Introducción
Los controles de calidad en productos destinados al consumo (alimenticio o medicinal) son fundamentales para garantizar la salud de la población, siendo necesarios a lo largo de toda la cadena de producción y distribución (Shigler Siles, 2016).
Este trabajo se basa en el principio de que las farmacopeas ofrecen (FNA, 2013), en sus monografías de plantas medicinales, la descripción de las partes usadas en polvo, para poder así reconocerlas pese al grado de trituración, cuando la exomorfología se pierde (Vignale y Gurni, 2001; Varela et al., 2014; Souto da Rosa et al., 2015; Anconatani et al,. 2016; Acosta et al., 2017; Gimenez et al., 2019; Altamirano y Yajía, 2020).
Se analizan tres frutos tropicales desde el punto de vista micrográfico (WHO, 1998; Gurni, 2014), a fin de establecer cuáles son los caracteres que permiten lograr ese objetivo, tanto para la materia prima como para productos elaborados a partir de ella, en sus distintas etapas de comercialización. El Código Alimentario Argentino (CAA) no incluye estos aspectos y presenta el análisis de los alimentos según los métodos físico-químicos, microbiológicos y sensoriales clásicos (CAA, 2013). Por ello, los datos obtenidos y aquí presentados constituyen un aporte que complementa esos análisis.
La selección de las tres especies se realizó en función de su importancia en el contexto de la fruticultura regional, teniendo en cuenta que su producción y comercialización se realizan a diferentes escalas en la provincia de Jujuy, Argentina (Molina, 2016; Altendorf, 2018). Dos de ellos presentan elevada producción, Musa paradisii L., “banana” (pseudobaya) y Persea americana Mill., “palta” (baya), y el tercero se encuentra en etapa experimental, Physalis peruviana L., “aguaymanto” (baya).
En cuanto a los caracteres microscópicos que se consideran corresponden a dos tipos: a. celulares y b. acelulares. Dentro de los primeros, el tejido epidérmico con sus modificaciones (estomas y tricomas) es el más versátil. La presencia de esclereidas y de estructuras secretoras también es relevante, en tanto que la presencia de súber, de fibras, de radios floemáticos y de elementos xilemáticos (especialmente miembros de vaso) puede adquirir valor secundario. Esto dependerá del producto en estudio. Dentro de los caracteres acelulares, los más importantes son los granos de almidón, aunque se desnaturalizan con la temperatura elevada o pueden desaparecer según el grado de maduración del fruto, y los cristales (compuestos generalmente por oxalato de calcio). Las gotas de lípidos, los granos de aleurona y las concreciones de carbonato de calcio revisten valor secundario para este tipo de análisis (Cañigueral et al., 1998; Vignale, 2001). Es necesario destacar que hay factores que pueden disminuir la detección de algunos elementos que poseen valor referencial. Por ello se debe ser prudente al momento de establecer la genuinidad de un producto o proceder a su rechazo. En este sentido, la micrografía, que se puede considerar una rama de la Botánica Aplicada, resulta de gran valor a la hora de asegurar autenticidad, dado que permite establecer la presencia de posibles contaminaciones o adulteraciones (Flores, 2013; Varela et al., 2014; Rivas, 2015; Souto da Rosa et al., 2015; Anconatani et al., 2016; Gimenez et al., 2019; Altamirano y Yajía, 2017; 2020; Agudelo et al., 2020; Rodriguez Carattoni, 2020). En contadas ocasiones sucede que la especie en análisis no produzca elementos que permitan su identificación. Aún así, puede resultar un dato importante para detectar contaminaciones o adulteraciones, en tanto y en cuanto los productos utilizados para ese fin contengan algún elemento observable (Vignale, 2002; Rivas et al., 2009; Varela et al., 2012).
Para visualizar estos elementos se recurre a diferentes técnicas. En general, los transcortes se descartan, por su laboriosidad, dado que en la industria se requiere el ahorro de tiempo y porque usualmente la preparación de productos elaborados, en los que el material vegetal se somete a trituración, no permite su realización. Se recurre al raspado o reducción a polvo, cuando el tamaño de las partículas lo permite, y a la obtención de disgregados de órganos. Sobre el polvo se pueden realizar reacciones químicas de caracterización (WHO, 1998; Gurni, 2014).
Material y métodos
Material estudiado
Los frutos de M. paradisii (var. “Cavendish nanica”) fueron aportados por la Estación Experimental Yuto del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y adquiridos en el mercado Municipal de la ciudad de San Salvador de Jujuy. Los frutos de P. americana (var. “Hass”) provienen de la compra en el mercado central y los de P. peruviana (var. “Golden berry”) fueron proporcionados por pequeños productores locales que experimentan su cultivo en la provincia. Los frutos adquiridos se encontraban en el tipo tres (3) de maduración según el Art. 887 bis., del Código Alimentario Argentino (CAA, 2013). Se conservan en alcohol al 70% y se encuentran depositados en el Muestrario de Plantas Útiles (M-CBSyF) de la Cátedra de Botánica Sistemática y Fitogeografía de la Facultad de Ciencias Agrarias-UNJu. De cada especie se adquirieron, o recibieron, diez (10) unidades al azar, es decir treinta (30) muestras en total (ver anexo I).
Metodología
Las técnicas se aplicaron diez (10) veces a cada uno de los frutos estudiados; del producto obtenido de cada aplicación se confeccionaron diez (10) preparados transitorios, dando un total de mil (1000) observaciones por especie analizada.
El procedimiento de análisis comprende las siguientes etapas:
1.- Confirmación de la identidad taxonómica del material
Mediante la comparación de las características de morfología externa de los frutos, coleccionados o adquiridos, con la información bibliográfica se confirma la identidad de la especie en estudio. Se utilizó una regla graduada en centímetros (cm) para tomar medidas al fruto y semillas, complementada con el auxilio de instrumental óptico (lupa) cuando fue necesario observar con mayor detalle elementos no perceptibles. Se toman fotos con cámara fotográfica Kodak AF 5X Optical Aspheric Lens. Esta descripción y las medidas tomadas permite la determinación de la especie y certifica la autenticidad de la materia en estudio.
2.- Método micrográfico
Se fundamenta en el análisis de los caracteres anatómicos y de los productos del metabolismo celular. Se aplicaron diferentes técnicas histológicas e histoquímicas basadas en D’ Ambrogio de Argüeso (1986), Gattuso y Gattuso (1999) y Gurni (2014).
a.- Técnica de disociado (o disgregado) leve: recomendado para el estudio de órganos herbáceos o constituidos por tejidos blandos. Consiste en tratar el material con solución acuosa de NaOH al 5%, a ebullición, durante 5 min., para luego lavar con agua destilada y observar al microscopio óptico. Se aplicó en epicarpio, mesocarpio y endocarpio.
b.- Técnica de disociado fuerte (método de Boodle): se indica para tejidos leñosos. El material vegetal se trata con hidróxido de potasio al 10% y se mantiene a ebullición, durante 10 min; se lava con agua destilada y luego se somete a la acción de una solución de ácido crómico al 25% a temperatura ambiente durante 30 a 60 min; se repiten varios lavados y se observa al microscopio óptico. Se aplicó a las semillas de “aguaymanto” debido a su presencia en productos derivados, en la industria alimentaria.
c.- Técnica de raspado: se practica directamente sobre el fruto fresco y consiste en raspar, con un elemento cortante, la superficie externa (cáscara) y la pulpa con o sin semillas, y colocar dicho material, suspendido en agua destilada, sobre un portaobjetos para su observación al microscopio óptico.
d.- Observación a la luz polarizada: se identifica la cruz de malta en los gránulos de almidón y los cristales de oxalato de calcio debido a la birrefringencia.
e. Técnicas histoquímicas:
e. 1. Caracterización de almidones: se realizó mediante el tratamiento del raspado de la muestra con solución yodoiodurada 2% (Lugol), que tiñe los granos de color azul violáceo a casi negro. Se raspó una porción del material de estudio sobre un portaobjetos, se agregan 2-3 gotas de solución.
e. 2. Caracterización de lípidos: se realizó sobre el raspado de la muestra. Los lípidos se tornaron color rojo al reaccionar con Sudán III; posteriormente se eliminó el exceso de reactivo con alcohol al 70%.
f. Observación microscópica y registro fotográfico: las fotomicrografías se tomaron con cámara compacta de fotografía digital Canon, modelo Powershot A640, adosada a un microscopio triocular Carl Zeiss modelo Axioskop 2 Plus y para realizar las observaciones a la luz polarizada en un microscopio triocular Carl Zeiss modelo Axioskop 2 Plus, con cámara acoplada Moticam X2.
g. Selección de los parámetros micrográficos: Son los elementos relevantes que permiten reconocer la especie cuando la exomorfología se pierde (ver Introducción).
De cada especie se analizaron doscientas (200) fotomicrografías (veinte (20) aleatorias por fruto, seleccionando dos (2) por cada preparado transitorio, obteniendo una muestra sin repeticiones) a las cuales se les atribuyó el 100% de las observaciones. Con base en ellas se contabilizó el número de veces que un carácter se mantenía constante, es decir aparecía de forma repetida. Como medida arbitraria se consideró el 70% ≥ de su presencia en la totalidad de las fotomicrografías. Se descartaron aquellos que poseían porcentajes menores.
h. Medición: el registro del tamaño de los elementos de valor referencial se realizó por el programa ImageJ que está escrito en lenguaje de programación Java®. Se tomaron para cada carácter seleccionado treinta datos (n=30) de diferentes fotomicrografías, tres (3) fotografías aleatorias por cada fruto adquirido (una (1) por preparado transitorio), de las especies en estudio (Rasband, 2016). Se aplicó la varianza (σ2), desviación estándar (DS) y el coeficiente de variación (CV) para establecer la uniformidad de los caracteres medidos.
Resultados
Musa paradisii L. - “banana”
Los frutos miden entre 8-30 cm de largo y son de forma bacciforme, subcilíndrica, falcada y angulosa en sección transversal (Fig. 1A). Con cáscara coriácea de color amarillo, sin semillas, con rudimentos seminales y “pulpa” carnosa de color blanco de olor característico (Priego et al., 1996; León, 2000; Hurrell et al., 2010). Los frutos corresponden a la variedad comercial “Cavendish nanica”.
2- Análisis micrográfico
En la cáscara se identifican células epidérmicas isodiamétricas con paredes externas engrosadas (Fig. 1B), abundantes fibras de longitud variable, solitarias o agrupadas, anchas, aunque con paredes relativamente delgadas (Fig. 1C).
Aparecen elementos xilemáticos espiralados (Fig. 1D), también presenta conductos secretores dispuestos en cadena conteniendo oleorresinas (Fig. 1E); los cristales aciculares formando agregados se encuentran contenidos en células generalmente alargadas de paredes delgadas (Fig. 1F) y en algunos casos se identificaron cristales solitarios (45,74 µm de largo) debido a la ruptura de las células que lo contenían (Fig. 2A).
La pulpa presenta fibras de paredes delgadas de longitud variable (Fig. 2B), abundantes elementos xilemáticos espiralados (Fig. 2C), células parenquimáticas de reserva, alargadas de paredes delgadas conteniendo abundantes granos de almidón de 35,6 µm de largo (Fig. 2D), simples, ovalados cuyo hilo punteado es excéntrico y en aquellos de mayor tamaño se observa una superficie estratificada (Fig. 2E). La cruz de malta se visualizó bien definida (Fig. 2F).
Persea americana Mill. - “palta”, “aguacate”
El fruto mide entre 5-15 cm de longitud y contiene una sola semilla. El epicarpio (“piel” o “cáscara”) es verde obscuro de superficie lisa o rugosa, coriácea. El mesocarpio constituye la parte carnosa, que se conoce como “pulpa”, es aceitosa de color crema a verde amarillento. El endocarpio se presenta como una delgada capa de color marrón obscuro, que se extiende hasta cubrir la totalidad de la semilla; ambas son no comestibles, el tamaño de la última ocupa completamente el centro del fruto, variando entre 4-7 cm de diámetro (Fig. 3A). Estos frutos corresponden a la variedad comercial Hass.
2. Análisis micrográfico
El epicarpio está conformado por células epidérmicas poligonales isodiamétricas, de paredes anticlinales lineales y delgadas y estomas del tipo anomocíticos (Fig. 3B); algunas células parenquimáticas de reserva, contienen cloroplastos que se visualizan de color verde, en otros casos resinas. También se identifican braquiesclereidas, cortas de paredes engrosadas, con puntuaciones visibles y lumen amplio, que se observan aisladas o agrupadas (Fig. 3C, D).
El mesocarpio presenta células parenquimáticas de paredes delgadas, algunas con abundantes lípidos (Fig. 3E). Se aprecian numerosas braquiesclereidas, de paredes engrosadas con puntuaciones simples, lumen amplio y en algunos casos, aunque en menor proporción obliterado, solitarias o agrupadas (Fig. 3F). Se observa la presencia de células parenquimáticas conteniendo oleorresinas (Fig. 4A), abundantes elementos xilemáticos espiralados (Fig. 4B) y cristales poliédricos (78,71 µm) en cantidad (Fig. 4C, D). Se confirmó la presencia de gotas lipídicas que se tornaron de color naranja (Fig. 4E). En endocarpio se visualizó una fina capa de células parenquimáticas de color marrón obscuras, aplanadas y alargadas de paredes sinuosas (Fig. 4F).
Physalis peruviana L. - “aguaymanto”
El fruto es una baya de hasta 3 cm de diámetro; contiene numerosas semillas, de 4-5 mm de diámetro (Fig. 5A. B). El epicarpio (“piel” o “cáscara”) es de color naranja, liso, ceroso. El mesocarpio y endocarpio integran la “pulpa” de color amarillo, que provee un jugo ácido y aromático (Priego et al., 1996; León, 2000; Hurrell et al., 2010). Estos frutos corresponden a la variedad comercial “Golden berry”.
2- Análisis micrográfico
Se observan células epidérmicas de paredes anticlinales engrosadas y de contornos sinuosos (Fig. 5C) provenientes del epicarpio. En mesocarpio y endocarpio se observan células parenquimáticas alargadas o esféricas de paredes engrosadas (Fig. 5D), que contienen granos de almidón simples y compuestos formados por dos a tres unidades elipsoideos y/o esféricos, con hilo céntrico puntiforme, con una superficie homogénea (Fig. 5E); se confirma su presencia al observarlos de color violáceo con solución de Lugol (Fig. 5F); algunas células del parénquima contienen microcristales y además se observaron escasos cristales de mayor tamaño (Fig. 6A). También se encuentran presentes abundantes gotas lipídicas en abundancia con tamaño variable (Fig. 6B), numerosas fibras de paredes delgadas y longitud variable (Fig. 6C) y elementos xilemáticos espiralados en cantidad (Fig. 6D).
En las semillas se presenta la cubierta seminal, que en vista en superficie está formada por un estrato celular de astroesclereidas con paredes anticlinales sinuosas y lumen estrecho a obliterado, que evidencian su profundidad en vista lateral, la que permite observar en detalle las proyecciones irregulares (Fig. 6E) y se confirma la presencia de las gotas lipídicas teñidas de color naranja a rojo (Fig. 6F).
Se calcularon los tamaños promedios (µm) para elementos celulares de los tres frutos en estudio: en M. paradisii, rafidios y granos de almidón, en P. americana, esclereidas y cristales y en P. peruviana granos de almidón y esclereidas y se estableció su uniformidad a través de la desviación estándar y coeficiente de variación (Tabla 1).
Musa paradisii | Persea americana | Physalis peruviana | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Rafidios | Granos de almidón | Esclereidas | Cristales | Granos de almidón | Esclereidas de semillas | |
Promedio de longitud (µm) | 45,74 | 35,36 | 61,12 | 78,71 | 31,20 | 163,89 |
Promedio de ancho (µm) | - | 16,8 | - | - | - | 109,2 |
Desv. estándar | 12,53 | 6,95 | 12,37 | 12,67 | 8,95 | 48,74 |
C. V. | 0,2739 | 0,1965 | 0,2025 | 0,1609 | 0,2871 | 0,2974 |
Los resultados de la medición mostraron baja variabilidad para las muestras de los granos de almidón de “banana” y esclereidas y cristales de “palta”, mientras que las muestras de cristales pertenecientes a “banana” y amiloplastos y esclereidas de “aguaymanto” presentaron variabilidad moderada.
Las fibras, resinas y gotas lipídicas, de tamaños notablemente variados, por dicha razón no fueron consideradas en la Tabla (1).
Por otro lado, las esclereidas se encontraron en el 82% de los preparados transitorios de los frutos de “palta” analizados. Los cristales, en el caso de la “banana”, se observaron en el 100% de los preparados; se consideran debido a que su cáscara es utilizada para mejorar estados de salud y en alimentos para celíacos. En fruto de “palta” se identificaron en el 75% y en “aguaymanto” en el 72% de las observaciones de los preparados. Los granos de almidón fueron identificados en el 100% de los preparados transitorios de “banana” y en el 90% de “aguaymanto”. Las fibras estaban presentes en un 85% en frutos de “banana” y en un 80% en “aguaymanto”. Las gotas lipídicas se visualizaron en un 100% de los preparados de la “palta” y en un 70% en “aguaymanto” (Tabla 2).
Discusión
La micrografía aporta información relevante sobre los análisis basados en los caracteres anatómicos de las especies vegetales estudiadas, cuyo fin es establecer elementos de valor referencial, los únicos de naturaleza botánica que se mantendrán constantes durante el procesamiento o la elaboración de alimentos derivados cuando intervienen acciones mecánicas y térmicas, como se han visualizado en incontables trabajos que han establecido genuinidad o condición de contaminación o adulteración destacando la importancia de los estudios de esta índole (Cañigueral et al., 1998; Varela y Ricco, 2012; Rivas, 2015; Acosta et al., 2017; Gimenez et al., 2019).
En correspondencia con estudios de control de calidad (Varela y Ricco, 2012; Flores, 2013; Varela et al., 2014; Rivas, 2015; Gimenez et al., 2020; Rodriguez Carattoni, 2020) el uso de las diferentes técnicas aportadas por el método micrográfico permite establecer cuáles son los caracteres que constituyen una referencia única, específica y con una presencia constante para futuros controles de calidad.
Las obras de Valencia (1985), Priego et al. (1996), León (2000), Mazorra et al. (2006), Sumardi y Wulandari (2010), Thepsithar y Thongpukdee (2013), Rodrigues et al. (2014), Sunandar y Kahar (2017) y Oliveira Vilhena et al. (2019) presentan estudios de base botánico-anatómico sobre los frutos analizados, considerados desde la perspectiva botánica aunque no alimenticia, ni medicinal. Trabajos de Winton y Winton (1935; 1939) y Gassner (1973) que ya llevan más de 50 años desde sus publicaciones, venían abordando el concepto de ofrecer elementos referenciales para el diagnóstico, por lo que el presente trabajo en su totalidad los ha tomado como referencias de consultas insoslayables para la identificación del material vegetal adquirido. Existe un elevado número de trabajos de gran envergadura, que plantean el uso de elementos de valor referencial para diferentes especies (Vignale, 2002; Rivas et al., 2009; Rivas, 2015; Anconatani et al., 2016; Gimenez et al., 2019; Gimenez et al., 2020) que son utilizadas en la industria alimenticia como medicinal.
A continuación, se enumeran los elementos de mayor relevancia encontrados en cada uno de los frutos estudiados: a. Banana. Los rafidios (en cáscara) y granos de almidón simples, con hilo excéntrico y superficie estratificada (pulpa) reportados con anterioridad por Winton y Winton (1935), Gassner (1973) y León (2000), se plantean como elementos de valor referencial a la hora de realizar controles de calidad en derivados como liofilizados o harinas para celiacos; la presencia de fibras resulta un complemento, pero no se considera relevante.
b. Palta. Se comercializan frescas o en preparaciones como smoothie en dietéticas y también aros deshidratados como lo menciona Hurrell et al. (2010). La identificación de los elementos anatómicos reportados por Winton y Winton (1935), Priego et al. (1996) y León (2000) se vio favorecida por la aplicación del método micrográfico (Gurni, 2014). Se consideran elementos de valor referencial las braquiesclereidas, los cristales poliédricos y la abundancia de lípidos. Los granos de almidón reportados no se detectaron en el presente estudio. La ausencia puede estar condicionada al grado de maduración del fruto, ya que se trabajó exclusivamente con frutos maduros listos para el consumo y probablemente la presencia de granos de almidón se deba a un estado de inmadurez previo y desaparecen cuando llegan a completar su punto de madurez.
c. Aguaymanto. Se encuentra como cultivo de experimentación en la provincia; aparecen productos derivados proveniente de otros países en una mínima cantidad ya que por el momento al parecer no existe una elevada demanda (Hurrell et al., 2010). Se detectaron los caracteres anatómicos mencionados por Valencia (1985) a excepción de las drusas. El conjunto de elementos de valor referencial que se plantea para este fruto está comprendido por gotas lipídicas, fibras, microcristales, granos de almidón simples y compuestos, de superficie homogénea y en semillas astroesclereidas, ya que éstas últimas se encuentran permanentemente en los derivados de este fruto debido a su imposibilidad de separación. Las gotas lipídicas y las fibras se las considera elementos accesorios.
Estos elementos referenciales resultan indispensables a la hora de realizar controles de calidad botánico como lo indican Vignale y Gurni (2001).
Conclusiones
Tal como fuera planteado en los objetivos formulados para el presente trabajo, se han relevado y documentado tres frutos comercializados y utilizados como alimentos en la provincia de Jujuy, M. paradisii, P. americana y P. peruviana.
Se identificaron caracteres micrográficos en frutos de: banana, palta y aguaymanto, que sirven para asegurar la presencia de las especies estudiadas en productos para consumo y detectar posibles contaminantes, adulterantes o sustituyentes.
La propuesta plantea hacer uso de los datos que pueden brindar los elementos anatómicos de estos frutos, que se mantienen constantes durante la elaboración de productos derivados y que en su conjunto permiten su identificación.
La metodología utilizada para el estudio resulta ser simple, no onerosa, salvo la provisión del microscopio y adecuada para ser llevada a cabo tanto en laboratorios de complejidad media, como son generalmente los de organismos de control como también en los de la industria de los alimentos.