Introducirse en el mundo del sociólogo estadounidense Howard Becker, es reconocer dos instancias que lo caracterizan como hacedor de la sociología. La primera, se conforma gracias a su experiencia como investigador de la cotidianeidad, de aquellos pliegues que nos hacen pertenecer a un orden social. La segunda, se caracteriza por su reflexión constante de los fenómenos sociales y su relación con las Ciencias Sociales; visto desde las decisiones teóricas, metodológicas y prácticas necesarias para abordarlo. La labor realizada por Becker se caracteriza, entonces, por sostener un compromiso con su oficio, mismo que tensiona y cuestiona los naturalismos sociales - aquellas esencias arraigadas en el sentido común, o también llamadas por Durkheim; prenociones.
A modo de contexto en el que fue escrito el libro, en la década del 50 y 60, la sociología estaba influenciada por la biología y el funcionalismo, para luego desplazarse al enfoque sistémico en los 70, implementada como una readecuación del funcionalismo que tuvo como máximo exponente a Talcott Parsons. Paralelamente, dentro del campo sociológico y en distancia con el enfoque anterior, se incuba una metodología de observación y análisis de los fenómenos sociales en la famosa Escuela de Chicago, la que a partir de las interacciones sociales, centra su atención en la significación y el sentido de los problemas sociales, siendo sus principales exponentes Erving Goffman, Anselm Strauss y el mismo Howard Becker.
Así, a través del libro Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje: Una mirada sociológica, Becker se propuso estudiar los fenómenos sociales in situ, considerando en el proceso de investigación la observación y la entrevista, con la finalidad de recopilar datos y analizar el entorno, las prácticas y los discursos que los agentes sociales elaboran. Cabe recordar que la publicación original, en inglés, se realizó en el año 1953.
Pues bien, el texto en sí es breve, pero no por ello carece de reflexión en la exposición de los datos y estilo en la narración. El principal objetivo del documento es cuestionar el etiquetado social dispuesto a los fumadores de marihuana; a la patologización del consumo como parte de una desviación psicológica, del cual el campo médico y político son los promotores. En consecuencia, el autor propone desmitificar aquella patologización que se les adscribe a los “desviados”, aquellos que se escapan de la norma social y recaen los juicios que un grupo de sujetos impone sobre otro.
La acción investigativa realizada por Becker, que trae como resultado la discusión y tensión de las prenociones que se disponen sobre el consumo de marihuana, lo llevan, a través de las diversas técnicas desplegadas y de la puesta en escena del rol del investigador, a descubrir etapas del proceso de consumo de marihuana, o también llamado “viaje”.
De esta forma, el sociólogo descubre que dicha instancia responde a un proceso social de construcción y modelamiento de las sensaciones, es decir, “(…) el viaje está compuesto por dos elementos: la presencia de síntomas causados por el uso de la marihuana, y el reconocimiento de esos síntomas y su conexión, por parte del consumidor, con su consumo de la droga” (Becker 2016, 58). Precisando, que “no basta, entonces, con que estén presentes los efectos: por sí solos, no desencadena automáticamente la experiencia de tener ese viaje. El consumidor debe ser capaz de identificarlos en sí mismo y conectarlos conscientemente con el hecho de haber fumado marihuana para poder tener entonces dicha experiencia” (Becker 2016, 58).
El placer configurado bajo una dinámica de búsqueda y aprendizaje se estabiliza gracias a un conjunto de categorías que se corporeizan cuando “el viaje” posee efectos agradables para el iniciado, ya que, como sentencia el autor, “nadie se convierte en consumidor sin aprender” (Becker 2016, 87). El consumo se inicia a través de la enseñanza de otros sujetos, con aquellos que guían el acto de fumar en el proceso de construcción de las sensaciones; en el modelamiento de la percepción de los efectos. Desde el lado contrario, este proceso también puede significar un estado no agradable para el sujeto. Es decir, los individuos que no llegan a descubrir los efectos positivos que proporciona el consumo, no lo adoptarán como práctica.
Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje: Una mirada sociológica esperó ser traducido al español por más de 60 años y se posiciona como un texto vigente, que puede ser abordado tanto por lectores aficionados, como por especialistas de diversas áreas del conocimiento, con la finalidad de revisar y cuestionar, a través de una perspectiva directa y razonada, el etiquetado que se efectúa a un grupo humano y, por ende, subyacen los principios de lo normal y anormal dentro la sociedad.
Pues bien, la constante inquietud, cuestionamiento y reflexión de Becker respecto al orden de las cosas es lo que lo define como sociólogo comprometido y del cual, el presente libro es reflejo de aquel.