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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.7 spe 16 Texcoco may./jun. 2016

 

Artículos

Estufas lorena: uso de leña y conservación de la vegetación

Marco Antonio Vázquez Calvo1 

Artemio Cruz León2  * 

Cristóbal Santos Cervantes2 

Miguel Ángel Pérez Torres2 

Dora Ma. Sangerman-Jarquín3 

1Posgrado en Desarrollo Rural Regional- Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México - Texcoco, km 38.5, Chapingo, Texcoco 56230, México Estado de México. Tel: 595 952 1544. (vazquezcalvo@gmail.com).

2Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco, km 38.5, Chapingo, Texcoco 56230, Estado de México. México. Tel: 595 952 1544. (pitzoyot@gmail.com).

3Campo Experimental Valle de México-INIFAP. Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5. A. P. 10. C. P. 56250. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México. México. (sangerman.dora@inifap.gob.mx).


Resumen

El área de estudio comprende las comunidades de Santa Ana Tamazola y Santa María La Concepción del municipio de Jolalpan, Puebla. Como instrumentos de campo se utilizaron encuestas semiestructuradas, observaciones participantes y diálogos con informantes claves. Entre los hallazgos destaca que la estufa lorena es una nueva tecnología instalada en el interior de los hogares campesinos que está ahorrando importantes cantidades de leña e impactando de manera positiva en la economía y la salud de las familias. El ahorro promedio de leña con la estufa lorena se estima en 25.84% comparado con el fogón tradicional. Desde 2009 a la fecha se han dejado de cortar 40 árboles por familia campesina que adoptó la estufa lorena. Actualmente existe mayor conservación de la vegetación.

Palabras clave: dendroenergía; uso de leña y conservación de la vegetación

Abstract

The study area includes the communities of Santa Ana and Santa María Tamazola the municipality of La Concepcion, Jolalpan, Puebla. As field instruments semistructured interviews, participant observation and discussions with key informants were used. Among the findings he highlighted the Lorena stove is a new technology installed inside rural households that are saving significant amounts of firewood and impacting positively on the economy and health of families. The average fuel savings with lorena stove is estimated at 25.84% compared to the traditional stove. From 2009 to date they have been left to cut 40 trees per farm family that adopted Lorena stove. There is now greater conservation of vegetation.

Keywords: wood energy; wood use and conservation of vegetation

Introducción

Ante la problemática del uso de la leña de manera tradicional, la mayoría de los gobiernos, entre otras líneas de acción, optan por la implantación de las estufas ahorradoras de este combustible, con la finalidad de disminuir el impacto negativo en el medio ambiente y mejorar las condiciones de vida de la población rural. Diversos modelos se han aplicado con tal fin, algunos con resultados bastante aceptables, otros han fracasado. Varios tipos de estufas ahorradoras de leña surgen a partir del diálogo de saberes entre organismos externos y actores locales, lo que ha posibilitado la apropiación de estos proyectos. En el medio rural el cocinado de los alimentos es una necesidad primordial. Por ello el fogón tradicional ha estado presente por siglos en Santa Ana Tamazola y Santa María La Concepción, como la opción más económica. Con el aumento de la población la disponibilidad y calidad del recurso dendroenergético ha disminuido, por lo mismo es necesario optimizar su consumo a través de un dispositivo que concentre la energía y a la vez mantenga rasgos de los usos y costumbres de estas dos comunidades.

La estufa lorena se implantó en el contexto de la sustentabilidad ya que contribuye a la conservación de la vegetación y al bienestar social de las familias campesinas. En este sentido, la leña forma parte de la vida cotidiana de estas comunidades, es necesaria para la cocción de los alimentos, está disponible de manera local y es renovable si se maneja adecuadamente. Un dispositivo que optimice la dendroenergía y considere los usos y costumbres de las familias campesinas ayudará a conservar el bosque tropical caducifolio, para beneficio de las futuras generaciones. Así se derribarán menos árboles verdes, se recuperará el recurso y se ubicará más cerca del pueblo.

El objetivo general es conocer los cambios ocurridos al interior de las familias campesinas que adoptaron la estufa lorena y compararlas con aquellas que siguen utilizando el fogón tradicional. De manera particular se trata de determinar la adopción y conservación de la estufa lorena; estimar los volúmenes de leña que se consumen con ella; identificar las especies dendroenergéticas utilizadas por las familias campesinas y la conservación de la vegetación por la introducción del dispositivo. La hipótesis que guio la investigación, considera que la estufa lorena es un dispositivo nuevo que utilizado adecuadamente mejora el uso del recurso leña y preserva la salud de las familias campesinas, lo cual contribuye a la conservación de la vegetación por los menores requerimientos de extracción de leña.

En un estudio realizado en la Mixteca poblana, Sánchez (1988) encontró que la familia rural en su gran mayoría emplea el fogón elevado para la cocción de sus alimentos. Así mismo, estima que en esta región se consumen aproximadamente 8 m3 de leña/familia/año. Además, el combustible proviene básicamente de rajas de trozos de árboles de aproximadamente 1m de longitud por 4 a 7 cm de grueso que cubren un promedio de 0.0035 m3. Guízar y Sánchez (1991) observaron que en la Mixteca poblana la extracción de leña por las familias abarca todo el año y se intensifica en la estación de secas, que es cuando menos trabajo tiene la población. Además, durante todo el año es habitual ver el paso de pobladores arreando animales cargados de leña que llevan a vender a los centros de población con mayor demanda.

Para cubrir las necesidades de energía en la cocina, el consumo medio mensual de las familias campesinas es de 500 kg de leña, lo que implica una extracción anual cercana a las seis toneladas. Datos de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) de la Mixteca poblana indican que en promedio cada familia de la región utiliza 10 leños al día, lo que suma un consumo anual de 8 m3, equivalentes a 32 árboles (FAO- SAGARPA, 2007). Por su parte, la ADR de la Sierra Mixe, en Oaxaca, reporta un volumen de consumo de leña de 20 a 25 m3 por familia al año; mientras que la ADR Mextlali, en la Sierra Negra de Puebla, informa que una familia puede consumir hasta 4 m3 de leña al mes. Estos indicadores explican por qué la leña es un recurso cada vez más escaso, y el hecho de que los habitantes de estas regiones tienen que invertir más tiempo y recursos para transportarla desde lugares cada vez más lejanos (FAO-SAGARPA, 2007).

En México, 240 municipios consumen grandes cantidades de leña, donde el uso puede volverse un problema. Estos representan 10% del total; sin embargo, concentran 21% de la población total que utiliza leña. Se les considera de “alta prioridad” por el número de usuarios y su tasa de crecimiento, así como por el impacto ambiental negativo y la elasticidad del consumo. En general, estos municipios se concentran en la región montañosa del centro y sureste de México, en lugares donde existen condiciones culturales, ambientales y sociales muy similares. En general el patrón de uso de la leña allí es muy intenso, tanto en el sector doméstico como en las miles de microempresas dedicadas a la alfarería y la elaboración de ladrillos, pan y tortillas (Díaz y Masera, 2003).

En México, alrededor de 28 millones de personas usan leña para cocinar sus alimentos o calentar agua. Esto sugiere, si se promueven de manera intensiva las estufas de leña, un enorme potencial de mejoramiento de la calidad de vida de las familias y una importante reducción de gases de efecto invernadero (GEI). El mercado actual de este recurso genera una derrama económica superior a los 12 500 millones de pesos al año y crea 104 millones de jornales anuales, lo que representa 417 mil empleos (Masera et al., 2011). A principios de la década de los ochenta varias instituciones gubernamentales iniciaron la construcción de estufas rurales ahorradoras de leña a gran escala y obtuvieron pocos resultados, lo que ocasionó el abandono del programa (Vargas, 1990).

Los programas de estufas ahorradoras de leña se han desarrollado en los ámbitos local y regional y han formado parte de iniciativas dirigidas a la restauración de los bosques, la conservación de la biodiversidad o a tareas de organizaciones campesinas. Se concentran en la construcción o autoconstrucción de estufas, con poco o ningún seguimiento, los cuales son parcial o totalmente subsidiados. Algunas instituciones que las promueven han atendido prioridades y necesidades de las usuarias, con lo que ha mejorado el nivel de aceptación (Masera et al., 2011). A partir de 2003 se intensificó la difusión de las estufas de leña por parte de algunas organizaciones, particularmente el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada A. C. (GIRA), Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIECO), Instituto de Ingeniería, Instituto Nacional de Ecología (INE), estos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se logró involucrar a dependencias de gobierno e instituciones como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) (Masera et al., 2011).

Estudios revelan que tecnologías eficientes como las estufas ahorradoras de leña pueden disminuir la degradación de los recursos forestales, mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y brindar otros beneficios como la reducción de contaminantes tóxicos, el consumo de biocombustibles y del tiempo y distancia para recolectarlos (PNUMA, 2006). La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) “arraigo de la Mixteca” en Atempa, Puebla, reporta un ahorro de 70% en el consumo de leña utilizando el fogón tipo lorena, lo que representa una disminución en la tala de 32 a 10 árboles por año po familia. Por otra parte, la ADR, Mextlali de la Sierra Negra de Puebla e indica que con el uso de estufas ahorradoras de leña las familias reducen su consumo de 4 m3 a 2 m3 por mes (FAO-SAGARPA, 2007). En el área de influencia de la ADR Nuj de la Sierra Mixe en Oaxaca se obtuvo un mayor rendimiento con el uso del fogón ahorrador de leña, disminuyó 60% el consumo. En Tlahuitoltepec, una familia de seis personas antes usaba de dos a tres cargas de leña por día y actualmente sólo emplea de una a 1.5, de alrededor de 40 kg (FAO- SAGARPA, 2007).

Materiales y métodos

El trabajo se realizó dentro del enfoque de las ciencias sociales e integra los métodos cualitativo y cuantitativo. Establece como unidad de análisis a las familias campesinas, las que intervienen directamente en el aprovechamiento y extracción del recurso dendroenergético. La investigación se dividió en dos componentes: la fase de gabinete y la fase de campo. La primera comenzó a finales de 2012 con la revisión de los antecedentes sobre el tema y la preparación de los instrumentos metodológicos. La de campo consistió en la aplicación de las encuestas semi-estructuradas lo cual concluyó en el mes de marzo del siguiente año. En campo primero se hizo el reconocimiento del área de estudio en diferentes etapas del año, lo que permitió mayor entendimiento y análisis de la misma. Se determinó el tipo de vegetación presente a nivel territorio, se consideraron las familias campesinas como unidades de estudio y mediante la prueba piloto se ajustaron los instrumentos metodológicos necesarios. Además se buscó la coordinación con los diferentes actores claves que convergen en el lugar para la recopilación de información.

Se utilizó como instrumento metodológico la encuesta semiestructurada compuesta por una serie de preguntas cerradas y abiertas. Para determinar el número de familias campesinas a entrevistar se utilizó el muestreo aleatorio estratificado con asignación proporcional, además de mediciones para estimar el volumen de las cargas de leña que utilizan las familias campesinas en estas dos comunidades. También se retomaron expresiones de informantes claves que existen a nivel territorio y que tienen relación con el tema.

Es importante considerar la aportación de Arana (2003) sobre el muestreo aleatorio estratificado al referir que se trata de aquel que divide la población de N individuos, en E subpoblaciones o estratos, con respecto a criterios que puedan ser importantes en el estudio. Los estratos contienen N1,..., NE unidades muestrales.

A nivel municipio existe una población total de 1 536 familias campesinas de las cuales se tomó una población parcial de 200. Para realizar el cálculo y obtener la cantidad de muestras a realizar en cada subpoblación de los estratos fue necesario considerar subpoblaciones para las dos comunidades quedando de la siguiente manera: para la subpoblación del estrato 1 se consideraron 55 familias campesinas que utilizan la estufa lorena; para la subpoblación del estrato 2, 45 a las que se les dio la estufa pero que por alguna razón no la utilizan; finalmente, para la de 3 100 familias que utilizan el fogón tradicional.

Por lo tanto, se utilizó la siguiente fórmula:

Donde: n= representa la muestra total poblacional; N= población total; p= proporción de la población que está a favor del uso o no de la estufa; q= 1 - p, en donde: p= 0.5 porque se da la misma probabilidad de que la estufa lorena sea aceptada o no.

Por otra parte, es necesario calcular el valor de “D” como el error que se quiere considerar en la investigación, por lo tanto se calcula con la siguiente fórmula:

El resultado de la fórmula anterior es 0.0025, mismo que se utilizará cuando se aplique la fórmula general para obtener la muestra en cada estrato. Para aplicar el muestreo aleatorio estratificado con asignación proporcional fue necesario realizar 19 encuestas semiestructuradas al estrato 1, 15 al estrato 2, y 33 al 3. La encuesta fue dirigida a las usuarias quienes son parte fundamental de las familias campesinas y además responsables de la cocción de los alimentos. En total se aplicaron 67 encuestas semiestructuradas en las dos comunidades bajo estudio. Para entender los procesos de conversión de leña con parámetros técnicos se utiliza el volumen, esta manera la leña contenida en una carga se puede estimar su usando la metodología propuesta por Romahn y Ramírez (2010) que hacen referencia a los métodos para cubicación. El volumen de éstas se expresa en nuestro país generalmente en cuerdas o en metros cúbicos. Los coeficientes de apilamiento son factores por los que hay que multiplicar el volumen aparente de una pila de leña para obtener el volumen real y se obtienen mediante el cociente del volumen real entre el volumen aparente de una pila de dimensiones conocidas.

Para estimar los volúmenes de leña que consumen las familias campesinas con la estufa lorena, se utilizó la fórmula para cubicar leña en raja y brazuelo propuesta por Rivas (2006), para lo cual se miden las dimensiones de ancho, largo y alto de la pila de leña, ya sea en raja o en brazuelo. Entenderemos como brazuelo a la troza de cortas dimensiones resultante de trocear ramas y puntas de árboles que no son lo suf icientemente gruesas como para obtener raja.

La fórmula utilizada fue (Rivas, 2006):

Donde: V= volumen de leñas en m3; l= longitud de la pila de leña en m; a=ancho de la pila de leña en m; h= alto de la pila en m; Ca= coeficiente de apilamiento (0.7 si es leña en raja o 0.5 si es brazuelo). En este caso se utilizará 0.5.

La selección para la medición de los parámetros técnicos para hacer el cálculo de cargas a volumen fue al azar, y se empleo la leña que se encontraba en los patios, después de traerla del campo. Se utilizó la leña de 10 familias campesinas, la leña había sido recolectada por ellos mismos y algunas veces de la compra a vendedores de comunidades cercanas. Se tomaron en cuenta cinco repeticiones con cargas con características de leña en raja donde se consideró un coeficiente de apilamiento de 0.5 y otras cinco repeticiones con cargas con características de brazuelo. En cada carga se midieron con un flexómetro longitud, ancho y largo. La observación directa, la relación con las usuarias y en general con las familias campesinas, leñadores y actores que conocen el tema es fundamental para enriquecer la presente investigación. Esta actividad mejora la interpretación y el entendimiento del tema sobre la dinámica de las familias campesinas, los flujos de leña y la situación actual que guarda el bosque tropical caducifolio.

Con la información de los cuestionarios se elaboró una base de datos donde se concentró toda la información obtenida de primera mano. Esta base se integró en campos como: nombre de la persona entrevistada, edad, grado de estudios, localidad, número de integrantes en la familia y número de cargas que consumen a la semana; en forma posterior se hicieron las demás estimaciones en cuanto al volumen utilizado para la cocción de los alimentos y el gasto económico generado. Con la información recopilada se elaboraron gráficas en Excel para su análisis y representación.

La zona de estudio. El área de estudio se localiza en la comunidad de Santa Ana Tamazola y Santa María La Concepción, pertenecientes al municipio de Jolalpan, Puebla. Se ubica al suroeste del estado, dentro de la macrorregión Balsas, la región natural Mezcalapa y la región de planeación Mixteca (Cuervo et al., 2003). Sus coordenadas geográficas son: 18° 30’ latitud norte y 99° 05 ́longitud oeste (Figura 1).

Figura. 1 Localización geográfica de la zona de estudio. 

En la zona de estudio se tiene la presencia de montañas masivas con pendientes fuertes que se prolongan con lomerío de pendiente media y baja, desgastado por erosión y ligeramente ondulado (Diakite, 1978). De acuerdo a la clasificación de Köppen, modificada por García (1973), predomina el subtipo climático Aw (w) (i ́) g que da origen a la vegetación del bosque tropical caducifolio. Es el más seco de los climas tropicales y abundante en especies dendroenergéticas, recursos no maderables.

Resultados y discusión

Uso actual de la estufa lorena

El uso actual de dispositivos para cocinar en las comunidades estudiadas se encuentra en primer lugar el fogón tradicional, seguido de la estufa lorena y por último se tienen a la estufa de gas. Las familias campesinas que adoptaron la estufa lorena consideran que realmente ahorra leña, que trae beneficios a la salud y que impacta favorablemente al ambiente (Figura 2).

Figura 2 Uso de la estufa lorena 

Las familias usan un dispositivo de manera exclusiva, pero también algunas de ellas utilizan dos de maneara combinada. A pesar de considerar a la estufa de gas un dispositivo de vance tecnológico y de prestigio social, no ha desplazado al fogón tradicional ni a la estufa lorena.

En la Figura 3 se muestra el resultado del análisis de las entrevistas, a cada uno de los estratos estudiados, se aprecia que 53% de las familias campesinas solamente utilizan la estufa lorena para las tareas de cocinado, en horaripos que van de las 8:00 a las 9:00 h para preparar el desayuno y de las 2:00 a las 3:00 de la tarde para la comida.

Figura. 3 Porcentaje de uso de los dispositivos en las cocinas 

Por otra parte, 63% emplea únicamente el fogón tradicional, que corresponde a las familias con menos recursos. No se ocupa la estufa de gas exclusivamente, ésta sirve, más bien, para emergencias (calentar la comida o hacer café por la noche, hacer té cuando alguien está enfermo, etc.). Se observa que el uso mixto de dispositivos es importante para ahorrar energía. Así, la combinación del fogón tradicional y la estufa lorena registra un 37%, mientras que la del fogón tradicional y la estufa de gas alcanzó 47%.

La adopción de la estufa lorena se presenta en la Figura 4, de las 100 estufas lorena establecidas unicamente se siguen usando 55%, algunas de ellas se siguen usando con algunas modificaciones al diseño original.

Figura. 4 Grado de adopción de la estufa lorena 

Las que no se utilizaron hay diferentes razones de esa falta de adopción, que van desde el rechazo rotundo, hasta circuntancias especiales como el hecho de algunas familias la construyeron bajo de un techado pensando que a futuro ahí sería su cocina, lo que por diversas causas nunca sucedió y por tal motivo quedó en el abandono el dispositivo, aun asi comentan que se trata de estufas que funcionan bien si se manejan adecuadamente y ahorran cantidades importantes de leña, pero también hay opiniones en contra.

La escasez de recursos y la percepción del mejor sabor obtenido en las comidas procesadas con leña, particularmente de las tortillas, favorecen la adopción de la estufa lorena. A esto hay que agregar la habilidad de las usuarias y las diversas actividades que realizan con el artefacto para apuntalar la economía familiar. Los altos costos de otras energías como el gas líquido de petróleo (LP) obligan a utilizar la leña, por su disponibilidad y acceso directo, y seguramente por la característica de ser renovable si se aprovecha y maneja de maneara apropiada.

La Figura 5 es un ejemplo de los diversos usos de la estufa lorena en las tareas del cocinado.

Figura 5 Usuaria asando jitomates para la elaboración de salsas 

La elaboración de tortillas es la actividad que más leña consume, le sigue la preparación de caldos, moles, carnes asadas y tamales tradicionales (de hoja de maíz y de pescado), para autoconsumo y venta. Al final del cocinado las usuarias recolectan el carbón producto de la combustión de la leña y lo utilizan posteriormente en un bracero para cocer alimentos como el nixtamal y los frijoles principalmente.

La leña es considerada un recurso natural indispensable porque satisface sus necesidades de energía y, aunque nuevas tecnologías lleguen, ésta seguirá siendo el insumo principal. La recolección de leña es el espacio social de convivencia donde interactúan los integrantes de la familia y las familias entre sí, reconstruye y fortalece el tejido social y sirve además para planear diferentes actividades para el desarrollo de la comunidad.

A la estufa de gas LP solo la utilizan para emergencias, en las comunidades, poseer este dispositivo requiere de recursos económicos y es parte del prestigio social de los poseedores. Para optimizar la energía complementaban el fogón tradicional con la estufa de gas LP y, actualmente, la estufa lorena con la de gas LP.

Especies dendroenergéticas utilizadas por las familias campesinas. El aumento de la población ejerce cada vez mayor presión sobre las tierras, la leña y otros recursos del bosque tropical caducifolio. Se ha incrementado la necesidad de desmontar terrenos para la producción agrícola. El alto costo de gas LP incrementa la demanda de leña. Las familias campesinas reconocen que la leña es cada día más escasa, incluso para conseguir alguna de buena calidad deben trasladarse a lugares más alejados. A pesar de los cambios en otros aspectos, las preferencias por el recurso dendroenergético se conservan.

En la Figura 6 se presenta la frecuencia de utilización de las especies dendroenergéticas empleadas para la cocción de los alimentos por las familias campesinas.

Figura 6 Frecuencia de la preferencia de las especies dendroenergéticas utilizadas como combustible por las familias campesinas. 

La especie preferida es cubata blanca (Acacia pennatula) con 97%, le siguen el palo de Brasil (Haematoxylum brasiletto) con 60%, el tlahuitole (Lysiloma divaricata) con 45%, la matarrata (Gliricidia sepium) con 40%, la pata de cabra (Lysiloma tergemina Benth) con 20% y otras que se usan con menor frecuencia. La cubata blanca tiene importancia económica y mayor disponibilidad a nivel local, se extiende desde las tierras de uso común hasta las parcelas agrícolas y los potreros. Es pionera en el proceso de recuperación de áreas degradadas y abiertas por la actividad del hombre. Se encuentra en los lugares más cercanos del pueblo y puede clasificarse como leña de segunda calidad.

La carga de leña de cubata blanca en el mercado local alcanza un valor de 90 pesos. Los leñadores la prefieren por la facilidad para cortarla y rajarla, lo que implica menor esfuerzo para su recolección. Lo anterior coincide con lo mencionado por Yescas (2012) en un estudio realizado en el estado de Morelos, dentro de la Sierra de Huautla, acerca de la explotación de esta especie que la mantiene en peligro de extinción en terrenos de esa entidad que limita con Jolalpan. El palo de Brasil, por su parte, se encuentra en terrenos abiertos de suelos someros y pedregosos y en cañadas de suelos profundos. Es la especie que ocupa el segundo lugar en cuanto a uso por las familias campesinas. Su madera es dura y se considera como leña de primera calidad, arde muy bien, genera poco humo y hace excelente brasa lo cual resulta atractivo para el consumo doméstico. Localmente tiene hasta 10% de sobreprecio por caraga.

El matarrata abunda en estos lugares debido a la perturbación que ha sufrido el bosque tropical caducifolio, de ahí que la prefieran por su abundancia y rápido encendido. Se encuentra en terrenos perturbados y abiertos del bosque tropical caducifolio. Arde bien, pero no hace buen carbón. Además de ser una especie dendroenergética puede alimentar al ganado, por su alto valor bromatológico. La raíz es utilizada para combatir los roedores. En el mercado local la carga de leña de matarrata tiene un precio promedio de 85 pesos.

Otra de las especies utilizadas es el tlahuitol, muy apreciada por las familias campesinas de las comunidades estudiadas. Se distribuye principalmente en las laderas abiertas de los cerros, donde el hombre ha realizado alguna actividad o está en constante interacción. También se encuentra en la orilla de las barrancas. Su madera es valorada como leña de buena calidad, arde bien y genera buen carbón. La carga de madera de tlahuitol alcanza un valor de cien pesos, semejante al palo de Brasil.

Los atributos de mayor importancia para algunas de las especies dendroenergéticas utilizadas para la cocción de alimentos se presentan en la Figura 7, se aprecia que la formar como de quema resulta de mayor consideración, 32% de las familias campesinas prefiere las especies con esta característica, la abundancia se valora por 30% de ellas, 24% consideran importante que se obtengan brasas, que luego se convierte en carbón y 14% se considera que produzca poco humo.

Figura 7 Atributos establecidos para las especies dendroenergéticas por los usuarios. 

Entre los hallazgos destaca la medida tradicional que los campesinos de estas dos comunidades llaman “carga de leña”, compuesta por 40 leños de aproximadamente un metro de longitud, diferentes diámetros y con un peso aproximado de 80 kg. De acuerdo a la fórmula de Rivas (2006), una carga tiene un volumen de 0.17 m3. Con base en lo anterior, se establece que un metro cúbico de leña, equivale a 5.9 cargas, correspondientes, aproximadamente; a cuatro árboles. En la Figura 8 se observan las mediciones realizadas a las cargas de leña en las comunidades.

Figura 8 Medición de las cargas de leña. 

El ahorro de la leña es importante para el desarrollo de las familias campesinas de la comunidad de Santa Ana Tamazola y Santa María La Concepción. De acuerdo a los datos del Cuadro 1, el ahorro de leña con la estufa lorena oscila entre 11.06 y 11.39 cargas de leña al año.

Cuadro 1 Ahorro de las cargas de leña al año con la estufa lorena. 

Fuente: elaboración a partir de las encuestas realizadas.

Este ahorro representa entre 25.56 y 26.12% respecto al fogón tradicional. Algunos investigadores reportan ahorro de 50% con este tipo de estufas. La información encontrada refleja diferencias importantes en relación con el dato técnico, sin embargo, habrá que considerar la cultura de uso, la resistencia hacia otras tecnologías implantadas en el territorio, la carencia de asesoría técnica y la falta de un diagnóstico previo. A pesar de lo cual, algunas familias consideran que la estufa lorena es una opción viable ya que usada adecuadamente requiere menor cantidad de leña.

La percepción que tienen de la estufa lorena, es que se trata de un dispositivo que ahorra leña porque solamente se necesitan tres leños delgados para mantenerla encendida, no ahúma las ollas, no se respira tanto humo producto de la combustión, se requiere menor tiempo para la recolección del recurso y menos cantidad de dinero para su adquisición. La apropiación del dispositivo está relacionada con la condición socioeconómica y la habilidad de cada usuaria. En el tema de la conservación de la vegetación, desde el año 2009 y hasta la fecha se ha dejado de cortar 40 árboles por familia campesina que posee una estufa lorena. Los campesinos manifiestan que en promedio existen por hectárea 80 árboles de cubata blanca. Este dato es similar al obtenido mediante el Estudio del Programa de Manejo Forestal Maderable de Santa Ana Tamazola que fue aprobado por la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Delegación Puebla (Matías, 2013). Lo anterior significa que se ha dejado de cortar alrededor de 0.5 hectárea de cubata blanca por familia campesina, lo que resulta en menor superficie de deforestación del bosque tropical caducifolio.

Conclusiones

La estufa lorena es un nuevo dispositivo que se implantó en las comunidades de Santa Ana Tamazola y Santa María La Concepción como una alternativa para la cocción de los alimentos y actualmente se está utilizando, con grado de aceptación superiro al 50%. El insumo que utiliza este dispositivo es la leña proveniente del bosque tropical caducifolio y es considerado por las familias campesinas como un recurso necesario e indispensable. Con la utilización de la estufa lorena se logran ventajas para las comunidades que la adoptan, ya que se disminuyen los consumos de combustibles en alrededor del 25% de los volumenes, lo que repercute en la disminución del trabajo o costo del combustible, además de los beneficios por disminución de humo en el habitad de la familia y disminución de impacto en la vegetación.

Los usuarios de la leña tiene su propios criterios para establecer sus preferencias sobre las especies combustibles, y en función de ello se ven afectadas las especies que poseen los atributos preferidos, por ello, algunas especies de árboles con alto potencial dendroenergético han ido disminuyendo en los alrededores de las comunidades, y se localizan en lugares más alejados. Ante esto, las estufas lorena contribuyen a disminuir la presión sobre las especies preferidas y la vegetación, ya que su utilización significa la disminución de hasta un 25% en el consumo de árboles por año por familia que utiliza este dispositivo ahorrador de combustible.

Literatura citada

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Recibido: Febrero de 2016; Aprobado: Mayo de 2016

Autor para correspondencia: etnoagronomia1@gmail.com.*

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