Introducción
La incorporación de los estudiantes de nuevo ingreso al sistema universitario es un proceso progresivo que consiste en identificar, asimilar y seguir las pautas de comportamiento propias de las prácticas escolares en la educación superior (Ysunza y Mora, 2007). En este trayecto, lógicamente, el estudiante recorre distintas fases que lo llevan a dominar una serie de códigos propios de su institución y de su carrera, los cuales van forjando su perfil académico y profesional (Véliz, Dörner, Gonzáles y Ripoll, 2017). El problema, sin embargo, se halla en que la universidad rara vez se enfoca en aplicar estrategias que permitan identificar las características y habilidades de los nuevos “ingresantes” (Del Valle, Ladrón y Verde, 2002), aspecto fundamental para diseñar y desarrollar actividades que se ajusten más a las necesidades y destrezas de los alumnos (Alvarado, 2017; Nava, Lara y Ortega, 2006).
En efecto, estas características, que también se conocen como el perfil de ingreso de los estudiantes, tienen que ver con el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que debe reunir y demostrar el aspirante que desea cursar cualquier licenciatura, pues de esa manera se puede garantizar su formación profesional.
En el caso concreto del Programa Educativo de Licenciatura en Nutrición (PELN), adscrito a la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS) de la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar), y como resultado del proceso de evaluación por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), se hicieron recomendaciones al mencionado programa formativo, las cuales se enfocaron en reforzar la metodología de selección e ingreso a esa carrera con el propósito de medir los atributos del perfil de ingreso de los aspirantes, de modo que se pueda reforzar e incluso reestructurar tanto el plan de estudios como los procesos de ingreso al programa.
En este contexto, en el PELN se considera el “perfil de ingreso” desde las siguientes dimensiones: 1) dimensión sociodemográfica del estudiante, la cual abarca cobertura, estado de nacimiento, lugar de residencia, edad de ingreso, género, estado civil y posición en el hogar, 2) dimensión sociocultural y educativa del ingresante, la cual incluye historia escolar, conocimientos, habilidades y aptitudes y relaciones sociales, y 3) dimensión salud nutricional (Universidad Autónoma del Carmen [Unacar], 2015.
Por lo antes mencionado, el objetivo del presente trabajo fue caracterizar el perfil de ingreso de los estudiantes de la generación 2018 inscritos en el PELN de la Unacar, pues este es uno de los conocimientos fundamentales para apoyar a los alumnos en el estudio exitoso de esa carrera.
Materiales y métodos
Este fue un estudio con enfoque cuantitativo, alcance exploratorio-descriptivo, diseño no experimental y delineación transversal-descriptiva. La muestra fue de tipo no probabilístico, ya que para la ejecución de este estudio se consideró a la población total de estudiantes de nuevo ingreso de la licenciatura en Nutrición (generación 2018) de la Unacar. La base de datos integrada para este trabajo fue elaborada con la siguiente información:
El Sistema Universitario de Control Escolar (SUCE), que aporta los datos sociodemográficos de los estudiantes de nuevo ingreso.
El portal ejecutivo del gestor de la licenciatura, de donde se recabó la historia escolar de procedencia (promedio de calificación del bachillerato) y se corroboraron los datos sociodemográficos.
La encuesta de valoración del perfil de ingreso a la licenciatura en Nutrición (EVPILN), la cual evalúa las habilidades, aptitudes y relaciones sociales indicadas por el programa educativo. Este instrumento fue diseñado por el área de psicología clínica de la FCS- Unacar y aprobado por las academias del PELN; posteriormente, el cuestionario fue digitalizado y programado mediante la herramienta Formulario de Google Drive (figura 1) en los equipos de la sala de cómputo de la FCS.
La cédula de evaluación del estado nutricio (FO-FCS-LEEN-01) del Laboratorio de Evaluación del Estado Nutricio (LEEN) de la FCS-Unacar, la cual suministró datos de la situación nutricional del estudiante.
La investigación se llevó a cabo a partir del siguiente formato metodológico:
Antes de iniciar la presente investigación, se solicitó autorización por escrito al gestor (coordinador) del PELN, al cual se le indicó cuáles eran el objetivo general y los propósitos particulares del estudio; posteriormente, se sometió a valoración del Comité de Bioética de la FCS para descartar los conflictos de interés.
Luego se pidió por escrito acceso a los registros de las diversas fuentes de información para realizar la integración y el análisis de los datos recabados.
Los hallazgos obtenidos fueron tabulados en una hoja de cálculo de Excel y después fueron analizados con el paquete estadístico SPSS, versión 24.0, para Windows. Por tratarse de un estudio descriptivo (frecuencias, porcentajes para las variables categóricas y medidas de tendencia central y dispersión para las variables numéricas), se generaron tablas en función de las variables de estudio para realizar la interpretación y análisis correspondiente.
El estudio estuvo coordinado por el grupo disciplinar Educación, Alimentación, Nutrición y Salud, y participaron profesores del Programa Educativo de Licenciatura de Psicología Clínica de la FCS-Unacar.
Resultados
Dimensión sociodemográfica
La cobertura del PELN durante el proceso de ingreso del año 2018 fue de 85.71 %, en relación con el número total de aspirantes, según los datos obtenidos del portal ejecutivo (tabla 1).
La edad promedio de los aspirantes aceptados fue de 19 ± 4.41 años, con una oscilación de entre 18 y 44 años. En cuanto al género, 27.8 % (10) pertenecían al masculino y 72.2 % (26) al femenino. Todos los estudiantes eran solteros y solo uno (2.7 %) mencionó que tenía un hijo.
En cuanto al lugar de residencia en los últimos seis meses, se conoció que 58 % (21) habían vivido en Ciudad del Carmen (Campeche), 11 % (4) en Veracruz, 8.3 % (3) en Tabasco, 5.6 % (2) en Chiapas, 5.6 % (2) en la Ciudad de México, 5.6 % (2) en Tamaulipas, 2.8 % (1) en Oaxaca, y 2.8 % (1) en Quintana Roo. Igualmente, se determinó que 42 % (15) de los estudiantes de nuevo ingreso que se hallaban fuera de su ciudad de origen vivían con algún familiar, amigo o solos. Con respecto a la condición laboral, 97 % (35) no trabajaba y 3 % (1) se empleaba en un trabajo de medio tiempo.
Dimensión sociocultural y educativa del ingresante
Los resultados demostraron que 25 % (9) de los alumnos de nuevo ingreso provenían de escuelas preparatorias privadas y 75 % (27) estudiaron en escuelas públicas. Con respecto al año de egreso del bachillerato, 2.78 % (1) egresó en el año 2012, 5.56 % (2) en 2015, 2.78 % (1) en 2017, y 88.89 % (32) en 2018.
El promedio general de los estudiantes presentó una media de 78.38 ± 8.58, con rangos de 65 hasta 95/100. En varones, la media fue de 77.9 ± 9.81, mientras que en mujeres fue de 78.57 ± 9.81. Para evaluar los conocimientos, primero se preguntó el área terminal o especialidad de la preparatoria de origen (tabla 2), lo cual demostró que 83.33 % de los estudiantes provenían de áreas terminales relacionadas con la carrera.
Área terminal | F | % |
---|---|---|
Alimentos | 12 | 33.33 |
Económico-administrativo | 3 | 8.33 |
Físico-matemático | 1 | 2.78 |
Químicos-biológicos | 8 | 22.22 |
Salud | 10 | 27.78 |
Sociales y humanidades | 2 | 5.56 |
Total | 36 | 100.00 |
Fuente: SUCE
Por otra parte, y tomando en cuenta que el provenir de un área afín no significa que hubieran cursado asignaturas relacionadas con en el perfil de ingreso de la carrera, se les preguntó si habían cursado las asignaturas descritas en el perfil de ingreso del PELN. Al respecto, los resultados demostraron que 84.25 % de los estudiantes de nuevo ingreso indicó que habían cursado dentro del último año de bachillerato estos contenidos (tabla 3).
Asimismo, se indagó en las necesidades que los estudiantes consideraban que debían reforzar (tabla 4), entre las cuales se destacó con 42.36 % la necesidad de “comprensión de los problemas socioeconómicos que afectan al país, los cuales repercuten en la nutrición humana”.
Habilidades | f | % |
---|---|---|
Comunicar, manejar información en forma organizada. | 15 | 41.67 |
Análisis y juicio de las diferentes situaciones humanas presentadas. | 12 | 33.33 |
Comprensión de los problemas socioeconómicos que afectan al país, los cuales repercuten en la nutrición humana. | 21 | 58.33 |
Comunicar efectivamente información oral y escrita. | 13 | 36.11 |
Fuente: EVPILN
En cuanto a las actitudes deseables en el estudiante de nuevo ingreso según el PELN, los encuetados señalaron principalmente (33.33 %) el “interés de servicio hacia la comunidad” (tabla 5).
Estado nutricio
En la taba 6 se muestran los resultados detallados de la evaluación del estado nutricio de la población estudiada. De manera general, se puede indicar que 44.45 % de los estudiantes de nuevo ingreso tenía “normopeso”, mientras que 55.55 % presentaba problemas de salud nutricional según los puntos de corte de la Organización Mundial de la Salud, especialmente en las mujeres, lo cual evidencia la necesidad de elaborar estrategias de intervención.
Clasificación | Población total (N = 36) | Género femenino (n = 24) | Género masculino (n = 12) | |||||||||
F | % | | DE | F | % | | DE | f | % | | DE | |
Bajo peso | 4 | 11.11 | 17.72 | 0.25 | 1 | 4.17 | 17.3 | 0 | 3 | 25.0 | 17.8 | 0.87 |
Normopeso | 16 | 44.44 | 21.65 | 1.54 | 11 | 45.83 | 21.8 | 1.65 | 5 | 41.7 | 21.3 | 1.2 |
Sobrepeso | 8 | 22.22 | 27.52 | 1.41 | 4 | 16.67 | 27 | 1.23 | 4 | 33.3 | 28.05 | 1.39 |
Obesidad | 8 | 22.22 | 33.26 | 3.94 | 8 | 33.33 | 33.26 | 3.94 | 0 | 0.0 | 0 | 0 |
Total | 36 | 100 | 25.03 | 1.7 | 24 | 100 | 24.84 | 1.7 | 12 | 100 | 22.38 | 0.86 |
Fuente: FO-FCS-LEEN-01
Discusión
La evaluación de un programa de licenciatura es un proceso sistemático que recopila información necesaria para la toma de decisiones eficientes y pertinentes (Lacueva, 2015). En el caso del PELN de la FCS-Unacar, este fue evaluado en el año 2016 por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), y fue categorizado como un programa educativo de calidad (nivel 1) por tres años, aunque también se le realizaron una serie de recomendaciones, entre las que se destacan el sistematizar la valoración del perfil de ingreso a la licenciatura con el objetivo de alcanzar el éxito académico en la totalidad de los estudiantes.
Para que los aspirantes cumplan cabalmente con un perfil ideal de estudiante se debe generar un proceso, el cual debe comenzar con la definición del tipo de persona y profesionista que se pretende formar, lo que debe incluir no solo los conocimientos científicos con los que debe partir, sino también las aptitudes, habilidades y valores con los que debe contar, ya que serán los ejes para formar a un buen ciudadano y a un profesional competente (Alvarado, 2017; González-Velázquez, Lara-Barrón, Pineda-Olvera y Crespo-Knopfler, 2014).
En concordancia con estas premisas, vale destacar que en el PELN de la FCS-Unacar se procura formar estudiantes que se apropien de las características principales de su profesión. Por tanto, se definen los conocimientos, habilidades, aptitudes y relaciones sociales, entre otros, que permitirán al estudiante de Nutrición lograr desempeñarse como un profesional competente (Unacar, 2015); estos atributos, lógicamente, no están presentes en todos aquellos que logran el ingreso a la licenciatura, por lo que se requieren mayores exigencias en los procesos de selección, puesto que las deficiencias en el ambiente universitario se manifiestan en el rendimiento académico bajo e incluso en el abandono de la carrera (Micin, Carreño y Urzúa, 2017).
El perfil de ingreso, por tanto, debe ser tomado en consideración como un cúmulo de conocimientos y experiencias indispensables para ser admitido en el programa. Este perfil expresa el sector de educandos potenciales o núcleo de usuarios reconocibles para una determinada propuesta educativa (Esparza y López, 2011; García y López, 2011) con el objetivo de que puedan desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes favorables para cursar y terminar con mayores posibilidades de éxito los estudios iniciados.
Por otra parte, es importante destacar que existe escasa literatura sobre el estudio y valoración del perfil de ingreso, lo cual dificulta el proceso de comparación con otros hallazgos. De hecho, las características sociodemográficas no suelen ser indicadores que se tomen en cuenta para la selección de aspirantes, lo cual se podría examinar para determinar si existen elementos comunes en los estudiantes desertores y para generar estrategias de acción permanente que permitan promover el éxito académico.
Ahora bien, el punto inicial dentro de las características sociodemográficas se enfoca en la cobertura alcanzada en la generación 2018, tomando en cuenta que es un indicador importante en educación por su relación directa con la demanda, elemento de alto impacto en los procesos de selección. La ampliación de la cobertura en la educación superior nacional es considerada un proceso de inclusión social (Ocegueda, Miramontes, Moctezuma y Mungaray, 2017) que trata de incrementar el número de mexicanos que acceden al sistema educativo para fortalecer sus condiciones ciudadanas y reafirmar la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad diversa y sin los logros de desigualdad que hoy son una afrenta para todos.
En la práctica, sin embargo, se puede indicar que el sistema de educación superior en México enfrenta grandes desafíos, ya que su cobertura aún es limitada, pues deja sin acceso a este nivel a cerca de 70 % de la población, especialmente a quienes se encuentran dentro de los grupos sociales de menores ingresos (Ocegueda et al., 2017).
Aun así, en el caso específico de la cobertura del PELN en 2018, se puede afirmar que esta es alta, ya que se ubicó en 85.71 % del número total de aspirantes. Asimismo, y con respecto a la edad de ingreso -que en el presente estudio fue de 19 ± 4.41 años-, estos resultados coinciden con otras investigaciones (De Garay, 2003; González-Velázquez et al., 2014; Irigoyen et al., 2009; Pineda-Olvera, Lara-Barrón, Rocha-Lara, Piña-Jiménez y Romero-Villalobos, 2018). Este factor debe ser vigilado con atención, ya que según los resultados de un estudio sobre deserción en estudiantes universitarios (Torres et al., 2017), entre los 18 y los 21 años de edad es donde se presenta con mayor prevalencia de este fenómeno, lo cual pudiera ocurrir porque no cuentan con el perfil de ingreso ideal o porque aún no tienen la seguridad de lo que desean estudiar.
Igualmente, y en relación con el estado civil de los estudiantes al ingresar al PELN, los hallazgos coinciden con los encontrados por Aiello et al. (2007) y Micin, Carreño y Urzúa (2017), pues la mayoría son solteros, lo cual se puede considerar como un factor positivo para alcanzar una buena trayectoria escolar, ya que los estudiantes en esta condición tienen mayor oportunidad de dedicarse al estudio sin tener que enfocarse en cumplir con responsabilidades familiares directas. En este sentido, Torres et al. (2017) encontraron que el matrimonio y la unión libre son indicadores que aumentan las probabilidades de deserción escolar.
Por otro lado, sobre la situación laboral de los alumnos que ingresan al PELN, se determinó que el mayor porcentaje no trabaja, dato que concuerda con los resultados de los estudios elaborados por Aiello et al. (2007) y Torres et al. (2017).
Con respecto a los hallazgos socioculturales y educativos del ingresante, resalta no solo el promedio de calificación de 78.38 ± 8.58, sino también que 83.33 % de los estudiantes provienen de áreas terminales relacionada con la carrera, y que 84.25 % de los alumnos de nuevo ingreso habían cursado dentro del último año de bachillerato alguna asignatura relacionada con los conocimientos descritos en el perfil de ingreso del PELN. Esto indica que la mayor parte de los estudiantes de nuevo ingreso tienen noción de los conocimientos fundamentales declarados en el perfil de ingreso.
Asimismo, se destaca que 42.36 % de los encuestados reconoce la necesidad de reforzar no solo la “comprensión de los problemas socioeconómicos que afectan al país, los cuales repercuten en la nutrición humana”, sino también el “interés de servicio hacia la comunidad”.
Por último, en relación a la salud nutricional, 50 % de los sujetos de estudio presentan un peso que no es congruente con la profesión que eligieron, lo cual no significa que sean inadecuados profesionistas de la nutrición, sino que será mayor el reto dentro de su formación profesional.
Conclusiones
En principio, se debe subrayar que en México son escasas las investigaciones centradas en el estudio del perfil de ingreso de los alumnos universitarios, de ahí que no se pueda determinar con certeza cuál sería el ideal, así como el impacto que este tienen en el aprendizaje de los alumnos. Por este motivo, los datos recabados en el presente estudio constituyen un esfuerzo válido para contar con información sistematizada que permita tomar decisiones oportunas y establecer estrategias que coadyuven a mejorar los resultados en la trayectoria escolar de los alumnos.
En tal sentido, se detectaron como aspectos con impacto favorable en el PELN, la edad de ingreso de los alumnos, el estado civil y la dependencia económica, dado que se consideran condiciones que contribuyen al éxito académico. Igualmente, el conocimiento según su área terminal y las asignaturas cursadas en el último año de bachillerato puesto que, son datos que indican que los jóvenes tienen conocimientos básicos sobre el área, lo que permitirá mayor entendimiento sobre los contenidos y cursos del PELN.
Por otra parte, dentro de las áreas para reforzar se pueden mencionar el promedio de bachillerato o el hecho de que alrededor de la mitad de los estudiantes no viven en la ciudad, lo que los obliga a residenciarse con algún familiar o amigo, aspecto que podría complicar la economía de los aspirantes. Además, se debe indicar que 50 % de los sujetos de estudio presentan un peso que no es congruente con la profesión que eligieron.
Finalmente, las características del perfil de ingreso de los estudiantes de la generación 2018 del PELN, plantean la necesidad de implementar un programa de regularización y/o nivelación para los estudiantes de nuevo ingreso, elaborar un programa formal de asesorías académicas, utilizar los datos de trayectorias académicas para los procesos de actualización curricular, gestionar becas de vivienda, transporte y manutención, así como consolidar el programa de acompañamiento y monitoreo nutricional en apoyo a los alumnos que así lo requieran.