Los mamíferos de gran tamaño se han convertido en especies bandera para la conservación, ya que al ser más vulnerables ante cambios drásticos en los ecosistemas, sus poblaciones se ven fuertemente reducidas (Cardillo et al., 2005), impidiendo que su presencia sea fácilmente registrada por el hombre. En el caso concreto de los felinos silvestres, la monitorización de sus poblaciones se ha realizado por la presencia de excretas (Lozano, Virgós, Malo, Huertas y Casanovas, 2003), el uso de radiotransmisores (Monterroso, Brito, Ferreras y Alves, 2009) y, recientemente, por medio de cámaras trampa (Charre-Medellín, Monterrubio-Rico y Guido-Lemus, 2014; Corona et al., 2014; Monroy-Vilchis, Sánchez, Aguilera-Reyes, Suárez y Urios, 2008). Una especie de felino, conocida comúnmente como yaguarundí, ha sido documentada recientemente para el estado de Michoacán (Monterrubio-Rico et al., 2012); no obstante, su registro en la parte baja de la depresión del Balsas no ha sido confirmado.
El yaguarundí (Puma yagouaroundi) es un félido de pequeño a mediano tamaño, tiene el cuerpo alargado con extremidades proporcionalmente cortas en relación con este, cola larga, cabeza y orejas pequeñas, estas últimas redondas; la coloración de su pelaje es generalmente uniforme en todo el cuerpo, y suele presentar 2 fases de color, una negro-grisácea -fase oscura- y otra pardo-rojiza -fase clara- (Oliveira, 1998). La distribución geográfica del yaguarundí es neotropical, distribuyéndose desde el sur de Texas hasta el sur de Brasil, Paraguay y Argentina (Emmons y Feer, 1997). En México, su área de distribución histórica abarca, por la vertiente del Pacífico, desde Sonora hasta Chiapas, y por la vertiente del Atlántico, desde Tamaulipas hasta la península de Yucatán; su presencia se ha registrado en diferentes tipos de vegetación (Aranda, 2005), desde xérica -por ejemplo, matorral xerófilo- hasta muy húmeda -como la selva alta perennifolia-. Este felino se alimenta principalmente de mamíferos pequeños -roedores- e incluye también en su dieta aves, reptiles, peces, insectos y vegetales (Aranda, 2005; Guerrero, Badii, Zalapa y Flores, 2002). Debido a la fragmentación del hábitat y las actividades humanas, el yaguarundí se considera en la República Mexicana como una especie amenazada (Semarnat, 2010). El yaguarundí, sumado a 5 especies más de felinos (Panthera onca, Puma concolor, Leopardus pardalis, Leopardus wiedii y Lynx rufus), habita en el bosque tropical caducifolio de México; la presencia de 4 de ellos ha sido documentada recientemente en la Reserva de la Biosfera Zicuirán-Infiernillo (RBZI) (Charre-Medellín et al., 2014; Corona et al., 2014). Sin embargo, el registro de P. yagouaroundi es anecdótico para este tipo de vegetación en la reserva. Corona et al. (2014) indican que la presencia de este felino se ha documentado con base en individuos muertos, avistamientos hechos por habitantes del sector, o bien, a partir de fotografías no publicadas.
El presente trabajo se realizó en la localidad de El Zipimo (18°42’23” N, 101°39’06.0” O), ubicada dentro del área de amortiguamiento de la RBZI; específicamente, en el polígono 4 de la subzona de preservación «Conservación comunitaria» del ejido Llano Ojo de Agua, en el municipio de Churumuco, Michoacán, a una altitud de 550 m snm. La extensión de la reserva es de aproximadamente 265,000 ha (Semarnat, 2007). La Estación Meteorológica de Churumuco (García, 2004) indica que en la zona de estudio se presenta un clima BSo(h’)w(w)(i’)g, es decir, seco, con la temperatura media anual mayor de 22 °C y la del mes más frío mayor de 18 °C, con régimen de lluvias de verano, isotermal e intertropical; en particular, la temperatura promedio anual es de 29.5 °C y la precipitación total anual de 564 mm (SMN, 2010). El periodo de lluvias se presenta generalmente de junio a septiembre, seguido de una temporada de extrema sequía, con lluvias imprevisibles.
La RBZI es una de las zonas de mayor riqueza biológica del estado de Michoacán (Conanp, 2007; Semarnat, 2014), y varias especies nativas de flora y fauna registradas en la reserva se encuentran incluidas dentro de alguna categoría de riesgo, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat-2010 (Semarnat, 2010). El tipo de vegetación predominante en la reserva es el bosque tropical caducifolio, el cual se considera importante por la composición y la diversidad de su flora (Méndez-Toribio, Martínez-Cruz, Cortés-Flores, Rendón-Sandoval e Ibarra-Manríquez, 2014; Rodríguez-Jiménez, Fernández-Nava, Arreguín-Sánchez y Rodríguez-Jiménez, 2005), así como también por su papel en la conservación y recuperación de felinos (Núñez, 2007).
Durante el estudio de la dispersión de semillas de Heteroflorum sclerocarpum M. Sousa (Fabaceae), en el bosque tropical caducifolio del ejido Llano Ojo de Agua (Urrea-Galeano, 2015), se usó la técnica de fototrampeo para cuantificar la remoción de sus frutos y/o semillas por mamíferos terrestres. Para ello, en un área de 2,525 m2 se instalaron 12 cámaras trampa Bushnell Trophy. De estas, 6 fueron ubicadas en dirección al camino potencial de un mamífero y el resto fueron dirigidas exclusivamente a las parcelas experimentales de remoción. Todas las cámaras fueron colocadas a 1.5 m del suelo, la mitad sobre el tronco de un individuo de H. sclerocarpum y las restantes sobre el tronco de un árbol vecino al individuo de H. sclerocarpum muestreado. En ninguna de las parcelas de remoción se utilizó ningún tipo de cebo para atraer animales. Las cámaras trampa estuvieron activas durante 24 h, desde octubre de 2013 hasta octubre de 2014. La revisión de las fotografías captadas se realizó mensualmente.
Se obtuvieron 3 fotografías consecutivas de un mismo individuo de P. yagouaroundi (fig. 1). Esta especie se registró el 24 de junio de 2014, a las 17 h, por lo que representa una evidencia de la presencia de esta especie en la RBZI. Adicionalmente se registraron las siguientes especies: Bassariscus astutus (cacomixtle), Dasypus novemcinctus (armadillo), Didelphis virginiana (tlacuache), L. pardalis (ocelote), Nasua narica (tejón), Odocoileus virginianus (venado de cola blanca), P. onca (jaguar), Pecari tajacu (pecarí de collar), Spermophilus adocetus (cuinique), Spilogale pygmaea (zorrillo), Tamandua mexicana (oso hormiguero) y Urocyon cinereoargenteus (zorra gris). De las especies previamente mencionadas, P. onca (fig. 2A) y T. mexicana (fig. 2B) son consideradas en la categoría «en peligro de extinción» (Semarnat, 2010).
La hora en que se fotografió al individuo de P. yagouaroundi evidencia que la especie presenta actividad diurna, información que es congruente con la registrada en otras investigaciones (Aranda, 2005; Botello et al., 2013; Farías et al., 2015; Oliveira, 1998), y, además, consistente con el registro hecho para esta especie en otras regiones del estado de Michoacán (Monterrubio-Rico et al., 2012). El mes en que se tomó la fotografía corresponde al inicio de la época de lluvias, cuando los árboles ya han comenzado con la producción de hojas y, por lo tanto, la cobertura de la vegetación se vuelve densa, condición que se ha considerado necesaria para la conservación de esta y otras especies de felinos (Núñez, 2007). El tipo de vegetación en la cual se registró el individuo concuerda con el reportado en otras investigaciones hechas en diferentes estados de México (Botello et al., 2013; Farías et al., 2015; Guerrero et al., 2002; Monterrubio-Rico et al., 2012). El sitio donde se tomó la fotografía se encuentra aproximadamente a 4.5 km -distancia en línea recta usando el mapa del área de estudio que despliega el programa Google Earth-, al norte de la zona habitada del ejido Llano Ojo de Agua, en un área cercana a un cauce temporal de agua. Aparentemente los pobladores del ejido no están muy familiarizados con P. yagouaroundi, pues incluso lo han confundido con el puma (P. concolor), pero esto demanda una evaluación futura más detallada.
El registro de P. yagouaroundi en el área de amortiguamiento de la RBZI sugiere que la distribución planteada para esta especie por Monterrubio-Rico et al. (2012) a lo largo de la sierra Madre del Sur y la zona costera de Michoacán podría tener conectividad hacia la depresión del Balsas. Adicionalmente, este registro indica la importancia de seguir conservando los ecosistemas donde habitan los felinos silvestres, particularmente del bosque tropical caducifolio, uno de los ecosistemas más amenazados a nivel mundial (Olson y Dinerstein, 2002). Es por ello que el propósito fundamental de esta contribución es documentar la presencia de esta especie y resaltar el registro de P. onca y T. mexicana (fig. 2). De esta manera podrían priorizarse recursos económicos hacia las áreas de conservación comunitaria de los ejidos donde se encuentra la reserva, mediante la estrategia de pago por servicios ambientales o proyectos para la monitorización de especies de fauna y flora amenazadas. Apoyos que faciliten el establecimiento de fuentes de ingreso económico a mediano plazo seguramente podrían incidir en la conformación de estrategias que garanticen el mantenimiento a largo plazo de las comunidades vegetales que habitan las especies de mamíferos mencionadas en el presente estudio, y de la biota con la que cohabitan.
Agradecemos a los investigadores Rodrigo Núñez y Eduardo Mendoza por la determinación de los felinos; a los habitantes del ejido Llano Ojo de Agua por facilitarnos el acceso a sus terrenos y brindarnos su constante acompañamiento en campo. Especialmente a la Dra. Ellen Andresen y a la Fundación Idea Wild, por facilitar equipo para el trabajo en campo. De igual manera, se reconoce la lectura crítica del documento por la bióloga Rosamond Coates. También agradecemos a los 2 revisores anónimos sus pertinentes contribuciones al manuscrito. Este estudio forma parte del proyecto de investigación de maestría de la primera autora, dentro del Posgrado en Ciencias Biológicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México, el cual fue apoyado por una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.