Introducción
La emigración de españoles al exterior ha constituido desde el último tercio del siglo XIX hasta mediados de la década de los 70 del siglo XX uno de los fenómenos que más ha incidido en el desarrollo social y económico de España. Durante el último cuarto del siglo XX y los primeros años del presente siglo este fenómeno se ha reducido sensiblemente en magnitud y opacado además por el enorme impulso que ha experimentado la inmigración, tanto en forma de retorno de españoles como, sobre todo, de llegada de extranjeros. En este período podría casi decirse que España pasó de ser un país de emigración a otro de inmigración.
Desde mediados de la primera década del siglo actual la emigración española comienza a experimentar un cambio de tendencia que se traduce en un crecimiento prácticamente continuado del número de salidas hasta la actualidad. Es, no obstante, desde finales de dicha década e inicios de la presente, coincidiendo con el inicio de la crisis económica y progresiva agudización de sus efectos, cuando el ritmo de crecimiento se acelera, elevándose sustancialmente el número de salidas que alcanza en 2011 cifras que no se registraban, al menos en las estadísticas oficiales, desde 1975 (Romero Valiente, 2012).
En los últimos años el flujo emigratorio ha seguido creciendo, situándose, según las estadísticas que publica el Instituto Nacional de Estadística de España (INE) -Estadística de Migraciones (EM), Estadística de Variaciones Residenciales (EVR)- algo por encima de los ochenta mil en 2014, el doble que en 2010, y cerca de los cien mil en 2015 (Figura 1). Las magnitudes de este fenómeno son, sin duda, superiores a las que indican las estadísticas oficiales, posiblemente en torno al doble, debido al notable sub-registro consular -en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) - que afecta especialmente a los emigrados más jóvenes y quienes tienen como destino países de la Unión Europea (Romero Valiente, 2012; Romero Valiente e Hidalgo-Capitán, 2014; Romero Valiente, 2016; Romero Valiente, 2017; Romero-Valiente, 2018).
Este notable, y en buena parte inesperado, crecimiento de la emigración española en los últimos años, ha suscitado una importante preocupación social y atención mediática, entrando con cierta fuerza incluso en la arena política.
En este sentido, cabe reseñar que se mantiene desde el principio de la detección de este fenómeno un importante debate y controversia tanto sobre las magnitudes y dimensión demográfica del mismo, como de las causas y motivaciones que lo alientan.
¿Por qué emigran actualmente los españoles? ¿Cuáles son motivos que alientan principalmente este proceso y qué peso específico tienen en el mismo? ¿Este peso se ha mantenido relativamente estable en las últimas décadas y a lo largo del siglo actual, o se han producido cambios importantes? ¿Qué ha pasado en este sentido desde el inicio de la crisis?
Este trabajo trata de dar respuesta a las preguntas anteriores, aportando su granito de arena a la mejora del conocimiento de las causas de la emigración española en general y de la que se está produciendo en los últimos años en particular. Este trabajo se justifica por varias razones. Por un lado, la escasez de investigaciones que abordan este tema a partir de una amplia base de datos e informaciones procedentes directamente de los protagonistas de la emigración, y no especulaciones sustentadas básicamente en fuentes secundarias e indirectas. Por otra, la inexistencia de investigaciones que aborden este fenómeno con cierta perspectiva temporal, que no se ciñan exclusivamente a la emigración de los últimos años, sino que, aún prestándole en razón de sus dimensiones, mayor atención a la misma, la sitúe y contextualice adecuadamente en un marco evolutivo más amplio. Máxime teniendo en cuenta que la emigración comienza a crecer a mediados de la primera década del siglo actual en un contexto de elevado crecimiento económico y reducción del desempleo.
La población de referencia de este trabajo la constituyen los españoles, nacidos en España, que han emigrado del país con edades comprendidas entre los 18 y 64 años. Se ha prestado especial atención a los emigrados en las últimas décadas, particularmente los que lo han hecho en el siglo actual y, sobre todo, desde el inicio de la crisis económica. El concepto de emigrante utilizado, tanto en la encuesta como en este trabajo, es el de migrante por largo plazo tal como ha sido definido por las Naciones Unidas (United Nations, 1998: 10) y el Reglamento 862/2007 de la Unión Europea (2007: 24).1
Marco teórico y estado de la cuestión
Las migraciones se suelen explicar atendiendo a factores generales, frecuentemente de carácter socioeconómico, que estarían detrás de los motivos directamente implicados en la decisión de migrar. Los primeros contribuirían a explicar las tendencias más generales de la dinámica migratoria, mientras que los segundos pondrían en valor las dimensiones individuales y microsociales del proceso, posibilitando observar mejor los matices del mismo y el establecimiento de tipologías y perfiles de sus protagonistas. Ambos enfoques son útiles y complementarios para la comprensión correcta del fenómeno.2 Mientras que el primero prepara “el escenario”, el segundo “representa la acción” (Ebanks, 1993: 40). Estos últimos representan lo se ha venido en denominar “enfoque motivacional” de los estudios migratorios (De Jong and Gardner, 1981; Fawcett and De Jong, 1982), el cual se utiliza fundamentalmente en este artículo.
En lo que respecta a la emigración española contemporánea (especialmente entre 1875 y 1975), gran parte de los trabajos llevados a cabo para explicar sus causas lo han hecho prestando especial atención a los factores generales (Vázquez y Estrada, 1992; Palazón, 1995; Sánchez Alonso, 1995). Son menos, sin embargo, lo que prestan una especial atención a las motivos específicos de la decisión de emigrar directamente expresados por sus protagonistas (Rubio, 1973; Fernández de Pinedo, 1988; Vidal Rodríguez, 2005; entre otros). Ello tiene, mucho que ver, sin duda, con la posibilidad de disponer de datos sobre los motivos para emigrar obtenidos a través de encuestas y/o informaciones sobre el particular recogidas en testimonios de los protagonistas.
Algo similar ocurre en lo que respecta a la emigración española de las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del siglo actual (prácticamente olvidada3) y, por ende, la más reciente, la cual ha generado un renovado interés por el tema y está dando lugar a diversas aportaciones. En varios trabajos sobre la emigración actual se hace referencia a los motivos que inducen a los españoles a emigrar (OIM, 2012; González Ferrer, 2013; González Enríquez, 2013), e incluso en algunos, basados en encuestas, se procede a una valoración del peso relativo de los mismos (INJUVE, 2013; Faraco et al., 2013; OIM, 2014; González y Martínez, 2014). En casi ningún caso, sin embargo, se lleva a cabo una tipificación y caracterización detallada de los mismos, un análisis de su evolución en estos últimos años, así como su contextualización en el marco de la emigración española de las últimas décadas.
En los últimos años también se han publicado datos y análisis específicos sobre los motivos para emigrar en el caso de ciudadanos de otros países que residen fuera de los mismos (Murray et al., 2012; MacAleer, 2013; Glynn et al., 2013; Triandafyllidou and Gropas, 2014; Biacabe et Robert, 2014). Buena parte de ellos se han llevado a cabo respondiendo, sobre todo, a una preocupación generalizada por la denominada “fuga de cerebros” y a la alarma social suscitada por la misma. Solo en el caso del estudio realizado por la Universidad de Cork (Glynn et al., 2013), basado en una encuesta a 1.513 irlandeses residentes en el extranjero, se ofrecen datos sobre la evolución entre 2008 y 2013 del peso de los distintos motivos en la emigración.
Sea como fuere, en los estudios realizados en España y estos países se pone en evidencia tanto el elevado nivel de formación de los nuevos emigrantes, como la destacada importancia que están teniendo los motivos laborales, con los matices correspondientes en cada caso, en la decisión de emigrar.
Fuentes y metodología
Para la aproximación al fenómeno en estudio y tratar de alcanzar los objetivos anteriormente indicados se ha utilizado una metodología mixta y de carácter triangular (Cantor, 2002) que combina la utilización de diversas fuentes (primarias y secundarias) y herramientas de análisis.
Fuentes primarias
Para el estudio de los motivos por los que emigran los españoles se ha contado con una amplia base informativa obtenida a partir de los testimonios y respuestas de los propios protagonistas, así como de informantes-clave y observadores privilegiados del fenómeno (directivos de asociaciones españolas en el extranjero, miembros de representaciones diplomáticas, etc.). Estos datos e informaciones han sido obtenidos fundamentalmente a través de entrevistas semi-estructuradas (con preguntas abiertas) y una encuesta de carácter cuantitativo (con preguntas, en su gran mayoría, cerradas).
La información de carácter cualitativo de las entrevistas semi-estructuradas
Con el objeto de conocer mejor y más directamente el fenómeno en estudio, y que la información recogida sirviera de base para la adecuada preparación de una encuesta de carácter cuantitativo, se llevó a cabo un estudio exploratorio basada principalmente en la realización de entrevistas semi-estructuradas a emigrantes españoles. El instrumento básico para la recogida de información fue un cuestionario de trece preguntas abiertas, que fue ampliamente difundido entre la población en estudio utilizando todos los medios disponibles (redes sociales, listados de correo electrónico, instituciones españolas en el exterior, etc.).
Como resultado de este proceso, que se extendió en el tiempo (junio 2011 - septiembre 2012) en virtud del éxito que se iba obteniendo (inesperado en sus magnitudes) y la continua ampliación de contactos, se realizaron 2 031 entrevistas (autoadministradas en su mayor parte) a españoles residentes en el extranjero, en su gran mayoría emigrados desde España, así como también a algunos que habían retornado a nuestro país. En los casos en los que se consideró de interés (por el perfil del entrevistado, la naturaleza de la información, etc.) y fue factible (por la buena disposición del entrevistado), una vez cumplimentado el cuestionario básico se contacto de nuevo con los entrevistados (a través de e-mail, Skype, Facebook) para que respondieran a otras preguntas sobre el tema en estudio.
En el cuestionario básico se incluyó una pregunta específicamente destinada a conocer las causas de la emigración. Las respuestas ofrecidas por los entrevistados, en algunos casos muy amplias, constituyen una información muy rica y valiosa sobre el tema en estudio. En este artículo han sido utilizadas principalmente para contrastar y comprender mejor los datos sobre los motivos de la emigración que ofrece la encuesta cuantitativa, así como documentar, a través de los propios testimonios de los emigrados, los adoptados para dicha decisión. En estos testimonios se puede constatar, además, la coexistencia, en muchos casos, de diversos motivos en la decisión de emigrar de España.
Los datos de la encuesta de carácter cuantitativo
Tomando como base la información obtenida en el estudio exploratorio se diseñó una encuesta con el fin de recoger datos de carácter cuantitativo a través de internet.4 Los procedimientos seguidos para su elaboración e implementación han sido explicados con detalle en otros trabajos (Romero Valiente 2012; Romero-Valiente e Hidalgo-Capitán 2014; Romero Valiente, 2017) y se resumen en la ficha técnica que aparece a continuación.
Universo: españoles mayores de edad que llevan residiendo al menos un año (o tienen intención de hacerlo) en el extranjero.
Tamaño de la muestra: 4 058 entrevistas válidas -residentes en 120 países (2 417 correspondientes a nacidos en España emigrados entre 2001 y 2012 con edades entre 18 y 64 años).
Método de muestreo: no probabilístico por autoselección.
Recogida de información: encuesta on-line asistida por un sistema CAWI (Computer Assisted Web Interviewing).
Fechas de realización (trabajo de campo): junio - septiembre 2012.
En el cuestionario de la encuesta se incluyeron varias preguntas (cerradas y de respuesta obligatoria) destinadas específicamente a conocer las causas de la emigración. En este trabajo se ha utilizado una de ellas, la Bp1, en la que se recoge información sobre los motivos principales de la emigración (Tabla 1). Los datos obtenidos, relativos a la causa principal de emigración al país de residencia actual (primera columna, CAMIGR1), constituyen la base fundamental de los análisis que se realizan en este trabajo.
Orden de importancia | |||
---|---|---|---|
Cód. | Causas de la migración/desplazamiento | 1º | 2º |
1 | Aprendizaje / perfeccionamiento de idiomas | ||
2 | Estudios y formación | ||
3 | Investigación (contratos/becas postdoctorales, etc.) | ||
4 | Destino laboral por institución pública (nacional/internacional, etc.) | ||
5 | Destino laboral por empresa | ||
6 | Estar sin empleo / falta de oportunidades laborales | ||
7 | Mejorar situación/perspectivas laborales y/o económicas | ||
8 | Motivos familiares y/o de pareja | ||
9 | Cooperación y ayuda humanitaria | ||
10 | Retorno a su país de origen | ||
11 | Otros motivos personales | ||
12 | Otro/s motivo/s diferente/s a los anteriores |
Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta sobre la situación de los españoles en el extranjero 2012.
Cabe reseñar, en este sentido, que a la hora de planificar la formulación de esta pregunta y sus posibles respuestas, se optó porque los encuestados debieran indicar la razón o motivo principal por la que llevaron a cabo la migración.5 Y ello, por dos razones. Por una parte, porque la multi-respuesta (aunque fuese hasta un máximo de tres como se hace en muchos casos) no permite discriminar la jerarquía entre motivos, otorgando no pocas veces un peso excesivo a aspectos que no son centrales (AEC, 2014: 106) pero que pueden estar presentes (denominadores comunes) en una gran parte de los encuestados. Por otra, la identificación del motivo para emigrar más importante (independientemente de que sea el único o su peso específico sea mayor o menor respecto a los que le siguen en la jerarquía), permite establecer mejor una tipología, así como la valoración del peso de los mismos. De otra parte, la reducida proporción de personas que seleccionó como principal motivo para emigrar la respuesta “escoba” (Otros motivos diferentes a los anteriores), viene a corroborar la adecuada selección de las posibles respuestas en orden a cubrir la diversidad y amplitud del fenómeno investigado.
Los datos obtenidos han sido objeto de una exhaustiva explotación utilizando los programas Excel y SPSS. Los datos correspondientes a las respuestas a dicha pregunta han sido cruzados con los de otras variables de interés para los objetivos de este artículo, especialmente el año de emigración desde España, también recogidos en la encuesta.
Fuentes secundarias
Para la adecuada preparación de este trabajo se ha llevado a cabo una revisión exhaustiva de la bibliografía y cualquier otro tipo de documentación disponible sobre las causas y motivos de las migraciones, en general, así como, sobre todo, de la emigración española y, complementariamente, de nacionales de otros países.
Por otra parte, se han utilizado las estadísticas sobre emigración española que publica el INE (EVR y EM). Aún teniendo en cuenta sus limitaciones, anteriormente indicadas, constituyen las únicas de carácter oficial disponibles que ofrecen datos y cifras sobre el flujo de emigración española. En este trabajo han sido utilizadas para cifrar y documentar la evolución temporal del fenómeno en el siglo actual, así como para llevar a cabo la ponderación de los datos obtenidos en la encuesta anteriormente descrita (postestratificación) y tratar con ello de reducir los posibles sesgos derivados del método de recogida de los mismos.
Los motivos para emigrar
Aunque la clasificación de los motivos para emigrar no está exenta de dificultades, tomando como referencia las llevadas a cabo en algunos trabajos (Contreras, 2008; entre otros), así como, sobre todo, las respuestas emitidas por los propios emigrados españoles en las entrevistas realizadas (en virtud de su recurrencia, similitudes, etc.), los hemos dividido en dos grandes tipos: los de carácter laboral y/o económico; y los formativos, familiares y de pareja, personales y de otro tipo (Tabla 2).
Motivos para emigrar | |
---|---|
Laborales y económicos | Estar sin empleo / falta de oportunidades laborales |
Mejorar situación laboral y/o económica | |
Destino laboral | |
Cooperación e investigación | |
Formativos, familiares y otros | Formación |
Familiares y/o de pareja | |
Personales y otros |
Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta sobre la situación de los españoles en el extranjero 2012.
Los datos e informaciones obtenidas a través de las fuentes anteriores ponen de relieve la existencia de motivos diversos6 entre los emigrados españoles para trasladar su residencia desde España a otro país. Su peso específico en la decisión de emigrar ofrece, no obstante, variaciones significativas en función del año/periodo de salida de España (Figura 2), así como de las características socio-demográficas y perfil de los emigrados. Este artículo se ocupa principalmente de las primeras.
Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta sobre la situación de los españoles en el extranjero 2012.
Laborales y/o económicos
Los motivos laborales y/o económicos han constituido y constituyen el principal motor de las migraciones internacionales (OIM, 2013: 49). Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la migración laboral ha crecido, además, a nivel mundial en los últimos años (ILO, 2015). En el caso de la emigración española, los datos procedentes de diversas fuentes y la literatura existente ponen en evidencia la importancia fundamental de estos motivos en las principales corrientes y oleadas de nuestra historia, así como el crecimiento de su protagonismo en los últimos años.
Los datos de nuestra encuesta vienen a corroborar este último hecho. Entre los españoles encuestados que emigraron en el último cuarto del siglo XX y el primer lustro del siglo actual, este tipo de motivos es esgrimido por algo más de 40 por ciento como principal causa de salida de España. Esta proporción se eleva a 50 por ciento entre quienes emigran en 2006-2008, a 55 por ciento entre 2009-2010, a 60 por ciento en 2011, y casi 70 por ciento en 2012.
El análisis de los datos de manera más desagregada permite apreciar, no obstante, diferencias significativas en el papel ejercido en el flujo emigratorio por los diversos motivos que integran este amplio subconjunto (Figura 3). En los años centrales y durante el segundo lustro de la primera década del presente siglo, los motivos relacionados con el desplazamiento y la expatriación (en sus modalidades diversas), así como la mejoría laboral y/o económica, son los principales responsables del crecimiento. Desde los años finales de dicha década, pero sobre todo, inicios de la actual (2011), la falta de empleo y/o de oportunidades laborales se convierte en el principal motivo de emigración y responsable claro de su notable crecimiento.
Estar sin empleo y/o búsqueda de oportunidades laborales
Este motivo es, sin duda, el que más se relaciona con factores de expulsión tradicionales de carácter laboral y económico, especialmente con la elevación del desempleo y la precariedad laboral. La dificultad o práctica imposibilidad de acceder a un trabajo decente, relativamente acorde a la formación obtenida, así como situaciones de pérdida del mismo debido a cierres de empresas y/o regulación de empleo, constituyen argumentos clave para los emigrados que aducen este motivo como principal causa de salida de España.
La evolución seguida por la proporción de personas que indican este motivo como principal causa de su emigración es elocuente en este sentido Este motivo reduce progresiva y significativamente su peso en los emigrados en la última década del siglo pasado y, sobre todo, entre 2001 y 2007 coincidiendo con los momentos de mayor bonanza económica y de reducción del desempleo de la historia de nuestro país. Pasa de representar en torno a 20 por ciento entre los que emigran de España entre 1976 y 1990, a algo menos de 15 por ciento entre los que lo hacen en 1991-2000 y 2001-2003, a siete por ciento en 2004-2006 y algo menos de cinco por ciento en 2007. Entre los que emigran a partir de 2008, coincidiendo con el estallido de la crisis económica y la progresiva agudización de sus efectos, dicha proporción inicia una senda ascendente que lo lleva a situarse algo por encima de diez por ciento entre los emigrados en 2008-2009, cerca de 20 por ciento en 2010, de 25 por ciento en 2011 y de 40 por ciento en 2012.
Entre los emigrados en los dos últimos años (2011 y 2012), este motivo se convierte en la principal causa de salida de España, con clara diferencia respecto al resto. El hecho de que sea precisamente en los últimos años del periodo observado cuando la emigración más ha aumentado en términos absolutos, puede dar una idea de la importancia de este motivo en el crecimiento de la misma. Sirva finalmente como dato de referencia que, entre los emigrados en 2008-2012, cerca de 25 por ciento indica este motivo como principal causa de salida de España, tres veces más de los que lo hicieron en el quinquenio precedente (2003-2007).
No encontrar trabajo, frustración personal y paso atrás al volver a vivir en el domicilio familiar. Únicas entrevistas de trabajo que hice eran de comercial a puerta fría. MUY mal pagado o ni siquiera pagado, a expensas de la venta (Hombre, emigrado en 2011 al Reino Unido con 25 años).
Mejorar la situación laboral y/ económica
Mejorar la situación laboral y/o económica es un motivo que puede considerarse, en relación al anterior, como de un nivel inferior en una escala de causas de emigración regida por el grado de preponderancia de las razones económico-laborales en la decisión de cambiar de residencia a otro país. En este caso, la decisión de emigrar no obedece tanto a la inexistencia o escasez de posibilidades económico-laborales en el país de origen, sino a la valoración, a manera de juego de fuerzas, entre éstas y las que ofrecen los potenciales lugares de destino, sobre todo en cuanto a condiciones de empleo y perspectivas profesionales, que se decantan a favor de estas últimas.
La inestabilidad y precariedad laboral en el país de origen, así como el deseo de prosperar, mejorando las condiciones de vida y/o de desarrollo profesional, aprovechando las oportunidades que, en dicho sentido, ofrecen los países de destino, constituyen argumentos básicos de quienes esgrimen este motivo como principal causa de salida de España.
Este motivo mantiene un nivel de prevalencia destacado y relativamente constante como principal causa de salida de España a lo largo del siglo actual, casi siempre, según los datos de la encuesta, en el entorno de 15 por ciento del total. Este motivo incrementa su peso desde mediados de la primera década del presente siglo alcanzando su nivel máximo en 2009-2010 (primeros años de la crisis), en los que se convierte en la principal causa de salida de España. A partir de este año, este motivo pierde peso relativo cediendo protagonismo al anterior. Entre los emigrados a partir de 2011 el motivo principal ya no es mejorar la situación laboral y/o económica, sino buscar salidas y oportunidades en este sentido.
Por trabajo, mejores condiciones de trabajo en Francia, para poder pagar la especialidad en España. Porque hay mucho trabajo de Fisioterapeuta y las condiciones son mejores que en España (Mujer, emigrada en 2009 a Francia con 25 años).
Destino laboral en el extranjero
La salida de España debido a un destino laboral en el exterior (sea de una empresa o institución, pública o privada, nacional, extranjera o internacional) constituye una modalidad migratoria que, aunque no es nueva, hundiendo sus raíces en el pasado colonial (Hampe, 1992; Sepúlveda, 1992; Gozálvez Pérez, 1994), ha cobrado mayor vigor en las últimas décadas. Este tema, especialmente el relacionado específicamente con el desplazamiento de capital humano por parte de las empresas en general, y españolas en particular, ha sido y es objeto de numerosos trabajos (Bastida Domínguez, 2007; Pascual y Escalera, 2009).
La proporción de emigrados españoles que indica este tipo de motivos como principal causa de emigración experimenta un importante crecimiento en las últimas décadas. Según los datos de la encuesta, pasan de representar menos de cinco por ciento entre 1976 y 1990, a cerca de diez por ciento en la última década del siglo XX, y de 15 por ciento entre 2006 y 2008. Los datos indican con cierta consistencia, no obstante, que es entre los emigrados en 2008 cuando alcanza sus mayores cotas, cerca de 20 por ciento, reduciendo su peso relativo a partir de entonces a favor de los motivos anteriormente analizados.
Causas de la emigración: Ascenso laboral dentro de la misma empresa ¿Por qué elegiste ese país como destino? Sede central de la mencionada empresa (Mujer, emigra en 2008 a Alemania con 33 años).
Cooperación e investigación
De forma relativamente parecida al anterior, la salida de España por motivos de cooperación e investigación ha incrementado su importancia en las últimas décadas. La emigración por ambos motivos lleva, en no pocos casos, aparejadas intencionalidades formativas y/o de carácter personal. En este sentido podría decirse que se sitúan en un espacio de transición entre la emigración laboral y la que se lleva a cabo por otros motivos. No obstante, el hecho de que ambas modalidades migratorias tengan mayoritariamente como finalidad el ejercicio de una actividad laboral, nos ha llevado a incluirlas dentro de esta tipología de motivos. Por otra parte, cabe significar que tanto una como otra, pero sobre todo la cooperación tiene un reconocimiento en este sentido, incluso desde el punto de vista jurídico, desde hacer varias décadas (Serrano Carvajal, 1966: 132) que ha sido reafirmado con la promulgación del Estatuto del Cooperante en 2007, aún con sus lagunas y deficiencias (Pérez, 2013).
La proporción de encuestados que indican alguno de estos motivos como principal causa para su salida de España crece progresivamente entre finales del siglo pasado y la primera década del siglo actual. Estos motivos pasan de representar en torno a cinco por ciento entre los emigrados en 1976-1990, a algo más de diez por ciento entre los que lo hacen en la última década del siglo XX, y a cerca de 15 por ciento entre quienes lo hacen entre 2006 y 2009. Entre los emigrados a partir de 2010 su peso relativo se reduce significativamente pasando a representar en torno a diez por ciento del total. Esta evolución guarda probablemente una estrecha relación con el incremento del esfuerzo de las administraciones públicas y otras instituciones españolas (y también extranjeras y de carácter internacional) en materia de becas/contratos de investigación en el extranjero, cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria.
Quería hacer una estancia postdoctoral fuera de España, y quería hacerlo independientemente de la situación económica actual, pero se ha convertido en una de las únicas salidas, y ahora es impensable volver (Mujer, emigra en 2010 a Estados Unidos con 34 años).
Causas de la emigración: Por trabajo con una ONGD española. ¿Por qué elegiste ese país como destino? Fue donde surgió la oportunidad de trabajo y tenía interés en vivir en Latinoamérica (Mujer, emigra en 2008 a Nicaragua con 31 años).
Formativos, familiares y otros
Motivos diferentes a los anteriores también han estado siempre presentes, en mayor o menor medida, a lo largo de la historia de la emigración española, incluso en sus oleadas masivas de 1880-19307 y 1960-1975. No obstante, salvo en períodos muy concretos relacionados con el desarrollo de procesos de reagrupación familiar, es probable que nunca hayan tenido el protagonismo y, sobe todo, la diversidad de las últimas décadas. La literatura existente sobre la materia y los propios datos de nuestra encuesta así parecen confirmarlo. Entre los españoles encuestados que emigraron entre 1976 y 1990, este tipo de motivos es aducido por cerca de 65 por ciento (casi dos de cada tres) como principal causa de salida de España. Entre los que lo hicieron en la última década del siglo pasado y el primer lustro del siglo actual, este tipo de motivos es esgrimido por algo más de 55 por ciento. Esta proporción se reduce a 45 por ciento entre quienes emigran en 2008-2010, a 40 por ciento en 2011, y a poco más de 30 por ciento en 2012.
Como en el caso de los motivos laborales y económicos, el análisis de los datos de manera más desagregada permite apreciar diferencias significativas en el papel ejercido en el flujo emigratorio por los diversos motivos que integran este amplio subconjunto (Figura 4).
Formativos (estudios y/o aprendizaje de idiomas)
El deseo de ampliar y/o mejorar la formación de cara a tener más y mejores oportunidades, en la vida en general y el mercado laboral en particular, es desde hace algunas décadas uno de los principales motivos por los que muchas personas salen de su país para residir, de forma más o menos temporal, en el extranjero. Este tema ha sido objeto de análisis específico en los últimos años en diversos trabajos (Senent, 2007; Comisión, 2009; Pawlowska, 2011; García Palma, 2013). La propia OIM en varios de sus informes ha destacado la importancia de esta forma de movilidad (OIM, 2008 y 2013, especialmente) a la que incluso apoya y facilita en muchos países.
Este tipo de motivos ha venido siendo desde las décadas finales del siglo XX hasta el primer lustro del siglo actual una de las principales causas de salida de España y emigración al extranjero. La entrada de España en la Comunidad Europea en 1986, así como el incremento de las posibilidades para desplazarse y estudiar en el extranjero, han servido de catalizadores para ello. Sirva como dato que ha pasado de representar diez por ciento entre los emigrados en 1976-1990, a 25 por ciento entre los que lo hacen en la década de los 90 del siglo XX, y 25 por ciento entre quienes lo hacen en el primer lustro del siglo actual. Entre los que emigran en 2001-2002 es el tipo de motivos con mayor prevalencia (en torno al 40 por ciento) como principal causa de emigración. Entre los emigrados a partir de 2006 su peso relativo se reduce un poco para situarse en algo menos de 20 por ciento (casi uno de cada cinco).
Cabe reseñar, no obstante, una evolución algo diferenciada como principal causa de emigración entre los motivos que integran este subconjunto de modalidades migratorias. Los estudios y la formación han reducido progresivamente su peso relativo en la última década, pasando de representar 20 por ciento entre los emigrados en el primer lustro del siglo actual, a algo menos de 10 por ciento entre los que lo han hecho posteriormente, alcanzando sus niveles más bajos (en torno a siete por ciento) entre quienes salieron de España en 2011-2012. La ampliación y mejora de la oferta formativa en España, así como el elevado costo de la educación superior en el extranjero, han podido, sobre todo en un contexto de crisis, contribuir a reducir el peso relativo, que no absoluto, de esta forma de migración.
Por el contrario, el aprendizaje o perfeccionamiento de idiomas ha mantenido de forma más o menos constante su peso relativo entre los emigrados en la última década, experimentando un ligero, pero sensible, crecimiento en los últimos años. Ha pasado de ser esgrimido como la principal causa de salida de España por ocho por ciento de los emigrados en 2001-2007, a diez por ciento y 12 por ciento entre los que lo hacen en 2008-2010 y 2011-2012 respectivamente. Su peso, ya importante entre los que se desplazan fuera de España para la realización de estudios universitarios (Belvis Pons et al., 2007), se acrecienta en estos momentos de crisis económica con la adición de otros colectivos que valoran el conocimiento de idiomas como competencia básica para la inserción y mejora laboral.
Mejora ingles y búsqueda de trabajo (solemos buscar trabajo para pagarnos la estancia aquí). ¿Por qué elegiste ese país como destino? estudio del inglés británico. (Hombre, emigra en 2011 al Reino Unido con 25 años)
Estudiar posgrado en una universidad federal brasileña. ¿Por qué elegiste ese país como destino? Porque siempre me ha fascinado la música brasileña, estudié portugués en la carrera y adoro Brasil! Y porque hay becas para estudiar posgrados (Hombre, emigra en 2010 a Brasil con 25 años).
Familiares y/o de pareja
Los motivos familiares y/o de pareja (la emigración “por amor” en no pocos casos, tal como la califican sus propios protagonistas) tienen un importante protagonismo como causa principal de salida de España para residir en el extranjero. Varios trabajos recientes se han hecho eco de la importancia y singularidad de este tipo de migración en las últimas décadas (Bodoque y Soronellas, 2009, Roca et al., 2012).8 Este motivo también ha merecido, a nivel internacional, una atención específica por parte de la OIM (2008 y 2011).
Según los datos de la encuesta, casi la mitad de los emigrados entre 1976 y 1990 aduce este tipo de motivos como principal causa de salida de España. Entre los emigrados durante la última década del siglo XX y la primera del actual, su nivel de prevalencia se reduce significativamente, situándose en el entorno de 25 por ciento, pero sigue siendo hasta prácticamente 2008 (inicio de la crisis) el principal motivo aducido para salir de España. Entre los emigrados a partir de dicho año su peso relativo se reduce paulatinamente: se sitúa algo por debajo de 20 por ciento entre quienes salen en 2009-2010, de 15 por ciento en 2011 y de 10 por ciento en 2012.
Por mi mujer, es mexicana (Hombre, emigra en 2010 a México con 34 años).
Personales y otros
La emigración o salida de un país para residir en el extranjero puede estar motivada, obviamente, por otros tipos de motivos diferentes a los anteriores. Si en el pasado tuvieron en España mucho peso las migraciones forzadas por motivos religiosos (expulsión de los judíos y moriscos, de los jesuitas, etc.) y políticos (el provocado por la Guerra Civil de 1936-1939 quizás sea el más emblemático), en las últimas décadas, sobre todo tras el advenimiento de la democracia, estos últimos han reducido al mínimo su importancia. A partir de entonces, entre los emigrantes españoles han ido ganando peso como razón principal para salir de España otros motivos de carácter personal y psicosocial (el deseo de exploración y aventura, cambiar de aires, la mejora de la calidad de vida y el bienestar individual, entre otros), propios de una sociedad del bienestar, equiparándonos con ello a lo que viene ocurriendo desde hace más tiempo en otros países desarrollados.
Según los datos de la encuesta, estos motivos tienen una prevalencia baja entre los emigrados en las últimas décadas. Constituyen la principal causa de salida de España de solo cinco por ciento, aproximadamente, de los emigrados desde 19769 hasta 2012. Dicha proporción solo es algo superior, en torno a ocho por ciento, entre los emigrados en 2003-2007, período que coincide con el momento de mayor bonanza económica en nuestro país. Entre los emigrados a partir de 2008 su peso relativo se ha reducido significativamente a favor de los anteriores, situándose por debajo de cinco por ciento.10
Ampliar la visión del mundo, inquietudes personales, así como un ampliar el desarrollo profesional (Mujer, emigra en 2006 a México con 27 años).
Conclusiones
Los españoles han emigrado a lo largo de la historia siguiendo motivaciones diversas. Los motivos políticos, pero sobre todo los de carácter laboral y económico, han sido los principales catalizadores de las oleadas emigratorias que se han producido en los siglos XIX y XX. Informaciones directas recogidas a través de testimonios directos de sus propios protagonistas u observadores privilegiados, así como, en algunos casos, obtenidas mediante encuestas, atestiguan el predominio absolutamente mayoritario de los motivos laborales y económicos en las grandes oleadas emigratorias de 1880-1930, que tuvo América como destino fundamental, y la del tercer cuarto del siglo XX, que desde principios de la década de los sesenta tuvo como principales receptores a los países de Europa occidental.
Las sustanciales transformaciones que se han producido en las últimas décadas en la sociedad y economía española (restauración de la democracia, incorporación a la Unión Europea, crecimiento económico, desarrollo del Estado del Bienestar, mejora notable de la educación en todos sus niveles, etc.) han tenido importantes efectos en la naturaleza y peso específico de los motivos que inducen a los españoles a emigrar. Durante el último cuarto del siglo XX hasta mediados de la primera década del siglo actual la emigración española no solo ha reducido sensiblemente su volumen, en un contexto marcado por el predominio absoluto de la inmigración, sino que además se ha transformado profundamente en sus formas adaptándose a la globalización, la libre circulación en el espacio europeo, y los intensos procesos de internacionalización social y económica que se verifican en nuestro país.
Aunque no se ha estudiado suficientemente aún la emigración que se ha desarrollado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del actual hasta el inicio de la crisis, las informaciones disponibles, así como los propios datos de nuestra encuesta y los análisis llevados cabo en este trabajo, apuntan a que se han producido cambios relevantes respecto al período anterior. Por un lado, se ha producido una mayor diversificación de los motivos para emigrar, así como de su propia naturaleza, homologándonos progresivamente en este sentido a los estándares presentes en los países más desarrollados. Por otra, todo parece indicar que han ganado peso relativo los motivos familiares y de pareja, los relacionados con la mejora formativa y los de índole personal.
Los motivos familiares y de pareja han ganado peso, convirtiéndose en los de mayor prevalencia para los españoles emigrados en el último cuarto del siglo XX y el primer lustro del siglo actual. Los motivos relacionados con la formación y adquisición de destrezas y competencias (realización de estudios, aprendizaje y perfeccionamiento de idiomas, etc.), han irrumpido con notable fuerza, perdiendo el carácter relativamente minoritario e incluso elitista que tuvieron en tiempos pretéritos. Otros tipos de motivos, como los relacionados con el desarrollo y realización personal, en sus múltiples formas, también han pasado a ocupar un lugar importante en la decisión de emigrar. Los motivos de orden político, por su parte, han reducido su peso al mínimo, siendo solo relevantes por una exigua minoría.
Durante este periodo, los motivos laborales y económicos, aún reduciendo su protagonismo a favor de los anteriores, han seguido siendo importantes en la decisión de emigrar para una gran parte de los españoles que han salido del país durante estos años. Quizás lo más novedoso, en este sentido, ha sido, por una parte, la diversificación interna de los mismos, experimentando un notable crecimiento algunos relativamente minoritarios anteriormente como los relacionados con el desplazamiento y la expatriación (destino laboral, cooperación, etc.), y por otra, que se han planteado más frecuentemente en términos de oportunidad (desarrollo profesional) que de necesidad como ocurría de forma mayoritaria entre quienes emigraron en períodos precedentes.
Los propios instrumentos normativos para la gobernanza de la emigración que cristalizan en España durante estos años (Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, etc.) reflejan claramente la nueva situación. Muy distinta de la que inspiró las leyes y reglamentos de emigración promulgadas a lo largo de la pasada centuria.
En la actualidad los movimientos migratorios, teniendo en cuenta, por un lado, el ejercicio del derecho a la libre circulación en el contexto de la Unión Europea, y por otra la globalización de la economía, han alcanzado una dimensión y una significación distinta. En los países desarrollados, en los que el Estado satisface las necesidades básicas de su ciudadanía, el desplazamiento a otro país responde a motivaciones de distinta índole que persiguen ampliar las expectativas personales y profesionales o mejorar la calidad de vida, como es el caso de los funcionarios públicos y trabajadores al servicio de la Administración española en el exterior, los cooperantes y los trabajadores y profesionales de las empresas españolas destinados temporalmente en el exterior” (Ley 40/2006 del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, Exposición de Motivos, II.7).
Los análisis llevados a cabo en este trabajo ponen de relieve un crecimiento desde mediados de la primera década del siglo actual del peso de los motivos laborales, de forma simultánea al que se produce en el flujo emigratorio. Durante el segundo lustro de dicha década son los motivos relacionados con el desarrollo profesional y la expatriación los principales protagonistas de este crecimiento. El estallido de la crisis económica en 2008 y la agudización de sus efectos en los años subsiguientes no solo ha espoleado de nuevo la emigración, llevándola a cotas no registradas desde mediados de la década de los 70 del pasado siglo, sino que, además, ha operado de manera muy importante en los motivos de los españoles para tomar dicha decisión.
Desde fines de dicha década, pero sobre todo, principios de la presente, son los motivos relacionados con la falta de empleo y de oportunidades laborales quienes se convierten en los principales impulsores del flujo emigratorio. Es decir, de una emigración laboral planteada mayoritariamente en términos de oportunidad o mejoría, se ha pasado en la presente década a otra en términos de necesidad. Necesidad, no asociada a la miseria o la extrema pobreza como pudo ser frecuente en períodos precedentes de nuestra historia, pero si a la práctica incapacidad de desarrollar en España un proyecto vital y profesional.
Los resultados expuestos en este trabajo relativos a las motivaciones de la emigración en los últimos años coinciden en buena medida con los ofrecidos por otros autores (INJUVE, 2013; González y Romera, 2014; OIM, 2014). No obstante, ponen mayor énfasis en el papel ejercido por los motivos relacionados con el desempleo y la falta de oportunidades en el incremento del flujo emigratorio, especialmente desde 2011. En este sentido, coincide bastante con los trabajos llevados a cabo por la Universidad de Cork para el caso irlandés (Glynn et al., 2013).
Aunque los análisis llevados a cabo en este artículo tienen el año 2012 como referencia temporal final, diversas razones nos inducen a pensar que este tipo de motivos ha podido seguir marcando el ritmo del flujo migratorio en los últimos años. Por una parte, el notable crecimiento del flujo emigratorio durante los años subsiguientes hasta la actualidad, en un contexto marcado por la agudización (2013) e inercia de los efectos de la crisis económica, que opacan la tímida recuperación experimentada a partir de 2014. Por otra, los propios datos e informaciones sobre el fenómeno recogidas mediante entrevistas en los trabajos que venimos realizando para el caso de la nueva emigración española a los países iberoamericanos (Rodríguez Fariñas et al., 2015a, 2015b, 2016a, 2016b, 2017), así como en algunas encuestas realizadas sobre la intención y motivaciones para emigrar de los jóvenes españoles (Zurich, 2013; Vodafone Institute, 2014).