Introducción
A nivel internacional, está reconocido el hecho de que las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un fenómeno que afecta a la población en general. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, todos los días, casi un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual que puede dar lugar a síntomas agudos, infecciones crónicas y graves, cuyas consecuencias pueden ser mortales a lo largo del tiempo1.
El cáncer cervicouterino, es una de las consecuencias de la infección por virus del papiloma humano (VPH); este último es la ITS con mayor prevalencia2; la alta incidencia de infección por este virus está asociada al inicio precoz de la actividad sexual. De ahí que la infección por el VPH, es un factor de riesgo relacionado con el cáncer cervical en mujeres de 35 a 45 años, el cual es una de las causas principales de muerte y de años potencialmente perdidos, así como de cáncer anal y de pene en hombres, entre otros eventos que afectan el proceso salud-enfermedad de las personas3. La generación de lesiones precancerosas y potencialmente al cáncer invasivo puede llevar un variado número de años; la incubación del virus es de 3 a 4 meses4.
Los factores predisponentes para desarrollar esta enfermedad son diversos. Las relaciones sexuales tempranas, la promiscuidad tanto de la mujer como del hombre, mujeres con alto número de embarazos, el parto en edades tempranas, la depresión del sistema inmunológico, el uso prolongado de anticonceptivos y la mala nutrición, aumentan la probabilidad de desarrollar una infección de VPH5.
Debido al grado de complejidad y la importancia que tiene esta enfermedad, es necesario fomentar el conocimiento acerca de ella, tanto mediante la promoción y prevención, como a través de investigaciones que esclarezcan progresivamente sus mecanismos y características en general6, en diversos grupos poblacionales, por lo cual se deberá iniciar desde la adolescencia, ya que la evidencia documental indica que la disminución en la edad de inicio de las relaciones sexuales es cada vez menor. Por ejemplo, el estudio de Goncalves7, realizado en Brasil con 4,325 adolescentes entrevistados, reportó que habían iniciado su vida sexual antes de los 14 años el 18.6%, 420 mujeres y 353 hombres.
Así mismo, en una investigación realizada en Santiago de Cuba con 575 adolescentes mujeres con edades de 15 a 20 años que acudieron a consulta ginecológica a un policlínico, se encontró que el 62.6% había iniciado su vida sexual antes de los 16 años, sin protección en el 56.2% de los casos8.
Con respecto a México, una investigación realizada en Guadalajara con 9,439 adolescentes atendidas por maternidad reportó vida sexual activa en 404 jóvenes de 12 a 13 años, 548 de 15 a 16 años, 2,879 de 16 a 17 años y el resto de 18 a 19, lo que evidencia el inicio temprano de la vida sexual, con la consecuencia de un embarazo9.
Como se ha mencionado previamente, múltiples son los factores de riesgo que llevan al desarrollo del cáncer cervicouterino; de la misma manera la literatura reporta diversos factores que llevan a un adolescente a iniciar una vida sexual a temprana edad. Se constituyen en factores de riesgo todas aquellas condiciones físicas, psicológicas y sociales que incrementen significativamente las posibilidades de que un individuo incurra en una conducta de riesgo10. Una conducta de riesgo se define como toda aquella situación que vaya en contra de la integridad física, mental, emocional o espiritual de la persona y que puede incluso atentar contra su vida11. En este sentido, la falta de conocimiento de una persona sobre un tema, puede considerarse un factor de riesgo, dado que es una condición que incrementa las posibilidades de tener conductas de riesgo.
Ahora bien, el conocimiento acerca del virus del papiloma humano, se entiende como el resultado de la asimilación de una información por una persona acerca del virus que se transmite vía sexual, el cual afecta genitales de hombres y mujeres12.
Respecto del nivel de conocimientos del VPH en adolescentes, se encuestaron a 101 adolescentes mujeres de entre 13 y 18 años, de las cuales el 100% eran sexualmente activas. Encontraron que el nivel de conocimientos sobre el virus fue bajo en el 59% de las participantes, no se identificó que el VPH es una infección de transmisión sexual, así como sus complicaciones y diversos aspectos relacionados con el fenómeno. Refirieron no haber escuchado sobre el VPH el 52% de las participantes13. Otra investigación realizada en 552 mujeres de Paraguay, que abordaba el tema del VPH y cáncer cervicouterino, reportó que 497 no han oído hablar sobre el virus y las que sí, desconocen aspectos de la prevención14.
Con base en lo anterior, se evidencia el hecho de que los conocimientos sobre el fenómeno juegan un papel muy importante sobre la forma en que las personas, hombres y mujeres, asumen su sexualidad, protección, prevención, entre otros. En este sentido, el personal de enfermería que apoya en las instituciones educativas, en la promoción de la salud, que participa en la consulta externa, etc., debe tener en cuenta que los adolescentes son un grupo de riesgo que requiere saber sobre las ITS y en este caso sobre el VPH, por su vínculo tan estrecho con cáncer en mujeres y hombres, y trabajar en aspectos tan importantes como es brindar información a la población sobre el fenómeno.
Para que los profesionales de enfermería puedan visualizar las posibles campañas educativas en materia de salud que se deben ofertar por grupo poblacional y el cómo hacerlas llegar, es necesario contar con estudios exploratorios como este, de manera tal que se cuente con los elementos teóricos de qué puntos del fenómeno es necesario reforzar.
Con base en lo anterior, el objetivo de esta investigación fue determinar el nivel de conocimientos de un grupo de adolescentes de una preparatoria de la ciudad de Querétaro, en el estado de Querétaro, México, sobre los aspectos generales del virus del papiloma humano, su transmisión y consecuencias, dado que no se cuenta con antecedentes del fenómeno en el estado.
Métodos
Estudio transversal, descriptivo. El universo estuvo conformado por un total de 2,529 alumnos de una escuela de bachilleres de la ciudad de Querétaro, se consideraron los dos turnos, matutino y vespertino. El tamaño de muestra se estableció con base en la fórmula para poblaciones finitas, con un nivel de confianza del 95%, quedó constituida por un total de 242 alumnos.
Los estudiantes que participaron en el estudio fueron elegidos por conveniencia (por instrucciones de la institución se consideraron los grupos indicados); participaron alumnos formalmente inscritos en el ciclo escolar 2014, con un rango de edad de entre los 14 a los 18 años, del sexo masculino y femenino.
Se realizó el proceso correspondiente para que el protocolo fuese validado por un Comité de Investigación. Se aplicó el instrumento de Pat y Servín15, denominado «Nivel de Conocimiento sobre VPH en población masculina de la ciudad de Querétaro, Querétaro», el cual fue adaptado para esta investigación; dichas adaptaciones fueron en relación con el contenido y formato del instrumento y establecidas con base en la operacionalización de las variables, del mismo modo se verificó que la aplicación pudiera realizarse tanto en hombres como mujeres. La validación se realizó con base en las recomendaciones de Barraza Macías16. Se realizó la prueba piloto en una escuela y alumnos con características similares a las definitivas en 25 estudiantes.
El instrumento de recolección de datos, autoaplicable, se denominó «El Virus del Papiloma Humano y tu Salud», conformado de cuatro apartados con un total de 46 pregun tas: datos sociodemográficos con 6 preguntas, algunas de estas abiertas, otras de opción múltiple y otras dicotómicas; información sobre VPH con 20 preguntas, de las cuales 9 fueron de opción múltiple y 11 de falso y verdadero; salud personal con 17 ítems de opción múltiple o dicotómicas y 3 preguntas sobre fuentes de información (una abierta y dos de opción múltiple). La confiabilidad determinada mediante alfa de Cronbach fue de 0.79. Su aplicación se contempla en un tiempo aproximado de 15 min.
Las variables sociodemográficas estudiadas fueron: sexo, edad, semestre, estado civil, condición de estudiante y trabajador, nivel económico considerado. La variable nivel de conocimientos contempló: aspectos generales del virus, factores de riesgo, consecuencias de la infección, factores de protección. Sobre salud sexual se consideraron: inicio de vida sexual, higiene, número de parejas, métodos de anticoncepción o de protección contra ITS, entre otros. Vale la pena aclarar que esta última sección fue opcional, podía ser respondida a libertad por el estudiante, de manera tal que este no se sintiera presionado; contempló preguntas sobre la fuente de obtención de información sobre salud sexual, de dónde les gustaría obtener mayor información y temas que les gustaría conocer vinculados a sexualidad.
El análisis de los datos se realizó en el programa SPSS v.20. En la estadística descriptiva se utilizaron mediana, moda y frecuencias. Los puntos de corte del instrumento fueron: de 20 a 17 preguntas alto nivel de conocimientos, de 16 a 13 medio y menos de 13 bajo.
Resultados
Se aplicó el instrumento a un total de 242 alumnos, donde el 53.7% fue representado por mujeres; se les aplicó a tres grupos donde 51 eran del 1er semestre, 100 representaban el 3er semestre y 91 al 5.° semestre. Los alumnos contaban con edades entre los 14 y 18 años, donde el 40.5% tenían 17 años, seguido por el 38.4% que tenía 16 años. El 97.1% de los estudiantes (235) eran solteros, 2.1% (5) estaban viviendo en unión libre.
La Tabla 1 muestra las respuestas de los adolescentes sobre el tema, desglosadas a partir de las preguntas del instrumento. En esta se observa que los participantes desconocen sobre el VPH y algunas de sus características, lo que más llama la atención es que hay rubros en los que el 50% conoce y el otro 50% no. Se observa que desconocen ciertos factores de riesgo.
Preguntas | Respuestas (%) | |
---|---|---|
Correctas | Incorrectas | |
Definición VPH | 35.5 | 64.6 |
Posible factor de VPH | 78.5 | 21.5 |
¿Cuál es la causa de todos los casos de cáncer cervicouterino? | 52.9 | 47.1 |
¿Qué detecta la prueba del Papanicolaou? | 72.3 | 27.7 |
Se sabe que el VPH puede generar… | 31.4 | 68.6 |
La infección por VPH genera en el hombre… | 8.7 | 91.3% |
La infección por VPH se da por: | 87.6 | 12.4 |
Este método anticonceptivo protege contra el VPH | 82.6 | 17.4 |
Son posibles factores de riesgo para VPH el sexo anal y oral | 57.9 | 42.1 |
El VPH se contagia de la mujer hacia el hombre | 32.6 | 67.4 |
La mujer es la portadora del VPH | 51.2 | 48.8 |
El inicio de la vida sexual activa es un factor de riesgo para adquirir VPH | 58.7 | 41.3 |
En el caso de las mujeres, fumar puede ser un riesgo para adquirir VPH | 12.0 | 88.0 |
El VPH se presenta en población de bajos recursos económicos | 56.6 | 43.4 |
El inicio de la vida sexual activa a temprana edad, es un factor de riesgo causal | 57.0 | 43.0 |
La vacuna contra el VPH protege contra todos los tipos de virus | 59.1 | 40.9 |
Los hombres están protegidos contra el VPH | 75.2 | 24.5 |
La vacuna contra el VPH es solo para mujeres | 49.2 | 50.8 |
La vacuna de VPH se aplica a los bebés de ambos sexos al nacer | 24.4 | 75.6 |
Existen más de 100 tipos de VPH | 16.9 | 83.1 |
En el nivel de conocimientos general, se observó que el 64.6% desconoce sobre el VPH, clasificándose de la siguiente manera: el 80% tuvo un nivel de conocimientos bajo, 19% medio y 1% alto. No existió diferencia de los resultados con respecto al semestre o género.
La sección de salud sexual fue respondida por solo 115 alumnos, es decir, el 47.5% del total de la muestra. De estos, el 50.4% de los adolescentes refirieron ser activos sexualmente. En la Figura 1 se muestra a qué edades se inició el ejercicio de la sexualidad, donde los 15 años fue la edad de mayor prevalencia.
En relación con lo anterior, se identificó que las mujeres gustan de los varones en un 85.7%, 4.8% gusta de mujeres y 9.5% de ambos; de los hombres, 86.5% se siente atraído por las mujeres, 8.1% por otros hombres y 5.4% por ambos sexos.
Con respecto a posibles factores de riesgo en las prácticas sexuales, el 75.9% de los adolescentes con vida sexual no han tenido relaciones sexuales bajo el efecto de bebidas alcohólicas, aunque el 24.1% sí.
De los jóvenes que ya iniciaron con su vida sexual, el 77.6% refieren que siempre se realizan un aseo antes de tener relaciones sexuales y el 60.3% después. Un 60.3% refirieron que siempre utilizan preservativos.
En la Figura 2 se muestra el número de parejas sexuales que los jóvenes han tenido hasta el momento, que van de una hasta más de 4. El método anticonceptivo más utilizado es el condón, referido por el 91.4%.
Discusión
Los resultados evidencian un desconocimiento de los participantes del estudio sobre el VPH. En este sentido, es importante reconocer el hecho de que el conocimiento o desconocimiento sobre un fenómeno de salud puede actuar como un importante factor protector o de riesgo, aunque por sí mismo tener información no implica que se tomarán las acciones necesarias para prevenir complicaciones en salud, conductas de riesgo, entre otros aspectos y no tenerlo no deriva en el no actuar.
Los resultados muestran que solo el 58.7% reconoce que el inicio de la vida sexual es un factor de riesgo para adquirir VPH, específicamente cuando se inicia una sexualidad a temprana edad (57%). Estos datos son menores a lo hallado por Urrutia et al.17, quienes al cuestionar a 226 adolescentes chilenas con un promedio de edad de 17 años, el 70.8% reconoció la asociación que existe entre el inicio de la vida sexual con la presencia del virus.
Los resultados evidencian un alto porcentaje de adolescentes activos sexualmente, que han tenido entre una y 2 parejas (34%) y el 16.5% más de 3 compañeros sexuales, lo que los coloca en riesgo potencial de portar el VPH u otra ITS en el futuro o bien de desarrollar algún tipo de cáncer según el género. Al respecto, Puente18 llevó a cabo una investigación en 575 adolescentes femeninas en un policlínico de Santiago de Cuba, en donde el 52.5% ha tenido más de 2 parejas sexuales, lo que muestra que este hecho no es exclusivo de un país.
Sobre los métodos diagnósticos para la detección del VPH, en esta investigación, el 72.3% estuvo correcto en las funciones del Papanicolaou, datos que son ligeramente menores a los hallazgos de Urrutia et al.17 donde un 85% de sus participantes reconoció la función de la prueba.
En esta investigación se encontró que el 64.6% de los alumnos desconoce sobre el VPH, resultados similares a la investigación de García Rosique et al.19, la cual indica que el 61.4% de las adolescentes ignoran sobre el tema, para los hombres el 72.8% lo desconocen. A diferencia de la investigación de Castro Reyes et al.20, que indica un vacío de información sobre el VPH en un 35.7%, aunque esta investigación fue realizada solamente en el género femenino.
Si bien todas las variables abordadas en el estudio son relevantes, llama la atención que el88% de los encuestados no reconoce la relación entre el hábito de fumar en las mujeres y la mayor susceptibilidad de infectarse con el virus, sobre todo por el hecho de que en la escuela en la que se realizó la investigación, es alta la prevalencia del consume de tabaco por parte de los jóvenes, docentes, directivos y administrativos y no es una zona libre de humo.
Los resultados muestran la necesidad de atender un fenómeno que inicia desde la adolescencia. Los resultados del inicio de vida sexual entre los jóvenes (antes de los 12 años en algunos casos) hacen patente que antes de los estudios de bachillerato o durante estos, los estudiantes ya interactúan sexualmente con otros, por lo que es necesaria la intervención previo a este period educativo y ser directos en temas como prácticas sexuales, uso de «juguetes», y métodos anticonceptivos.
El artículo de Rodríguez21 sugiere un taller para abordar información vinculada con la sexualidad en adolescentes y jóvenes universitarios. Propone considerar la sexualidad como parte de la personalidad del joven, valorar la influencia de los medios de comunicación, verificar el conocimiento y uso de los métodos anticonceptivos, conocer qué valores sobre la relación de pareja se tienen. La propuesta de Rodríguez es bastante clara y apoya en este sentido sobre el abordaje que tendría que hacerse con los alumnos de la escuela trabajada, sin embargo, un punto que sí es preciso definir son las actividades educativas, ya que la evidencia muestra que un trabajo informative y educativo con los jóvenes debe ir más allá de la presentación de un video, dar una ponencia, etc., se debe procurar el aprendizaje significativo. Campero22 sugiere, en relación con un tipo de intervención educativa, que es necesario promover información sobre comportamientos saludables y placenteros, fortalecer la capacidad de negociación asertiva y fomentar la toma de decisiones responsables.
Un punto muy evidente a trabajar es la información y educación por grupos, así como facilitar la información a las mujeres, a los hombres y a ambos. En el sentido de que, nuevamente, es necesario considerar diversas alternativas en la estrategia educativa y porque se ha observado con lo publicado por otros estudios, que la mayor carga de información en salud está dirigida a las mujeres y no a los hombres, aunque los resultados de este estudio no muestran diferencia entre hombres y mujeres con respecto a cuánto saben, los tópicos sí son distintos.
El grupo de investigación reconoce la necesidad de realizar investigaciones más detalladas de aspectos que puedan impactar en el nivel de conocimientos de los adolescentes sobre el VPH, ya que temas como el medio ambiente, entre otros, podrían estar influyendo. En este sentido, se reconoce la necesidad de realizar investigaciones de abordaje cuantitativo y cualitativo en donde se consideren incluso, valoraciones culturales de lo femenino y masculino, significados de la sexualidad y el cuerpo, la organización del sistema de salud, redes de apoyo social y por supuesto aspectos vinculados a la familia, empleo, etc.22.
Conclusiones
El estudio evidenció el bajo nivel de conocimiento que tiene este grupo de adolescentes respecto al VPH, lo que se aprecia en aspectos como no saber qué causa la infección, las consecuencias del desarrollo del virus en el cuerpo, qué pueden desarrollar los varones cuando portan el virus, así como aspectos de la vacunación, entre otros.
De la misma manera, los resultados establecen la necesidad de reforzar la información sobre los factores de riesgo, desde el aclarar con los adolescentes que el inicio temprano de la vida sexual es uno de los factores principales (desconocido por más del 40% de los participantes) y que el fumar es un elemento que favorece el riesgo de adquirir la infección o de presentar consecuencias futuras. Lo anteriormente señalado muestra una situación preocupante pues como se pudo apreciar, los adolescentes que participaron en este estudio han iniciado su vida sexual y algunos de ellos, a pesar de su juventud, han tenido experiencias con más de una pareja sin tener los elementos que les ayuden a prevenir o evitar conductas de riesgo.
El abordaje y solución a este fenómeno, el cual claramente es una problemática (los altos índices de cáncer cérvico-uterino no dejan lugar a duda), requiere considerar estrategias pedagógicas acordes a este grupo poblacional de tal forma que el proceso educativo ocurra con las mejores posibilidades de éxito, ya que es un hecho innegable que el ejercicio de la sexualidad en los adolescentes no se podrá retrasar ni evitar gracias a la dinámica social actual, por lo que lo idóneo es brindar a estos jóvenes herramientas necesarias para ejercer su sexualidad en forma saludable, segura y satisfactoria.
En este sentido, se sugiere que con base en estos resultados, las instituciones educativas fortalezcan la información de los futuros profesionales de la enfermería y se trabaje de forma directa o indirecta en la educación de los niños y jóvenes, desde las prácticas curriculares que se realizan en las escuelas. Incluso, en los mismos hospitales y centros de salud, procurar el acercamiento con estos, independientemente del motivo por el que se busque la atención.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.