Introducción
Los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas más diversos y productivos del planeta y al mismo tiempo de los más amenazados a nivel global y que en el ambiente marino pueden sufrir un colapso debido al cambio climático (Mumby y Steneck, 2008). En México, los arrecifes de coral se ubican en el Sistema Arrecifal Mesoamericano (Mar Caribe), el cual es la segunda barrera arrecifal más grande del mundo; en el Pacífico, a través de diferentes formaciones coralinas (Sarukhán et al., 2009), y en el Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México (Ortiz-Lozano et al., 2013). En general, los arrecifes del Caribe se encuentran entre los ecosistemas marinos más impactados pues en esta región se ha reportado una pérdida de cobertura de coral de 40-50% (Halpern et al., 2008). En otras regiones de México se reporta una pérdida de cobertura de 50% inicial a casi 20% de cobertura final entre 1970 y 2010 (Jackson et al., 2014).
La degradación de estos ecosistemas y su relación con los factores asociados al cambio climático global incluye: el aumento de la acidificación del océano (Madin et al., 2012; Wilkinson, 2008); el aumento del nivel medio del mar (Cinner et al., 2016); el incremento en la temperatura del agua del mar (Chen et al., 2015) y su relación con el blanqueamiento del coral (Selig et al., 2010); los cambios en las tasas de precipitación pluvial (Pramova et al., 2013); y el aumento en la frecuencia e intervalo de las tormentas tropicales (De'ath et al., 2012).
De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su acrónimo en inglés) la vulnerabilidad se refiere a la predisposición a que un individuo o sociedad sea afectado negativamente, lo que involucra una variedad de elementos que incluyen, entre otros, la sensibilidad o susceptibilidad al daño, la exposición y la capacidad de adaptación (IPCC, 2014). Por su parte, las evaluaciones de vulnerabilidad "brindan información sobre la naturaleza y las magnitudes de los impactos esperados del cambio climático e informan sobre las decisiones en torno a las formas y urgencias de las actividades y estrategias de adaptación" (Marshall et al., 2009: 9).
En cuanto a los arrecifes de coral, es un gran reto comprender cuál es exactamente la vulnerabilidad de estos ecosistemas ante los factores de estrés asociados al cambio climático (Wachenfeld et al., 2007) ya que involucra componentes sociales y ecológicos, así como múltiples interacciones temporales y espaciales (Cinner et al., 2012; Cinner et al., 2016; Marshall et al., 2009). Por ello, el objetivo de este trabajo es presentar una panorámica de la evolución de los modelos conceptuales y metodológicos para evaluar la vulnerabilidad de los arrecifes de coral ante los factores de estrés asociados al cambio climático.
Conceptualmente el modelo más reciente y holístico para evaluar la vulnerabilidad de los arrecifes de coral ante el cambio climático -vulnerabilidad climática- es el de Cinner et al. (2013b) mostrado en la Figura 1. Éste evolucionó del modelo de Marshall et al. (2009) y presenta dos dimensiones: la dimensión ecológica (recuadro café) y la dimensión socioeconómica (recuadro naranja), reconociendo la retroalimentación de ambas dimensiones (flecha azul). En la dimensión ecológica, la exposición y la sensibilidad crean un impacto potencial ecológico; este impacto, junto con la recuperación potencial, representan la vulnerabilidad ecológica; ésta, junto con la sensibilidad social, representan el impacto potencial social y éste, junto con la capacidad de adaptación social, determina la vulnerabilidad socio-ecológica.
En este trabajo se aborda la vulnerabilidad socio-ecológica como aquella que incorpora la dimensión ecológica -componentes biológicos de los arrecifes- junto con la dimensión social -componentes socioeconómicos de las comunidades humanas dependientes o aledañas a los arrecifes- y que reconoce estas dos dimensiones como interdependientes, además de la complejidad de los procesos y dinámicas que se retroalimentan entre las dos dimensiones. También se define la vulnerabilidad ecológica como aquella que aborda sólo los componentes biofísicos de estos sistemas y la vulnerabilidad social la que considera únicamente los componentes socioeconómicos.
Este tipo de modelos conceptuales (Figura 1) permiten visualizar los elementos y su relación de vulnerabilidad. Por su parte, los modelos metodológicos proponen índices e indicadores que sintetizan los múltiples aspectos de la vulnerabilidad para identificar las áreas más susceptibles a los cambios ambientales (Abson et al., 2012). La evaluación de la vulnerabilidad socio-ecológica de estos ecosistemas ante los factores de estrés asociados a este fenómeno es un tema de investigación urgente en general, y se considera relevante a nivel nacional por la importancia de sus arrecifes coralinos.
Las preguntas de investigación que se plantearon son: 1) ¿cuál es la panorámica de la evolución de los modelos conceptuales y metodológicos para evaluar la vulnerabilidad de los arrecifes ante los factores de estrés asociados al cambio climático?, 2) ¿cuáles son los elementos de la vulnerabilidad climática que incorporan este tipo de modelos?, 3) ¿qué tipos de modelos (conceptuales, metodológicos o ambos) se desarrollan o adoptan para evaluar esta vulnerabilidad climática en estos ecosistemas?, 4) ¿quiénes y cuáles son los principales investigadores y regiones que desarrollan o adaptan estos modelos de vulnerabilidad climática de los arrecifes coralinos? y 5) ¿cuál ha sido la evolución de estos modelos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes coralinos en México?
Métodos
La revisión de la literatura relacionada con los modelos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes se llevó a cabo por medio de la metodología de Fink (2014), quien propone los siguientes siete pasos: Paso 1, seleccionar la pregunta de investigación; Paso 2, seleccionar las bases de datos bibliográficas; Paso 3, seleccionar los términos de búsqueda; Paso 4, aplicar los criterios de selección prácticos; Paso 5, aplicar los criterios de selección metodológicos; Paso 6, realizar la revisión y Paso 7, sintetizar los resultados. En la Figura 2, se observan los pasos de esta metodología seguidos en este trabajo.
En el Paso 2, las bases de datos fueron consultadas en julio de 2016; éstas se seleccionaron, principalmente, debido a su disponibilidad de acceso a través del Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt) del Conacyt en la que diversas instituciones de educación superior y centros de investigación tienen acceso, también por disponibilidad en la red. Para el Paso 3, los términos específicos de búsqueda se definieron con relación a las preguntas de investigación. El Paso 4 describe el criterio de selección práctica (Criterio 1), en a) inglés y español con la finalidad de encontrar trabajos relacionados con el tema en el contexto internacional y nacional, y b) periodo de tiempo, de 1997 a 2016, para incluir literatura actual. Para el Paso 5, o criterios de selección metodológicos, se aplicaron dos de éstos; el Criterio 2 permitió descartar los trabajos que no especificaran en su título, resumen o palabras clave los términos específicos de búsqueda; en el Criterio 3 se revisó, de manera rápida, todo el texto para poder seleccionar únicamente trabajos que incorporaran modelos conceptuales o metodológicos para evaluar la vulnerabilidad de estos ecosistemas ante los factores de estrés asociados al cambio climático. El Paso 6 incluye la revisión detallada de los trabajos obtenidos por medio de los pasos previos y éste permitió incorporar otros nuevos obtenidos de las referencias de dichos productos. Los trabajos obtenidos hasta este paso se clasificaron en dos tipos de literatura; los publicados en revistas indizadas y aquellos que aparecen en otras fuentes. Finalmente, la síntesis descriptiva de la literatura (Paso 7) consistió en identificar las posibles respuestas a las preguntas de investigación de este trabajo.
Resultados y discusión
Los trabajos encontrados después del Criterio 1 sumaron 4 395 y se trataba de artículos de investigación y de revisión, reportes, informes, libros, capítulos de libros y notas o comentarios de editores. Después de aplicar el Criterio 2, se redujo esa cantidad a 188 trabajos -incluidos en el recurso electrónico-; posterior a la aplicación del Criterio 3 y Paso 6, se seleccionaron 36 trabajos publicados en revistas indizadas (Anexo I) y 18 publicaciones en otras fuentes a manera de reportes, informes, manuales y capítulos de libros (Anexo II). En total se analizaron 54 publicaciones que cumplieron con los tres criterios de selección. Los trabajos del Anexo I presentan las 27 diferentes revistas indizadas que los publicaron, siendo las revistas con un mayor número de publicaciones: Regional Environmental Change (4) y Global Change Biology (3). Los objetos de estudio con mayor número de publicaciones fueron los arrecifes como ecosistema (33%), seguidos por los peces arrecifales (22%), los corales (20%) y las comunidades humanas aledañas o dependientes de los arrecifes (13%).
Los trabajos que aparecen en otras fuentes se presentan en el Anexo II y algunos fueron publicados por asociaciones civiles como la World Wildlife Foundation (WWF), el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), The Nature Conservancy (TNC) y el World Resource Institute (WRI); así como por instituciones gubernamentales como la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), el Instituto Nacional de Ecología (INE), el Parque Marino de la Gran Barrera de Australia del Gobierno de Australia y el Ministerio Federal para el Ambiente, la Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). De éstos, los principales objetos de estudio se dirigen a los arrecifes coralinos (61%) y a las áreas naturales protegidas (28%).
Evolución de los modelos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes de coral
En la Figura 3 se observa el porcentaje de publicaciones relacionadas con los tipos de vulnerabilidad -ecológica, social o socio-ecológica- y el porcentaje del elemento de la vulnerabilidad al que se refieren. En a) se observan los trabajos publicados en revistas indizadas (Anexo I), en donde se observa el mismo porcentaje para los trabajos dirigidos a evaluar la vulnerabilidad ecológica y los de vulnerabilidad socio-ecológica (42%) y 16% de la vulnerabilidad social. En b) a los trabajos publicados en otras fuentes (Anexo II), la mayoría se enfoca a la vulnerabilidad socio-ecológica (72%), seguidos por los de vulnerabilidad ecológica (22%) y 6% por los de vulnerabilidad social.
Modelos de vulnerabilidad ecológica
En los primeros años, 1997-2007, los trabajos presentan modelos que evalúan la vulnerabilidad climática únicamente desde la dimensión ecológica. Sin embargo, los trabajos en las revistas indizadas se han publicado en mayor porcentaje desde esta dimensión (42%) en comparación con las publicaciones de otras fuentes (22%). Como ejemplo, Done (1999) hace referencia a la vulnerabilidad de las comunidades de coral presentando un modelo conceptual que muestra las formas en las que dichas comunidades podrían responder a estresores ambientales que incrementarían en los escenarios de cambio climático. Las respuestas hacen referencia a las transformaciones en las comunidades coralinas e incluyen desde los cambios menores o la tolerancia -aclimatación de los organismos a nuevas circunstancias- hasta las transformaciones mayores -cambios de fase o reemplazo de grupos funcionales-. Como se mencionó anteriormente, este tipo de modelos de evaluación de la vulnerabilidad climática no reconoce la interdependencia de las dos dimensiones del sistema ni su complejidad. Algunos trabajos recientes que evalúan este tipo de vulnerabilidad son los de Lawton et al. (2012) y Parravicini et al. (2014).
Modelos de vulnerabilidad social
La mayoría de las publicaciones que evalúan la vulnerabilidad desde la dimensión socio-económica se enfocan en la vulnerabilidad de las actividades económicas; destacando las pesquerías y el turismo. Como ejemplo, el trabajo presentado por Marshall et al. (2013), dirigido a evaluar la vulnerabilidad de dos actividades económicas importantes para las comunidades asociadas a los arrecifes en la Gran Barrera de Coral en Australia -pesca y turismo- ante los eventos climatológicos extremos asociados al cambio climático. Otros trabajos recientes clasificados dentro de esta perspectiva económica son los de Biggs et al. (2015), Holbrook y Johnson (2014) y Tapsuwan y Rongrongmuang (2015). El trabajo de Grasso y colaboradores (2014) presenta un índice de vulnerabilidad social para Samoa construido con la participación de grupos de interés de la comunidad ante eventos asociados al cambio climático. Otro trabajo similar dentro de esta perspectiva de participación social es el de Khan y Vincent (2015).
Modelos de vulnerabilidad socio-ecológica
A partir del 2008 comienzan los trabajos dirigidos a evaluar la vulnerabilidad socio-ecológica de los arrecifes de coral ante el cambio climático; a partir de este año se observa una constancia anual y la tendencia del uso de este tipo de modelos. El porcentaje de trabajos que se publican en revistas indizadas es menor (42%) al número de estudios de este tipo publicados en otras fuentes (72%) (Figura 3). Esto podría asociarse al primer trabajo que propone un marco conceptual para evaluar la vulnerabilidad socio-ecológica presentado por Marshall et al. (2009); forma parte del Anexo II y reconoce la codependencia de las dimensiones social y ecológica y a su vez está basado en el modelo de vulnerabilidad ante el cambio climático del IPCC (IPCC, 2007). Después de este trabajo, el número de publicaciones de este tipo aumentó considerablemente y ha sido citado por otros publicados en revistas indizadas (Cinner et al., 2012; Cinner et al., 2013a; Cinner et al., 2013b; Hernández-Delgado, 2015; Holbrook y Johnson, 2014; Marshall et al., 2013).
La importancia de estos modelos radica en reconocer los sistemas como sistemas socio-ecológicos (SSE), ante lo cual Ostrom (2009) menciona que los recursos utilizados por el humano están embebidos en SSE complejos. Además, se ha señalado que los modelos conceptuales que integran los SSE permiten alcanzar metas de sustentabilidad que benefician tanto a las sociedades humanas como a la naturaleza, y que integran además información de diversas disciplinas naturales y sociales con el fin de proporcionar un medio teóricamente fundamentado para probar hipótesis sobre las dinámicas y las implicaciones de las interacciones socio-ecológicas (Leslie et al., 2015).
Elementos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes coralinos
En la Figura 3, en a) se encontró que, la mayoría de los artículos publicados en revistas indizadas, incorporan los tres elementos de la vulnerabilidad: sensibilidad, exposición y capacidad de adaptación (27%), seguidos de los trabajos que abordan sólo la resiliencia (18%), la capacidad de adaptación e impactos (15% cada uno), la sensibilidad y la exposición (9% cada uno), y finalmente la exposición y al riesgo (6% cada uno). En cambio, en b) se observa que la capacidad de adaptación es el elemento más recurrente (33%), seguido por los impactos (28%), el riesgo (17%), los tres elementos -sensibilidad, exposición y capacidad de adaptación- y la resiliencia (11% cada uno).
El primer trabajo cuyo objetivo es evaluar la vulnerabilidad climática con sus tres elementos es nuevamente el de Marshall et al., 2009; su definición de vulnerabilidad utilizada está basada en el IPCC y menciona que "la vulnerabilidad está dada en función del tipo, la magnitud y la tasa de variación climática a la que un sistema está expuesto, así como de la sensibilidad y capacidad de adaptación de dicho sistema" (Marshall et al., 2009: 5). A partir de 2012 se observan numerosas publicaciones en revistas indizadas que evalúan los tres elementos de la vulnerabilidad (por ejem plo, Hughes et al., 2012; Johnson y Welch, 2016; Licuanan et al., 2015).
Sin embargo, en los primeros años (1997-2007) todos los trabajos evalúan la vulnerabilidad climática desde el enfoque de sólo uno de sus elementos -o de sus temas relacionados- y la mayoría están enfocados en mostrar aspectos de la resiliencia ecológica. En un ejemplo, Bellwood et al. (2004) analizan la resiliencia de los arrecifes de coral ante los cambios de fase, o de estado, de comunidades coralinas a comunidades de algas filamentosas ante los factores relacionados con las actividades humanas -pesca, exceso de nutrientes y contaminación- y con los efectos del cambio climático, como el blanqueamiento de coral. En esta investigación se encontraron seis trabajos de resiliencia ecológica. Otras dos publicaciones abordan la resiliencia desde la dimensión social (Anthony et al., 2015; Biggs et al., 2015).
Las producciones que incorporan sólo la capacidad de adaptación son abordadas principalmente desde la dimensión social, es decir, evidencian la capacidad de adaptación de las comunidades y de las industrias asociadas a los arrecifes de coral. Por ejemplo, en Bohensky y colaboradores (2010) se muestra la percepción de la capacidad de adaptación y de la política de adaptación en las comunidades pesqueras de Queensland (Australia) por medio de encuestas a pescadores y a sus familias. Otras dos publicaciones se enfocan en este elemento; son las de Evans et al. (2013) y Khan y Vincent (2015).
Por otro lado, Doney y sus colaboradores (2012) presentan una revisión de la literatura sobre los impactos del cambio climático en los ecosistemas marinos. En cuanto a los arrecifes resaltan la importancia que tienen los impactos del cambio climático sobre estos ecosistemas debido a que la cuarta parte de todas las especies marinas están asociadas a ellos. Cinner et al. (2016) identifican las múltiples vías de impacto dentro de los sistemas socio-ecológicos de los arrecifes de coral que surgen de cuatro fuerzas motrices clave: la temperatura superficial del océano, las tormentas, el aumento del nivel del mar y la acidificación del océano: este modelo conceptual está dirigido a la investigación del impacto del cambio climático en los sistemas socio-ecológicos que ayuda a identificar los diversos impactos que deben ser considerados con el fin de desarrollar una comprensión más completa de los impactos del cambio climático, así como para desarrollar acciones de manejo dirigidas a mitigar estos impactos en los arrecifes de coral y en las comunidades. Se encontraron otros dos trabajos importantes enfocados a los impactos y son los de McLeod et al. (2010) y Selkoe et al. (2009).
Para el tema de riesgo, hay un trabajo que presenta un modelo conceptual que estima el riesgo de extinción de los peces arrecifales con relación a disturbios del cambio climático -blanqueamiento del coral y mortalidad- y que predice la vulnerabilidad de una población de peces arrecifales, con la extinción de éstos después de un disturbio climático -índice de vulnerabilidad climática- en las Islas Seychelles (Graham et al., 2011). Dos trabajos reportan índices de riesgo para distintas naciones con arrecifes de coral y para el Indo-Pacífico; los principales riesgos y amenazas de los arrecifes a este fenómeno incluyen a los eventos de blanqueamiento de coral masivos y la reducción en las tasas de crecimiento del coral (Burke et al., 2012; Burke et al., 2011).
Finalmente, son muy pocos los trabajos que se enfocan sólo en uno de los elementos de la vulnerabilidad: la sensibilidad (Maina et al., 2008; McClanahan et al., 2014) y la exposición (Hereher, 2016; Maina et al., 2011). Esto puede estar determinado por las palabras clave o términos de búsqueda específicos utilizados al indagar en las bases de datos y no significa que no se publiquen trabajos asociados a estos elementos de la vulnerabilidad y a los arrecifes de coral ante los factores de estrés asociados al cambio climático.
Un trabajo que evalúa la vulnerabilidad climática desde una perspectiva diferente a todas las anteriores es el de Madin et al. (2008), quienes desde los componentes mecánicos de los arrecifes utilizaron una ecuación que medía la velocidad máxima del agua que una colonia de coral puede resistir en las Islas Lagartijas de Australia antes de desagregarse durante un disturbio climático intenso, y muestran cómo está vulnerabilidad climática está en función de la forma de la colonia y de la velocidad del agua.
Modelos conceptuales y metodológicos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes de coral
En general, la mayoría de los trabajos presentan un modelo metodológico -con índices o indicadores-, seguido por los modelos conceptuales, pero pocos presentan ambos modelos. Sería interesante desarrollar modelos conceptuales a nivel local que permitieran identificar los elementos de vulnerabilidad climática con sus implicados y las particularidades de estos sistemas socio-ecológicos con la finalidad de establecer medidas de adaptación o mitigación. Por su parte la aplicación de los modelos metodológicos que proponen índices e indicadores sirve para hacer comparaciones de la vulnerabilidad climática de estos sistemas a diversas escalas -local, regional y mundial-.
Un modelo metodológico interesante exhibe un procedimiento que correlaciona las varia bles físicas presentes cuando sucede un evento de blanqueamiento masivo y de mortalidad en los corales con el fin de predecir qué variables se correlacionan con este evento, éstas incluyen las corrientes superficiales, velocidad del viento, temperatura superficial del océano, radiación UV, radiación fotosintéticamente activa y concentración de clorofila a (Maina et al., 2008). En 2011 proponen un modelo metodológico similar para evaluar la exposición de los corales, a nivel global y regional, ante los factores de estrés relacionados a las variables de radiación (SST, anomalías de SST, luz UV y velocidad del viento), las variables que refuerzan el estrés (clorofila a y materia total suspendida) y las variables que lo reducen (variabilidad SST y rango mareal); así el estrés por radiación es el factor que mayor influencia tiene sobre los corales (Maina et al., 2011). Otro modelo de este tipo plantea una herramienta para evaluar la vulnerabilidad con la finalidad de identificar los impactos del cambio climático en las áreas costeras y buscar medidas de adaptación ante estos impactos; está construido mediante preguntas dirigidas a personas no especializadas en el tema para obtener los elementos de la vulnerabilidad para diversos ecosistemas y para los arrecifes de coral (Licuanan et al., 2015).
Cinner et al. (2013b) presentan un modelo conceptual para evaluar la vulnerabilidad socio-ecológica ante el impacto del blanqueamiento del coral en pesquerías junto con un modelo metodológico representado por el índice de vulnerabilidad socio-ecológica; este modelo ha sido modificado por Wolff y colaboradores (2015) para añadir un elemento de inequidad entre las emisiones de gases de efecto invernadero por país y sus efectos en los países con arrecifes de coral. Otro trabajo que presenta estos dos tipos de modelos, dirigido a evaluar la vulnerabilidad de los ecosistemas costeros en los trópicos ante el cambio climático, es propuesto como modelo VA-TURF y presenta tres componentes: pesquero, de ecosistemas arrecifales y socio-económico; se aplicó en dos sitios de Filipinas con la participación de la comunidad y personal local para determinar su vulnerabilidad climática y su metodología promueve la participación local en el desarrollo de la evaluación de la vulnerabilidad que les confiere la oportunidad de escalar sus esfuerzos a los niveles de gobierno (Mamauag et al., 2013).
Investigadores y regiones destacadas
Las investigaciones en cambio climático requieren de equipos multi o interdisciplinarios, por lo que las publicaciones son de multiautores. Esto es evidente en los resultados de esta investigación ya que se encontró que se ha incrementado el número de colaboradores e instituciones en los artículos de revistas indizadas (Anexo I); por ejemplo, del 1999 al 2007 el número de colaboradores máximo fue de cuatro (Bellwood et al., 2004) y a partir del 2010 se observa una mayor participación de autores, instituciones y países. Por ejemplo, el trabajo de Anthony et al. (2015) tiene 29 colaboradores de siete países (Australia, Estados Unidos de América, Fiji, Polinesia Francesa, Suecia, Kenia y Tailandia) y 21 instituciones de investigación, educación, gobierno y organizaciones de la sociedad civil. En el estudio de Cinner et al. (2016)) participaron 25 colaboradores de seis países (Australia, Estados Unidos de América, Canadá, Islas Salomón, Francia y Reino Unido) de institutos relacionados con Ciencias de la Atmósfera, Biología, Oceanografía, Geografía, y Sustentabilidad.
En la Figura 4 se observan los autores con mayor número de publicaciones relacionados con este tema, el país y el sitio de adscripción de cada uno, así como el número de trabajos publicados. Los autores con mayor número de publicaciones en revistas indizadas se encuentran en Australia, excepto tres de ellos que están en Estados Unidos de América. El autor con mayor número de trabajos es McClanahan, adscrito a la asociación civil Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre en los Estados Unidos de América (ocho trabajos), seguido de los investigadores Cinner y Graham, con seis trabajos cada uno y ambos adscritos al Centro de Excelencia de Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook en Queensland, Australia. En cuanto a las zonas de estudio de las publicaciones en revistas indizadas, la mayoría de ellas se dirigen a Australia, la Gran Barrera de Coral, y Oceanía (30%); le sigue la región del lndo-Pacífico, con 22% y 7% para la región del Caribe.
Contexto mexicano en los modelos para evaluar la vulnerabilidad de los arrecifes de coral ante el cambio climático
En el Cuadro 1 se observa que las publicaciones con modelos para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes en México datan del año 2008, y se presentaron en forma de reportes, informes, manuales, capítulos de libro y un artículo publicado en una revista indizada (resaltado en gris). Al igual que los trabajos a nivel mundial, se observa que la mayoría presentan modelos para evaluar la vulnerabilidad socio-ecológica; esto es de gran importancia pues se sigue la tendencia de reconocer las dos dimensiones de la vulnerabilidad como interdependientes y que se retroalimentan. Tres trabajos abordan la vulnerabilidad desde la perspectiva ecológica (Blanchon et al. 2010; INE, UNAM y Semarnat, 2008; Ponce-Vélez et al., 2011), mientras que sólo uno evalúa la dimensión socio-económica (Conanp y Giz, 2014).
Tipo de vulnerabilidad | Autor, año | Elemento de la vulnerabilidad | Tipo de modelo | Objeto de estudio | Colaboradores | Tipo de trabajo | Idioma |
Ecológica | INE, UNAM y Semarnat, 2008 | Impactos | Metodológico | Coral | 55 | Informe | Español |
Blanchon et al., 2010 | Impactos | Metodológico | Arrecifes de coral | 4 | Capítulo de libro | Español | |
Ponce-Vélez et al., 2011 | Impactos | Metodológico | Arrecifes de coral | 3 | Capítulo de libro | Español | |
Socio-ecológica | Padilla et al., 2010 | Riesgo | Conceptual | Arrecifes de coral | 3 | Capítulo de libro | Español |
Martínez et al., 2011 | Riesgo | Metodológico | Peces arrecifales | 3 | Artículo en revista indizada | Inglés | |
March et al., 2011 | Capacidad de adaptación | Metodológico | ANP | 33 | Reporte | Español | |
Conap-FMCN-TNC, 2011 | Capacidad de adaptación | Metodológico | ANP | 38 | Reporte | Español | |
Cepal, 2012 | Impactos | Metodológico | Arrecifes de coral | 22 | Reporte | Español | |
Conanp-CEGAM-WWF Fundación Carlos Slim, 2015 | Capacidad de adaptación y resiliencia | Metodológico | ANP | 11 | Manual | Español | |
Social | Conap-Giz, 2014 | Capacidad de adaptación | Metodológico | ANP | No aparece | Manual | Español |
Fuente: elaboración propia.
En el mismo Cuadro 1 se muestra la colaboración entre instituciones gubernamentales, sobre todo de la Conanp, con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) nacionales (FMCN, Fundación Carlos Slim y CEGAM) e internacionales (WWF, TNC y Giz), incluyendo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En general, la mayoría cuenta con una amplia colaboración entre autores, contabilizando un máximo de 55 (p. ej., INE, UNAM y Semarnat, 2008). Algunos de los autores que publican en estos trabajos pertenecen a instituciones educativas y/o de investigación nacionales como el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (UNAM), Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR). Sin embargo, la mayoría de los autores pertenecen a instituciones gubernamentales (Conanp y Semarnat) y a las OSC.
Una gran cantidad de trabajos incorporan la capacidad de adaptación (40%). El interés por este tema podría explicarse porque esas publicaciones tienen como objeto de estudio a las ANP. Uno de los ejemplos más recientes para estas áreas (Conanp, CEGAM, WWF y Fundación Carlos Slim, 2015) se presenta como una herramienta para conocer la vulnerabilidad socio-ecológica de éstas ante el cambio climático. Otro trabajo presenta los resultados obtenidos en el proyecto "Desarrollo de Programas Piloto de Adaptación al Cambio Climático en Áreas Naturales Protegidas del Sureste de México" (March et al., 2011) e identifica los manglares y los arrecifes de coral entre los ecosistemas más amenazados ante los efectos del cambio climático. En ese mismo año, se presenta el reporte Programa de Adaptación al Cambio Climático en Áreas Naturales Protegidas del complejo del Caribe de México (Conanp, FMCN y TNC, 2011), el cual identifica estrategias de conservación para el complejo de áreas protegidas del Caribe de México e incluye áreas con arrecifes coralinos, por ejemplo el Parque Nacional Arrecifes de Xcalak.
Hay trabajos que tienen como objeto de estudio las ANP con modelos metodológicos para evaluar la vulnerabilidad desde la capacidad de adaptación; esto podría estar relacionado con que estas áreas están administradas por la Conap, quien ha tomado la política de adaptación ante el cambio climático global como eje de desarrollo institucional (Semarnat e INECC, 2012); otro motivo podría ser que el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 incluye como estrategia la evaluación de los impactos, la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático en diferentes sectores socioeconómicos y sistemas ecológicos (Graizbord et al., 2009). Incluso se ha desarrollado una alianza, entre la Conanp y algunas OSC que busca recopilar herramientas técnicas, disponibles en línea y de acceso libre, que apoyen en la toma de decisiones y en la implementación de acciones en campo para la adaptación de los ecosistemas y las comunidades al cambio climático, siendo algunas de estas herramientas aplicables para determinar la vulnerabilidad de los arrecifes (March et al., 2013).
Sin desalentar el esfuerzo que se está realizando para evaluar la vulnerabilidad en las ANP, hay que considerar que no todos los arrecifes se encuentran bajo esta categoría de manejo. Además, estos modelos metodológicos son muy generales, por lo que sería importante presentar un marco conceptual y metodológico particular para estos ecosistemas arrecifales a nivel nacional. Con respecto a las ANP ante el cambio climático, Bezaury-Creel (2010: 689-690) mencionan:
Sin afán de desestimar los posibles beneficios que las áreas naturales protegidas costeras y marinas pueden representar en la mitigación del cambio climático global, sólo si somos capaces de lograr que estos espacios continúen proporcionando bienes y servicios directos a los mexicanos y que el valor de estos sea socialmente reconocido, especialmente aquellos relacionados con la capacitación ecosistémica al cambio climático para los asentamientos humanos costeros, se logrará que estas áreas sean vigentes en el siglo XXII.
En cuanto a los trabajos enfocados a los impactos (40%), la mayoría de estos evalúan la vulnerabilidad desde la dimensión ecológica. Por ejemplo, Ponce-Vélez y colaboradores (2011) estiman el grado de vulnerabilidad de algunos ecosistemas costeros, incluyendo los arrecifes, a través de las metodologías propuestas por el IPCC para Veracruz, Tabasco, Campeche y Quintana Roo. Asimismo Veracruz y Tabasco presentaron un grado de vulnerabilidad e impacto ambiental alto, mientras que Campeche y Quintana Roo se clasificaron con una afectación media ante los cambios climáticos y los fenómenos hidrometeorológicos extremos.
Al igual que los trabajos a nivel internacional, la mayoría de los de México presentan un modelo metodológico (88%) principalmente aplicado en las mismas ANP, por lo que se puede asumir que en estas áreas se realizan ejercicios prácticos para identificar la vulnerabilidad de estos ecosistemas. Sólo un trabajo presenta un modelo conceptual (Padilla et al., 2010) que muestra la estrategia de acción para la atención de la problemática ambiental que a nivel local, regional y global está afectando a los arrecifes de coral, así como las estrategias de conservación para fortalecer la resiliencia de estos ecosistemas.
El trabajo publicado por la Cepal (2012) presenta una metodología muy detallada para la construcción de dos índices de vulnerabilidad climática de la costa -índice de vulnerabilidad ecológica e índice de vulnerabilidad socioeconómica-. Incluye una sección relacionada con la vulnerabilidad de los arrecifes de coral; sin embargo, el cálculo de la vulnerabilidad climática de estos ecosistemas está basado en la recopilación y síntesis de otros trabajos, en los cuales los detalles de sus resultados son a nivel mundial y por lo tanto generales; este tipo de metodología podría ser útil para evaluar los arrecifes tanto a gran escala como a nivel nacional.
Con este método de búsqueda aplicado en este trabajo, sólo se encontró un artículo publicado en una revista indizada (Martínez et al., 2011), resaltado en el Cuadro 1, el cual presenta un modelo metodológico para evaluar la vulnerabilidad socio-ecológica de diversos ecosistemas marinos ante el cambio climático adaptado para el Golfo de México. Entre los ecosistemas evaluados se incluyen los arrecifes de coral junto con las especies de importancia pesquera. También se señalan los impactos que afectarían por dicho fenómeno a la producción pesquera en México; precisamente hacia ellos se tendrán que dirigir las estrategias de adaptación y mitigación.
También se encontraron trabajos con modelos para evaluar la vulnerabilidad climática en zonas costeras en México y, aunque no son específicos para los arrecifes de coral, en ellos se resaltan modelos metodológicos para evaluar esta vulnerabilidad sirviendo como casos de estudio para estos sistemas socio-ecológicos. El trabajo presentado por Núñez et al. (2016), estima la vulnerabilidad costera de Tabasco, ante el potencial incremento del nivel del mar, mediante el uso del índice de vulnerabilidad costera; otro trabajo similar para Tabasco, junto con Campeche, es el presentado por Ramos-Reyes et al. (2016). Ortiz y Méndez (1999) presentan un trabajo para el Golfo de México y el Mar Caribe, el cual está dirigido a evaluar la vulnerabilidad de la costa, desde el impacto ante el aumento del nivel del mar. Otros trabajos de este tipo son presentados por Yáñez-Arancibia y Day (2010) y Buenfil (2009).
Algunos trabajos nacionales, que también presentan una panorámica de este tipo, son los presentados por Azuz-Adeath y colaboradores (2010) y Ruíz-Ramírez (2016); el primero presenta una revisión sobre el estado del arte en la construcción e implementación de diferentes indicadores e índices propuestos para el desarrollo sustentable y la gestión ambiental, proponiendo algunos indicadores para la gestión costera y marina que consideren los impactos del cambio climático en México. El segundo, muestra una revisión y descripción de cuatro herramientas de análisis para la vulnerabilidad costera ante el aumento del nivel del mar para el caribe mexicano, la metodología común del IPCC, el análisis multicriterio y los modelos DIVA y CATSIM.
Vale la pena mencionar que se encontraron diversos trabajos que evalúan la salud de los arrecifes, sobre todo para el Arrecife Mesoamericano, por medio de índices e indicadores que también son utilizados en las evaluaciones de vulnerabilidad climática de estos ecosistemas; por ejemplo el trabajo presentado por Healthy Reefs Initiative (2008) detalla con gran precisión el método y uso de los indicadores para evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes del Caribe; o el presentado por Mcfield y Kramer (2007), quienes muestran un modelo conceptual de salud del Arrecife Mesoamericano, en el cual la estructura y función del ecosistema, el bienestar social y la gobernanza y los factores de cambio -cambio climático global- determinan esta salud.
Otro trabajo es el de Arrivillaga y Windevoxhel (2008), en el cual se evalúa el mismo sistema arrecifal (Mesoamericano) y se proponen estrategias para aunar los principales retos, minimizar o abatir las amenazas a los elementos de conservación, garantizar el mejoramiento de la viabilidad de los elementos de conservación y promover el uso sostenible y conservación de los recursos de biodiversidad para promover el logro de las aspiraciones y el desarrollo económico y social, así como la conservación en la región. Estos trabajos a nivel regional son importantes para México, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo (2010) menciona que la región mesoamericana es altamente vulnerable al cambio climático.
En general, Balvanera et al. (2016) afirman que el conocimiento relacionado con las condiciones climáticas -actuales y futuras- para los arrecifes de coral en México se encuentra en claro desarrollo con aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos. En relación a esto se reconoce que, considerando las bases de datos y los motores de búsqueda seleccionados, quedan fuera trabajos de colegas enfocados a la vulnerabilidad climática de estos ecosistemas en México y que no son citados aquí. Análisis futuros podrían incluir los trabajos que tienen que ver con la sensibilidad de los arrecifes o sus componentes ante los factores de estrés climático que se presentan en Álvarez-Filip y Gil (2006), Álvarez-Filip et al. (2009), Carricart-Ganivet et al. (2012), Carriquiry et al. (2001) y Reyes-Bonilla et al. (2002). Otros ejemplos de trabajos que versan sobre la capacidad de adaptación son Ayala-Bocos y Reyes-Bonilla (2008), Calderón-Aguilera y Reyes-Bonilla (2006), Fernández-Rivera et al. (2018), Medellín-Maldonado et al. (2016), Tortolero-Langarica et al. (2017) y Walther-Mendoza et al. (2016).
Conclusiones
En la mayoría de los trabajos revisados se observa una tendencia a la presentación de modelos dirigidos a evaluar la vulnerabilidad climática de los arrecifes de coral desde la dimensión socio-ecológica. En México se observa cómo se visualiza esta misma tendencia, hecho de gran relevancia puesto que se reconoce la codependencia de los arrecifes coralinos con las comunidades humanas asociadas o dependientes de estos ecosistemas.
En general, la mayoría de los trabajos presentan un modelo metodológico en el que incorporan la sensibilidad, la exposición y la capacidad de adaptación. Es importante señalar que los modelos conceptuales de la literatura publicada en otros medios, y no en revistas indizadas, han sido utilizados en éstas mismas, e incluso han marcado un punto de partida en la propuesta de este tipo de modelos como el de Marshall et al. (2009). A nivel nacional, la mayoría de los modelos presentados también son metodológicos, dirigidos principalmente a evaluar el impacto y la capacidad de adaptación, ésta última dirigida a las áreas naturales protegidas.
Se observa una tendencia al aumento en el número de colaboradores y de instituciones -gubernamentales, académicas y de la sociedad civil- en los trabajos nacionales e internacionales analizados en el periodo. La región con mayor número de producción de escritos es Oceanía (Gran Barrera de Coral). Los países con un mayor número de investigadores que publican este tipo de modelos son Australia y Estados Unidos; en estos países los trabajos presentados a manera de reportes y capítulos de libros muchas veces se publican en revistas indizadas. En México, la mayoría de trabajos se materializan en forma de reportes, informes, manuales y capítulos de libros.
Considerando las bases de datos y los motores de búsqueda seleccionados, quedan fuera importantes investigaciones de colegas que trabajan en los arrecifes en México, por lo que es importante hacer un ejercicio de reflexión acerca del tipo de literatura que se publica a nivel nacional, ¿cuáles son las posibles causas para que estos modelos no terminen en publicaciones de revistas indizadas?, ¿es realmente necesario publicar en revistas internacionales si un gran número de trabajos tienen como público meta a los tomadores de decisiones o manejadores de ANP? También sería necesario revisar los criterios hegemónicos de búsqueda que desarrollan muchos buscadores, los preferidos por el Sistema de Investigación Nacional, en lugar de valorar las formas de comunicación del conocimiento nacional.