Introducción
Durante los años de 1950 a 1980 un gran porcentaje de jóvenes descendientes de japoneses en México conocidos como nikkei mexicanos,1 tuvieron predilección por algunas profesiones universitarias, dentro de las cuales podemos destacar sobre todo la de la Odontología. Esto se debió a que esta profesión la ejercía o había ejercido algún familiar o amigo cercano, esto fue debido a una serie de acontecimientos históricos que en años anteriores habían sucedido entre los países de México y Japón que favoreció el intercambio tecnológico y que trajo como consecuencia un desarrollo en algunas áreas de la salud que favorecieron a amplias capas de la población mexicana y posteriormente en la vida de los japoneses que habían migrado a México y que en años posteriores también se vio reflejada en el desarrollo de profesionistas mexicanos de ascendencia japonesa.
El objetivo de este ensayo es mostrar las condiciones históricas que favorecieron este intercambio y mostrar parte de lo que ocurrió en el desarrollo de la comunidad japonesa en México con la llegada de japoneses calificados. Cinco fueron las áreas de la salud que se vieron beneficiadas con este intercambio (médicos, farmacéuticos, odontólogos, parteros y veterinarios), en este artículo nos enfocaremos principalmente a ver lo sucedido especialmente en el caso de la Odontología.
El término nikkei posee significados múltiples y diversos dependiendo de la situación, el lugar y el medio ambiente. Nikkei también incluye a las personas de descendencia racial mixta que se identifican como nikkei. Los nativos del Japón también usan el término nikkei para referirse a los emigrantes y a sus descendientes que regresan al Japón. Muchos de estos nikkei viven en comunidades cercanas y retienen identidades separadas de los japoneses nativos.
Antecedentes de las relaciones entre México y Japón
Las relaciones entre México y Japón comenzaron a raíz de un acontecimiento ocurrido en el año de 1609 cuando un barco mexicano que viajaba de Filipinas tuvo un accidente en las playas de Onjuku en la prefectura de Chiba,2 el barco sufrió un accidente y, gracias a la población japonesa de ese pequeño puerto, fueron rescatados 317 mexicanos.
Migración de japoneses a México
Desde finales del siglo XIX las políticas de colonización y migración del gobierno del presidente Porfirio Díaz despertaron el interés de Japón por enviar migrantes a México y es así que el 10 de mayo de 1897 llegaron a México los primeros inmigrantes japoneses para trabajar en una plantación de café en el estado de Chiapas.3
Los inicios de la Odontología en México
La atención dental en México fue realizada por más de tres siglos por los flebotomianos y barberos quienes arribaron a México junto con los conquistadores españoles.4 En el año de 1799 por medio de la ordenata del Virrey de Azanza se estableció que en lo referente al trabajo de los barberos flebotomianos sacamuelas, tenían que aprobar un examen si deseaban seguir realizando flebotomías y extracciones dentales, y quienes no lo aprobaran tendrían que limitar su práctica exclusivamente a las labores de barbero.
La Odontología en Japón al inicio del siglo XX
Se considera que la Odontología en Japón inicia formalmente con el Dr. Kisay Takayama, a quien se le considera como «el padre de la odontología americana en Japón».5 Nacido en Okayama él era un samurái quien en el año 5 de la era Meiji (1872 d. C.) partió a la ciudad de San Francisco, California, EUA en busca de fortuna y es ahí donde conoció al cirujano dentista el Dr. Van Denburgh con quien aprendió las bases de esta profesión para posteriormente obtener también una licencia para la práctica de la odontología.
Japoneses calificados que ingresaron a México por el Tratado de Libre Profesión
De esta forma bajo este marco histórico ingresaron de manera oficial a México 33 profesionistas japoneses entre los años de 1911 y 1928.3 De acuerdo con los expedientes de naturalización mexicana que se encuentran en el Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de los profesionistas registrados el mayor número de ellos fueron odontólogos (16), seguidos por médicos (15), veterinario (1) y farmacéutico (1).
Estos profesionistas japoneses que ingresaron al país en estos años corresponden, de acuerdo con la clasificación realizada por la maestra Ota, al quinto tipo de inmigrantes japoneses. Cabe destacar que de los 16 odontólogos solamente uno de ellos decidió radicar desde un principio en el Distrito Federal, sin embargo, la mayoría de ellos decidieron hacerlo fuera de las grandes ciudades. Esto era posiblemente debido a dos causas, la primera de ellas a la falta de profesionistas de la salud en el interior de la República Mexicana y por otro lado la poca competencia que existía en estos lugares, razón por la cual esto hizo que en relativamente poco tiempo muchos de ellos alcanzaran el éxito y reconocimiento de la población mexicana.
Varios de ellos se adaptaron bien a las costumbres y forma de vida de los mexicanos, sin embargo, desde el punto de vista profesional la mayoría tuvo que regresar a Japón debido a problemas de idioma. Muchos de los odontólogos japoneses tuvieron a bien emplear como asistentes a compatriotas issei (primera generación de japoneses) que se encontraban establecidos en el país, para el japonés que se encontraba viviendo en México ésta fue una oportunidad única de mejorar no solamente sus condiciones económicas sino también obtener reconocimiento social por parte de la población mexicana, por un lado la inversión económica no era mucha y el riesgo de cometer un daño al paciente era desde el punto de vista de ellos menor al compararlo con otras profesiones como por ejemplo la Medicina. A estos japoneses de primera generación les trasmitieron sus conocimientos y éstos a su vez cumplieron dos funciones, por un lado sirvieron como asistentes e intérpretes a sus maestros y por el otro se convirtieron más tarde en odontólogos prácticos. También se considera que varios de los discípulos de estos primeros dentistas japoneses al dominar mejor el español y conocer más las costumbres de los mexicanos al independizarse de ellos después de estar uno o dos años trabajando como aprendices superaron a sus maestros contando con mayor número de pacientes.
La reputación de los dentistas japoneses fue inmediata, siempre caracterizados por un trabajo profesional bueno y sobre todo honesto, por ello muchos de los odontólogos prácticos pudieron aprovechar esta situación para convertirse en profesionistas de la odontología con base en conocimientos adquiridos de sus maestros, realizando muchos de ellos una labor muy positiva como profesionistas en beneficio de la población mexicana logrando muchos de ellos un reconocimiento por parte de la sociedad mexicana. Sin embargo, el ejercicio de dentistas prácticos quienes no habían cursado la carrera de Odontología de manera formal y al no tener un título universitario que los sustentara como tales, provocó que el gobierno mexicano no ratificara más este convenio, quedando sin vigencia el 20 de mayo de 1928, por no garantizar según ellos «ejercer la libre profesión de médicos a personas que según lo mencionaban no estaban capacitadas para ello…».3
Por otro lado el gobierno mexicano a manera de controlar la práctica de la Odontología estableció programas de regularización que consistían en otorgar un permiso especial a aquellos dentistas prácticos que teniendo más de 10 años consecutivos ejerciendo la profesión podrían obtener un permiso oficial para ejercer siempre y cuando tomaran cursos de evaluación en centros reconocidos, varios de ellos recurrieron a estos institutos para tomar cursos en grupos profesionales como RaDaAr y posteriormente algunos de ellos con muchos sacrificios a pesar de no dominar completamente el idioma se prepararon y terminaron con éxito la carrera universitaria de cirujano dentista que en ese entonces solamente se ofrecía en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México.
A pesar de estas restricciones por parte del gobierno, el número de odontólogos aumentó considerablemente en comparación con otras profesiones, y así tenemos, por ejemplo, que el directorio de la comunidad japonesa publicado en el año de 1955 dentro de los anuncios encontrados en el mismo el mayor número de ellos si los clasificamos por profesiones, por mucho la de dentistas es el mayor publicado.
Con la finalidad de mostrar la influencia que han tenido los primeros cirujanos dentistas japoneses que llegaron a México hasta nuestros días, sobre todo en la comunidad japonesa en México, tenemos como ejemplo el caso del Dr. Kanshi Atsumi.
El interés por estudiar la profesión de cirujano dentista en la comunidad japonesa ha prevalecido a pesar del tiempo, un ejemplo es el caso del Dr. Kosuke Ohara.
De los profesionistas japoneses al final varios de ellos decidieron regresar a Japón permaneciendo en México muy pocos. Sin embargo, la semilla sembrada en sus aprendices japoneses radicados en México que se habían convertido en dentistas prácticos representó un primer paso para poder ejercer la profesión de cirujano dentista en México.
Conclusiones
México fue el primer país que firmó un tratado de comercio en términos de igualdad con Japón, también fue el primer país latinoamericano en recibir a la inmigración japonesa y fue el único país que firmó con Japón un tratado de libre ejercicio de la profesión que tuvo una vigencia de 1917 hasta el año de 1928.
A pesar del corto tiempo que duró y de la poca cantidad de profesionistas japoneses que tomaron esta oportunidad de ejercer en México, la aportación de ellos en beneficio de la salud de la población mexicana fue muy apreciada, ya que sus conocimientos y trabajo fueron difundidos y continuados por algunos japoneses que antes que ellos habían decidido establecerse en México, a la gran mayoría de ellos les cambió la vida y brindándoles una nueva forma de vida que tal vez nunca pensaron que podrían tener, permitiéndoles acceder a niveles socioeconómicos más reconocidos por la sociedad mexicana y permitiendo a la vez que sus descendientes tuvieran mejores oportunidades de preparación en México.