1. Introducción
Argentina es considerado un país plurilingüe y multicultural, porque en su territorio conviven criollos, migrantes, poblaciones indígenas y afrodescendientes. Respecto a las poblaciones indígenas y siguiendo los datos proporcionados en el Congreso Nacional de Lenguas Indígenas (2019) por parte del Centro Universitario de Idiomas (CUI), se reconocen 36 lenguas, de las cuales 15 tienen vigencia con diversos grados de vitalidad, 9 están en proceso de revitalización y otras 12 ya extintas o sin hablantes.
Además, de acuerdo con las cifras aportadas por la Unesco, el Censo 2010 y la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas, las lenguas que más se hablan en la Argentina son: mapuzudungún, quechua, guaraní, qom l’aqtaq, wichí y aymará.
Dentro de las 15 lenguas que presentan distintos grados de vitalidad se encuentra la lengua qom l’aqtaq, también llamada toba. Sobre dicha lengua, que pertenece a la familia étnica y lingüística guaycurú, se pone el foco de atención para el desarrollo de la investigación en la se inspira este artículo.
En lo concerniente a la cantidad de población qom en la Argentina, el Censo Nacional de Población (2010) registró 126 967 personas autorreconocidas como qom, distribuidas en dos grandes regiones: por un lado, Chaco, Formosa y Santa Fe (75% del total) y, por otro, la ciudad de Buenos Aires y los veinticuatro partidos del Gran Buenos Aires (25% restante). Cabe señalar que los qom no son un grupo homogéneo ya que forman diversos subgrupos que se distinguen según variedades dialectales de la lengua que se diferencian por marcas fonológicas y léxicas (Messineo 2003).
Sobre la base de lo arriba expuesto, este artículo tiene como propósito contribuir a la reflexión sobre la situación sociolingüística de la lengua qom en Colonia Aborigen Chaco, poniendo especial atención en las actitudes e ideologías lingüísticas de los integrantes de la comunidad.
Las reflexiones que se expondrán se realizan, principalmente, considerando el trabajo de campo que viene llevándose a cabo desde el año 2017 en el asentamiento indígena. Así, de acuerdo con los lineamientos de la lingüística antropológica, la tarea de registro se realizó in situ y mediante técnicas propias del trabajo de campo etnográfico. Las principales herramientas de recolección de la información fueron la observación directa participante, las entrevistas con miembros de la comunidad qom y con responsables institucionales de diversos espacios (escuela, centros comunitarios, iglesias, centros de salud, etc.) y las conversaciones espontáneas/informales.
A continuación, se ofrece un acercamiento al contexto particular de de la comunidad qom de Colonia Aborigen Chaco 0 (§2); se explicita el estado de la cuestión (§2.1); se expone el diseño metodológico empleado (§2.2) y el marco teórico (§2.3); se presenta una problematización inicial de la situación sociolingüística en Colonia Aborigen Chaco a partir de los resultados arrojados en el trabajo de campo (§3); y se incluyen las conclusiones esbozadas hasta el momento (§4).
2. Contextualización: colonia aborigen chaco
La comunidad qom estudiada reside en Colonia Aborigen Chaco que es considerada uno de los mayores asentamientos indígenas de Argentina. Se localiza en la zona central de la provincia chaqueña, entre los departamentos 25 de Mayo y Quitilipi (el límite norte de la Colonia corre paralelo a la Ruta Nacional N° 16 que une Resistencia con Presidencia Roque Sáenz Peña) (Aliata 2017). Desde dicha ruta, se ingresa a la Colonia por un camino, recientemente pavimentado, de 7 kilómetros de extensión. El asentamiento está constituido por 20 000 hectáreas, distribuidas entre los Lotes 38, 39 y 40. De acuerdo con los datos proporcionados por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) Machagai, en el año 2016 vivían alrededor de 3 000 habitantes en la zona central. Actualmente, se estima que ese número se ha duplicado y la población está conformada, mayormente, por indígenas qom y por un pequeño sector de moqoit.
Los qom1 eran grupos originalmente nómadas que se dedicaban especialmente a la caza, la pesca y la recolección. Según Messineo (2003), se organizaban en bandas, constituidas por la unión de varias familias y se desplazaban por los territorios al ritmo de los ciclos ecológicos.
Nota: Colonia Aborigen Chaco (rojo) se localiza entre las localidades de Quitilipi y Machagai (negro), en el centro de la provincia chaqueña, Argentina. Elaboración propia.
Figura 1. Ubicación geográfica de Colonia Aborigen Chaco, Argentina
A veces, varias bandas se agrupaban y formaban tribus, que eran unidades políticas con una misma variante dialectal y con relaciones de parentesco por el intercambio matrimonial. Estas estaban bajo el mando de un cacique y su liderazgo podía heredarse. Antes del contacto con los grupos dominantes, los qom ocupaban la zona central y meridional del Gran Chaco (formado por las provincias de Formosa, Chaco, Santa Fe y Salta).
Con la llegada de los españoles comenzó el contacto qom/español. Entre los siglos XXVII y XIX, fueron muchas las motivaciones económicas, políticas y religiosas que llevaron a controlar al territorio chaqueño y a los indígenas que lo habitaban.
Por su parte, la iglesia católica fue la encargada de “convertir y civilizar” a muchos pueblos indígenas. Para tal fin, entre los siglos XVIII y XIX, los jesuitas y los franciscanos promovieron un proceso de conversión y educación en Chaco, estableciéndose en misiones.
Estos intentos de colonización se consolidaron con las campañas militares iniciadas en 1884, cuyo objetivo era ampliar las fronteras y promover el desarrollo capitalista. En consecuencia, a principios del siglo XX, los indígenas fueron sometidos al proyecto nacionalista (y al desarrollo de la industrialización) en el que participaban forzadamente aportando su mano de obra. Es decir, los indígenas chaqueños sufrieron las consecuencias de un sistema económico desigual basado en la extracción y el monopolio de tierras (Maidana 2011; Trinchero 2009): fueron desterrados y sus tierras entregadas a los colonos.
El contacto entre los qom y los criollos se acentúo al incorporar a los indígenas a la economía regional de forma dispersa y estacional, por medio del trabajo en los ingenios azucareros y como recolectores de algodón. Con estas nuevas imposiciones se buscaba restringir sus desplazamientos, obligarlos a asentarse y limitar su acceso al monte. Por eso, se crearon reducciones gubernamentales, entre ellas la Reducción de Indios de Napalpí (actual Colonia Aborigen Chaco), fundada en 1911 por la expedición militar de Rostagno (Musante 2013). Estas reducciones dieron lugar a la escolarización de los indígenas en escuelas públicas, donde se buscaba disciplinar a los niños para posteriormente incorporarlos al sistema de trabajo.
En 1924, debido a la explotación y al maltrato, los indígenas decidieron reclamar por salarios más dignos, porque se les había prohibido trabajar en los ingenios de Salta y Jujuy y por el establecimiento de la quita del 15% de lo que producían. Finalmente, el 19 de julio de ese mismo año, policías y civiles armados provenientes de la ciudad de Quitilipi, con la excusa de un supuesto “malón indígena”, masacraron a indígenas de todas las edades.
Las consecuencias y detalles de esta matanza se han invisibilizado a lo largo de la historia; sin embargo, mucha información ha empezado a conocerse gracias al Juicio por la Verdad de la Masacre de Napalpí, llevado a cabo durante el año 2022. El juicio fue retransmitido públicamente y la sentencia se dictó en forma trilingüe (toba, mocoví, español) para que pueda ser entendida por todos los miembros de estas comunidades indígenas; también fue interpretada en lengua de señas. El veredicto declaró a la Masacre de Napalpí oficialmente como crimen de lesa humanidad. En la sentencia puede leerse: “La masacre provocó graves consecuencias en los sobrevivientes y en sus descendientes. Producto de ello y de una sistemática opresión, las generaciones posteriores de los pueblos Moqoit y Qom sufrieron el trauma del terror, el desarraigo, la pérdida de su lengua y su cultura” (Sentencia “Masacre de Napalpí s/Juicio por la Verdad”: 3). A pesar del avance que esta sentencia de reparación histórica representa, todavía queda silencio por romper y una herida abierta en los pobladores de la Colonia.
Claro está que la historia de contacto entre la comunidad qom y la sociedad dominante ha sido determinante para las actitudes y las ideologías que los indígenas adoptaron sobre las lenguas, al igual que para sus elecciones lingüísticas.
2.1. Estado de la cuestión
Desde el punto de vista sociolingüístico, estudios sobre la lengua qom en general han demostrado que sufre un proceso de desplazamiento en favor del español, consecuencia de la desterritorialización que la comunidad ha sufrido a lo largo de la historia a partir de la conquista y colonización de la región. Como así también, por las permanentes migraciones a las grandes ciudades que comenzaron en la década del ‘50 y por la interrupción de la transmisión intergeneracional de la lengua.
Hecht & Messineo (2017: 248) sostienen que “la migración más o menos constante y estacional de las familias hacia los centros urbanos genera fenómenos de contacto e influye en la vitalidad de las lenguas”. Así, la vitalidad de la lengua varía según el lugar en el que se observe.
Además, tal como lo expresa Messineo (2003: 27):
“(...)hablar del toba como una lengua en vías de desaparición puede resultar erróneo y hasta peligroso, dado que su “vitalidad” depende no solo del hábitat, la edad, el sexo y el grado de escolaridad de sus hablantes, sino también de las distintas situaciones de uso, del tipo de la interacción comunicativa y de los participantes involucrados en dichas interacciones.”
Diversas investigaciones argentinas se han centrado en comunidades qom que han migrado hacia centros urbanos. Entre ellas, puede destacarse el trabajo antropológico realizado por Hecht (2008, 2010, 2011), que “indaga sobre la relación entre los procesos de identificación étnica y de desplazamiento lingüístico en niños tobas” (2008: 143). En este caso, el español sustituye al qom en la mayoría de las situaciones comunicativas y los niños lo adquieren como primera lengua. Sin embargo, la lengua vernácula constituye para el grupo una marca explícita de su etnicidad.
Por su parte, Beiras del Carril & Cúneo (2019) analizan las prácticas comunicativas de jóvenes qom nacidos en Buenos Aires a fin de observar la producción verbal bilingüe qom-español de una banda de rap originario. Estos jóvenes, que se encuentran en un contexto de marcado desplazamiento de la lengua qom, evidencian formas propias de apoderarse de la lengua y darle continuidad en el rap.
También, Avellana & Dante (2009) estudian la situación de contacto lingüístico del barrio qom de Derqui, Buenos Aires y notan que el contacto está condicionado por factores sociales y que existen diferencias entre los adultos que adquieren el español como segunda lengua y los jóvenes que la adquieren como primera. Los adultos han pasado por un proceso de desplazamiento lingüístico, pero sin el abandono de la primera lengua. Los jóvenes poseen el español como lengua materna, pero en su habla muchas veces aparecen saludos en qom y palabras sueltas o frases fijas.
Por otro lado, mencionamos la tesis de Bigot (2007) que describe profundamente la situación sociolingüística y cultural de los qom en Rosario. En este contexto, el español se utiliza necesariamente para interactuar con segmentos de la sociedad regional/nacional y su empleo varía con el grado de escolarización, motivación y frecuencia de uso. Mientras que, el espacio funcional de la lengua qom cubre casi todos los dominios de comunicación intraétnicos.
También, ciertos autores han estudiado a los grupos qom de La Plata. En primera instancia, Tamagno (2001, 2003), trabaja con familias tobas migrantes del Gran Buenos Aires y comprueba que la migración no provocó la pérdida de la identidad, como alguna vez llegó a suponerse, ya que estos indígenas migrantes piensan y actúan como pueblo.
En consonancia con Tamagno, Ibañez Caselli (2007: 1), reflexiona sobre “la vigencia y los usos, las actitudes y valores que la lengua materna posee para la comunidad toba del Barrio Las Malvinas”. La antropóloga afirma que el haber migrado y asentarse lejos de su lugar de origen no ha determinado la pérdida de la identidad y que la lengua toba continúa vigente.
Por último, Vigil Oliveros (2018: 128) observa las actitudes de los pobladores del barrio Las Malvinas de La Plata hacia la lengua y demuestra el estado de debilitamiento lingüístico. La investigadora reconoce un contexto en el que el español arrasa con la lengua qom. Respecto a los dominios de uso de la lengua indígena, el único en el que se conserva es en las reuniones familiares, pero el uso no es exclusivo. En consecuencia, la comunidad comenzó a dar clases de qom l’aqtaq: “ese es el espacio de lucha contra el aniquilamiento lingüístico”.
Sobre la base de lo hasta aquí expuesto y dado que no existen otros estudios centrados en la situación sociolingüística sobre Colonia Aborigen Chaco, la presente investigación busca contribuir al conocimiento etnolingüístico de esta comunidad, teniendo en cuenta la situación actual y su historia marcada por la violencia y la represión.
2.2 Diseño metodológico
La investigación se inserta en el campo de la lingüística antropológica y tiene carácter etnográfico, porque parte de un proceso de observación participante en la comunidad en cuestión. La metodología empleada es cualitativa, es decir, nos valemos de la observación directa y de las entrevistas con miembros de la comunidad y con responsables institucionales.
En el primer trabajo de campo (2017) ocurrió que las entrevistas no podían realizarse con fluidez y muchas preguntas no querían ser contestadas por falta de confianza, incluso muchos escapaban de la situación. Como consecuencia, se llevó a cabo un tipo de entrevista más desestructurado y breve, a fin de no hacer sentir invadidos a los entrevistados.
Considerando esa experiencia, en el año 2019, se efectuaron entrevistas semidirigidas, es decir, interacciones verbales flexibles, a modo de conversación. Si bien se contaba con preguntas concretas previamente diseñadas, los entrevistados podían explayarse y expresarse sobre las cuestiones que preferían. Este trabajo de campo dio lugar a nuevas inquietudes y fomentó el interés por el estudio de las actitudes e ideologías lingüísticas.
Así, en las visitas de febrero del 2020 y mayo del 2022, se mantuvo el carácter semidirigido de las entrevistas a partir de conversaciones individuales y grupales y se enfatizó en preguntas vinculadas con las actitudes e ideologías sobre las lenguas, sus ámbitos de uso, el desplazamiento lingüístico y el vínculo lengua-identidad.
2.3. Marco Teórico
Como se dijo con anterioridad, este trabajo se inserta en el marco teórico de la lingüística antropológica que constituye un campo interdisciplinario porque se desarrolla sobre métodos que pertenecen a otras disciplinas, especialmente de la antropología y la lingüística, a fin de proporcionar una comprensión de los variados aspectos del lenguaje. Por su parte, los lingüistas antropólogos trabajan desde la etnografía y consideran a los hablantes como actores sociales, como miembros de una comunidad, y al lenguaje como una práctica social e histórica, resultado de la interacción social (Duranti 2000).
De esta manera, el lenguaje no puede ser comprendido sin referenciar a los contextos particulares en los que se usa, ya que tanto los contextos como las prácticas lingüísticas se condicionan mutuamente. Al respecto, Bigot (2010: 7) sostiene que “el dominio de la lingüística antropológica (o etnolingüística) se extiende hacia distintos ámbitos temáticos en los que la lengua y el contexto sociocultural se tratan conjuntamente, implicando conexiones entre lingüística y antropología”. Es por esto que resulta relevante la observación participante basada en la experiencia y en la exploración.
Ahora bien, dentro de este marco, las nociones principales que se tendrán en cuenta son las de “desplazamiento lingüístico” y las de “actitudes e ideologías lingüísticas”, que a continuación describiremos brevemente.
En relación con el “desplazamiento lingüístico”, este ha sido abordado desde diferentes puntos de vista en el campo de estudio de la lingüística, de la lingüística antropológica y de la documentación. Según Thomason & Kaufman (1988) y Campbell & Muntzel (1989), el desplazamiento lingüístico es el tipo más frecuente de muerte de una lengua, ocurrido por la gradual sustitución de una lengua minoritaria por una lengua dominante o hegemónica. Esto sucede cuando las generaciones jóvenes de una comunidad bilingüe dejan de hablar de manera progresiva la lengua de sus mayores por la interrupción de la transmisión intergeneracional y adoptan como lengua materna la lengua que en las generaciones anteriores era segunda lengua.
El fenómeno así observado se considera muchas veces irreversible y unidireccional (Ciccone 2013). Por su parte, Romaine (1996))destaca que son muy importantes las elecciones que los individuos hacen en su vida cotidiana porque, a largo plazo, producen un efecto en las lenguas. Mufwene (2017) se pregunta sobre qué es lo que hace que una comunidad cambie de lengua y sostiene que el fenómeno de la pérdida de una lengua puede producirse por múltiples razones con distintos grados de relevancia, tales como: A) el tamaño de la población; B) la globalización; C) la colonización; D) el desplazamiento lingüístico; E) las migraciones; F) los conflictos políticos; G) y las prácticas lingüísticas en las escuelas, entre otras.
Considerando las definiciones que acaban de exponerse, la presente investigación entiende el desplazamiento lingüístico como un proceso complejo y dinámico que no supone obligatoriamente la pérdida irreversible de una lengua (Hill & Hill 1999 [1986]; Gal 1989; Dreidemie & Hecht 2009). Por eso, para el análisis de la comunidad qom de Colonia Aborigen Chaco y de su actual situación de desplazamiento lingüístico es muy importante tener en cuenta el contexto sociohistórico.
Por otro lado, sobre las actitudes e ideologías lingüísticas debe decirse que estudiarlas nos permite conocer las creencias y posturas valorativas que se ocultan en los diversos usos lingüísticos, al igual que información sobre los hablantes y su posición en el grupo social. Garret (2010) destaca la importancia de las actitudes lingüísticas para la supervivencia de las lenguas minoritarias ya que inciden en la continuidad de la transmisión intergeneracional de la lengua. Otro aspecto a tener en cuenta sobre las actitudes lingüísticas es que son dinámicas porque cambian como consecuencia de distintos factores, como la edad, el género, el contexto, la experiencia social, la historia de la comunidad, etc. (Moreno Fernández 1998).
Además, otros especialistas (Moreno Fernández 1998; Hernández Campoy 2004; Garret 2010; Díaz Campos 2014) proponen la existencia de tres componentes propios de las actitudes lingüísticas. A saber: (i) el componente afectivo, que se vincula con las relaciones emocionales y los sentimientos hacia la lengua que surgen en la interacción; (ii) el componente cognitivo, que incluye las creencias y prejuicios que los hablantes poseen sobre las lenguas; y (iii) el componente conductual, que evidencia el comportamiento. Este último muchas veces entra en tensión con los otros (por ejemplo, cuando las valoraciones son positivas, pero se evita hacer uso de la lengua por los prejuicios).
Sobre las ideologías lingüísticas, se hallan diversas aproximaciones socioantropológicas. Silverstein (1979) brinda una primera definición diciendo que se constituyen por un conjunto de ideas y convicciones que los hablantes tienen sobre la lengua y justifican sus usos. Irvine (1989) explica que las ideologías lingüísticas, en tanto sistemas culturales, están cargadas de ideas y de intereses políticos y morales, sobre las relaciones sociales y lingüísticas. Woolard (1998: 19) sostiene que, explícitas o implícitas, “interpretan la relación entre la lengua y los seres humanos en el mundo social”. Es decir, que no solo tienen que ver con cuestiones del habla, sino más bien, con la relación entre el lenguaje y diversos ámbitos de la vida social. De esta manera, las ideologías lingüísticas son un fenómeno a nivel colectivo, pero esto no significa que siempre estén compartidas completamente dentro de la comunidad. Asimismo, tienen que ver con relaciones de poder y/o prestigio. Entonces, las ideologías lingüísticas son importantes porque ayudan a comprender la confluencia entre los aspectos lingüísticos y sociales dentro de una comunidad, entre la identidad individual y su comunidad.
Por su parte, Kroskrity (2000) piensa a las ideologías lingüísticas como un “enjambre” que presenta ciertas características: (i) representan la percepción de la lengua y del discurso de acuerdo con los intereses de un grupo particular; (ii) son múltiples y se sitúan en sitios específicos; (iii) son una mediación entre las formas de hablar y las estructuras sociales. El ímpetu en su propuesta está en que, además de manifestarse explícita o implícitamente, las ideologías lingüísticas poseen un componente afectivo en su génesis.
Por último, como aclara Leeman (2012), las actitudes lingüísticas enfatizan más en creencias individuales, mientras que las ideologías lingüísticas van más allá de lo individual y tienen en cuenta, por ejemplo, las relaciones sociales y lingüísticas y los valores morales y políticos. De esta manera, el estudio de las ideologías no solo permite observar los sistemas de creencias y la interacción con otros sistemas sociales, sino también explorar cómo dichas ideologías emergen de relaciones de poder. Así, observar las actitudes lingüísticas en Colonia aborigen Chaco representa el primer paso, para abordar las ideologías lingüísticas.
3. Hacia una descripción de la situación sociolingüística en colonia aborigen chaco
Me preocupa nuestra situación en la Colonia porque nosotros vamos a reclamar derechos y con qué cara lo hacemos si ni siquiera hablamos nuestra propia lengua. Dentro de unos años, y no falta mucho, de indígena a la Colonia solo le va a quedar el nombre. (Patricia, 54 años)
Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta aquí, seguidamente exponemos el análisis desarrollado tras las observaciones participantes llevadas a cabo en Colonia Aborigen Chaco de las actitudes e ideologías lingüísticas sobre las lenguas qom/español.
3.1. Actitudes e ideologías lingüísticas hacia las lenguas qom y español en Colonia Aborigen Chaco
Para comenzar, nos centramos en las actitudes hacia la lengua indígena. Al respecto, destacamos el vínculo que los entrevistados señalaron entre la lengua indígena y la identidad2, tratándose de una actitud positiva hacia la lengua qom. Muchos de ellos han manifestado su preferencia por hablar en qom, ya que consideran a la lengua indígena como un marcador muy importante para la identidad étnica. Esto puede apreciarse en los siguientes testimonios:
(i) “Prefiero hablar la lengua qom porque es la lengua de nuestros ancestros. Es importante que hablemos el qom, es nuestra cultura.” (Walter, 47 años)
(ii) “Si la lengua se pierde, estaríamos perdiendo nuestra identidad.” (Ariel, 45 años)
(iii) “Perder la lengua sería como extinguirnos, porque no tendríamos cómo identificarnos. Yo puedo decir soy qom, pero si no hablo, ¿qué soy?” (Fiorella, 25 años)
(iv) “Para mí es importante hablar el qom porque es la herencia que me dejó mi mamá y parte de mi identidad.” (Marta, 68 años)
Otro aspecto para tener en cuenta en cuando al vínculo lengua-identidad se relaciona con el nombre del asentamiento en el que se encuentra la comunidad: Colonia Aborigen Chaco. Este es un nombre que no ha sido elegido por el grupo de indígenas y por eso, actualmente manifiestan el deseo de cambiarlo. El desarrollo del Juicio por la verdad de la Masacre de Napalpí ha sido definitorio para que los miembros de la comunidad decidan insistir para cambiar el nombre actual por otro en su lengua. Así, renombrar al asentamiento con una palabra en qom funciona como una marca de identidad étnica. Ellos expresan:
(v) “Colonia es colonización. Actualmente, hay un nombre tentativo (no definido) en qom que significa reunirse/juntarse; pero hay dudas porque también puede tener otro significado. Es un objetivo renombrar la Colonia.” (Omar, 70 años)
(vi) “Nosotros no elegimos que se llame así.” (Marta, 68 años)
(vii) “Colonia significa que estamos colonizados. Repudiamos ese nombre. Tampoco queremos que se vuelva a llamar Napalpí. Me parece mejor que se vuelva a llamar con una palabra qom que significa lugar de encuentro.” (Fiorella, 25 años)
(viii) “No estoy de acuerdo porque proviene de los colonos. El nombre debería estar relacionado con algo vivo, no Napalpí que significa cementerio.” (Susana, años)
(ix) “Considero que se tiene que cambiar a un nombre más relacionado con nuestra comunidad. Colonia significa un lugar sin progreso, encierro; no nos permite tener nuestra propia convivencia. Sería mejor que lleve el nombre de un hermano o de una planta, por ejemplo.” (Mario, 39 años)
(x) “Hoy queremos cambiar el nombre. Se va a presentar a una asamblea; se quiere poner lugar de encuentro en qom. Colonia es colonialismo, imposición.” (Gustavo, 47 años).
(xi) “Fueron nombre impuestos y siempre nos lo cuestionamos porque forman parte del genocidio. No nos identificamos con el nombre Colonia. Se va a cambiar y va a generar un antes y un después; seguramente se llame lugar de encuentro.” (Viviana, 34 años)
Por otro lado, en los trabajos de campo realizados entre el 2017 y el 2020, también se observó una actitud de rechazo hacia la lengua indígena por vergüenza, miedo y por la necesidad de progreso, entre otros motivos. No debemos perder de vista que los contactos entre los grupos dominantes y subordinados suelen ser conflictivos al estar mediados por relaciones de poder y que la identidad se construye en el proceso de aceptación-rechazo (Tamagno 1988). Algunos entrevistados mencionaron que “antes” se les prohibía usar la lengua y que, por eso muchas generaciones no han recibido la transmisión intergeneracional de la misma. Al respecto, Hirsch et al. (2006: 108): “los hablantes deben mostrar un manejo satisfactorio de la lengua dominante para poder satisfacer sus necesidades básicas, y dejan de transmitir la lengua a sus hijos con el fin de lograr movilidad social ascendente”:
(xii) “Mi abuela fue una de las que disparó3 de la Masacre, ella falleció a los 86 años hace 5 años. A ella en la escuela la obligaron a hablar en castellano, por eso no nos transmitió la lengua, por temor.” (Mario, 39 años)
(xiii) “Yo no voy a enseñarles la idioma a ellos (señalando a sus nietos), tienen que saber la castilla para poder defenderse. Enseñarles la idioma es un retroceso.” (Matilde, 88 años)
(xiv) “Hoy la mayoría elige no hablar porque tienen vergüenza, otros no se quieren identificar como aborígenes.” (Mario, 39 años)
(xv) “Por muchos años, la gente decía que hablar el idioma era un retraso.” (Viviana, 34 años)
(xvi) “Cuando mi mamá era chica en la escuela la humillaban, le hacían pasar vergüenza por ser hija de una artesana que vendía canastos en la calle. Le decían que era una indígena sucia. […] Hay chicos de mi edad que vos mirás sus facebook y en su lugar de origen en vez de poner Colonia Aborigen Chaco ponen Resistencia, porque les da vergüenza.” (Fiorella, 25 años)
(xvii) “La juventud no quiere hablar qom porque se sienten discriminados.” (Daniel, 38 años)
(xviii) “Antes si hablabas te buscaban para matarte.” (Ariel, 45 años)
(xix) “La gente dejó de hablar por necesidad, miedo y vergüenza.” (Javier, 42 años)
(xx) “Cuando yo era chico, hablar el qom en la escuela era motivo de castigo: nos mandaban al rincón o nos golpeaban con el puntero. Estaba mal. En esa época, en la que todavía no había maestros interculturales bilingües, la gente llegaba a séptimo grado y abandonaba porque se sentían solos.” (Ramón, 46 años)
Al observar las actitudes positivas y las negativas hacia la lengua indígena, se hace evidente cómo entran en tensión los componentes de las actitudes lingüísticas que mencionamos en el marco teórico (Moreno Fernández 1998; Hernández Campoy 2004; Garret 2010; Díaz Campos 2014): el componente conductual se enfrenta al componente afectivo, ya que más allá de las actitudes positivas, se ha ido perdiendo el uso de la lengua indígena, según manifiestan los entrevistados, por la violencia, los prejuicios y la represión que históricamente sufrieron.
No obstante, en el último trabajo de campo de 2022, se dejó entrever que en el presente y tras el Juicio de reparación histórica por la Masacre de Napalpí, existe una actitud de apertura hacia la lengua, especialmente de las generaciones más jóvenes:
(xxi) “Los que tienen entre 30 y 40 años son de la generación que se negaba a usar la lengua; pero, actualmente, tienen interés por volver a usarla, por revitalizarla.” (Walter, 47 años)
(xxii) “Hasta hace poco se creía que hablar en qom es retroceder y hoy no es así.” (Gustavo, 47 años)
(xxiii) “Opino que la masacre generó que perdamos nuestra cultura. Sería bueno que volvamos a aprender todos nuestra lengua.” (Ariel, 45 años)
(xxiv) “Varios señores de 60 están muy preocupados y proponen la capacitación en la lengua. Es un gran desafío recuperarla. Me interesa totalmente que eso suceda.” (Gustavo, 47 años)
A este cambio de actitud lo entendemos como una forma de resistencia/revaloración etnolingüística. Lo expuesto hasta el momento demuestra el carácter dinámico que poseen las actitudes e ideologías lingüísticas por ser fluctuantes y modificarse en función de los cambios del contexto.
Cabe aclarar que, más allá de este notable cambio de actitud, aún quedan casos de negación a la lengua, por miedo a que el pasado se repita. Por ejemplo, una de las entrevistadas comentó que cuando su abuela participó del Juicio por la Verdad de la Masacre de Napalpí, no quería responder a determinadas preguntas, como las referidas a su lugar de precedencia, ni dar ciertos datos por miedo a que la policía la detenga. Si nos remitimos a la cuarta4 jornada del juicio, vemos que cuando la jueza le pregunta a la abuela Matilde: “¿Dónde vive usted?”, la abuela responde: “Acá nomás”. Y la jueza insiste: “¿Aquí en la zona?”, pero la abuela parece no entender y le pide al intérprete qom que la acompaña que se lo repita en qom. Luego, responde: “¿Ahora? No sé, acá nomás. No sé, cómo se llama no sé, porque eso sí que no sé, yo el nombre… (titubea)”. La situación se repite ante otras preguntas.
Otros de los entrevistados durante el trabajo de campo, expresaron sobre el juicio:
(xxv) “Hubo muchas malas interpretaciones que creían que el Estado iba a hacer algún mal otra vez.” (Gustavo, 47 años)
(xxvi) “En el juicio hubo muchas dudas dentro del pueblo.” (Fiorella, 25 años)
(xxvii) “Vi el juicio como política más que otra cosa.” (Ariel, 45 años)
Estos testimonios ponen de manifiesto las consecuencias que llegan hasta la actualidad del miedo sembrado en las comunidades indígenas en la época de las reducciones estatales; miedo que fue promovido por la prohibición, la violencia y la represión.
En lo que respecta al español, la mayoría de los entrevistados tienen una actitud positiva hacia la lengua, ya que consideran que, al ser la lengua dominante, permite el progreso y la integración a la sociedad. Además, afirman que saber español les abre puertas que no serían posibles si solo hablaran la lengua indígena y, al mismo tiempo, les da la posibilidad de “defenderse”. Es decir, hablar español no solo les permite comunicarse, sino también protegerse y evitar la discriminación especialmente para los niños y jóvenes. Al decir de Chappel (2017: 120): “la lengua de prestigio se asocia con la educación y la cultura, la adquisición y el uso de la lengua de prestigio sirve como un símbolo de la clase social, un símbolo que proporciona acceso a los dominios más elitistas y que separa la élite de la masa. En otras palabras, la adopción de una lengua de prestigio es sinónimo a la adopción de la cultura de prestigio también”. Los entrevistados así lo han expresado:
(xxviii) “Tienen que saber la castilla para poder defenderse. Hace muchos años, acá nomás asesinaron a uno y cuando vino la policía a interrogar, ellos solo sabían decir ‘sí’ y ‘no’ y los molieron a palos por no saber hablar. Ellos no sabían la castilla y no podían defenderse y fueron humillados. Por eso, yo ahora no se las enseño para que no pasen por eso que pasamos nosotros.” (Matilde, 88 años)
(xxix) “El español vino perfectamente bien porque nos dio un horizonte nuevo, va cambiando el rumbo de la gente.” (Omar, 70 años)
(xxx) “Antes no había comunicación; fue necesario aprender el español.” (Carlos, 36 años)
(xxxi) “Me parece importante hablar el español porque es la lengua dominante y con la que nos relacionamos socialmente.” (Walter, 47 años)
Reformulando, en lo concerniente a las actitudes lingüísticas ante la lengua indígena, nos encontramos con dos posturas: una positiva y otra negativa. La actitud positiva reproduce la ideología lingüística de la lengua qom como símbolo de identidad étnica, ya que les permite definirse como qom, identificarse como pertenecientes a una misma comunidad y diferenciarse frente a otros. Es tal el valor de representación que posee la lengua para la comunidad qom de Colonia Aborigen Chaco, que incluso así lo manifiestan indígenas cuya primera lengua es el español y que no hablan la lengua indígena. La negativa, se asocia a la negación de la lengua qom para evitar la violencia, la marginalidad y la discriminación, por eso durante muchos años los padres decidieron no transmitir la lengua indígena a sus hijos, cortando así la transmisión intergeneracional. Esta actitud evidencia la ideología del desprecio (Dorian 1998) porque los hablantes reciben el mismo desprecio que su lengua que fue objeto de menosprecio en el sistema de estratificación lingüística producto de la conquista y colonización. Es decir, si los hablantes poseen frente a otros un bajo prestigio, su lengua también será valorada de esa manera. Pero, como ya se ha adelantado, hemos podido observar que esta actitud actualmente está cambiando gracias al Juicio por la Verdad de la Masacre de Napalpí, realizado en mayo del 2022.
3.2. Desplazamiento lingüístico
Sobre la base de lo arriba expuesto y a partir de las observaciones participantes realizadas en el campo puede decirse que en Colonia Aborigen Chaco se evidencia un proceso de desplazamiento de la lengua indígena por el español. Casi la totalidad de los entrevistados tienen como primera lengua el español a excepción de casos especiales como, por ejemplo: dos mujeres artesanas que adquirieron la lengua qom en su infancia a través de sus padres. Por su parte, otros entrevistados han dicho que aprendieron la lengua indígena de adultos en sus formaciones terciarias o “por curiosidad”. También nos encontramos con indígenas que no pueden emplear la lengua qom pero que son capaces de decodificar los contenidos de la comunicación y entender los significados socialmente construidos. Por eso es posible hablar de una comunidad de habla qom en Colonia Aborigen Chaco. Según Dorian (1982), dentro de la comunidad de habla se incluyen distintos tipos de hablantes: hablantes activos bilingües, semihablantes bilingües, hablantes receptivos y los que no hablan ni entienden la lengua pero que poseen un sentimiento de pertenencia al grupo.
En consecuencia, si bien el desplazamiento lingüístico en Colonia Aborigen Chaco es evidente, no es total sino parcial. Para esta investigación consideramos al desplazamiento lingüístico como un proceso complejo y dinámico que no supone obligatoriamente la pérdida irreversible de la lengua (Hill & Hill 1999 [1986]; Gal 1989; Dreidemie & Hecht 2009). Además, de acuerdo con los testimonios, ambas lenguas (qom-español) son importantes para la comunidad, pero tienen que ver con motivaciones diferentes. El español, presenta una motivación instrumental y comunicativa, mientras que el mantenimiento de la lengua qom se vincula más con una motivación identitaria.
El interés por revitalizar la lengua qom está latente entre los entrevistados. Algunos sugirieron que habría que plantear una inmersión en la lengua que, no solo implique la enseñanza del qom, sino la enseñanza en qom durante un tiempo prolongado en los espacios educativos; y otros propusieron que la mejor forma de transmitir el qom a los niños y jóvenes es en espacios comunitarios (como en merenderos) y especialmente en el hogar, fuera de la escuela. Esto demuestra que el futuro de la lengua qom (y el de las lenguas indígenas en general) depende en gran medida del fortalecimiento lingüístico que los propios hablantes realicen en sus espacios comunitarios. Al respecto, Dorian (1998) sugiere que la revitalización puede ocurrir si se refuerza la autoestima de los hablantes de las lenguas minoritarias y que como especialistas podemos ayudar a crear conciencia, pero la aceptación o rechazo depende de las comunidades y es difícil cuando se trata de grupos que sufrieron por mucho tiempo ideologías del menosprecio.
4. Conclusiones
Para concluir, en este texto se pretendió esbozar la situación sociolingüística de la lengua qom en Colonia Aborigen Chaco observando las actitudes e ideologías lingüísticas de los indígenas hacia las lenguas qom y español.
Se advirtió claramente una actitud positiva frente la lengua indígena ya que les permite mantener un lazo con el origen y es sinónimo de identidad. Pero, también se hizo notar sobre ella una actitud negativa, fuertemente marcada por la ideología del menosprecio que trajo como consecuencia la interrupción intergeneracional de la lengua. Sin embargo, a partir del 2022 se pudo notar un cambio de actitud en lo concerniente a la transmisión intergeneracional de la lengua motivado por la realización del Juicio por la verdad de la Masacre de Napalpí. Por otro lado, para el español también se identificó una actitud positiva vinculada a la necesidad de integración a la sociedad dominante.
Igualmente, se destacó un evidente proceso de desplazamiento lingüístico de la lengua indígena en favor del español; pero este no significa la pérdida irreversible de la lengua, ya que en la comunidad el interés por “revitalizarla” se acrecienta cada vez más. Sobre esto, no debe olvidarse que revitalizar una lengua no es una tarea sencilla sino más bien un proceso paulatino que únicamente se hará efectivo si se fusionan diversas acciones que requieren principalmente la predisposición y participación de los miembros de la comunidad. Para el caso de Colonia Aborigen Chaco lo interesante es que esa predisposición existe.