Introducción
En los últimos años, las zonas urbanas han experimentado un aumento tanto en extensión como en su población, lo que a su vez ha incrementado la demanda y la importancia de las áreas verdes (CAF, 2018). Toda vez que estos espacios proporcionan a las ciudades y a sus habitantes servicios ambientales como regulación del clima, control de la erosión, recreación, turismo, polinización, estética, hábitat para fauna silvestre, captura de carbono, conservación de la biodiversidad, entre otros (Mora-Olivo y Martínez, 2012; Gómez-Baggethun et al., 2013). Por ello resulta relevante el conocimiento de las mismas en lo referente a su estructura, composición y diversidad para fortalecer la planificación y la gestión de los ámbitos verdes urbanos para las presentes y futuras generaciones (Flores-Xolocotzi y González-Guillén, 2010).
La literatura que describe la diversidad y composición del arbolado urbano es diversa en diferentes partes del mundo (Nagendra y Gopal, 2010; Fahey et al., 2012; Ortíz y Luna, 2019; Moussa et al., 2020). En México es más escaza, pero la mayoría procede de la Ciudad de México (Checa-Artasu, 2016; Maldonado-Bernabé et al., 2019).
Las investigaciones en el noreste del país en las que se evalúan las áreas verdes y los bosques urbanos se centran en los municipios del área metropolitana de Monterrey y Linares, en el estado de Nuevo León (Zamudio, 2001; Alanís-Flores, 2005; Alanís et al., 2014; Leal et al., 2018); así como en Ciudad Victoria, Tamaulipas (Mora-Olivo y Martínez, 2012). La ciudad de Montemorelos, situada en el municipio del mismo nombre, es la tercera más poblada de Nuevo León, con 45 108 habitantes (INEGI, 2010) y aún no se han realizado estudios en este sentido.
Con base en lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue conocer la estructura (abundancia, dominancia, frecuencia e índice de valor de importancia), composición florística, clases diamétricas y de altura, patrón de abundancia relativa, metros cuadrados de área verde por habitante y la diversidad del arbolado de los diferentes parques y camellones del área urbana de la ciudad de Montemorelos, Nuevo León.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El estudio se desarrolló en la ciudad de Montemorelos, municipio del mismo nombre, en el estado de Nuevo León, al noreste de México. Está ubicada entre los 24°54’ y 25°25’ norte y 99°36’ y 100°11’ oeste, en un intervalo altitudinal de 500 a 2 700 m (Figura 1). El clima predominante es semicálido subhúmedo con lluvias en verano, de menor humedad. La temperatura media anual es de 16 a 24 °C, con un intervalo de precipitación de 500 - 1 100 mm. Los suelos dominantes son Leptosol y Vertisol. La zona urbana está establecida sobre terrenos previamente ocupados por agricultura y de matorral (INEGI, 2009).
Análisis de la vegetación
Se definió como área verde urbana a todo espacio público delimitado con presencia de vegetación, el cual puede o no destinarse para la realización de actividades recreativas o deportivas al aire libre (parques públicos y camellones). En agosto y septiembre de 2016 se censaron las ejemplares en pie de las especies vegetales arbóreas presentes en todas las áreas verdes urbanas de la ciudad de Montemorelos.
Se midieron los individuos de porte arbóreo con un diámetro normal (d 1.30 m) ≥ 8 cm presentes en cada uno de los espacios verdes. Las variables dendrométricas evaluadas fueron: altura total (h), la cual se midió con un hipsómetro Vertez III®; diámetro normal (d 1.30 m), con una cinta diamétrica Forestry Supliers Inc ®; y diámetro de copa (k), con una cinta métrica de 50 m de fibra de vidrio Truper ®. Para verificar la nomenclatura correcta de las especies se utilizó la plataforma Tropicos ® (Tropicos, 2020).
Análisis de la información
Para evaluar la estructura horizontal de cada especie, se determinó su abundancia de acuerdo con el número de individuos; su dominancia, en función de su área de copa; y su frecuencia, con base en su presencia en los sitios de muestreo. Con estos valores se calculó el Índice de Valor de Importancia (IVI), que adquiere valores porcentuales en una escala del 0 al 100 (Alanís-Rodríguez et al., 2020). La riqueza y diversidad se estimaron con el índice de Margalef (D Mg ) que se basa en la cuantificación del número de especies presentes (riqueza específica); el índice de entropía de Shannon (H´), el cual se fundamenta en la distribución proporcional de la abundancia de cada taxón (Magurran, 2004); y el índice de Diversidad Verdadera de Shannon (1 D) (16). Las fórmulas utilizadas para determinar los índices de diversidad y los parámetros ecológicos se muestran en el Cuadro 1.
Fórmula | Donde |
---|---|
|
A
i
= Abundancia absoluta AR i = Abundancia relativa por especie N i = Número de individuos de la especie iS = Superficie de muestreo (ha) |
|
D
i
= Dominancia absoluta DR i = Dominancia relativa de la especie i respecto a la dominancia total G i = Área basal de la especie i S = Superficie (ha) |
|
F
i
= Frecuencia absoluta FR i = Frecuencia relativa de la especie i respecto a la frecuencia total P i = Número de sitios en los que está presente la especie i NS = Número total de sitios de muestreo |
|
AR
i
= Abundancia relativa por especie respecto a la densidad total DR i = Dominancia relativa de la especie i respecto a la dominancia total FR i = Frecuencia relativa de la especie i respecto a la frecuencia total |
|
H’ = Índice de
Shannon-Weiner S = Número de especies presentes N = Número total de individuos n i = Número de individuos de la especie ln = Logaritmo natural |
|
D Mg = Índice de Margalef S = Número de especies presentes N = Número total de individuos ln = Logaritmo natural |
|
1
D = Índice de Diversidad Verdadera
de Shannon H’ = Índice de Shannon-Weiner |
Para caracterizar de manera vertical y horizontal a la comunidad vegetal, se generaron gráficos de clases diamétricas y clases de altura. El volumen se estimó mediante la fórmula (Alanís-Rodríguez et al., 2020):
Donde:
V = Volumen
g = Superficie supuesta circular del diámetro (d 1.30 m)
h = Altura total del individuo
CM = Coeficiente mórfico, que para este caso = 0.5
La estructura de la comunidad se analizó mediante una gráfica de dominancia-diversidad (Brower et al., 1998), que describe la relación de la abundancia absoluta de las especies en función de un arreglo secuencial, de la más a la menos abundante (Martella et al., 2012). Para calcular los metros cuadrados (m2) de área verde por habitante, se empleó la siguiente ecuación (Mejía y Gómez, 2015):
Resultados
En la ciudad de Montemorelos existen 21 camellones y seis parques, en los cuales se censaron todas las especies vegetales arbóreas, que en conjunto sumaron 47 173 m2. Se registraron 918 individuos, 497 en camellones y 421 en parques. Se identificaron 13 especies distribuidas en 11 géneros y nueve familias. Siete son introducidas y seis nativas. Las familias más representativas fueron Fagaceae y Fabaceae, con tres taxa cada una (Cuadro 2). La superficie de área verde por habitante se estimó en 0.87 m2.
Nombre científico | Nombre común |
Familia | Origen |
---|---|---|---|
Casuarina equisetifolia L. | Casuarina | Casuarinaceae | Introducida |
Cordia boissieri A. DC. | Anacahuita | Boraginaceae | Nativa |
Cupressus sempervirens L. | Ciprés | Cupressaceae | Introducida |
Delonix regia (Bojer ex Hook.) Raf. | Framboyán | Fabaceae | Introducida |
Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W. Grimes | Ébano | Fabaceae | Nativa |
Ehretia anacua (Terán & Berland.) I.M. Johnst. | Anacua | Fabaceae | Nativa |
Fraxinus americana L. | Fresno | Oleaceae | Introducida |
Koelreuteria bipinnata Franch. | Jabonero | Sapindaceae | Introducida |
Populus mexicana Wesm. ex DC. | Álamo | Salicaceae | Nativa |
Quercus laurina Bonpl. | Encino laurelillo | Fagaceae | Nativa |
Quercus rubra L. | Encino rojo | Fagaceae | Introducida |
Quercus virginiana Mill. | Encino blanco | Fagaceae | Nativa |
Washingtonia robusta H. Wendl. | Palma blanca | Arecaceae | Introducida |
La densidad total de individuos fue de 194.6 N ha-1 y la dominancia absoluta de 7 425.23 m2 ha-1 (Cuadros 3 y 4). La suma del área basal del total del arbolado urbano fue de 54.80 m2, con un área de copa de 35 044.88 m2 y un volumen de 187.73 m3. Las especies que presentaron mayor altura promedio fueron Washingtonia filifera (Linden ex André) H.Wendl., Quercus laurina Bonpl., Casuarina equisetifolia L. y Quercus rubra L.
Especies | Área
basal (m2) |
Área
de copa (m2) |
Volumen (m3) |
Altura promedio (m) |
---|---|---|---|---|
Casuarina equisetifolia L. | 0.68 | 376.89 | 3.15 | 7.87 |
Cordia boissieri A. DC. | 0.01 | 19.48 | 0.03 | 4.80 |
Cupressus sempervirens L. | 0.01 | 104.00 | 0.02 | 4.63 |
Delonix regia (Bojer ex Hook.) Raf. | 0.06 | 28.04 | 0.20 | 6.40 |
Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W. Grimes | 3.33 | 1745.07 | 11.55 | 6.26 |
Ehretia anacua (Terán & Berland.) I.M. Johnst | 0.03 | 14.86 | 0.10 | 6.80 |
Fraxinus americana L. | 36.45 | 24989.92 | 114.80 | 5.86 |
Koelretueria bipinnata Franch. | 0.46 | 529.45 | 1.26 | 5.45 |
Populus mexicana Wesm. ex DC. | 1.24 | 317.62 | 4.58 | 7.30 |
Quercus lauriana Bonpl. | 0.79 | 631.61 | 3.49 | 8.97 |
Quercus rubra L. | 0.21 | 189.23 | 0.81 | 7.70 |
Quercus virginiana Mill. | 6.91 | 5598.26 | 25.79 | 5.09 |
Washingtonia filifera (Linden ex André) H.Wendl. | 4.60 | 500.47 | 21.95 | 9.41 |
Suma | 54.80 | 35044.88 | 187.73 |
Especie | Abundancia | Dominancia | Frecuencia | IVI | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
N ha-1 | % | m2 ha-1 | % | N/sitio | % | ||
Fraxinus americana L. | 122.10 | 62.75 | 5294.81 | 71.31 | 74.07 | 27.40 | 53.82 |
Quercus virginiana Mill. | 43.03 | 22.11 | 1186.15 | 15.97 | 70.37 | 26.03 | 21.37 |
Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W. Grimes | 9.75 | 5.01 | 369.74 | 4.98 | 51.85 | 19.18 | 9.72 |
Washingtonia robusta H. Wendl. | 9.96 | 5.12 | 106.04 | 1.43 | 14.81 | 5.48 | 4.01 |
Koelreuteria bipinnata Franch. | 2.54 | 1.31 | 112.18 | 1.51 | 11.11 | 4.11 | 2.31 |
Casuarina equisetifolia L. | 1.91 | 0.98 | 79.85 | 1.08 | 11.11 | 4.11 | 2.06 |
Populus mexicana Wesm. ex DC. | 1.70 | 0.87 | 67.30 | 0.91 | 11.11 | 4.11 | 1.96 |
Quercus laurina Bonpl. | 1.91 | 0.98 | 133.82 | 1.80 | 7.41 | 2.74 | 1.84 |
Quercus rubra L. | 0.42 | 0.22 | 40.09 | 0.54 | 3.70 | 1.37 | 0.71 |
Cupressus sempervirens L. | 0.64 | 0.33 | 22.03 | 0.30 | 3.70 | 1.37 | 0.66 |
Delonix regia (Bojer ex Hook.) Raf | 0.21 | 0.11 | 5.94 | 0.08 | 3.70 | 1.37 | 0.52 |
Cordia boissieri A. DC. | 0.21 | 0.11 | 4.13 | 0.06 | 3.70 | 1.37 | 0.51 |
Ehretia anacua (Terán & Berland.) I.M. Johnst | 0.21 | 0.11 | 3.15 | 0.04 | 3.70 | 1.37 | 0.51 |
Suma | 194.60 | 100.00 | 7425.23 | 100.00 | 270.37 | 100.00 | 100.00 |
La abundancia relativa de Fraxinus americana L. fue la más sobresaliente (62.75 %), así como la portadora de la mayor área de copa, con 71.31 % de la dominancia relativa. Quercus virginiana Mill. fue la segunda más abundante (22.11 %) y con una dominancia relativa de 15.97 %. Q. virginiana y F. americana, con 26.03 % y 27.40 %, respectivamente fueron las más frecuentes. En el Cuadro 4, se les ordenó de acuerdo con su Índice de Valor de Importancia (IVI); así, las más altas fueron F. americana (53.82 %), Q. virginiana (21.37 %) y Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W. Grimes (9.72 %).
En las clases diamétricas, los individuos siguieron una distribución normal con una ligera asimetría positiva (Figura 2). La mayor abundancia se registró en los diámetros de 20.01 - 30 cm (74 N ha-1), mientras que las categorías de 10.01 - 20 cm y de 30.01 - 40 cm concentraron 41 y 40 N ha-1, respectivamente. Bajo el supuesto de que el diámetro puede ser indicativo del estado de desarrollo del arbolado, la mayoría del arbolado urbano de la ciudad está conformado por ejemplares jóvenes y pocos individuos maduros y longevos (Cuadro 5).
Nombre de la plaza o camellón | Número
de individuos |
Riqueza de especies |
Área
de copa (m2) |
Área
basal (m2) |
Volumen (m3) |
---|---|---|---|---|---|
Camellón 1 Almazán | 18 | 1 | 201.85 | 1.77 | 8.96 |
Camellón 2 Almazan | 16 | 1 | 159.18 | 1.45 | 7.35 |
Camellón 1 La Estación | 13 | 1 | 90.54 | 0.06 | 0.14 |
Camellón 2 La Estación | 7 | 1 | 41.75 | 0.05 | 0.10 |
Camellón 1 José M. Parás Ballesteros | 34 | 2 | 672.38 | 1.68 | 5.04 |
Camellón 2 José M. Parás Ballesteros | 40 | 2 | 749.14 | 1.80 | 5.26 |
Camellón 3 José M. Parás Ballesteros | 34 | 3 | 627.69 | 1.02 | 2.87 |
Camellón 4 José M. Parás Ballesteros | 16 | 5 | 412.79 | 1.22 | 4.20 |
Camellón 5 José M. Parás Ballesteros | 27 | 3 | 847.87 | 1.23 | 3.54 |
Camellón 6 José M. Parás Ballesteros | 10 | 3 | 185.35 | 0.32 | 0.85 |
Camellón 7 José M. Parás Ballesteros | 28 | 2 | 628.01 | 1.15 | 3.27 |
Camellón 8 José M. Parás Ballesteros | 31 | 2 | 776.53 | 1.00 | 2.77 |
Camellón 9 José M. Parás Ballesteros | 18 | 3 | 409.97 | 0.65 | 1.89 |
Camellón 10 José M. Parás Ballesteros | 14 | 1 | 390.54 | 1.52 | 6.55 |
Camellón 11 José M. Parás Ballesteros | 36 | 2 | 944.23 | 2.16 | 6.60 |
Camellón 12 José M. Parás Ballesteros | 20 | 3 | 540.92 | 1.12 | 3.37 |
Camellón 13 José M. Parás Ballesteros | 25 | 5 | 620.06 | 1.08 | 3.15 |
Camellón 14 José M. Parás Ballesteros | 33 | 4 | 858.39 | 1.94 | 5.94 |
Camellón 15 José M. Parás Ballesteros | 29 | 3 | 806.33 | 2.12 | 6.54 |
Camellón 16 José M. Parás Ballesteros | 33 | 3 | 878.87 | 1.80 | 5.37 |
Camellón La Central | 15 | 1 | 127.19 | 0.12 | 0.27 |
Plaza Gil de Leyva | 146 | 7 | 6389.74 | 8.47 | 26.86 |
Plaza Infonavit | 41 | 5 | 4418.55 | 0.99 | 2.33 |
Plaza Las Palmas | 53 | 3 | 2559.90 | 3.43 | 10.99 |
Plaza Matamoros | 111 | 6 | 5792.83 | 9.97 | 35.11 |
Plaza Principal | 39 | 4 | 3177.61 | 4.11 | 16.87 |
Plaza Zaragoza | 31 | 2 | 1736.67 | 2.56 | 11.55 |
Total general | 918 | 35044.88 | 54.80 | 187.73 |
El gráfico de clases de altura muestra una escasa presencia de árboles de porte bajo (categoría 2 - 4 m; 19 N ha-1) y la más alta en la categoría de 4.01 a 6 m (91 N ha-1). La distribución de individuos en categorías de altura tuvo una distribución asimétrica positiva (Figura 3).
El listado de los camellones y plazas de Montemorelos (Cuadro 5) indica el número de individuos, riqueza de especies, área basal (m2), área de copa (m2) y volumen (m3) de los taxa identificados. De manera general, se advierte que en las plazas siempre se registraron los valores superiores para todas las variables, en comparación con las de los camellones.
La curva de rango/abundancia evidenció una tendencia exponencial negativa, en la que F. americana exhibe una clara dominancia en la comunidad arbórea de las áreas verdes urbanas de la ciudad de Montemorelos (Figura 4). El área evaluada presentó un índice de Margalef de D Mg = 1.9, mientras que el índice de entropía de Shannon fue de H’= 1.17. El índice de Diversidad Verdadera de Shannon fue de 3.22.
Discusión
El número de taxa identificados en el estudio (13 especies, 11 géneros y nueve familias) fue inferior a los resultados de trabajos semejantes realizados en el noreste de México, como los de Zamudio (2001) y Leal et al. (2018), ambos en el municipio Linares, quienes consignaron 41 y 39 especies respectivamente; mientras que, Alanís et al. (2014) contabilizaron 39 especies en 16 familias para las áreas verdes de un campus universitario, también en dicha localidad. En terrenos urbanos más extensos, como el Área Metropolitana de Monterrey (AMM) Nuevo León, Rocha et al. (1998) documentaron 137 especies arbóreas pertenecientes a 68 familias. En la misma área metropolitana, Alanís-Flores (2005) determinaron que la diversidad arbórea fue de 115 especies, agrupadas en 37 familias. La diferencia en el número de taxa observados puede explicarse por la disimilitud en superficie; pues la ciudad de Montemorelos representa aproximadamente 50 % de la superficie del AMM. No obstante, algunos estudios señalan que no solo se explica por las distintas extensiones, sino que también responde, en buena medida, a las acciones de manejo que se realizan en las áreas, como sucede con el alto número de especies vasculares en parques urbanos (Cornelis y Hermy, 2004).
En el presente estudio las familias Fabaceae y Fagaceae fueron las más representativas, con un total de tres especies cada una. Leal et al. (2018) consideraron a la primera como la más importante con seis especies en áreas verdes del municipio Linares, lo que coincide con los resultados de Alanís-Flores (2005) y Alanís et al. (2014).
A pesar de que los taxones nativos tienen la ventaja de su adaptación natural al medio y por lo tanto, a un mejor crecimiento con un menor costo de mantenimiento (Alanís-Flores, 2005), las especies introducidas conforman un alto porcentaje de los árboles dentro de las áreas urbanas, hecho que se considera una buena práctica, ya que se incrementa fácil y rápidamente la diversidad (McKinney, 2006). Esto se relaciona con la correcta aplicación de las medidas de manejo (Cornelis y Hermy, 2004).
En el caso de Montemorelos, siete (54 %) tienen esa condición. Resultados similares se han descrito en distintos lugares del mundo. Así, Alanís-Flores (2005) determinó 53 % de especies introducidas para el AMM; Ortíz y Luna (2019) para la ciudad de Resistencia, Argentina, 69 %; en el distrito Chennai en India, Muthulingam y Thang avel (2012) registraron 33 % de especies no nativas.
En el presente estudio, el área verde por habitante (0.87 m2) fue inferior tanto a la observada por Mejía y Gómez (2015) para Tepic, Nayarit (1.2 m2), como a la calculada por Alanís-Flores (2005) para Monterrey (4.6 m2). Todos estos valores, incluso el de este estudio, son inferiores a la dotación de áreas verdes urbanas sugeridas por diversos autores, lo que supone un déficit en el municipio Montemorelos y en otras ciudades de México (Palomo, 2003; Wang, 2009; Molinar, 2015).
Con respecto a la abundancia, la registrada en el área de interés (194.6 N ha-1) fue menor a la estimada por Alanís et al. (2014) para el arbolado de un campus universitario en Linares (207 N ha-1) y a la de Benavides y Fernández (2012) para una sección del Bosque de Chapultepec (295 N ha-1), pero mayor a la documentada por Leal et al. (2018) para el arbolado urbano de Linares (75.43 N ha-1). El valor de abundancia en este estudio (194.6 N ha-1) comparado a las otras investigaciones se considera aceptable.
Respecto a la dominancia, tanto Alanís et al. (2014) como Leal et al. (2018) consignaron valores menores de cobertura a los de la presente investigación (7 359.99 m2 ha-1 y 2 611.31 m2 ha-1, respectivamente vs 7 425.23 m2 ha-1). Estos últimos y los de Alanís et al. (2014) son muy similares, con 74 % de cobertura del dosel. Por lo que se refiere a la cobertura del arbolado urbano (35 044.88 m2), solo 0.25 % del área urbana cuenta con ella.
Fraxinus americana es el taxon con la máxima importancia ecológica (IVI de 53.82 %); es decir, tiene la mayor representatividad en el área de estudio de acuerdo con sus valores de abundancia, dominancia y frecuencia. Alanís et al. (2014) y Leal et al. (2018) lo citan como el más relevante ecológicamente en las áreas verdes urbanas del noreste de México; en lo que coinciden otros autores (Rocha et al., 1998; Zamudio, 2001), y que es extensivo a espacios de esta índole de Argentina, por ejemplo, (Ortíz y Luna, 2019).
Alanís-Flores (2005) refiere que dicha especie se utilizó con frecuencia en reforestaciones urbanas del noreste de México, en la década de los años 80; a pesar de que, en algunas ciudades fue sustituida por especies nativas de encinos y por otras de porte alto como Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W. Grimes y Ehretia anacua (Terán & Berland.) I.M. Johnst., entre otras; aún existen localidades como Montemorelos en las que F. americana es la más común en sus áreas verdes.
Quercus virginiana fue la segunda especie en abundancia, de acuerdo con el Índice de Valor de Importancia Ecológica (21.37 %), lo que coincide con lo registrado por Leal et al. (2018) (IVI de 22.46 %) en Linares, Nuevo León. Esta observación puede deberse a que el género Quercus se ha tornado relevante en la arborización de las áreas verdes de las ciudades. Al respecto, Alanís-Flores (2005) señala que en el municipio San Pedro Garza García, en la década de los 80, se fomentó el uso de especies nativas (principalmente de encinos), para después, en la década de los 90 generalizarse dicha práctica en el AMM, con plantaciones masivas.
Por otro lado, bajo el objetivo de protección y conservación contra plagas y enfermedades exóticas o nativas, Santamour (1990) planteó la regla 10-20-30 para los bosques urbanos (que incluye parques, camellones y otros espacios verdes metropolitanos). El propósito de esa regla es lograr la diversidad en plantaciones urbanas y mantener una gama de edades para planear la remoción y sustitución de ejemplares muertos (Flores et al., 2018). Dicha estrategia asume que, en términos de la diversidad arbórea de estos espacios, es correcto que la presencia de un taxón arbóreo no exceda de 10 % a 20 % de un mismo género, ni 30 % de una familia taxonómica (Kendal et al., 2014); para el caso de Montemorelos, Fraxinus americana y Quercus virginiana rebasan 10 % de presencia, respecto a la especie y Quercus, 20 % en términos del género, pero ninguna familia superó 30 % según lo recomendado.
Resultados similares ocurren en otras áreas verdes urbanas evaluadas como un bosque urbano de la Ciudad de México, donde se determinó una frecuencia mayor a 10 % para cuatro especies, una que rebasó 20 % por género y ninguna familia superior a 30 % (Saavedra-Romero et al., 2019). Para el arbolado de un campus universitario en el Valle de México, Islas-Rodríguez et al. (2012) refirieron que tres de los taxones más abundantes no cumplían con la regla 10-20-30; sin embargo, en el área de estudio las prácticas de manejo y diseño no se han enfocado en la diversificación y maximización del potencial de las especies, ya que no cumplen con la también conocida regla de 10 % (Flores et al., 2018).
De acuerdo con los resultados de densidad (N ha-1) - Diámetro normal (cm), se observa que la distribución es normal, con un alto número de árboles maduros, ya que la mayoría de los individuos (74 N ha-1) se agrupan en la categoría de 30 cm y 40 cm (40 N ha-1). Estos datos difieren de los documentados por Alanís et al. (2014) quienes evaluaron las áreas verdes de un campus universitario, con una antigüedad de 30 años donde se han realizado plantaciones constantes y tienen un alto número de árboles de clase diamétrica baja y uno reducido de clases altas, ello ha resultado en una línea de tendencia exponencial negativa en la densidad de individuos conforme aumenta el diámetro.
La curva rango de especies/abundancia indica una dominancia de F. americana (Figura 4). Lo anterior puede deberse a la preferencia por ese árbol para uso ornamental en la región noreste del país (Alanís-Flores, 2005; Alanís et al., 2014; Leal et al., 2018). Sin embargo, esta dominancia no es recomendada en comunidades establecidas en ambientes urbanos (Santamour, 1990), donde por cuestión de control de plagas se busca tener mayor diversidad de especies.
Ortíz y Luna (2019) consideraron en Barcelona como criterio mínimo en una zona urbana el valor de 1.5 para el índice de diversidad de Shannon, por lo que sus valores indican baja diversidad total, con un índice de entropía de H’ = 1.17 y un Índice de Diversidad Verdadera de 3.22 para el área de interés. Los valores registrados en el presente estudio también son inferiores a los de otros de este tipo estimados del noreste de México; Leal et al. (2018) obtuvieron un índice de entropía de H ́ = 1.99 para el arbolado urbano de la ciudad de Linares, Nuevo León; para el año 1995, Zamudio (2001) calculó un valor de entropía de H ́ = 2.54 y para 1999, de H ́ = 2.27 para el entorno urbano de Linares, N L; y Alanís et al. (2014) de 3.05 para el arbolado del campus universitario en Linares. Ortíz y Luna (2019) citaron un índice de diversidad de Shannon de 3.60 para la ciudad de Resistencia, Argentina.
Finalmente, la riqueza de especies es bajo (1.9) con respecto al de otras áreas evaluadas, como el campus universitario de Linares, de 7.62 (Alanís et al., 2014) y que se clasifica como alto, así como el registrado por Leal et al. (2014) de 5.24. En el área urbana de la ciudad de Resistencia, Argentina, Ortíz y Luna (2019) determinaron 10.55 para el índice de Margalef, que supone una riqueza de especies destacada. Lo anterior sugiere que las acciones de manejo y diseño de las distintas ciudades promueven una mayor mezcla de especies en las áreas verdes urbanas.
Otro argumento que pudiese explicar dicho contraste es que la ciudad de Montemorelos tiene menor superficie de áreas verdes urbanas, en comparación con Linares y el Área Metropolitana de Monterrey. Asimismo, la diversidad de especies es un factor relevante para la permanencia de la vegetación, ya que controla la reproducción de organismos patógenos y una baja diversidad vegetal conlleva a la reducción de áreas verdes (Flores et al., 2018).
Conclusiones
La curva de clases diamétricas indica la existencia de una mayor proporción de individuos de tamaño intermedio (DN = 30 cm). La curva de dominancia-diversidad caracteriza una comunidad arbórea con alta dominancia de pocas especies. El área verde por habitante (0.87 m2) es inferior a la recomendado en estudios previos. Se presentan valores bajos de riqueza y diversidad de especies comparado con otras áreas verdes urbanas del noreste de México. Más de la mitad de las especies son introducidas, entre las cuales Fraxinus americana sobresale por su índice de Valor de Importancia. En esta investigación se evalúa y cuantifica variables importantes del arbolado urbano de la ciudad de Montemorelos, Nuevo León, la cual aporta información básica para su buen manejo.