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Archivos de cardiología de México

versión On-line ISSN 1665-1731versión impresa ISSN 1405-9940

Arch. Cardiol. Méx. vol.73 no.4 Ciudad de México oct./dic. 2003

 

In memoriam

 

Recordando al maestro Demetrio Sodi Pallares

 

El maestro Demetrio Sodi Pallares, quien fuera el electrocardiólogo más eminente de nuestro País y uno de los de mayor trascendencia a nivel mundial, nos ha dejado el 12 de agosto p.p. a los 90 años cumplidos. Con él desapareció el último sobreviviente de los miembros fundadores del Instituto Nacional de Cardiología de México. Recibido de médico en la Universidad Nacional Autónoma de México, se incorporó al equipo pionero del maestro Ignacio Chávez en el pabellón 21 (Cardiología) del Hospital General de la capital mexicana. En 1941, con beca de la Sociedad Mexicana de Cardiología, marchó a estudiar electrocardiografía experimental y clínica con los profesores Carl J. Wiggers y Frank N. Wilson en las universidades norteamericanas de Cleveland, Ohio, y Ann Arbor, Michigan, respectivamente

A su regreso en patria, fue nombrado Jefe del Departamento de Electrocardiografía del Hospital General capitalino en donde permaneció hasta 1944, fecha en que se hizo cargo de la jefatura del Departamento de Electrocardiografía del flamante Instituto Nacional de Cardiología. Mantuvo este cargo hasta el 31 de marzo de 1975. Su carrera docente se inició en el año 1944, como profesor ayudante de Clínica Médica en la Facultad de Medicina de la UNAM. Unos años más tarde (1947), por oposición y con Mención Honorífica, se le nombró Profesor Titular de Patología Médica y, en 1951, se le otorgó el nombramiento de Profesor Titular de Clínica. En marzo de 1961, fue designado Coordinador de la Investigación Científica en el Instituto Nacional de Cardiología. Publicó una docena de libros y un sinnúmero de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales.

Fue Presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología en los períodos 1955-1956 y 1962-1963.

Desempeñó también la presidencia de la Academia Nacional de Medicinaenel período 1963-1964. Durante el año 1964 le tocó presidir el Congreso Internacional conmemorativo del centenario de dicha academia. Además, fue Miembro Honorario o Correspondientede una veintena de Sociedades Cardiológicas de Norte américa, Sudamérica, América central y Europa. Fue el primer cardiólogo mexicano en ser nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de España y "Master Teacher" del "American College of Cardiology" (1974).

Amerita recordar que él, al proceder en la senda de Wilson, racionalizó la exploración eléctrica del corazón, que se hacía antes de manera empírica. De hecho, estableció las bases de un análisis electrovectocardiográfico a realizar en función de determinados parámetros, como la posición y la rotación cardíacas, la distribución de los electrólitos a través de la membrana de las fibras miocárdicas y ciertos aspectos del metabolismo energético de los miocitos. Todo esto le permitió eliminar el recurso a cuadros electro-cardiográficos estereotipados para proponer una exploración eléctrica racional o razonada, que él definiera inicialmente como deductiva y más tarde como poliparamétrica. Así pues, estructuró la Escuela Mexicana de Electrovectocardiografía, que llegó a extender sus ingentes ramas por los cinco continentes. En la década que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial, se consideraba a México como la Meca de la electrocardiografía. Los cursos de esta subespecialidad de la cardiología, que él organizaba y sustentaba con la ayuda de sus excelentes colaboradores -merece recordarse en primer término al Dr. Enrique Cabrera- atraían alumnos de toda América y también algunos de Europa, Asia y África.

Sus métodos de investigación a nivel de las células miocárdicas le llevaron a ser uno de los iniciadores del cambio, que estamos viviendo, desde la electrocardiografía puramente diagnóstica hacia la electrocardiografía terapéutica. Se adhirió con entusiasmo a la corriente que auspiciaba la llamada terapia metabólica de la cardiopatía isquémica y propuso la modalidad por él definida como polarizante. Presentó este modelo de tratamiento, en una sesión de la Academia Médica Lombarda en Milán, el día nueve de junio de 1961. Tal modalidad fue bien recibida y seguida prontamente en los ambientes cardiológicos europeos, americanos y hasta en los de la India. Este hecho dio origen a una serie continua de publicaciones desde el primer estudio aleatorizado que efectuara el Dr. Carlos Bertolasi en Buenos Aires, publicado en 1974, hasta las investigaciones multicéntricas actuales, como la que se está desarrollando en Sudamérica sobre un total de 10,000 casos clínicos. La base racional de este tratamiento es muy sólida porque el sistema glucosa-insulina es un poderoso donador de energía para las células que la necesitan y el potasio, que interviene aun en el metabolismo celular, tiene propiedades antiarrítmicas. Por lo tanto, el tratamiento llamado polarizante produce y aumenta la energía libre a disposición de los tejidos afectados por la hipoxia.

La trayectoria científica y didáctica del maestro Demetrio Sodi Pallares ha sido reconocida no sólo por corporaciones médicas nacionales e internacionales, sino también por algunos gobiernos, como lo atestiguan las condecoraciones a él otorgadas, p. ej. la Orden al Mérito de la República Italiana y la Orden Brasileña del Mérito Médico.

¡Inolvidable maestro y amigo Sodi Pallares sit tibi terra levis!

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