Introducción
El desarrollo acelerado de las ciencias pedagógicas, tanto en el extranjero como en Cuba, demanda de un perfeccionamiento continuo de las técnicas o estrategias para dirigir un proceso enseñanza - aprendizaje desarrollador. Dicho perfeccionamiento, exige además, de profesionales cada vez más capacitados y competentes, que sean capaces de hacer llegar a los estudiantes actitudes, valores y conocimientos haciendo uso racional de los medios materiales y de herramientas personales que no conllevan a costos económicos. Dentro de dichas herramientas, se encuentran los modos de actuación y la voz.
Las investigaciones realizadas por los autores de este artículo científico le permiten afirmar que los profesionales de la educación de manera general no hacen un uso adecuado de la voz. Aun y cuando todos los docentes tienen pleno conocimiento de que la voz es la principal herramienta de trabajo, y como tal, deben cuidarla, queda el accionar a nivel teórico, porque la práctica demuestra que la mayoría abusan de su órgano vocal, hablan durante mucho tiempo, fuerte o demasiado rápido, y por lo tanto, maltratan de manera constante su voz porque no aprenden a servirse de ella.
Con frecuencia, al intercambiar con profesionales de la educación se puede apreciar que estos no le conceden importancia a la higiene respiratoria y mucho menos al uso racional de la voz, obviando que la voz está ligada directamente a la salud. A través de la voz se expresan actitudes, estados de ánimo y sentimientos; de aquí, que todo estado de enfermedad repercute en mayor o menor grado sobre ella.
El docente es un profesional de la voz y como tal debe saber cuáles son los requerimientos para tener una voz saludable y tomar conciencia de que las alteraciones de la voz no solo repercuten en su capacidad comunicativa interpersonal, sino en el ejercicio satisfactorio de su profesión; por ello, el docente debe comprometerse activamente con la prevención y control de las disfunciones vocales para tener un óptimo bienestar físico, mental y social, así como también el mejor rendimiento en su actividad laboral.
El profesional de la educación debe concientizar que para usar la voz efectivamente y mantenerla sana, debe iniciar por autorregularla, relajarse e intentar trasmitir lo más agradable y placentero de sus experiencias. La voz es la muestra más evidente del estado de ánimo y de la personalidad del individuo. A través de ella podemos percibir sentimientos y pensamientos aunque no estén expresados con palabras. Es el don extraordinario de la expresión que nos permite comunicarnos con los demás; es por ello, que este artículo científico está dirigido a capacitar a los profesionales de la educación acerca de los mecanismos de la producción vocal normal, los factores que la modifican y las herramientas que les permitirán reducir sus excesos vocales, aprender una adecuada técnica vocal y adquirir hábitos y conductas encaminadas a mejorar la calidad de su voz.
Desarrollo
Consideraciones generales acerca de la voz, factores que la modifican y técnicas para mejorar la calidad de la voz
En este artículo no se pretende dar una receta acabada de lo que debe conocer y asumir el profesional de la educación con respecto a su voz; pretendemos ofrecerle informaciones que según nuestro criterio le serían de gran valor para utilizar lo más saludable posible su principal herramienta de trabajo, la voz. De aquí, que se parte ofreciéndole aspectos teóricos que él debe conocer relacionados con la voz, sus características, producción y patologías; por cuanto, no cuidamos lo que no conocemos.
La voz es el sonido que se produce en la laringe siendo modificado a través de las cavidades de resonancia. La voz es un acto voluntario, en el que interviene el sistema nervioso central, la audición, los órganos fonadores y nuestro estado general. Al respecto, Cabanas, R. (1979) refiere que “voz es toda emisión de sonido producida por el órgano laríngeo” (p. 30). Su valor como elemento comunicativo es de carácter afectivo-emocional.
La voz se caracteriza por tener:
En todos los seres humanos, la voz es la muestra más evidente del estado de ánimo y de la personalidad del individuo. A través de ella, se perciben sentimientos, emociones, actitudes y pensamientos, sin la necesidad de expresar estos mediante la palabra. De aquí, que los profesionales de la educación deben estar claros que mediante su voz los estudiantes pueden apropiarse de múltiples informaciones relacionadas con las interioridades personales del docente, y por lo tanto, caracterizarlo, sin la necesidad de que el profesor mediante la palabra le informe al respecto.
De manera general, los profesionales de la educación no se ocupan de reflexionar acerca de cómo se produce su voz, mucho menos de cómo cuidarla. Este tema solo les preocupa cuando se altera su rendimiento, disminuye o la pierden.
La voz es el medio por el cual nuestras palabras y nuestros pensamientos pueden hacerse llegar a los demás. Esta transmisión no se efectúa siempre de igual forma, sino que varía de manera constante, de día a día, pues depende de disímiles factores. Se puede plantear que la voz es un sistema dinámico; de aquí, que es erróneo pensar que desde que se inicia una clase hasta que se termina se mantiene la misma voz. Esta la vamos modulando o alterando durante el trascurso de la misma.
La voz permite trasmitir disímiles informaciones según su uso, entre ellos podemos encontrar: los conocimientos, las ideas, necesidades, expresar nuestros sentimientos, trasmitir datos de nuestra personalidad, de nuestra forma de ser y de nuestras emociones. De aquí, que podemos plantear, que la voz es un elemento importante en la comunicación y está íntimamente relacionada con la parte emocional y psíquica de la persona. Resumiendo, la voz es comunicación, refleja nuestra personalidad, es nuestra imagen.
Todos los profesionales de la educación tienen como tarea fundamental dirigir el proceso enseñanza-aprendizaje, para ello su herramienta fundamental lo constituye la voz; sin embargo, desconocen en gran medida cómo se produce; por ello, les ofrecemos de manera sencilla una panorámica de dicho proceso.
Primeramente, una corriente de aire asciende desde los pulmones por la tráquea, llega a la laringe y hace vibrar las cuerdas vocales. La emisión de la voz se debe a la acción coordinada del abdomen, tórax, cuello, cara y numerosos músculos.
El aire debe ser inspirado por la nariz, que lo adecua a nuestro organismo, otorgándole la fuerza, humedad y temperatura necesaria. Luego baja hacia la faringe, dividida en tres áreas: faringe nasal, bucal (garganta) e inferior. A continuación pasa para la laringe, órgano móvil, específico de la producción de la voz, en cuyo interior está ubicado el esfínter glótico con sus respectivos labios (dos) a los que se les denomina cuerdas vocales. El aire sigue su camino por la tráquea, antes de ingresar a los bronquios, bronquiolos y llegar a los pulmones, que se llenan y vacían rítmicamente con la ayuda del diafragma, ubicado por debajo, separando la cavidad torácica de la abdominal, constituyéndose en el músculo fundamental de la respiración.
Hasta aquí, el ingreso del aire, que luego de cumplir su función vital de nutrición de oxígeno y descarte de anhídrido carbónico, comienza su retorno por las cavidades antes dichas, y de acuerdo a nuestra voluntad para producir la voz, encuentra que las cuerdas vocales, antes abiertas, están semicerradas y dispuestas a la vibración debido a la orden nerviosa central. Es importante tener en cuenta que la respiración consta de una parte activa (la inspiración) y otra pasiva (la espiración).
La vibración de los bordes cordales aumenta por la presión del aire (presión sub-glótica), generando en esta zona el sonido laríngeo puro y/o fundamental de la voz, que luego es amplificado por las cavidades de resonancia (garganta, huesos, paladar, partes blandas, etc.) hasta salir al exterior.
Las cuerdas vocales necesitan estar lubricadas con una capa muy fina de mucosidad para poder vibrar eficientemente. La mejor lubricación puede lograrse tomando bastante agua.
El aparato fonador está conformado por: Los órganos nasales (la nariz, las fosas nasales, el tabique nasal, los cornetes y la mucosa nasal), Las cavidades de resonancia: (la hipofaringe, la cavidad bucal, el paladar, los senos paranasales y la rinofaringe). Por último, las cuerdas vocales.
La voz se puede ver afectada por diferentes factores, las patologías más frecuentes son:
Disfonía: se produce cuando existe un problema en las cuerdas vocales, la vibración es defectuosa y la voz sale alterada (ronca, áspera, tenue, discontinua, etc.). Esta es la afectación más frecuente en los profesionales de la educación, causada por el uso constante de la voz, sobreesfuerzos vocales y mala técnica vocal.
Al respecto, Cobas Ochoa, C. L. y Gárciaga Domíngez, A. (2013) plantean que el abuso y mal uso de la voz, y generalmente el no cumplimiento de las medidas profilácticas para su conservación, posibilita que el maestro sea más propenso a padecer de disfonías profesionales (alteración de las cualidades vocales, especialmente del timbre, debido a un uso incorrecto de la voz a causa de su profesión).
Afonía: es la pérdida total de la voz.
Según Cobas Ochoa, C. L. y Gárciaga Domíngez, A. (2013) otros términos utilizados para denominar determinadas afecciones vocales son los siguientes:
La rinofonía: alteración de la voz por anomalías en la resonancia con presencia de timbre nasal por escasa o excesiva salida del aire por la nariz durante la emisión.
La disodea: es la afectación de la voz cantada por afecciones que inciden directa o indirectamente en las cuerdas vocales.
La laringofonía: son disfonías localizadas en la laringe, las más frecuentes son el resultado de la mala impostación vocal.
La fonastenia: cansancio vocal que afecta sus cualidades y en ocasiones se asocia a procesos inflamatorios y alérgicos.
La tonopatía: alteraciones en la altura de la voz, generalmente ocasionadas por causas endocrino-mutacionales. Se observa una voz excesivamente grave, aguda o cambios de grave a agudo y viceversa.
Nos centraremos en los tipos de disfonías, por ser este trastorno el más frecuente en los profesionales de la educación.
Disfonías funcionales: la causa del trastorno no se encuentra dentro de los componentes de la laringe, sino que son debido a sobreesfuerzos vocales, causas psicógenas, mala técnica vocal, fatiga, entre otras.
Disfonías orgánicas: la causa es por lesión dentro de la laringe como:
- Quistes, pólipos y nódulos en cuerdas vocales.
- Laringitis aguda.
- Cáncer de laringe.
- Parálisis de cuerdas vocales.
- Reflujo gastroesofágico, entre otros.
Lo común que realizan los docentes antes de iniciar su clase es la preparación metodológica de los contenidos a impartir y precisan los instrumentos de evaluación, entre otros aspectos formales. Muy pocas veces se detienen a reflexionar con qué condiciones vocales van a dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues no consideran la voz como algo significativo en dicho proceso. En muchas ocasiones, cuando ya han impartido varios turnos de clase empiezan a tener dificultades con su voz, pero siguen hablando; no como quieren sino como pueden, puesto que el horario de clases es inviolable, y por tanto, se debe cumplir a cabalidad. La voz constituye la principal herramienta para la comunicación en el profesional de la educación.
Los docentes son profesionales de la voz y tienen la necesidad de una producción vocal adecuada y perdurable; por tal motivo, deben informarse acerca de los cuidados de la voz y su uso correcto. Esto facilitará la toma de conciencia de la responsabilidad que tienen sobre la conservación de su voz y mejorará el conocimiento respecto a las consecuencias de su uso inapropiado.
Como consecuencia de la profesión de ser docente y permanecer hablando por largos periodos de tiempo, con frecuencia se hace mal uso de la voz o se abusa de la misma. Los docentes utilizan su órgano vocal en las más diversas situaciones comunicativas: para explicar, demostrar, argumentar, preguntar y dar instrucciones, entre otras. A todo ello, hay que añadirle, las condiciones ambientales y psicológicas en que se desarrolla la actividad docente. Todo se complica cuando en determinados momentos el docente ha de hablar realzando la intensidad vocal, o en ambiente ruidoso.
El manejo de la voz en el aula es de insoslayable valor, debido a que una voz bien graduada, de timbre agradable y de clara dicción, presenta los elementos necesarios para transmitir eficazmente el mensaje que el docente se propuso hacer llegar a sus estudiantes.
Para el correcto manejo y uso de la voz y del habla en el aula, Gómez Rodríguez, A. (2020) refiere que hay que tener en cuenta en conjunto: las características y cualidades de la voz (timbre, volumen, tono y ritmo o velocidad), la fusión de los aparatos respiratorio, fonador y resonador, que producen la voz. Afirma además, que los elementos que conforman el proceso de fonación son: la respiración, la emisión de la voz, la colocación de la voz, la dicción y la redacción-expresión.
Como se ha podido apreciar, en el proceso de producción de la voz se ven implicados una serie de elementos a los que hay que prestarles singular atención, entre ellos se destacan:
La postura y la respiración: estas tienen una gran importancia en la emisión de la voz, que es el resultado de la acción de los pulmones, la fuerza del diafragma y del tórax; es por ello, que un cuerpo con una columna que no mantiene una verticalidad correcta, no puede producir una voz fisiológicamente correcta.
El volumen o intensidad de la voz: se refiere al mayor o menor grado de fuerza al emitir los sonidos. Se regula en función de la fortaleza con que se expulsa el aire desde los pulmones. Las variaciones de volumen traen como consecuencia variaciones de tono. Cuanto mayor es el volumen, mayor es la distancia que recorre la voz, lo mismo ocurre cuando el tono es más agudo.
El tono: depende de la tensión y extensión de las cuerdas vocales, cuanto más tensas y cortas están, más agudo. Para la resistencia y duración de la voz, el apoyo muscular de diversos grupos musculares como el diafragma, intercostal, abdominal y dorsal, permiten controlar diferentes tonos. El tono y la intensidad son las cualidades de la voz que van a permitir las inflexiones o modulaciones de la voz, las que influyen en el significado de lo expresado.
El timbre: está determinado por la forma, dimensiones y proporciones de los resonadores vocales; de aquí que cada persona tiene su propio timbre. Si los resonadores funcionan bien, entonces se produce un timbre natural. El timbre natural puede ser opaco o brillante.
La dicción: es otro elemento de insoslayable valor en el manejo de la voz y del habla. Se encuentra íntimamente relacionada con la velocidad o ritmo, que es el resultado de las extensiones de los fonos alineados en segmentos: palabras y frases, incluidas las pausas. Para ejercitar la dicción, se recomienda realizar ejercicios de trabalenguas.
La redacción-expresión es otro elemento de singular importancia, ya que para expresarnos correctamente, es preciso que nuestra redacción sea adecuada. Al respecto, Gómez Rodríguez, A. (2020) refiere que en muchas ocasiones no contamos con un guión determinado por lo que nuestra redacción es mental, lo que nos lleva, en algunos casos, a improvisar, lo cual no es un inconveniente. El problema surge cuando nuestra agilidad mental no está ejercitada (sin considerar lo amplio o parco de nuestro vocabulario) y es entonces cuando recurrimos al uso de muletillas y de tonitos que para nadie es grato escuchar y que en lugar de favorecernos en el manejo y uso de nuestra voz, nos perjudican.
Por todo lo antes abordado, se puede afirmar que la estrecha relación que guarda la unión de todos estos elementos considerados en la fonación (respiración, emisión e impostación o colocación de voz, dicción y redacción-expresión) es indispensable para un buen manejo y uso de la voz por parte del profesional de la educación en el aula.
La alimentación es el proceso que nos permite cargarnos de energía, y por tanto, está estrechamente relacionada con la calidad de la voz; por ello, consideramos importante alertar a los profesionales de la educación en aspectos relacionados con la alimentación.
La alimentación inadecuada tiene sus efectos sobre la voz; con frecuencia trae consigo significativas alteraciones de esta. En muchos de los casos, los profesionales de la educación desconocen qué alimentos y cuáles son los mejores momentos para el proceso de alimentación. Ingieren lo que les gusta o lo que tienen a la mano y en el horario en que están desocupados o en el que le asignan para dicho proceso; sin importar las consecuencias de alimentarse en ese momento.
Con respecto a lo anterior Gómez Rodríguez, A. (2020) afirma: Refiriéndonos al cómo se alimenta (forma de comer y tiempo empleado), en la boca se desarrollan la masticación y la deglución; primera fase de la digestión; por lo tanto, cualquier alteración orgánica o funcional que interfiera en estas funciones, provocará sintomatología digestiva nociva para el profesional de la voz (p. 10).
Por todo lo anterior, es de vital importancia tener una alimentación sana y establecer un tiempo posterior a la alimentación entre una hora y media y dos horas para reanudar las tareas docentes, actividad vocal (ejemplo: impartir una conferencia).
Es importante mencionar los efectos nocivos del tabaco. Los productos tóxicos inhalados repetidamente producen irritación de las vías aéreas superiores, hipersecreción gástrica, mayor acidez, etc.; por tanto, afectan la producción de la voz. Con respecto a las bebidas alcohólicas, las mismas congestionan la mucosa laríngea y conducen a la disminución del rendimiento vocal.
Recomendaciones a los profesionales de la educación para el cuidado de la voz
La higiene de los órganos, que intervienen en la respiración y en la producción de la voz, nos beneficia en los aspectos fundamentales de nuestra vida. Nuestra voz está determinada directamente por nuestro estado de salud.
Todo estado de enfermedad incide en mayor o menor medida sobre ella; es por ello, que el profesional de la educación debe saber cuáles son los requerimientos para una voz saludable y tomar conciencia de que las alteraciones de la voz no solo repercuten en su capacidad comunicativa interpersonal, sino en el desempeño satisfactorio de su profesión.
El docente debe comprometerse activamente con la prevención y control de las disfunciones vocales para tener un óptimo bienestar físico, mental y social así como también el mejor rendimiento en su actividad laboral; de aquí, que se le recomienda:
✓ Relajar de manera sistemática los músculos que intervienen en la fonación, para evitar los sobreesfuerzos que puedan realizar los músculos laríngeos y así el posible daño de las cuerdas vocales.
✓ Calentar la voz inmediatamente antes de iniciar la comunicación con sus estudiantes.
✓ Evita carraspear o toser de manera sistemática; pues se afecta su garganta y las cuerdas vocales.
✓ Tome agua con frecuencia, lentamente.
✓ Evite gritar o chillar.
✓ Evite hablar de manera prolongada a larga distancia y en el exterior; pues el esfuerzo constante afecta la emisión de su voz.
✓ Evite hablar en un entorno ruidoso: música intensa, clases ruidosas o lugares públicos.
✓ Hable siempre de frente a la persona a la que se dirige.
✓ Al iniciar una clase o un intercambio con sus estudiantes espere a que estén en silencio.
✓ Evite dirigirse a un auditorio numeroso, sin una amplificación adecuada.
✓ Tome suficiente aire al empezar una frase para que pueda terminarla sin forzar la voz.
✓ No utilice su voz durante una clase si tiene procesos inflamatorios agudos del aparato fonador, pues generalmente conlleva a un déficit funcional u orgánico.
✓ No utilice nunca la voz como instrumento controlador de la disciplina, pues esta va perdiendo las cualidades rítmicas y melódicas.
✓ Aprenda a economizar la voz en el aula, dándole los períodos de reposo que se necesite e intercalando algún ejercicio escrito, haciendo uso adecuado de otros medios de enseñanza o una actividad en la que sus estudiantes tengan una participación activa.
✓ Evite hablar mientras escribe o borra la pizarra; pues el polvo afecta sus vías respiratorias y su voz no se está proyectando hacia sus estudiantes.
✓ Evite o aprenda a dominar el estrés y las tensiones emocionales ya que pueden producir alteraciones de la voz por ser este el canal afectivo-emocional de la comunicación oral.
Conclusiones
La mayoría de los profesionales de la educación abusan de su órgano vocal, y por lo tanto, fatigan su voz, porque no aprenden a servirse de ella.
El primer paso para usar la voz efectivamente y mantenerla sana, es la motivación para convertir los cuidados de la voz y la realización de los ejercicios en una rutina diaria y en una forma de vida.