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En-claves del pensamiento

versión On-line ISSN 2594-1100versión impresa ISSN 1870-879X

En-clav. pen vol.16 no.31 México ene./jun. 2022  Epub 22-Ago-2022

https://doi.org/10.46530/ecdp.v0i31.528 

Reseñas

Épica y heroísmo de las mujeres

The epic and heroism of women

Roberto Domínguez Cáceres* 
http://orcid.org/0000-0003-0650-021X

* Tecnológico de Monterrey, México. Correo electrónico: rdomingu@tec.mx

Mohssine, Assia. El heroísmo épico en clave de mujer. Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara, 2019. 336p.


El libro que aquí reseñamos es el resultado de la inteligencia colectiva y la generosidad de una comunidad de personas que han hecho de la literatura, la poesía y la poética su vida. El volumen se compone de un prólogo firmado por la coordinadora y veinte ensayos. Es el resultado de esfuerzos comunes y epígono del programa de investigación coordinado por Mohssine y titulado “Géneros literarios y Gender” del Centro de investigación sobre Literaturas y Sociopolítica (Celis) de la Universidad Clermont Auvergne. El libro contiene trabajos presentados en una serie de jornadas académicas ocurridas en 2016, 2017 y 2019 organizadas por el Celis, El Colegio Nacional y la Cátedra Fernando del Paso de la Universidad de Guadalajara.

Abordar el género épico remite tradicionalmente a la figura viril de hombres en guerra, de hazañas guerreras y, casi siempre, a autores hombres: al Homero colectivo de la Ilíada y la Odisea, a Julio César autor de La Guerra de las Galias; a Hernán Cortés o a Bernal Díaz del Castillo, a García y García autor de Historia de la guerra de las Castas de Yucatán, por mencionar algunos. La épica debe leerse hoy desde perspectivas más audaces, más proclives al reconocimiento de otras participaciones, otras intenciones y nuevos protagonismos. Éstos son los parámetros que cumple el libro de ensayos coordinado por Mohssine.

El heroísmo y la escritura son dos ejes que organizan las reflexiones de los veintiún autores convocados por Mohssine bajo un doble principio heurístico, como ella lo llama: la épica y la perspectiva de género. La sugerente propuesta de desmasculinizar de una vez por todas el discurso con el que abordamos lo épico se demuestra ampliamente en el desarrollo de los ensayos. La épica, como género fundacional, se ha relacionado con la conquista del espacio, la virilidad, la violencia ya lo hemos dicho, pero ¿cómo traer ese imaginario al terreno de los estudios de género? La propuesta del volumen es acercase con otros instrumentos para indagar la superficie y las huellas profundas de la escritura que muestra la heroicidad en las mujeres, en los pueblos originarios, en las minorías no conformes con el sistema canónico heteronormado. Los ensayos abordan obras de literatura de mujeres en las que predominan las mujeres personajes de las más variadas situaciones en las que se encuentra el común denominador del heroísmo. El héroe femenino, no la heroína, sino el constructo mítico, metafórico y social se puede historiar siguiendo los postulados del punto de vista de los estudios de género. Éstos han aportado a los estudios literarios un campo amplio y complejo pues han permitido cartografiar de otro modo los terrenos de la escritura y las autoras. Para lograrlo es necesaria una revisión acuciosa de narrativas convencionales, asumidas como únicas versiones de la épica, de lo heroico, del honor, de lo valeroso. Aquí encontramos un valioso antecedente y rico arsenal de recursos teóricos y retóricos para dar cuenta de las nuevas épicas contemporáneas: marchas de mujeres, pintas, plantones, protestas, tomas de espacios urbanos y de la red. Entendemos la obra de Mohssine en tanto una lectura valiente y aguda del canon épico en clave de mujer.

Las autoras revisadas en los ensayos son: las mexicanas Elena Poniatowska (Hasta no verte Jesús mío, 1969), Carmen Boullosa (La otra mano de Lepanto, 2005), Carmen Villoro (Espiga antes del viento, 2011), Ana García Bergua (Isla de bobos, 2007), Rosa Beltrán (La corte de los ilusos, 1995), Silvia Peláez (El guayabo peludo, 1996); la colombiana Olga Elena Mattei (La voces de la clepsidra, 2015); la chilena Gabriela Mistral (Poema de Chile, 1967); las guatemaltecas Luz Méndez de la Vega (Eva sin Dios, 1979), Margarita Carrera (Poemas de sangre y alba, 1969) y Ana María Rodas (El fin de los mitos y los sueños, 1984); las costarricenses Eunice Odio (Tránsito de fuego, 1957), Julieta Dobles (Los delitos de Pandora, 1987) y Carmen Naranjo (Mi Guerrilla, 1977); la salvadoreña Claribel Alegría (Luisa en el país de la realidad, 1997); la hondureña Amanda Castro (Orinonautas, 2001); la portuguesa Ana Luisa Amaral (Epopeias, 1994); la española Olvido García Valdés (Esta pollita que delante de mí revolotea. Poesía reunida 1982-2008); las brasileñas Cecilia Meireles (Romancero da Inconfidência, 1989) y Rachel de Queiroz (Memorial de Maria Moura, 1992), y la norteamericana Kathy Acker (Don Quixote, which was a dream, 1986).

El prólogo plantea el encuadre teórico propuesto a los autores de los ensayos. Propone una revisión de posiciones críticas del discurso épico, que define en crisis, en un recorrido ágil y contundente. De la Edad Media a la sociedad líquida de Bauman, este apartado cuestiona la relación convencional entre la épica y la contemporaneidad, y pone el énfasis en las mujeres como “símbolos de resistencia y en su papel de transmisoras de versiones alternativas de la memoria, las escritoras, poetas y dramaturgas tejen dentro del género épico una red de significaciones nuevas”.1 Además, deja claro que el propósito del libro es proponer una reflexión sobre la épica, tradicionalmente asociada al género (construcción social) masculino y definida como género (literario) hegemónico tal como lo proponen autoras que amplían el canon épico insertando otras visiones y personajes. El apartado “La supuesta incompatibilidad entre lo épico y lo femenino”2 dará certeza a quienes continúen formulándole preguntas renovadoras a los textos del heroísmo que la tradición ha conservado, pero solo desde un perfil. Mohssine propone darles la vuelta y enfrentar la otra cara de la historia de la épica.

El primer capítulo -“Josefina Bórquez. Vida y muerte de Jesusa”- lo escribe Elena Poniatowska. Es un texto escrito desde la reflexión profunda sobre qué promueve el heroísmo, qué es la resistencia y cómo el otro, Josefina, la encara como persona, como escritora y como mujer para confiarle, luego de una paciente labor de aproximaciones y alejamientos, la confidencia de la memoria histórica, pero de la historia personal, sentida e inscrita en el cuerpo. En el ensayo, Poniatowska da claves de su épica y su amor por la verdad.

“El heroísmo en su doble vertiente: vida y obra de Elena Poniatowska”, lo escribe Raquel Serur. Propone que la épica de Poniatowska es su andanza interrogativa, su infatigable pesquisa para encontrar el tono con el que se debe contar lo que pasa en el día a día; que es en su modo de encaramarse en las alturas del poder para averiguarlo todo sin olvidar nunca a la persona de quien se escribe, sin dejar de lado que los hechos le pasan a la gente. Serur analiza la épica de Poniatowska en el desarrollo amplio y dilatado de su escritura: su épica no está en los hechos sino en el modo como se cuenta la participación de la persona. Serur propone que la heroicidad que descubre Poniatowska en los hechos cotidianos es una clave para repensar el género y nuestros modos de estar en la historia.

“Épica mía”, de Carmen Boullosa, tiene un prefacio que centra el tema de cómo hemos leído clásicos como la Ilíada y la Odisea en claves de personajes o territorios masculinos y femeninos como si no se pudieran comunicar los primeros con las segundas. Llama la atención sobre la idea del héroe como quien lleva a cuestas la historia y la necesidad de revisar las vidas y no sólo las acciones de personajes históricos que podrían complementar nuestra noción de la heroicidad: desde Teresa de Ávila o Sor Juana, desde Nellie Campobello o las hermanas Victoria y Silvina Ocampo, las mujeres han hecho épica con sus vidas, y en ellas, el acto de escribir es un modo de la heroicidad.

“Avatares del heroísmo épico en La otra mano de Lepanto de Carmen Boullosa”-, de Lucía Melgar, hace una comparación entre la autora y el asunto de la obra épica en la que las protagonistas son mujeres aguerridas. Analiza la construcción que hace Boullosa del personaje femenino que participa en la guerra, que sostiene una actitud que supera el consabido estereotipo de la mujer masculinizada. La otra mano de Lepanto está planteada como un escenario de la reconfiguración del heroísmo de la mujer dentro y fuera de la ficción, como persona concreta que siempre está atravesada por su circunstancia.

Escrito por Ana García Bergua -autora de Isla de bobos (2007)-, “Sobre el heroísmo”, proporciona claves de su configuración de la ficción como resultado de una indagación en archivos históricos, como una suerte de problema a resolver: cómo describir personas que han sufrido el abandono y el desprecio de la historia nacional y devolverles una dignidad a pesar de sus andrajos. La heroicidad de las mujeres en su historia no está en el porte sino en cómo supieron arrostrar lo vivido, no es el sufrimiento sino la sobrevivencia lo que otorga aquí la condición épica.

“Heroínas en harapos. Isla de bobos, de Ana García Bergua”, de Assia Mohssine, demuestra la experta mirada crítica que indaga en los detalles aquello que hemos considerado heroico para plantearlo como una especie de sinsentido, de situación ridícula, de atroz calamidad. Analiza el modo en que García Bergua compone el personaje femenino doblemente amenazado -primero en la isla, luego en la tierra- por el machismo obstinado en culpar a las mujeres de toda la desgracia que la historia nacional y la novela han visto en dos versiones totalmente contradictorias. Se propone que la novela es el mejor recurso para entender las razones y consecuencias del episodio.

“Épica y mujer”, escrito por Rosa Beltrán -autora de La corte de los ilusos (1995)- nos ofrece una definición para comprender la relación entre la escritura de la Historia y el deber irrenunciable de la ficción para cuestionarla. El honor militar, el boato del poder, la apariencia y la locura del poder, el cuerpo y sus dolencias se suben al balcón de lo nacional. Beltrán propone otra lectura más para su novela, un clásico contemporáneo, que pinta de cuerpo entero la imposible solución que ofrece la lógica de la Historia Nacional para comprender un país que pretende sobrevivir aferrado a una ilusión cada vez más peligrosa que siempre tiene que estar justificándose por ser mexicano.

En “Las ilusas de la corte. La épica femenina de Rosa Beltrán”, María Guadalupe Sánchez Robles presenta los personajes femeninos de la novela de Beltrán en su doble figura de creaciones y recreaciones de un orden epistémico singular. Nos habla de cómo la pretensión, la ilusión y la imaginación delirante son modos certeros para comprender la realidad social. Los eventos históricos suceden, desde la primera vez, como tragedia. Nicolasa, Ana María, Rafaela y la Güera Rodríguez, entre otras, son las ventanas para ver una corte de los milagros nacional, espejo delirante de una realidad que se antoja cada vez más, como la propone Sánchez Robles, una parodia.

Escrito por Patricia Córdova, “Las épicas de la cotidianidad: Carmen Villoro” aborda la escritura poética de Villoro desde la noción del amor como heroicidad, desde las improntas femeninas en esa escritura y desde el feminismo humanista que recorre la obra. Entiende la poesía como “la percepción sensorial y luminosa”3 y discute la voz del yo como no egocéntrica sino como un modo de la colección de los giros verbales en los que Villoro descubre el verdadero peso y la original textura de las cosas cotidianas.

En “Heroísmo y drama”, de Silvia Peláez, se aborda el teatro como espacio confluencia de miradas y cuerpos. Lo épico en diálogo con otros tonos de lo dramático. Propone también una revisión del concepto de la alteridad en el drama entendido como explorar el interior y sacarlo para que se construya algo distinto, lo político y lo personal están convocados en el drama de Eva, de Cassandra, de Tesa, de Coco Chanel o de la Alejandra, personaje de Peláez. Cada mujer dramatiza una contingencia vital que la hace heroica.

“La subversión de los géneros: poesía épica femenina en Centroamérica”, de Dante Barrientos Tecún, contiene una valiosa nómina de autoras y obras poco conocidas en México. Recorre las aportaciones de las mujeres al canon épico centroamericano, que de otro modo se entiende siempre como escrito por hombres y desarrollado en historias bélicas donde los protagonistas son estereotipos sociales. Propone que las escritoras estudiadas, Luz Méndez de la Vega, Margarita Carrera y Ana María Rodas reescriben mitos que son “resemantizados para adoptarlos al presente con los que plantean un cuestionamiento de los esquemas socioculturales dominantes”.4

Escrito por Bénédicte Math, “La obra poética de Olvido García Valdés: ¿una expresión épica contemporánea?” propone cómo la epopeya juega un papel en la obra de García Valdés. Recurre a definiciones fundamentales de la epopeya en Hegel como encuadre para acercarnos a los recursos poéticos de García Valdés. El ensayo retoma los principios de la conjunción entre epopeya y gender, sus asimilaciones y contrapuntos que basculan entre lo femenino y lo masculino pero que nos acercan a la pregunta por el sentido de la heroicidad en la escritura contemporánea de poesía.

“Un nuevo heroísmo épico en Poema de Chile, de Gabriela Mistral”, escrito por Christina Bielinski Ramalho, ofrece una renovadora lectura del clásico chileno. El poema como construcción épica nacional, con sus relaciones hacia el imaginario del territorio recorrido en clave de asombro y agudeza crítica. Si Mistral en 1967 propone una épica en el poema, el ensayo nos da pautas para poner al día el sentido de los versos que no sólo construyen la Madre Tierra sino que darían más argumentos a los interesados en la ecocrítica o a la contemporánea teoría animista interesada en lo no-humano.

Ana Luisa Amara, en “Nueva vía: la voz femenina”, revisa y critica su obra desde la distancia teórica que le proporciona una pregunta de inicio ¿qué es la desarmonía?, ¿por qué la mujer no está incluida ni representada en la literatura nacional?, ¿por qué tienen que “robar la palabra” para ser escuchadas? La combinación de los argumentos con los versos de distintos poemas hace de este ensayo un ejemplo prístino de la escritura que hace otras cosas, de aquella que intenta volver la autoría en una forma de resistencia.

“Imposibles epopeyas. Una lectura de Epopeias, de Ana Luisa Amaral” escrito en portugués por Daniel Rodríguez -y traducido al español por Rafael Zapata Dederle- conversa con el ensayo previo y extiende el análisis de los poemas como estaciones críticas de un viaje por la creación de la voz autoral, de dónde surge, en qué se sostiene, qué puentes propone entre lo personal y lo político, entre el pasado hegemónico masculino y la urgencia de otros modos de decirlo todo en clave de mujer. El ensayo es una excelente oportunidad para acercarse a la obra de Amaral dispuestos al asombro.

“Cecilia Meireles. ¿rememoración épica del pasado histórico?”, de Saulo Neiva, revisa cómo el discurso crítico tiende a “juzgar la poesía épica como un género anticuado, condenada al olvido a punto de llegar a serlo, un género vinculado intrínseca e ineluctablemente con tiempos remotos, inadecuado para los valores sociales y prácticas de lectura de la modernidad”.5 Hemos citado ampliamente para decir que este ensayo es una clave para entender todo el volumen, funciona como aparato teórico y como provocación para repensar nuestros propios prejuicios sobre los géneros y su vigencia tomando como material la obra de Meireles a la cual quedamos invitados a conocer.

Juan de Dios Torralbo Caballero, con “Heroísmo femenino en Don Quixote de Kathy Acker” presenta la premisa de que la obra cervantina sigue dando pie a la reelaboración de los fundamentos con los que sostenemos formas de lectura de las obras que hemos denominado clásicas. Parte del close reading de Acker y la de Cervantes para demostrar cómo la norteamericana pone en cuestión el sentido de lo femenino en la obra en que basa la propia. Ambas están en duelo más que en conversación y además el ensayo de Torralbo proporciona una definición de autoría en resistencia.

Escrito en francés por Julie Brugier -y traducido al español por Juan Sebastián Rojas Miranda- “Pensar la emancipación femenina en una novela épica de Rachel de Queiroz” comienza con una pregunta por la escritura de la epopeya del Noreste brasileño. El ensayo se centra en los orígenes del personaje ficcional María Moura, repasa el bandolerismo social, el cangaço, y define lo épico como un modo expansivo del imaginario de lo heroico. Discute lo patriarcal y arcaico en la escritura épica.

En “Aliento épico en la poesía de Olga Elena Mattei”, Augusto Escobar Mesa define a la autora como “una viajera por un mundo sideral y por la obra creadora de los hombres que ha dejado una impronta en la Historia”.6 Propone varias definiciones de ver, escribir e imaginar en la poesía de Mattei. La revisa con tino y propone su lejanía de cualquier tono meloso o de “embelecos retóricos”7 de autores contemporáneos. Propone también que en la invención hay descubrimientos como por ejemplo las definiciones del amor como pregunta y experiencia. Y cómo la edad de la poeta cambia la visión de un mundo que ya no puede ser el mismo ni en el escrito.

Gabriel Medrano de Luna y José Manuel Pedrosa, en “El relato de brujas como relato antiépico. Iniciación, apoteosis y descenso al infierno de la bruja guanajuatense doña Natalia, según Sshida el juguetero”, hacen una revelación sobre el poder de la narrativa oral, las versiones y las condiciones adversas que ha enfrentado siempre la sabiduría de la mujer. Se revisa el concepto de brujería en clave de género y se plantea en qué consiste el heroísmo de un personaje marginado por la incomprensión histórica. Es además un buen ejemplo del análisis textual y las enriquecedoras discrepancias entre las versiones con las que se teje el mito de la bruja.

En síntesis, el volumen ofrece una variedad de asuntos, autores y lecturas que nos permitirán seguir el estudio de las condiciones contemporáneas de la épica como un género vigente cuya elocuencia está todavía por ser escuchada.

Consideramos que los estudios de género, con su precisa historia y polifónica evolución, son indispensables para dar cuenta del poder que tiene la escritura para dotar a grupos antes soslayados en las representaciones genéricas -épica, lírica, drama- del canon entendido como un listado cerrado. ¿Cómo decir que algo está completo cuando obras como El heroísmo en clave de mujer nos deja en claro que tenemos mucho más por incluir en los listados de obras, de narrativas, de autoras, de personajes y protagonistas contemporáneas? Tenemos en la obra coordinada por Assia Mohssine una evidencia de la inteligencia colectiva como forma alterna de hacer crítica literaria y como una manera rigurosa de reflexionar sobre el complejo momento que vivimos.

Bibliografía

Assia Mohssine (coord.), El heroísmo épico en clave de mujer (Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara, 2019), 12. [ Links ]

1 Assia Mohssine (coord.), El heroísmo épico en clave de mujer (Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara, 2019), 12.

2Ibidem.

3Ibid., 132.

4Ibid., 156.

5Ibid., 226.

6Ibid., 273.

7Ibid., 275.

Cómo citar: Domínguez Cáceres, R. (2022). Épica y heroísmo de las mujeres. EN-CLAVES del pensamiento, 0(31), e533. DOI: https://doi.org/10.46530/ecdp.v0i31.528

Recibido: 10 de Marzo de 2022; Aprobado: 27 de Abril de 2022; Publicado: 06 de Junio de 2022

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