrollo en la sociedad global, ya que no constituye exclusivamente un proceso económico sino también un proceso sociopolítico en el que los actores sociales, políticos y económicos del entorno a desarrollar tienen presencia, si bien, y como señalan Pérez y Carrillo (1999), su objetivo es reactivar la economía aprovechando los recursos endógenos existentes.

Contrariamente a los fenómenos anteriores de desarrollo, que se aplicaban de "arriba abajo", el desarrollo local invierte esta tendencia y propone una estrategia de "abajo a arriba".

A continuación damos la definición de desarrollo local:

Proceso en el que una sociedad local, manteniendo su propia identidad y su territorio, genera y fortalece sus dinámicas económicas, sociales y culturales, facilitando la articulación de cada uno de estos subsistemas, logrando mayor intervención y control entre ellos. Para llevar adelante dicho proceso, es fundamental la participación de los agentes, sectores y fuerzas que interactúan dentro de los límite de un territorio determinado, los cuales deben contar con un proyecto común que combine: la generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de género, calidad y equilibrio espacial y territorial, con la finalidad de elevar la calidad de vida y el bienestar de sus pobladores (Casanova, 2004: 26).

El desarrollo local, de forma similar a la definición general de desarrollo, tiene como objetivo general mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población local de la que surge, y como objetivos particulares, concretos, incluye: el crecimiento económico, el fomento del empleo, la equidad y la sostenibilidad ecológica.

Veamos en la tabla siguiente las diferencias y/o similitudes entre el desarrollo y el desarrollo global:

Ambos son procesos orientados, construidos socialmente; lo que los diferencia es la orientación dada, los participantes en el proceso y los resultados.

Desde un punto de vista internacional, organismos como el PNUD y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han apoyado la estrategia de desarrollo local con la creación del programa de Desarrollo Económico Local (DEL) <www.ilo.org/led>.

El enfoque DEL consiste en aprovechar recursos locales y externos y ventajas competitivas locales en el contexto global, con el objetivo final de crear empleo decente23 y estimular la actividad económica.

Características del enfoque DEL (Prieto, 2003: 3):

- Es un enfoque de "abajo" a "arriba" que promueve procesos de participación y toma de decisiones.

- Es un enfoque a largo plazo, que promueve el hecho de que la propiedad del proceso de desarrollo sea de los actores locales.

- Promueve el asociacionismo público-privado.

- Reúne actores locales alrededor de una mesa con el propósito de construir la confianza, fomentar la innovación, promover la creación de redes sociales y contribuir a la resolución de conflictos.

- Las actividades se llevan a cabo en un territorio definido por un límite administrativo, económico, histórico y sociocultural.

- Es un medio de conseguir una movilización eficaz de recursos locales para fomentar inversiones con alto rendimiento socioeconómico.

- Las iniciativas DEL usan recursos endógenos, maximizando, al mismo tiempo, la ventaja competitiva del territorio para atraer inversiones externas al territorio.

- Fomenta y amplía redes entre grupos locales, nacionales e internacionales, facilita la integración de las prioridades locales y estrategias de desarrollo en políticas y legislación nacional.

Recientemente, en 2004, tuvieron lugar dos eventos internacionales que manifiestan la importancia que lo local ha adquirido en la sociedad global del momento: la World Comisión on the Social Dimension of globalization, organizada por la OIT, siendo la primera vez que una agencia de las Naciones Unidas se centra en la dimensión local como medio para alcanzar una globalización con oportunidades para todos, y en París el movimiento mundial de las municipalidades presentó a la organización United cities and Local Governement (UCLG), con la pretensión de convertirse en la voz mundial representativa de los gobiernos locales democráticos.

La OIT considera relevante dar voz y "empoderar" a las comunidades locales como una manera de devolver autoridad y recursos en relación con el principio de subsidiaridad: refiriéndose este punto a que la administración debe delegar en el nivel más cercano a los ciudadanos/as, porque así el vínculo entre políticas y necesidades reales de las personas se refuerza. Se señala, además, que las capacidades económicas locales pueden fortalecerse si se respeta la cultura y la identidad locales.

De ahí la importancia de contar con procesos de descentralización en los Estados, para que la dimensión local en el desarrollo pueda aplicarse eficazmente y sea efectiva en relación con los procesos antes señalados.

En Europa, fue el Libro Blanco sobre crecimiento, competitividad y empleo (Informe Delors, 1993)24 el punto de partida que inició el interés por el desarrollo local, en el marco de elaboración de la Estrategia Europea de Empleo (EEE), desarrollada como respuesta a una situación específica: la mejora en la situación laboral de los europeos/as en una época de crecimiento del desempleo en la Unión.

Posteriormente se elaboraron los Pactos Territoriales por el Empleo, proceso que tiene que ir acompañado de la descentralización institucional y administrativa, necesaria para que dichas estrategias de creación de empleo a nivel local se implementen.

 

La articulación entre el desarrollo local y la globalización

En los puntos anteriores relatamos, en primer lugar, a la globalización como un término multidimensional que hace referencia tanto a cuestiones económicas como tecnológicas, culturales, políticas y medioambientales, relacionadas con el hecho de que cada vez más se esté configurando un planeta más integrado e interrelacionado, y, en segundo lugar, caracterizamos al desarrollo local como un desarrollo que se produce en un territorio concreto y que los actores en él insertados deciden las estrategias para conseguirlo pero sin obviar la existencia de lo "global".

A continuación veremos cómo se articula este proceso de desarrollo local en el contexto global en el cual actualmente nos encontramos. Para ello exponemos las tres posturas teóricas predominantes ante el hecho de cómo enfrentan las localidades la problemática global-local (Boissier, 2005: 5; Gallichio, 2003: 6):

— Como una amenaza que tiende a eliminar las autonomías y a los actores locales o regionales que ofrezcan resistencia al proceso global.

— Como una alternativa para enfrentar la amenaza globalizadora; se les concede un gran protagonismo a los actores locales.

— Como la posibilidad de una articulación entre lo local y lo global concibiendo a la globalización como una oportunidad y un desafío a explotar en pro del desarrollo local.

La primera de las respuestas sería derrotista, es decir, considera a la globalización como una fuerza avasalladora frente a la que poco se puede hacer.

La segunda sería la de negando la evidencia del actual proceso global, cerrarse en lo local sin tener en cuenta lo anterior.

La tercera sería la pragmática, al considerar que ya que la globalización está ahí, lo mejor que se puede hacer es que sea una oportunidad para el desarrollo local, pues permite un mayor acceso a recursos globales relacionados con la tierra, el capital y los mercados, y a la vez se revalorizarían los recursos endógenos.

Si optamos por esta última propuesta tenemos que ser conscientes de que no existe una única manera de que lo local se inserte con éxito en el proceso global, sino que dicha manera está relacionada con las características propias del territorio, de los actores locales y de las empresas, en definitiva en cómo y por quién se va a llevar a cabo.

Resumiendo, vemos dos posturas antagónicas en este proceso de articulación entre lo local y lo global: la primera, es por la que optan los denominados globalizadores, los cuales defienden a la globalización como directora de todo el proceso, basándose para ello en que una fracción importante del capitalismo se concentra y centraliza de forma progresiva por lo que las localidades, regiones o países están siendo rediseñadas de acuerdo con la economía global y las empresas transnacionales.

La segunda estaría representada por los localistas, que defienden lo local como una reacción del consumo frente a la homogeneización de los bienes y servicios transados y a la respuesta de un aparte de las empresas a través de la especialización flexible, la adaptación al cambio incesante y a la permanente innovación. Ello conlleva escalas pequeñas de producción que son facilitadas por la cercanía geográfica, de aquí la revalorización del territorio.

El término "glocal" (Boisier, 2005: 8) se ajusta a estas caracterizaciones, ya que en este contexto se habla de glocal con dos significados diferentes en función de que sea la empresa o el territorio el afectado: así, para la empresa, se habla de glocal con un significado de "piensa global y actúa local", y para el territorio: "piensa local y actúa global".

En este sentido, el desarrollo local dentro de la globalización es una resultante directa de la capacidad de los actores y de la sociedad local para estructurarse y movilizarse, con base en sus potencialidades y a su matriz cultural, para definir, explorar sus prioridades y especifidades en la búsqueda de competitividad en un contexto de rápidas y profundas transformaciones, por lo que se podría considerar que es un empoderamiento de la sociedad local apoyado por un proceso de devolución de competencias (OCDE, 2001) que las capaciten para intervenir en sus propios procesos de cambio social.

Ahora bien, para que este proceso de "empoderamiento" se produzca es necesario capacitar a las personas, con el fin de comprender las nuevas lógicas en juego, única forma de ser sujeto y no objeto de la globalización, única posibilidad de transformar en incluyente un proceso globalizador que hasta ahora muestra de preferencia su naturaleza excluyente.

El desafío para las sociedades locales está planteado en términos de insertarse en lo global de manera competitiva, capitalizando al máximo posible sus capacidades, por medio de las estrategias de los diferentes actores en juego (Casanova, 2004: 32).

Es una nueva forma de mirar y actuar desde el territorio en el contexto global (Gallichio, 2003: 4). Para ello, sería importante contar con los siguientes instrumentos para poner en funcionamiento este proceso de articulación entre lo local y lo global:

1. Apoyo al proceso de dinamización empresarial: atraer y crear empresas competitivas.

2. Fomento del empleo: desarrollo de políticas activas de empleo y potenciación de los denominados Nuevos Yacimientos de Empleo.

3. Conocimiento de la sociedad local: realización de estudios previos para conocer la sociedad en aspectos como la población, los recursos humanos, la historia, la cultura y los aspectos sociopolíticos relevantes.

4. Construcción del capi tal social: el capi tal social25 se diferencia de otros factores de desarrollo en que es el único que es relacional. Para poseer capi tal social una persona o una organización debe relacionarse con otra, porque el capital social no es propiedad de ninguno de los actores que se benefician de él pues sólo existe cuando se comparte (Gallichio, 2003: 16). Hace referencia a asociaciones horizontales entre la gente y a redes sociales de compromiso cívico que tienen efectos en la productividad de la comunidad. Su objetivo es el de facilitar la coordinación y la cooperación en beneficio mutuo de los miembros de la asociación.

En la articulación de lo local y lo global, los municipios tendrían que liderar y ser los nuevos articuladores del proceso de desarrollo local, promoviendo los factores intangibles del desarrollo como son el de realizar un diagnóstico de la situación del municipio, promover la participación para diseñar las estrategias del desarrollo, crear la figura del agente de desarrollo local, tener presente la cualificación de los recursos humanos, todo ello sin olvidar incorporar políticas sociales así como políticas activas de empleo en el municipio.

Para todo ello, el municipio debe contar con la descentralización de competencias y la aprobación de un presupuesto municipal que le permita la realización de estos objetivos.

Finalmente, desde la universidad podemos actuar, incidiendo en la importancia del desarrollo de nuestro propio entorno territorial, desde los siguientes aspectos (Boisier, 2005:60):

— En materia de formación: mejorar el capital humano de la localidad o entorno y mejorar la inserción laboral de los egresados, dándoles una formación que fomente la vocación empresaria y que les prepare para contribuir al proceso de innovación.

— En I+D: reforzar la investigación en cantidad y calidad así como la conexión entre innovación y empresa.

— En relación con el cambio estructural de la economía: apoyar a la creación de empresas de base tecnológica, y apoyar la mejora tecnológica de las empresas y los sectores existentes mediante programas sistemáticos de transferencia tecnológica.

— Contribuir a las estrategias locales y regionales.

Ahora bien, desde mi punto de vista, el aporte crucial de las universidades debe manifestarse en su contribución a la creación y difusión de marcos cognitivos nuevos, contemporáneos y pertinentes para dar respaldo científico a las intervenciones de la propia sociedad sobre los procesos de cambio social que supone el desarrollo territorial.

 

Conclusiones

En las páginas anteriores me he referido a la globalización como marco contextual en el que hoy nos encontramos. La globalización como proceso implica la expansión del sistema capitalista en el planeta como sistema hegemónico y dominante, antidemocrático en su incorporación y destructor de los recursos naturales. Creador de riqueza para algunos y de mejora social para otros, crea, también, para muchos, pobreza y exclusión.

El "desarrollo" como ideología surgida de la idea ilustrada de progreso, se incorporó a la agenda setting internacional después de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces ha incorporado nuevos significados en su término, constituyéndose así en un concepto dinámico y dialéctico al establecer continuamente un feed-back con la sociedad.

En este contexto se constituye el "desarrollo local" como estrategia de desarrollo que presenta algunas diferencias respecto al significado inicial de crecimiento económico. Las diferencias se sitúan en los siguientes aspectos:

— Desde un punto de vista político, en el DL se considera que el agente impulsor es el gobierno local, de ahí la importancia concedida a la descentralización del Estado para que los municipios o regiones cuenten con suficiente autonomía. El liderazgo del municipio en el DL, empowerment, es imprescindible como catalizador, coordinador y facilitador de oportunidades en el ámbito local así como impulsor de la equidad.

— Desde un punto de vista económico, los empresarios locales son dinamizadores y emprendedores de la economía local. Su actuación se centra en la continuación de actividades empresariales previas, siguiendo así tradiciones, o en innovaciones surgidas en relación con los nuevos contextos tecnológicos y económicos.

— Desde un punto de vista social, se favorece y se facilita una relación fluida con la sociedad local apoyando la participación de los diversos sectores de la sociedad civil (asociaciones diversas, ONG's, sindicatos...) con claro objetivo incluyente y que proporcione "capital social", mecanismo imprescindible para que el DL sea completo. La participación es, pues, la base de esta nueva estrategia de desarrollo.

— Desde un punto de vista de sostenibilidad del medio ambiente, es desde el ámbito local donde se podrá controlar y asegurar una mejor preservación del entorno. Respetar los recursos y promover una cultura de respeto de la naturaleza es fundamental si se quiere cumplir con los objetivos del desarrollo sostenible.

La estrategia de desarrollo local se pone en marcha con la crisis económica y la crisis del Estado-Nación en el contexto de globalización de la economía capitalista y de nuevas demandas sociales vinculadas con la mejora humana y el cuidado del medio ambiente. Surge así el conocido lema "pensar global y actuar local", si bien, en palabras de Borja y Castells (1997), no es la primera vez que se produce esta complementariedad, ya que en los siglos XIV-XVI, las ciudades-Estado se constituyen en centros de innovación y de comercio a escala mundial.

En el momento actual, con la expansión acelerada de la globalización por todo el planeta, la articulación entre este proceso hegemónico y el desarrollo local se produce en los siguientes aspectos:

— Variable territorio: el proceso de globalización no se produce en la "nada" sino sobre bases físicas, de ahí que lo local se convierta en un centro de gestión de lo global en el nuevo sistema tecno-industrial.

— Variable política: se necesita el liderazgo local para conectar con lo global a no ser que se prefiera tomar decisiones tipo "desconexión". La globalización necesita lo local para la "conexión" de sus objetivos.

— Variable social: lo anterior quedaría anulado si no se cuenta con el capital humano y el capital social. Formación de recursos humanos, marco cognitivo global y redes participativas locales contribuirían a dimensionar lo global en el DL.

— Variable económica: la producción, la distribución y el consumo son las características del sistema capitalista además de la expansión hacia nuevos mercados. Para todo ello, hay que contar con la sociedad local, su cultura y su poder de decisión.

En definitiva, el desarrollo local en el contexto actual de globalización puede suavizar los efectos perversos de un proceso dominante realizado de forma poco democrática y sin contar para nada con la opinión de las personas y las particularidades culturales de las sociedades. Al mismo tiempo, puede incluso decidir cómo quiere realizar ese desarrollo, lo que supondría participación democrática y no quedar expuestos, sin posibilidad alguna de actuación, a las decisiones que sobre "el mundo" toman desde los despachos, con visiones centradas exclusivamente en el beneficio económico para unos pocos y en el perjuicio para muchos.

Suena a utópico pero también puede ser real y para ello acabo con los versos de Antonio Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."

 

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Notas

1 Años más tarde, Noam Chomsky y Heinz Dieterich publicaron otra "La aldea global", con contenidos distintos.

2 Jan Aart Scholte distingue cinco usos diferentes del término globalización: como internacionalización, como liberalización, como universalización, como occidentalización, como desterritorialización (Scholte, 2005).

3 Si bien no existe un acuerdo sobre el inicio y las etapas que han tenido lugar en el proceso de globalización.

4 En 1866 se establece el telégrafo transoceánico mediante cable, y en 1891, la comunicación telefónica internacional entre Londres y París.

5 Origen de la actual OMC (Organización Mundial de Comercio).

6 Expresión acuñada por el economista del Institute for International Economics, John Williamson en un artículo publicado con el título "Lo que Washington quiere decir cuando se refiere a reformas de las políticas económicas" (Estefanía, 2003: 90).

7 Entre dichas directrices se encuentran: equilibrar el presupuesto público, reduciendo el déficit fiscal, señalar las prioridades del gasto público, liberalización comercial, apertura a la inversión extranjera directa, plan de privatizaciones, desregulaciones laborales.

8 El objetivo de eliminar la pobreza en el mundo es una de las metas incluida en los Objetivos del Milenio.

9 Es materialmente imposible incluir en este texto todos los aspectos vinculados con la globalización económica. Señalo exclusivamente los más centrales en el proceso, incluyendo la bibliografía pertinente para obtener una información más exhaustiva.

10 Ya señalado por las ciencias sociales en el siglo XX respecto al colonialismo y al imperialismo.

11 Directiva Bolkestein.

12 Los países receptores de IED son: Chile, Argentina, Brasil, China, Malasia, México y Tailandia.

13 James Tobin, premio Nobel de Economía en 1978, propuso crear un impuesto para gravar las transacciones en los mercados de cambio, con el fin de estabilizarlos y de obtener recursos para la comunidad internacional. Tobin pensaba en una tasa entre 0,01% y 0,025% del capital invertido. No se ha aplicado jamás; sólo en Chile, en 1991, se puso en práctica un sistema de depósito obligatorio y no remunerado para los capitales que entraban en el país (Estefanía, 2003: 350).

14 Entre otros: la FAO, la UNESCO, UNICEF, UNCTAD, PNUD, etcétera.

15 Bajo la hegemonía occidental.

16 Se puede considerar a los Juicios de Nurenberg contra los criminales de guerra nazis. El tribunal en su comunicado final especificó que cuando las leyes nacionales entran en conflicto con las normas internacionales en materia de DDHH, los individuos tienen que hacer una elección moral y transgredir las leyes nacionales.

17 El Club de Roma se fundó en 1968 por Aurelio Peccei, dirigente empresarial, junto con el matemático Bruno de Finetti y con Pietro Ferraro, otro directivo. Ambos fueron los encargados de publicar el informe (Sartori y Mazzolenni, 2003: 177-178).

18 Según los cálculos del Internacional Panel on climate change (organismo patrocinado por la ONU), el aumento de temperatura para el siglo que acabamos de iniciar oscila entre 1,4 y 5,8 grados centígrados (Sartori, 2003: 65).

19 Ultimando la redacción del presente artículo se han producido las devastadoras consecuencias del ciclón en Malasya.

20 Sobre este tema recomiendo la lectura de Vanguardia, dossier núm. 18, "¿Un mundo sin petróleo?"

21 En muchos ámbitos se habla de "fracaso del desarrollo" (véase Amin, 1999: 15).

22 La teoría de la globalización, en relación con otras teorías del desarrollo como la teoría de la modernización y la teoría de los sistemas mundiales, tiene en común con la primera el que ambas establecen la dirección orientativa hacia dónde deben dirigirse las sociedades (Occidente), y con la segunda, el que la unidad de análisis es la sociedad global más que la categoría de Estado-nación utilizado con anterioridad.

23 Por empleo decente, la OIT entiende: acceso al empleo en condiciones de libertad; el reconocimiento de derechos básicos en el trabajo que garanticen la ausencia de discriminación y acoso; un ingreso económico para satisfacer necesidades y responsabilidades básicas económicas y sociales tanto individuales como para la familia; un nivel adecuado de protección social para el individuo y la familia; representación y voz en el trabajo.

24 Punto de partida de una acción concertada para luchar contra el desempleo y por la creación de empleo en Europa.

25 Putnam ha sido uno de los autores que ha hecho más énfasis en este concepto, refriéndose a que las redes sociales poseen un valor y que los contactos sociales afectan a la productividad de los individuos y grupos. El capital social guarda relación con los vínculos entre los individuos, las redes sociales y las normas de reciprocidad y confianza derivadas de ellas.

 

Información sobre la autora

Mercedes Alcañiz Moscardó. Doctora en Ciencias Políticas y Sociología; profesora titular de Sociología en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Jaume I en Castellón, España; miembro del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de las Universidades de Valencia y de Castellón. Sus líneas de investigación son: desarrollo, globalización, estudios de género. Publicaciones recientes: "Cambio social, riesgos y desafíos en el siglo XXI", en Recerca. Revista de Pensament i Anàlisi, 2007, España; De la economía global al desarrollo local (coordinadores Ana María Fuertes y Leonardo Gatica), 2007, España; "Aportaciones de las mujeres a la práctica y al discurso de la paz", en Feminismo/s, 2007, España.

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