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Acta de investigación psicológica
versión On-line ISSN 2007-4719versión impresa ISSN 2007-4832
Acta de investigación psicol vol.2 no.2 Ciudad de México ago. 2012
La comunicación en pareja: desarrollo y validación de escalas
Couple's Communication: Scale Construction and Validation
Gerardo Benjamín Tonatiuh Villanueva Orozco1, Sofía Rivera Aragón, Rolando Díaz Loving & Isabel Reyes-Lagunes
Universidad Nacional Autónoma de México.
1 Correspondencia:
Correo: tonatiuhv@hotmail.com
Original recibido / Original received: 25/05/2012
Aceptado / Accepted: 28/06/2012
Resumen
El proceso de comunicar involucra dos aspectos: la cognición, lo que se piensa antes de emitir cualquier mensaje, y el comportamiento, las acciones conductuales que se utilizan al comunicarse. La investigación sobre comunicación de pareja se ha centrado en la observación de procesos de interacción en situaciones establecidas que pueden no reflejar la realidad, por lo que se sugieren las escalas de autoinforme para abarcar otros contextos, además se ha dejado a un lado la evaluación del proceso cognoscitivo que permite o impide la comunicación en una relación, por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue desarrollar y validar escalas que midan la interacción de forma bidireccional y los procesos cognoscitivos de la comunicación en pareja. Participaron 351 adultos que vivían en pareja. La primera escala se nombró facilitadores de la comunicación con cuatro factores (varianza explicada=61.58% y =.959); la segunda se denominó barreras de la comunicación, compuesta por seis factores (varianza explicada=66.02% y =.951); y la tercera evaluó la comunicación en la interacción con tres factores (varianza explicada=42.69% y =.881).
Palabras clave: Comunicación, Pareja, cognición, Barreras, Facilitadores, interacción.
Abstract
Communication revolves around two aspects: cognition, what is thought before giving a message, and the behavioral action used during communication. Research on couples communication has centered on observing interaction in pre-established contexts and situations that may not reflect reality. An alternative is to use self administered reports that can include multiple settings. However, the issue of evaluating the cognitive process that facilitate or hinder communication has still to be resolved. In response, the objective of this research project was to develop and validate a psychometric instrument that will measure communication in a bidirectional fashion, with emphasis on the cognitive process that occur during such interaction. 351 adults cohabiting with their couple participated. The first scale named communication facilitators yielded four conceptually clear and statistically robust factors (explained variance=61.58% & =.959); the second scale refers to barriers to communication and has six factors (explained variance66.02% & =.951); and the third evaluates communication in the interaction has three factors (explained variance=42.69% & =.881).
Keywords: communication, couples, cognition, barriers, facilitators, interaction.
Diversos autores (e. g. Baxter & Braithwaite, 2008; Hendrick & Hendrick, 2000; Kimble et al., 2002; Nina, 1991; Pearson, 1993; Satir, 1984; Ting-Toomey & Chung, 1996; Watzlawick, Beavin & Jackson, 1991) marcan la importancia de la comunicación en la relación de pareja y la definen como el proceso de producción, emisión y procesamiento de mensajes verbales y no verbales que permiten compartir significados entre personas, de tal manera que forman, mantienen y modifican pautas de interacción durante las relaciones sociales y personales.
Uno de los primeros modelos de comunicación es el de Shannon (1948) quien describió el proceso de producción y emisión del mensaje, este modelo plantea que el mensaje es emitido por una fuente, después se codifica por el transmisor, se utiliza un canal como medio de transmisión, le llega a un receptor que recodifica el mensaje y finalmente llega al destinatario. A esto, Shannon menciona que dentro de este proceso puede haber aspectos físico (proveniente del mensaje como tono de voz, idioma, sonidos ambientales) o psicosociales (el proveniente del contexto como: percibir algo de forma diferente, prejuicios, desacuerdos) que pueden afectar que el mensaje llegue al destinatario de forma clara, lo cual él le llama ruido. Esto implica que un mensaje tiene elementos como ideas que ayudan a que el mensaje llegue de forma clara al destinatario o que impidan su flujo o comprensión.
Más adelante, Watzlawick et al. (1991) plantean que cualquier conducta es un mensaje y la conjunción de lo que se dice y se hace forma las pautas de interacción entre las personas. Estos autores resaltan la importancia del proceso de interacción como un elemento importante dentro de la comunicación interpersonal, ya que la interacción es el medio por el cual se define el tipo de relación que se tiene con las demás personas. Esto implica la importancia de las conductas sobre las demás personas.
Hendrick y Hendrick (2000) después de realizar un análisis de las teorías sobre comunicación interpersonal la dividen en dos aproximaciones: la aproximación estratégica y la aproximación de lo consecuente. La aproximación estratégica indica que la comunicación envuelve el acto de producir un mensaje intencionado para lograr objetivos, es decir que el foco de esta aproximación es el individuo. Por otra parte, la aproximación de lo consecuente, también, mantiene el foco en las metas individuales y agrega las acciones correspondientes para generar las propiedades de la estructura de la comunicación, lo cual se enfoca en la interacción, así la comunicación se conceptualiza como un sistema donde las propiedades no sólo manifiestan características de la personalidad sino que también reformulan y obligan esas características para establecer la dinámica con el otro.
Por su parte, Baxter y Braithwaite (2008) encontraron que los estudios de comunicación interpersonal se pueden dividir en tres áreas: la primera es el área individual donde se entiende cómo el individuo planea, produce y procesa los mensajes en la comunicación, es decir, lo que piensa el individuo; la segunda área es la de interacción donde se entiende a la comunicación como un conjunto de acciones conductuales difundidas entre personas, es decir, los mensajes pasan de la cognición a el comportamiento del individuo hacia otra u otras personas; la tercer área es de relación donde se conjuntan las dos áreas anteriores y entiende el papel de la comunicación en las relaciones de pareja o interpersonales.
El área individual y de interacción de Baxter y Braithwaite (2008) son similares a las que mencionan Hendrick y Hendrick (2000), ya que por un lado se marca la actividad cognoscitiva y el proceso, como en el modelo de Shannon (1948) quien menciona los obstáculos y facilitadores, y por otro, se plantea la parte conductual, como lo postulan Watzlawick et al. (1991). Sin embargo, la operacionalización de la comunicación se ha centrado más en la conducta que en la parte cognoscitiva. Por lo tanto, es importante crear instrumentos que permitan evaluar las dos dimensiones del área cognoscitiva (barreras y facilitadores), así como la interacción general durante la comunicación en la relación de parejas.
Los instrumentos que miden comunicación no abarcan lo que los individuos piensan antes de comunicarse (cognición) y se centran en la interacción (comportamiento), donde se evalúa el intercambio conductual de la pareja. Como se observa en la tabla 1, la interacción se ha medido en áreas específicas mediante escalas de autoinformes (e. g. Ritchmond & McCroskey, 1979; Roberts, 2000), mientras que los registros observacionales miden en forma general la interacción (e. g. Sotcker, Alexander & Elias, 1990 en Rhoades & Stocker, 2006). Por lo lo tanto, es importante la creación de escalas de autoinforme que evalúen la interacción de una forma global, donde se plasmen diferentes situaciones que no pueden observarse en un laboratorio (Ritchmond & McCroskey, 1979).
Con el fin de medir la interacción en la toma de decisiones Ritchmond y McCroskey (1979) crearon el instrumento Manejo del estilo de comunicación. Esta escala evalúa un continuo que identifica cuatro puntos de la comunicación, con una orientación del liderazgo (toma de decisiones), van desde el Decir (la comunicación es unidireccional y sin interactuar con el otro), sigue el Convencer (la comunicación a veces es bidireccional y con poca interacción), Consultar (la comunicación es bidireccional e interactiva) y Unir (la comunicación es bidireccional y altamente interactiva). Para aplicar se distribuye información que describe los cuatro pasos en el continuo y se asocia la comunicación con cada paso, entonces al sujeto se le pregunta ¿qué estilo de tomar decisiones usa contigo tu esposo(a), en general? Y se les pide que sólo encierren, en un círculo, un número del continuo para cada descripción.
Roberts (2000), por otra parte, desarrolló el Cuestionario de la respuesta de interacción de la pareja que evalúa la percepción de las respuestas conductuales de rechazo de la pareja y se caracteriza la interacción con el otro. Este cuestionario contiene cuatro escalas: Evitación de la intimidad (p.e. conducta propia, yo permito que mi pareja conozca mis más íntimos sentimientos; conducta de la pareja, no me presta atención, sólo se retrae, realmente no me escucha); Evitación del conflicto (p.e. conducta propia, cuando se viene un problema en nuestro matrimonio yo trato de que hablemos acerca de él, mostrar nuestros sentimientos y trabajar para obtener una solución; conducta de la pareja, sugiere que dejemos de hablar de eso o que lo hablemos en otro momento); Enojo rechazante (p.e. conducta propia, yo critico, culpo o hago a mi pareja de menos; conducta de la pareja, me muestra que él/ella está enojado para no interactuar conmigo, manteniéndose callado, ignorándome o haciendo un puchero); y Hostilidad reciproca (p.e. conducta propia, yo ataco verbalmente, echo pestes o insulto a mi pareja; conducta de la pareja, me ataca verbalmente, me echa pestes o me insulta). Cada una con seis reactivos con respuesta tipo Likert de siete puntos que van desde improbable hasta probablemente.
Stanley, Markman y Whitton (2002) desarrollaron una escala llamada Interacción negativa. Los reactivos evalúan la interacción negativa de la pareja asociada con las fallas en la relación. Las dimensiones que comprende y alguno de sus reactivos son: Escalada negativa, peleas con acusaciones, críticas, insultos o sacar cosas que dañan; Invalidación, critica o menosprecio de mi opinión, sentimientos o deseos; Interpretación negativa, mi pareja ve mis palabras o acciones más negativas de lo que son; Ganar/perder, al resolver un problema estamos en oposición; y Rechazo, al discutir, alguno no busca hablar del tema nunca más o recordar la escena. Cuenta con tres puntos de respuesta para cada reactivo (casi nunca, una vez en un momento y frecuentemente). El coeficiente de confiabilidad fue de .80.
Otra forma de evaluar la interacción es mediante los códigos observacionales, Sotcker, Alexander y Elias (1990 en Rhoades & Stocker, 2006) desarrollaron un sistema de codificación de video de la interacción marital donde se evalúa dos tipos de interacción: Afecto, son conductas como ser cálido con la pareja, expresar interés, simpatía, empatía, apoyo acuerdo con la pareja, alentar, halagar, hacer cumplidos a la pareja; y la Hostilidad, mide las conductas de, criticar al otro, culparlo, hacer de menos, comentarios sarcásticos, provocar a la pareja, quejarse de la pareja, acusar al otro, impaciencia, frialdad, enojo y, tensión corporal y facial. Para esto se entrenan a psicólogos para que puedan codificar las conductas que se observan de la interacción de una pareja que fue grabada en video.
Roberts (2002) sostiene que este tipo de codificación puede limitar las verdaderas acciones de la pareja y también los observadores pueden tener prejuicios que influyan en su codificación, agrega que a pesar de que no se ve un escenario real, las escalas de autoinforme tienen la ventaja de que se pueden plasmar diferentes contextos de interacción, además de que no es necesario el entrenamiento previo para codificar la información que dan los participantes.
Es así que las diferentes formas de evaluar la interacción se enfocan en áreas o situaciones específicas por las que pudiera pasar la pareja, además hay una tendencia a evaluar sólo las conductas de una forma unidireccional, del otro o las propias (ver tabla 1), y no se aborda el proceso de interacción bidireccional, donde uno hace una conducta que repercute en las acciones del otro, como lo mencionan Baxter y Braithwaite (2008) y Hendrick y Hendrick (2000).
Para el proceso de la comunicación es importante la parte cognoscitiva (aspecto que no ha sido evaluado de forma directa) y conductual (Baxter & Braithwaite, 2008; Hendrick & Hendrick, 2000), dentro de la relación de pareja. Además, para el proceso de interacción, es importante considerar las conductas y los efectos en el otro (Baxter & Braithwaite, 2008; Hendrick & Hendrick, 2000; Watzlawick et al., 1991), es decir, una evaluación bidireccional. Es así, que el objetivo de la presente investigación fue desarrollar y validar un instrumento que mida el área cognitiva y de interacción de la comunicación en las parejas. Esta investigación se dividió en dos estudios, el primero es un estudio exploratorio sobre pensamientos y conductas durante la comunicación; y el segundo es el desarrollo y validación de las escalas.
Estudio 1: exploratorio
Método
Participantes
Fueron 136 participantes, 89 mujeres y 47 hombres con una edad entre 17 y 59 años (M=32.66, DE=12.69), la mayoría tienen estudios de bachillerato (38.2%), 79 eran casados y 57 solteros, donde sólo cuatro personan no tenían una relación actual. Con respecto a la ocupación, la mayoría son estudiantes (38%) seguida de los que eran empleados (22.8) y quienes se dedicaban al hogar (14%). Y las personas casadas en promedio tenían dos hijos.
Instrumento
Para desarrollar el instrumento primero se realizaron preguntas abiertas, dos sobre al área cognitiva: ¿Qué evita que la gente se comunique en la relación de pareja? y ¿Qué permite que la gente se comunique en la relación de pareja?; y para la interacción se utilizaron dos situaciones con tres preguntas cada una: Generalmente las personas cuando la comunicación en la relación de pareja es confusa: ¿qué piensa? ¿qué hace? ¿qué siente? y Generalmente las personas cuando la comunicación en la relación de pareja es clara: ¿qué piensa? ¿qué hace? ¿qué siente?. Se realizó un análisis de contenido mediante seis jueces quienes evaluaron la categoría en las que se habían ubicado las respuestas de los participantes, el nombre de la categoría fue asignado cuando al menos cuatro jueces estuvieron de acuerdo en un nombre, posteriormente se obtuvieron las frecuencias totales y por sexo de cada categoría. A partir de las categorías que quedaron se realizaron los reactivos para cada escala.
Procedimiento
A las personas que aceptaron contestar el cuestionario se les entregó y enseguida se les comentó que la información que ofrecieran era completamente confidencial y que era importante que lo contestaran con veracidad.
Resultados
Una vez obtenidos los cuestionarios de preguntas abiertas se procedió a capturar todas las respuestas y categorizar cada una. Estas respuestas y categorías se les presentaron a seis jueces expertos quienes determinaron las categorías finales. A partir de estas categorías se desarrollaron las tres escalas.
Dado que el número de hombres y de mujeres eran diferentes, para obtener las diferencias por sexo se utilizó la prueba Chi cuadrada de independencia. Sólo se consideraron las categorías que tuvieran una frecuencia igual o superior a cuatro.
Lo que evita y permite que la gente se comunique en su relación, contestaron que evita la desconfianza (29.79%) y la incomprensión (14.89%), principalmente para los hombres, y lo que permite fue la confianza (40,44%) tanto para hombres como para mujeres, seguido de la disponibilidad mencionada principalmente por las mujeres (31.46%) (ver tabla 2).
Cuando la comunicación es confusa piensan, principalmente los hombres, que hay desconfianza (17.02%), por otra parte, principalmente las mujeres asumen cosas que en realidad no suceden (Malinterpretar, 14.61%) y que el otro no le quiere (Desamor, 13.48%). Lo que hacen es buscar solucionar la situación (41,91%) tanto hombres como mujeres. Y sienten frustración (29.21%) e inseguridad (11.24%) principalmente las mujeres (ver tabla 3).
Cuando la comunicación es clara, piensan que hay confianza, principalmente para las mujeres (31.46%) y que la relación es positiva para los hombres (36.17%), lo que hacen es mejorar la convivencia (25.53%) y mantenerse de la misma forma para continuar así su relación (23.40%) con mayor frecuencia los hombres. Y en relación a lo que sienten las mujeres mencionaron más la seguridad (76.40%) en la relación (ver tabla 4).
Estudio 2: Elaboración y Análisis Psicométrico
Método
Participantes
Participaron 351 personas (37.6% hombres y 62.4% mujeres) de forma voluntaria, con una edad entre 18 y 68 años (M=30.38, DE=10.10), con un tiempo promedio de 61.66 meses en la relación (equivale a cinco años y medio, aproximadamente). El 61.5% eran casados y el resto fueron solteros que tenían una relación de pareja de al menos un año
Instrumento
Después del estudio exploratorio se obtuvieron un total de 134 reactivos divididos en cada escala como se muestra en la tabla 5.
Llos tres instrumentos de autoreporte fueron de respuesta tipo Likert con cinco opciones de respuesta, donde 1 era nunca y 5 siempre
Procedimiento
Las escalas fueron aplicadas a las personas que quisieron responder, se les dijo que era para un estudio sobre la relación de pareja, y se les comentó que la información que ellos ofrecieran era totalmente confidencial.
Resultados
Después de aplicar las escalas se procedió a realizar la validación de la escala para obtener la versión final.
Para la discriminación de reactivos, el primer paso fue realizar un análisis de frecuencias para observar los reactivos que mostraran un sesgo mayor al .05 y menor al -.05. Con este análisis se eliminaron un total de seis reactivos:
• Lo que permite la comunicación: se eliminaron dos reactivos
• Cuando me comunico soy: se eliminaron dos reactivos
• Reactivos sobre la interacción: se eliminaron dos reactivos
A) Escala barreras en la comunicación
Para obtener la validez de constructo en la primer escala "lo que evita la comunicación" se utilizó un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal, el cual mostró una varianza explicada del 66.02%. La confiabilidad por consistencia interna total fue de α=.951. Esta escala se conformó de 30 reactivos con pesos factoriales > .40 y consta de seis factores que se muestran en la tabla 6.
Las definiciones de cada factor se pueden observar en la tabla 7.
B) Escala facilitadores de la comunicación
La tabla 8 muestra los factores de la escala lo que permite la comunicación, adonde se utilizó un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal. La escala está conformada por 30 reactivos con un peso factorial > .40 que forman cuatro factores que explican un 61.58% de la varianza y tiene una confiabilidad global de α=.959.
Las definiciones de los factores se muestran en la siguiente tabla 9.
C) Escala comunicación en la interacción
En la última escala que mide la el tipo comunicación durante la interacción de la pareja se utilizó un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal. Está formada por 53 reactivos que evalúan la interacción en la pareja se estructuró por tres factores que explican el 42.69% de la varianza y tienen una confiabilidad de α=.881 (ver tabla 10).
La tabla 11 muestra las definiciones para cada factor de la escala de interacción.
Las tres escalas se quedaron con un total de 113 (ver tabla 12) reactivos por lo que fueron eliminados un total de 21 reactivos.
Discusión
El estudio exploratorio ofreció información importante para crear los reactivos de las escalas que se desarrollaron. Con respecto a las preguntas de lo que evita y facilita la comunicación están relacionadas entre sí, ya que lo que uno piensa del otro o de si mismo tiene una repercusión en la comunicación como lo menciona Weiner (2000). De acuerdo a los resultados del presente estudio, la confianza y la disponibilidad son un elementos que influye en la idea que uno se haga de la otra persona, ya que como menciona Osnaya (1999) la confianza y el deseo de autodivulgar son parte de una intimidad positiva y esta tiene que ver con lo que se piensa del otro o de la relación y la intimidad que se sienta en la relación afecta a la comunicación (Emmers-Sommer, 2004), por el contrario, cuando hay desconfianza o incomprensión (no existe entendimiento mutuo) también hay intimidad negativa (Osnaya, 1999) y en consecuencia se evita la comunicación.
Con relación a la pregunta de qué hacen, sienten y piensan cuando la comunicación es confusa y clara tienen que ver con la forma que utiliza cada miembro de la pareja al comunicarse con el otro y, como menciona Nina (1991), cuando se repiten esas conductas se determina la dinámica de la pareja. En este caso, si no hay claridad en la comunicación, los hombres, principalmente piensan en desconfianza y que hay una mala comunicación, lo cual repercute en la intimidad (Osnaya, 1999) y sienten malestar o confusión, mientras que las mujeres comienzan a interpretar las cosas de forma negativa (malinterpretar) como el que no hay amor (desamor), esto implica que comienzan a hacer una atribución negativa que las lleva a evaluar de la misma forma la relación (Weiner, 2000) y sienten frustración e inseguridad, principalmente. Sin embargo a pesar de estos pensamientos y sentimientos, en este estudio la parejas mencionaron que ante esta situación lo que buscan es solucionarlo, aunque también hay enojo por parte de las mujeres o discusiones por parte de los hombres, esto puede explicarse como menciona Alexander (2008), cuando se siente algún tipo de compromiso en la relación de pareja ante el conflicto buscan enfrentarlo de diferentes formas, como re-encuadrar (dar un significado diferente a la situación) o castigar (dañar al otro), esto con el fin de continuar la relación. Por el contrario, cuando hay claridad en la comunicación las mujeres piensan que hay confianza y las hace sentir seguras, mientras que los hombres piensan que tienen una relación positiva y los hace sentir tranquilos, todos estos elementos se vinculan con la intimidad que pueda haber en la relación (Osnaya, 1999) y por lo tanto, lo que hacen las mujeres es comprender al otro y los hombres mejorar la convivencia, lo cual puede explicarse como las consecuencias de hacer una atribución positiva (Weiner, 2000).
Con respecto a los instrumentos que se crearon a partir del estudio exploratorio, se realizaron tres escalas válidas y confiables, dos enfocadas al área cognoscitiva del proceso de comunicación (escala de barreras y de facilitadores) y una enfocada en el área conductual (escala de interacción). Ambas áreas de la comunicación (cognoscitiva y conductual) son importantes para la relación de pareja (Hendrick & Hendrick, 2000), ya que lo que piensan y lo que hacen las personas al momento de comunicarse son los elementos que utilizan las parejas para evaluar su relación, por lo que es importante que el psicólogo mida estas áreas para tener una visión global de la misma (Cornelius, Alessi & Shorey, 2007) Las tres escalas ofrecen una evaluación importante de la comunicación en la relación de pareja.
Las escalas de barreras y facilitadores de la comunicación tienen que ver con el área individual (Baxter & Braithwaite, 2008) y la aproximación estratégica (Hendrick & Hendrick, 2000) que es la parte cognoscitiva de la comunicación, es decir lo que cada uno piensa que le facilita o le dificulta al comunicarse con su pareja. Esto es importante ya que como menciona Floyd (1988) lo que piense y siente uno repercute en el comportamiento del otro y crear una serie de patrones de comportamiento que repercuten en la estructura de la dinámica que tiene cada pareja. Weiner (2000) sostiene que la evaluación y explicación que una persona se hace de los actos de una persona, ya sea de uno mismo u otro, está influenciado por las atribuciones que se hacen en relación al individuo.
De acuerdo a los resultados sobre la escala de las barreras de la comunicación, lo que impide que un miembro de la pareja se comunique con el otro es, como primer factor, pensar u observar que el otro tiene una personalidad negativa. Rivera, Cruz, Arnoldo y Díaz Loving (2004) mencionan que un elemento causante del conflicto es la personalidad donde se refieren a la forma de ser, en este caso también la personalidad tiene que ver con la forma de ser, pero enfocándose en aspectos negativos como la molestia, mal carácter, estrés, enojo, etc. El segundo factor se refiere a la deshonestidad que implica una falta de sinceridad, en el estudio exploratorio se encontró la desconfianza como un elemento que impide la comunicación, lo cual es consistente con este factor de la escala de barreras de la comunicación ya que la sinceridad es importante para sentir a la otra persona como íntima (Osnaya, 1999). El tercer facto es monotonía, este factor ya había surgido dentro del estudio exploratorio como rutina y marca que cuando la relación no tiene ningún cambio deja de haber cosas nuevas que contarle al otro porque de antemano ya se sabe que va a suceder, por lo tanto se vuelve una barrera de la comunicación. Los factores siguientes de timidez, violencia e inseguridad, son consistentes con los resultados de Nina (1991) y posteriormente Sánchez y Díaz-Loving (2003) quienes evaluaron los estilos de comunicación, estos autores encontraron que la timidez provoca que una persona se vea reservada o evitante, lo cual se vuelve una barrera en la comunicación, de forma similar, la violencia o agresión directa se vuelve una forma de comunicarse que provoca percibir a la otra persona como negativa, mientras que el factor de inseguridad provoca incertidumbre y desconfianza por las acciones del otro, esto es similar al facto de Chismoso en la escala de Sánchez y Díaz-Loving (2003).
La escala de facilitadores de la comunicación refleja factores contrarios a la escala de barreras, por ejemplo, la actitud positiva en contraria a la personalidad negativa de la escala anterior. El factor de actitud positiva y el de respeto, son consistentes con factores que se han encontrado en escalas de estilos de comunicación por ejemplo el estilo positivo de Nina (1991) y el estilo social afiliativo y social normativo de Sánchez y Díaz-Loving (2003) donde la forma de comunicarse se caracteriza por la amabilidad, la educación, la comprensión y el afecto. El factor de complementariedad es similar al estilo de comunicación empático de Sánchez y Díaz-Loving (2003).la forma de comunicarse es consecuente, comprensivo y se piensa en el otro. El factor de negociación, es consistente con factores de interacción positiva como los factores de consultar y unir de la escala de interacción de Ritchmond y McCroskey (1979) y con el estilo de comunicación abierto (Sánchez & Díaz-Loving, 2003) donde lo importante es poder es la pareja llegue a acuerdo donde se considere el punto de vista y la opinión de cada uno.
Estas escalas plasman que las parejas, principalmente no se comunican por temor de lo que piensen o poco interés de la otra persona y para poder expresarse con su pareja, e, solicitan una disposición de la otra persona y sentir que hay cierta similitud de la forma de ser entre ambos., esto es si un miembro de la pareja siente pena, temor o culpa de expresarle algo al otro lo más probable es que prefiera no comunicarle eso que le avergüenza y piensa que puede ser rechazado por su pareja, por otra parte, si piensa que el otro es sincero, comprensivo y es confiable lo más probable es que busque expresarle sus pensamiento y sentimientos ya que considera que la relación es segura, que sus personalidades son compatibles y hay entendimiento.
Finalmente el área conductual de la comunicación (Baxter & Braithwaite, 2008) fue evaluada por la escala de comunicación en la Interacción de la pareja. Los resultados obtenidos muestran diferentes dinámicas que surgen en la pareja al momento en que interactúan donde, de acuerdo a Watzlawick et al. (1991), hay una clara posición jerárquica entre los miembros, lo cual está marcado por la comunicación que tienen. Esto es, en el modelo de Watzlawick et al. (1991) sobre la comunicación humana hablan de una interacción simétrica, donde la relación es entre iguales, y la interacción complementaria, donde las conductas de cada uno se complementan, de forma similar en la escala surge el factor de simetría rígida, estos autores mencionan que este tipo de interacción surge cuando los papeles no pueden cambiar en los miembros de la pareja, es decir, por ningún motivo puede estar uno posicionado jerárquicamente encima del otro, lo que evoca que la pareja esté en constante competencia entre sí, lo que ellos llaman "escalada simétrica". Este mismo factor es similar al encontrado por Stanley et al. (2002) en su instrumento de interacción negativa, al cual llamaron escalada negativa donde hay peleas, discusiones e insultos, además, se conjunta con la dimensión de ganar/perder, de la escala de estos mismos autores donde los miembros de la pareja tienden a estar en oposición.
Otro factor de la escala de interacción es el de complementariedad el cual se refiere a que uno de los miembros de la pareja prefiere actuar como el otro lo desea para no provocar conflictos, tal cual lo define Watzlawick et al. (1991) ya que implica que un miembro de la pareja tiene una posición inferior y el otro una superior.
El factor de equidad y de negociación simétrica son similares a la dimensión de unir de Ritchmond y McCroskey (1979) donde la comunicación es bidireccional y ambos miembros de la pareja buscan conocer la opinión del otro, la diferencia de estos factores es que el factor de equidad se enfoca en la interacción cotidiana en general de la pareja donde se involucra el afecto, el respeto y la confianza, en cambio, el factor de negociación simétrica se enfoca a la forma en que resuelven sus diferencias o la toma de decisiones.
A pesar de que Watzlawick et al. (1991) habla de la complementariedad rígida como un tipo de interacción donde uno de los miembros de la pareja está posicionado como inferior sin cuestionar ni cambiar su rol ejercido, el último factor que surgió en esta escala se decidió nombrarle sumisión, ya que concuerda con el estilo de poder encontrado por Rivera y Díaz-Loving (2002) donde el ser sumiso es una forma de tener control sobre el otro sin demostrarlo.
Al respecto de la escala de interacción, Roberts (2000) encontró en diversos estudios que la interacción es mejor evaluarla mediante la observación directa de las parejas, sin embargo, esto no permite cómo interactúan las parejas en diferentes situaciones de las parejas, por lo que es mejor realizar reactivos que permitan evaluar lo que el investigador quiere conocer de la interacción. Es así que los factores encontrados, en esta escala, permiten medir tipos de interacción que quizá no se percibirían mediante la observación directa de la interacción de las parejas.
Con este instrumento es posible evaluar la comunicación de la pareja en sus diversas áreas y dimensiones, lo que puede ser de gran ayuda para futuros estudios que pretendan conocer lo que sucede cuando las parejas se comunican y las repercusiones que tiene en otras áreas como la satisfacción, la negociación, el resolver problemas, la violencia en la pareja, por mencionar algunas. Ya que como mencionan Bochner, Kruger y Chielewiski (1982), Bueno (1965 en Pantoja & Santamaría, 2007), Haley (1980), Minuchin y Fishman (1984) y Watzlawick et al. (1991), la comunicación es importante en la relación de pareja dado que a partir de esta se definen el sistema conyugal, los roles, la percepción, jerarquías y comportamientos.
Referencias
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