ANTECEDENTES
El divertículo vesical congénito es una hernia de la mucosa vesical, formada a través del hiato ureteral, entre el uréter intravesical y el techo del hiato ureteral.1 Aunque su etiología es desconocida, la teoría más aceptada señala que aparece como una capa del detrusor anormalmente delgada o parcialmente desarrollada, lo que genera una protrusión de la mucosa de la vejiga a través de la pared muscular alterada.1,2 La localización más frecuente de divertículos es paraureteral en 90% y posterolateral en 10% de los casos.3,4
Los divertículos vesicales se clasifican en congénitos (primarios) y adquiridos. Los congénitos aparecen en vejigas de paredes lisas, pueden ser aislados o múltiples y no muestran obstrucción de salida de la vejiga.1,2
Los divertículos vesicales son alteraciones poco frecuentes y extremadamente excepcionales durante la infancia. Su incidencia es de 1.7% de la población pediátrica, que generalmente se somete a cistograma miccional por antecedente de infecciones de vías urinarias de repetición.3
CASO CLÍNICO
Recién nacido de sexo femenino, de término, de 3360 g, talla de 50 cm, Apgar 8-9; con adecuado control prenatal, embarazo normoevolutivo, nacida por cesárea debido a desproporción cefalopélvica. Tuvo vómito de contenido alimentario e intolerancia a la vía oral desde las primeras horas de vida extrauterina, por lo que ingresó al servicio de Neonatología del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González para su evaluación.
Durante el examen físico se encontró despierta, con irritabilidad y adecuado reflejo de succión. El abdomen globoso, con peristalsis adecuada; a la palpación un poco tenso y con ligero dolor; no se encontraron visceromegalias ni plastrones. Se solicitó radiografía toracoabdominal, que evidenció dilatación de las asas intestinales. Se descartaron otras causas de intolerancia a la vía oral, por lo que se indicó alimentación, incrementando gradualmente su cantidad por vía enteral; sin embargo, la paciente tuvo vómito en las siguientes 24 horas. La reexploración física de abdomen continuó sin reporte de signos ni síntomas; se solicitó una nueva radiografía toracoabdominal, que mostró las asas intestinales distendidas, desplazadas hacia arriba y al lado derecho, además de una imagen radiopaca en el hemiabdomen inferior e izquierdo (Figura 1). El ultrasonido abdominal reportó la vejiga de 7.2 x 5.3 x 3.4 cm, con volumen de 67 mL, a expensas de un defecto sacular, con bordes bien definidos, dependiente de domo vesical en contacto con el borde hepático, sugerente de divertículo vesical (Figura 2).
El cistograma miccional evidenció la vejiga urinaria en completa reposición, aumentada de tamaño, con imagen sacular dependiente de su domo y extensión abdominal que provocaba el desplazamiento de las asas de intestino delgado, sin defectos de llenado. De acuerdo con los hallazgos detectados se confirmó el diagnóstico de divertículo vesical (Figura 3). El examen general de orina reportó esterasas, nitritos y leucocitos positivos, por lo que se envió una muestra para urocultivo. Se inició tratamiento con antibiótico según los protocolos de la institución.
En interconsulta con el servicio de Urología Pediátrica se decidió dejar la sonda urinaria a derivación para el adecuado vaciado vesical y tratamiento conservador, Posteriormente se otorgó el alta hospitalaria y se decidió programar el procedimiento quirúrgico cuando alcance la edad óptima para la corrección definitiva de la alteración.
DISCUSIÓN
Los divertículos vesicales congénitos representan una alteración poco frecuente.5 Según la bibliografía, afectan principalmente a los hombres que a las mujeres. Además del caso aquí expuesto, solo existen dos reportes de divertículo vesical en mujeres.3,5 La manifestación más común es infección de las vías urinarias u obstrucción urinaria; sin embargo, nuestra paciente inició desde las primeras horas de vida extrauterina con un cuadro de pseudooclusión intestinal, que lo convierte en un caso excepcional.6
En la paciente de este estudio, el hallazgo radiográfico más importante fue encontrar una masa radiopaca que cambiaba de posición en cada estudio de imagen; sin embargo, por medio de éstos se estableció el diagnóstico definitivo. Aunque el cistograma miccional representa el estudio de referencia para establecer el diagnóstico de divertículo vesical, también pueden observarse mediante ultrasonido, tomografía computada, urograma y pielograma intravenoso.2
El tratamiento de pacientes con divertículo vesical consiste en intervención quirúrgica, principalmente diverticulectomía y reparación definitiva primaria. Los resultados suelen ser satisfactorios y con bajo índice de complicaciones; no obstante, la mayoría de los autores sugiere efectuar el procedimiento a los 6 meses de vida extrauterina, hasta completar el proceso de maduración fisiológica.7
CONCLUSIÓN
El divertículo vesical congénito es una alteración que debe considerarse como diagnóstico diferencial en neonatos e infantes de mayor edad. El cistouretrograma miccional, cuidadosamente realizado, es el estudio de referencia para establecer el diagnóstico de la alteración. El tratamiento conservador inicial y posteriormente con diverticulectomía y reparación definitiva primaria ofrecen resultados satisfactorios.