Introducción
Desde los estudios que intentan explicar las diferencias de grado de competitividad entre las naciones (Smith, 1776; Ricardo, 1817; Ohlim, 1933; Porter, 1980) se están agregando nuevos factores a consagradas teorías económicas. En líneas generales se explica el comercio entre naciones a través de la diferencia de productividad, pero, ya se ha concluido que las ventajas comparativas no son suficientes para proveer una explicación (Porter, 1980, 1990). Las definiciones de competitividad turística presentes en la literatura son diversas y los modelos teóricos suelen ser complejos por la cantidad de factores o variables que abarcan, además de las relaciones que se establecen entre ellas (Molinar; Hernández; Velásquez, 2015).
Por lo tanto, las ventajas competitivas asumen un papel de significante importancia en los análisis de competitividad. En ese contexto la innovación tiene un papel fundamental. Innovación y competitividad son dos variables complexas y multidimensionales, pero complementares.
Actualmente la innovación es considerada como uno de los factores esenciales para el desarrollo de los países. La innovación no consiste únicamente en la incorporación de tecnología, sino que toda inclusión de nuevos procesos que contribuyen a antever las necesidades de los mercados, introducir o mejorar nuevos productos, procesos y servicios de mayor calidad, generando mejores beneficios. Sin duda, la innovación se ha convertido en una necesidad, una reacción ante los cambios que impone el mercado globalizado. La tecnología y la innovación pueden compensar los recursos escasos a través de nuevos procesos productivos o nuevos productos. Además, la tecnología concede a las empresas una mobilidad sin fronteras (Krugman, 1991; Dunning, 1992, 1993; Narula, 1993). La nación hospedera de una innovación gana importancia, pues, detiene la fuente del conocimiento y de la tecnología que puede sostener la ventaja competitiva para una industria (Porter, 1990; Fagerberg, 1988).
Los organismos internacionales presentaron en los últimos años, monitores de competitividad, que poseen semejantes bases teóricas y formatos, agrupando las variables en bloques de determinantes (Medina et al., 2012). Las diferencias entre ellos están en las metodologías de análisis e indicadores de medidas utilizados.
Algunos monitores han privilegiado sectores específicos, un ejemplo es el turismo. Desde 2007 que WEF presenta un monitor específico para la competitividad turística: el TTCI. Igualmente, algunos países han desarrollado su propio monitor interno. En Brasil, la competitividad turística es medida a través del Monitor de los 65 Destinos Inductores, en una metodología desarrollada por Ministerio del Turismo (MTur) y la Fundación Getulio Vargas (FGV) en 2008.
A pesar de los teóricos del turismo apuntaren la variable ‘Capacidad para innovación’ de gran importancia para la competitividad de un destino (Ritchie y Crouch, 2000; Hjalager, 2002; Volo, 2005), los modelos de medición de la competitividad turística no abarcan directamente esta variable. Este artículo tiene por objetivo analizar dos monitores de competitividad turística, considerando particularmente a las variables utilizadas y su vinculación con el determinante Innovación para el sector turístico. Se analizó los monitores TTCI de WEF y el Monitor de Competitividad Turística de Brasil de MTur/FGV, comparándolos con el monitor de competitividad general (CGI) de WEF. Secundariamente, el artículo hace una revisión teórica sobre innovación en turismo, la cual fue la base para el análisis de las variables que influencian en la capacidad de innovación.
La competitividad general
Diversos son los conceptos de competitividad (Scott y Lodge, 1985; Haguenauer, 1989; Porter, 1990; Barney, 1991; Newall, 1992; Esser, 1994; Ferraz, Kupfer y Haguenauer, 1997; OCDE, 2000; WEF, 2015). Estos conceptos evolucionaron a lo largo del tiempo, incorporaron a sus variables económicas, cuestiones de sostenibilidad (Crouch y Ritchie, 1999; Dwyer y Kim, 2003; Hassan, 2000) y calidad de vida (Crouch y Ritchie, 1999; Dwyer y Kim, 2003; Vianna, 2011). Así, la competitividad pasó a ser un concepto apoyado en tres pilares: social-económico-ambiental (Buhalis, 2000; Crouch y Ritchie, 1999). En términos económicos, la competitividad se basa en producir más y mejor. La última versión del Global Competitiveness Index (CGI) de WEF, se definió competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de la productividad de un país. El nivel de productividad, a su vez, establece el nivel de prosperidad que puede ser alcanzado por una economía (The Global Competitiveness Index, 2013-2014).
El GCI (Figura 1) posee 3 subíndices: (1) Requerimientos básicos; (2) Potenciadores de eficiencia; (3) Factores de Innovación y sofisticación. Cada subíndice tiene una serie de pilares, totalizando 12 pilares. La metodología usada clasifica los países por su grado de desarrollo económico. Aplica pesos diferentes en los pilares de cada subíndice según el grado de desarrollo económico evaluado por la renta per cápita y la composición de la pauta de exportaciones. Los pilares se clasifican en categorías que representan los recursos prioritarios según los cuales compiten directamente: Nivel 1. Direccionados a factores son las economías primariamente basadas en extracción y comercialización de recursos naturales; Nivel 2. Direccionados a la eficiencia son las economías orientadas para la eficiencia y la producción industrial en escala; Nivel 3. Direccionados a innovación son las naciones más desarrolladas que presentan alta presencia de actividades innovadores/tecnológicas.
El monitor CGI (Figura 1) presenta en el ‘pilar 12’ el determinante Innovación, donde se miden seis variables que indican la capacidad para innovación del país. Las variables que componen este pilar son: (1) Capacidad para Innovación; (2) Calidad de las Instituciones de Investigación Científica; (3) Gastos de las empresas en I + D; (4) Contratación pública de productos de tecnología avanzada; (5) Disponibilidad de ingenieros y científicos; (6) Protección de la propiedad Intelectual.
Competitividad turística
Crouch y Ritchie (1999, 2001, 2003) fueron pioneros en la elaboración de contribuciones conceptuales sobre la competitividad de los destinos turísticos, son los autores que más han publicado sobre competitividad turística y que conceptúan este constructo como:
La competitividad de un destino es la capacidad del país para crear valor añadido y aumentar la riqueza nacional mediante la gestión de activos y procesos, el atractivo y la proximidad, y por la integración de estas relaciones dentro de un modelo económico y social que tenga en cuenta el capital natural de un destino y su preservación para las generaciones futuras (Ritchie y Crouch, 2003).
Las instituciones globales que monitorean la competitividad consideran que es generado por el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan la productividad de un país (WEF, 2015).
A pesar de las críticas, desde su primera publicación en 2007, el TTCI es muy utilizado, ya que usa una metodología semejante a de GCI, siendo un índice compuesto de 14 pilares (Figura 2), pero no realiza una ponderación por el grado de desarrollo económico de los países como ocurre en el GCI (WEF, 2013). Verifica 14 dimensiones a través de 79 indicadores ordenados en 3 subíndices: (1) Marco Jurídico; (2) Ambiente de Negocios e Infraestructura; (3) Recursos Naturales y Humanos.
Algunos países realizan medidas internas de competitividad para sus regiones, generan una diversidad de modelos/metodologías, aunque las bases teóricas son similares.
Brasil es uno de los países que ha creado su proprio monitor de competitividad turística. Barbosa et al. (2008) de la Fundación Getulio Vargas (FGV), presentaron el Modelo de Competitividad de Destinos Turísticos Inductores (Figura 3) conjuntamente con el MTur de Brasil. Los autores se basaron en otros estudios, especialmente en Dwyer y Kim (2003), Ritchie y Crouch (2003), y teorías de Porter (1980). Básicamente, presentaron un modelo semejante al TTCI, pero adaptado a la política brasileña de desarrollo por regiones inductoras del turismo. El modelo posee 13 determinantes: (1) Infraestructura general; (2) Accesibilidad; (3) Equipamientos y servicios turísticos; (4) Atracciones turísticas; (5) Marketing del destino; (6) Políticas Públicas; (7) Cooperación regional; (8) Monitoreo; (9) Economía Local; (10) Capacidad de negocios; (11) Aspectos Sociales; (12) Aspectos Ambientales; (13) Aspectos culturales. Un total de 62 indicadores son verificados en los destinos turísticos para componer este índice agregado de 13 determinantes.
Innovación
Innovación es un constructo complejo, especialmente para medirla, debido a su multidimensionalidad. Muchas teorías buscan conceptuar o describir innovación (Schumpeter, 1961; Drucker, 1985; Sundbo, 1995; Rogers, 2003; Fagerberg et al., 2006; Hjalager, 2002, Krizaj, 2012). El Manual de Oslo, la describe como:
La innovación es la introducción de un nuevo, o significantemente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las práctica internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores (OECD & Eurostat, 2005).
La tipología de innovación dependerá del parámetro de análisis (Dosi, 1988; Johne y Snelson, 1988; García y Calantone, 2002; Becheikh et al., 2006; Hjalager, 2010; Krizaj, 2012). Por el grado de cambios algunas innovaciones pueden ser consideradas radicales o incrementales (Ettlie, Bridges y O´Keefe, 1984; Floysand y Jakobsen, 2010; Goedhuys y Veugelers, 2011). Mientras que por el factor de innovación, pueden ser de producto, de proceso, de mercado u organizacionales (Sousa et al., 2008; Krizaj, 2012; Manual de Oslo, 2005). El modelo “dual-core” de Daft (1978) distingue entre la innovación tecnológica o técnica de la innovación organizativa o administrativa.
En los destinos turísticos, la innovación puede proporcionar la atracción intencional de una demanda debido a su diferenciación de los demás destinos turísticos y, en consecuencia, permitir su continua competitividad (Buhalis, 2000).
La innovación en turismo también se clasifica desde varias perspectivas (Sundbo et al., 2007). Especialmente en turismo, es muy estudiada bajo tres principales perspectivas: (1) Empresa (Orfila‐Sintes et al., 2005; Pikkemaat y Peters, 2005; Orfila‐Sintes y Mattsson, 2009); (2) Network (Novelli et al., 2006); (3) Sistemas (Ivars Baidal, 2014; Hall, 2009).
Hjalager (2002) distingue cuatro tipos de innovación específicas para el sector turístico: Innovaciones regulares, Innovaciones de nicho, Innovaciones arquitectónicas e Innovaciones revolucionarias. Hjalager (2010) presenta en su trabajo una amplia revisión de las investigaciones sobre innovación en turismo, sector que el autor subraya como diferenciado porque a lo largo de su historia ha sido caracterizado por su inmensa capacidad innovadora. Este autor distingue categorías de innovación, a saber: Productos o servicios innovadores (cambios observados directamente por los clientes); Innovaciones en procesos (iniciativas de backstage); Innovaciones gerenciales (nuevas formas de organización de la empresa); Innovaciones de gestión (relacionadas con la gestión del destino); Innovaciones institucionales (cambios en la estructura colaborativa organizacional e inter-organizacional). Sus análisis también han presentado los determinantes de la innovación, o sea, las fuerzas externas e internas que influyen sobre la innovación. Aunque el autor aclara que las investigaciones en turismo no presentan una base teórica consistente sobre estos determinantes, así que los analiza desde una perspectiva clásica. Por la escuela Schumpeteriana un primer driver innovador son los empresarios, el segundo driver es basado en el Paradigma Technology-push/demand-pull; y un tercer driver proviene de la escuela Marshalliana, focalizando los sistemas de cluster o sistemas de innovación (Hjalager, 2010).
Otro aspecto relacionado a la innovación como fuente de ventaja competitiva es la innovación como capacidad. En esta línea el Índice de competitividad del WEF establece un pilar de la competitividad como ‘La Capacidad para Innovación’. Al considerar por esta perspectiva es necesario verificar los factores estructurales empresariales y de ambiente económico/social que contribuyan para propulsar la innovación. Los llamados factores internos o externos a la organización (Damanpour y Aravind, 2006, Camisón et al., 2003, Damanpour, 1991).
En la innovación como capacidad se percibe la fuerte influencia de los obstáculos para innovar. Sousa et al. (2008) definen seis principales obstáculos para innovar: Coste (percepción del riesgo); Percepción del conocimiento (falta de personal calificado, falta de información, deficiente investigación, entre otros); Ritualismo organizacional (dificultad de cambios); Factores de mercado (falta de demanda); Factores institucionales (regulación publica fiscal, medioambiental, entre otros). Una forma de minimizar las dificultades es la creación de redes o clústeres, pues actúan sobre la capacidad para innovar de las empresas por el aprendizaje y colaboración. Adicionalmente, la formación en redes les permite beneficiarse de ventajas por integración vertical que concede acceso a recursos complementarios (Erkuş‐Öztürk, 2009).
Metodología
Esta investigación es clasificada como cualitativa exploratoria, utilizando la técnica de observación documental y análisis de contenido. El análisis de contenido puede ser concebido por la vertiente teórica y por la intencionalidad del investigador que la aplica, o sea, adoptando conceptos relacionados a semántica estadística del discurso o visando a inferencia por medio de identificación objetiva de características de los mensajes (Weber, 1985; Bardin, 1977).
Este estudio analiza el contenido de los modelos de medición de competitividad para el turismo utilizando sus versiones publicadas en el 2013. El TTCI y el modelo de medición de competitividad de los 65 destinos turísticos inductores de Brasil. Para un mejor análisis se compara con el GCI de WEF. Se desarrolla según las siguientes etapas:
Investigación teórica sobre conceptos, determinantes y modelos de competitividad turística;
Revisión bibliográfica sobre conceptos, clasificación, factores propulsores y factores impeditivos de la capacidad innovadora.
Analiza el contenido de los determinantes y variables de medidas utilizadas en dos modelos de competitividad turística buscando identificar la medición de factores estructurales, impeditivos o indicadores de la capacidad para innovación.
Resultados
Los 12 pilares de la competitividad económica general presentados del GCI fueron analizados por su contenido de información relacionado a variables indicadoras de innovación, capacidad para innovación y factores que contribuyen para generación de un ambiente propicio a la innovación según las bases teóricas citadas. Este monitor presenta la medición de innovación concentrada en el pilar 12 (Innovación) que se mide por 7 variables directas (Cuadro 1). Otros 24 indicadores relacionados a capacidad para innovación fueron identificados en el contenido de los otros pilares del monitor, considerados en este artículo como medidas indirectas.
PILARES / DETERMINANTES DE MEDIDAS DE LA INNOVACCIÓN | |||||
GCI | TTCI | Monitor Brasileño | |||
Variable | Pilar | ||||
Capacidad para Innovación | Pillar 12: Innovación | No presenta pilar de Innovación o Capacidad para Innovación | No presenta pilar de Innovación o Capacidad para Innovación | ||
Calidad de las Instituciones de Investigación científica | Pillar 12: Innovación | ||||
Gastos de las empresas en I+D | Pillar 12: Innovación | ||||
Contratación pública de productos de tecnología avanzada | Pillar 12: Innovación | ||||
Disponibilidad de ingenieros y científicos | Pillar 12: Innovación | ||||
Protección de la propiedad Intelectual | Pillar 12: Innovación | ||||
Protección del derecho de propiedad Intelectual | Pilar 1: Instituciones | Los derechos de Propiedad | Pilar 1: Normas y reglamentos políticos | Estructura de Calificación para el Turismo | Determinante: Servicios y Equipamientos Turístico |
Servicios del gobierno para la mejoría de performance empresarial | Pilar 1: Instituciones | Pontualidad de datos T & T | Pilar 5: Priorización de T & T | Sitio del Destino en Internet | Determinante: Marketing y Promoción del Destino |
Calidad de la educación primaria | Pilar 4: Salud y Educación primaria | Uso de las TIC para las transacciones B-to-B | Pilar 6: Infraestructura de las TIC | Grado de cooperación con el gobierno Estadual | Determinante: Políticas Públicas |
Calidad del sistema Educacional | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Uso de las TIC para las transacciones B-to-C | Pilar 6: Infraestructura de las TIC | Grado de cooperación con el gobierno Federal | Determinante: Políticas Públicas |
Calidad de la Educación matemática y ciencias | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Calidad del Sistema Educativo | Pilar 11: Recursos Humanos | Grado de Cooperación pública-privada | Determinante: Políticas Públicas |
Calidad de las escuelas de gestión | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Local disponible para investigación especializada y capacitación | Pilar 11: Recursos Humanos | Gobernanza | Determinante: Cooperación Regional |
Acceso a internet en las escuelas | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Actividades de formación del personal | Pilar 11: Recursos Humanos | Proyectos de Cooperación Regional | Determinante: Cooperación Regional |
Disponibilidad de servicios de investigación y formación | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Disponibilidad de mano de obra calificada | Pilar 11: Recursos Humanos | Promoción y Apoyo para la comercialización Integrada | Determinante: Cooperación Regional |
Actividades de formación del personal | Pilar 5: Educación superior y capacitación | Las exportaciones de las industrias creativas | Pilar 14: Recursos Culturales | Aspectos de la Economía Local | Determinante: Economía Local |
Sofisticación del comprador | Pilar 6: Eficiencia del mercado de bienes | Capacidad de Calificación y uso de personal Local | Determinante: Capacidad Empresarial | ||
Prevalencia de las barreras comerciales | Pilar 6: Eficiencia del mercado de bienes | Concurrencia y Barrera de Entrada | Determinante: Capacidad Empresarial | ||
Pago y productividad | Pilar 7: Eficiencia del mercado laboral | Acceso a la Educación | Determinante: Aspectos Sociales | ||
La Fuga de Cerebros | Pilar 7: Eficiencia del mercado laboral | Sistema de Estadística de turismo | Determinante: Monitoreo | ||
La cooperación en la relación empleados y empleadores | Pilar 7: Eficiencia del mercado laboral | Sector específico de estudios y pesquisas | Determinante: Monitoreo | ||
La facilitad de acceso a préstamos | Pilar 8: Desarrollo del Mercado Financeiro | ||||
La disponibilidad de capital de riesgo | Pilar 8: Desarrollo del Mercado Financeiro | ||||
Disponibilidad de tecnologías de punta | Pilar 9: Preparación Tecnológica | ||||
Transferencia de tecnología y FDI | Pilar 9: Preparación Tecnológica | ||||
Nivel de las firmas en la absorción de tecnologías | Pilar 9: Preparación Tecnológica | ||||
Tamaño del mercado interno | Pilar 10: Tamaño del mercado | ||||
Calidad de los proveedores locales | Pilar 11: Sofisticación de los negocios | ||||
Estado de desarrollo de clusters | Pilar 11: Sofisticación de los negocios | ||||
Naturaleza de la ventaja competitiva | Pilar 11: Sofisticación de los negocios | ||||
Sofisticación del proceso de producción | Pilar 11: Sofisticación de los negocios |
Fuente: Adaptado por los autores desde GCI (2013), TTCI (2013) y Monitor de Competitividad MTur/FGV de Brasil (2010).
A su vez, el monitor de turismo (TTCI), no presenta una medida directa de la innovación. Se han identificado, por su contenido, 9 variables que contribuyen para la capacidad innovadora, por lo tanto, solamente utiliza medidas indirectas relacionadas a la innovación. Igual situación se ha encontrado en el monitor de competitividad turística de Brasil. Un total de 14 variables permiten reflejar la capacidad de innovación del sector turístico brasileño, todas medidas de forma indirecta dentro del modelo (Cuadro 1).
Los factores estructurales empresariales y relacionados al ambiente económico social, (Damanpour y Aravind, 2006; Camisón et al., 2003; Damanpour, 1991) están inseridos en el modelo GCI en forma de medidas directas e indirectas. Los factores económicos externos se verifican en las variables ‘Protección del derecho de propiedad Intelectual’; ‘Servicios del gobierno para la mejoría de performance empresarial’; ‘La facilidad de acceso a préstamos’; ‘La disponibilidad de capital de riesgo’; Calidad de los proveedores locales’; ‘Naturaleza de la ventaja competitiva’; ‘Sofisticación del comprador’; ‘Prevalencia de barreras comerciales’; ‘Tamaño del Mercado Interno’. A su vez, los factores económicos internos a la organización se verifican en: ‘Pago y productividad’; ‘La cooperación en la relación empleados y empleadores’; ‘Nivel de las firmas en la absorción de tecnologías’; ‘Sofisticación del proceso de producción’; ‘Gastos de las empresas con I + D’; ‘Uso de las TIC en las transacciones’, ‘La fuga de Cerebros’; ‘Transferencias de Tecnologías y FDI’.
En TTCI, los factores estructurales externos que propulsan la capacidad de innovación se verifican en las variables: ‘Los derechos de propiedad’; ‘La puntualidad de datos T & T’; ‘Las exportaciones de las industrias creativas’. Mientras, los factores internos de las empresas con influencia sobre la innovación presentan poca presencia en este modelo, siendo solamente verificados: ‘Uso de las TIC’ y ‘Actividades de Formación de Personal’.
En el monitor brasileño de competitividad turística, los factores estructurales externos son verificados en variables relacionadas con las políticas públicas y en indicadores de cooperación entre plataformas públicas y privadas, o directamente entre las empresas formando una red de coopetición (Bengtsson e Kock ,1999; Lado et al., 1997; Dagnino e Padula, 2002). Los indicadores de gobernanza y de proyectos de cooperación regional son otros indicadores del uso de la teoría de juegos en una adaptación a teorías de coopetición para el sector turístico brasileño. Otro ejemplo, focalizando la coopetición esta en el análisis del factor interno representado por la variable ‘Promoción y Apoyo para la comercialización Integrada’. Las variables ‘Aspectos de la Economía Local’; ‘Sistemas de Estadísticas de Turismo’; y ‘Sector Especifico de Estudios e investigaciones’ son representativos de la capacidad para innovar en el sector. Igualmente al modelo TTCI, el modelo brasileño presenta pocas mediciones a través de variables internas en las empresas turísticas que influencien en la capacidad para innovación.
En este mismo sentido, los factores sociales, por lo tanto externos, se miden en los modelos de GCI a través de pilares relacionados a la educación. Así, en el contenido del modelo se relaciona con la capacidad para innovar las variables: ‘Calidad de la educación primaria’; Calidad del Sistema Educacional’; Calidad de la Educación en Matemática y Ciencias’; ‘Calidad de las escuelas de Gestión’; ‘Acceso a Internet en las Escuelas’; ‘Disponibilidad de Servicios de Investigación y Formación’. La calidad educacional es fundamento básico para el desarrollo de profesionales habilitados e innovadores, así la verificación de índices que representen la calidad de las enseñanzas contribuye para una que se verifique la condición de generar un ambiente innovador.
En TTCI los factores sociales son medidos de forma similar a GCI, a través de: ‘Calidad del sistema Educativo’; ‘Local disponible para Investigación Especializada y Capacitación’; ‘Actividades de Formación del Personal’. En el modelo del MTur/FGV en Brasil, los factores sociales que influencian en la capacidad para innovar en turismo están presentes en las variables: ‘Estructura de Calificación para el Turismo’; ‘Capacidad de Calificación y uso de personal Local’; ‘Acceso a la Educación’.
Esta mediciones extraídas de los modelos como factores externos e internos que influencian en la capacidad para innovar, también pueden ser consideradas bajo la teoría de Sousa et al. (2008), que define los principales obstáculos para innovar. Sousa considera la falta de personal calificado, falta de información, deficiente investigación, y factores institucionales entre los principales obstáculos para desarrollar la capacidad innovadora. Igualmente, estos autores incluyen los factores de mercado como obstáculos para innovar. Porter (1980) destaca los factores de mercado como propulsores da competitividad saludable, por lo tanto, la que genera la verdadera ventaja competitiva. Sea por el ángulo de los obstáculos (Sousa et al., 2008) o por el ángulo de los elementos propulsores (Porter, 1980), las variables representativas de los mercados están en el GCI a través de las variables: ‘Sofisticación del Comprador’; ‘Prevalencia de las barreras comerciales’; y ‘Tamaño del mercado interno’. En los monitores de competitividad turística estos obstáculos son poco o no son medidos, pues en el TTCI no están presentes y el monitor brasileño verifica sólo la variable: ‘Concurrencia y Barrera de Entrada’. Variables que reflejen la resistencia a cambios en las organizaciones o en los destinos no son verificadas. Ocurre lo mismo con el factor Percepción del riesgo que no es medido en los monitores turísticos.
Debido a una extrema vinculación con la capacidad para innovar, los factores tecnológicos se han analizado por separado. Se considera que la tecnología es capaz de generar un cambio que sostiene la ventaja competitiva (Porter, 1985; Fagerberg, 1988), pues es capaz de generar todos los tipos de innovación: radicales o incrementales (Ettlie, Bridges y O´Keefe, 1984; Floysand y Jakobsen, 2010; Goedhuys y Veugelers, 2011); de producto, de proceso, de mercado u organizacionales (Sousa et al., 2008; Krizaj, 2012; Manual de Oslo, 2005).
En GCI se verificó que el factor tecnología está presente en las variables: ‘Disponibilidad de tecnologías de punta’ y ‘Transferencia de tecnología y FDI’. El TTCI verifica solamente el uso de las tecnologías para transacciones a través de las variables: ‘Uso de las TIC para las transacciones B-to-B’ y Uso de las TIC para las transacciones B-to-C. Mientras que el Monitor brasileño sólo verifica la presencia de ‘sitio del destino turístico en internet’.
Una última variable que ganó importancia desde la teoría Porteriana (1980), y se revistió de nuevo significado en las teorías de Coopetición (Bengtsson y Kock, 1999; Lado et al., 1997; Quint, 1997; Dagnino y Padula, 2002) es la presencia de organización en formato de Cluster. Esta variable sólo está presente en el monitor GCI. Los monitores de turismo analizados no verifican la presencia de clusters turísticos.
Consideraciones finales
En la actualidad, la innovación es una de las estrategias empresariales más efectivas para lograr un valor añadido y garantizar la supervivencia y la competitividad en mercados cada vez más exigentes y globales. El principal objetivo de esta investigación ha sido analizar el contenido de los monitores de competitividad GCI, el TTCI y el Monitor brasileño de MTur. A través de un análisis de contenido verificó la presencia de variables que indiquen la innovación o la capacidad para innovación tomando por base las teorías que especifican los factores u obstáculos para innovar. Se ha verificado la existencia directa, con un pilar específico para medir innovación, solamente en GCI. Los monitores de competitividad turística analizados no miden la innovación en los destinos turísticos, ni de productos, ni de procesos.
A pesar de la destaca importancia de una diferenciación entre los destinos basada en innovación, especialmente para destinos maduros, dicha variable está siendo tratada en estudios turísticos de forma apartada de la variable competitividad, en las herramientas de medición. Los monitores se han desarrollado bajo perspectivas científicas y empíricas de los modelos más consagrados en la literatura de competitividad que son el Diamont Model de Porter (1980), el Modelo de Competitividad de Crouch y Ritchie (1999, 2003) y el modelo de Dwyer y Kim (2003). No obstante, estos modelos, que han servido de base, no poseen un pilar específico para medir innovación.
Las mediciones de variables que son significativas en la capacidad para innovación están presentes en todos los modelos. Con diferentes grados y número de indicadores verifican las variables relacionadas a factores externos, especialmente indicadores de políticas públicas, educación e investigación. Los factores internos no han recibido mucha atención en los modelos.
Se destacó positivamente la presencia de variables representativas de la coopetición en el modelo brasileño, indicando una madurez de acciones en este sentido. Al revés, se destacó negativamente en los modelos de competitividad turística analizados la falta de variables relacionadas a la tecnología y la presencia de clústeres turísticos. El clúster, surge en el contexto de la globalización y tiene como propiedad el estrechamiento de las relaciones de las organizaciones para crear una red de sinergias con objetivo de desarrollar estrategias competitivas conjuntas, creando y entregando mayor valor al mercado, por medio de relaciones cooperativos entre empresas independientes que tienen el objetivo, aunque compitan entre sí. Estas dos variables son muy significativas en la capacidad para innovar de una actividad económica.
La relación entre competitividad e innovación queda clara, así como se confirma que son aspectos complementares. Los estudios destacan que la innovación genera más competitividad. No obstante, la medición de dos constructos multidimensionales competitividad e innovación lleva a un alto nivel de complexidad. Los resultados de este estudio indican que no existe una coherencia entre la teoría y la práctica para una correcta vinculación entre medición de competitividad y la determinante innovación en los monitores de competitividad turística.
El manual de Oslo presenta una metodología común para definir y medir la innovación. Otros indicadores de medida del desempeño innovador son Technology Index, Technological Readiness Index y Technological Innovation Index. Todos los tres desarrollados por el WEF. Así, se sugiere una reformulación de los monitores de competitividad turística para que hagan inclusiones directas de medidas de innovación, que abarquen un pilar específico para el constructo innovación con el objetivo mínimo de medir aspectos relacionados a productos, procesos, coopetición, organización en formato de cluster, y uso de tecnologías de punta.
La innovación es el elemento clave que explica la competitividad. Porter (1990) se muestra rotundo al afirmar que la competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria para innovar y mejorar, generando ventajas competitivas para en el sector y en las empresas. Por lo tanto, para alcanzar altos niveles de competitividad es necesario trabajar desde la base, donde la innovación es quizá la herramienta más efectiva para conquistar nuevos mercados.