Introducción
Se denomina arvenses o quelites a las plantas que crecen de forma espontánea en áreas agrícolas (Bourges et al. 2015, Mera et al. 2005). Su presencia se asocia a las actividades humanas como resultado de su adaptación a los ambientes creados por el manejo (Bye 1981). Sus usos pueden ser alimenticio, ritual, medicinal, forrajero, para construcción o como abono (Albino-García et al. 2011, Sánchez-Blanco y Guevara-Féfer 2013) por lo que las arvenses forman parte importante de la dieta de las familias campesinas (Silva et al. 2003), y proporcionar insumos para la cocina (Buenrostro 2009). Además, son de bajo costo y tienen alta disponibilidad (Caballero et al. 2011). Proveen ventajas para la salud (Blanckaert et al. 2007), en parte por su aporte de vitaminas, minerales y otros nutrientes (Caballero et al. 1998). Fungen como reserva de alimentos o alimentos de emergencia (Vázquez-García et al. 2004), y por lo tanto contribuyen a la seguridad alimentaria (Linares y Bye 2015). Cuando hay excedentes las familias las comercializan para obtener recursos económicos adicionales (Carrera-García et al. 2012, González-Amaro et al. 2009).
Estudios en distintos países indican la importancia de las arvenses en la alimentación y gastronomía local (Sinha y Lakra 2007, Turreira-García et al. 2015). En la milpa, policultivo que integra al maíz (Zea mays L.), frijol (Phaseolus sp.) y calabaza (Curcubita sp.) (Linares y Bye 2011, 2015, Zizumbo-Villarreal y Colunga-García 2010); se reportan alrede dor de 127 arvenses comestibles (Linares y Bye 2015). Para el estado de Chiapas, se reportan 39 especies de arvenses comestibles asociadas a la milpa, distribuidas en 17 familias, 29 géneros y una especie no identificada (Mariaca et al. 2007, Ramírez-Salinas y Castro-Ramírez 2011, Solís-Becerra y Estrada-Lugo 2014). Para Amatenango del Valle y Teopisca, Chiapas, se reportaron 14 especies de arvenses comestibles en el maíz (Ramírez-Salinas y Castro-Ramírez 2011, Solís-Becerra y Estrada-Lugo 2014)
La milpa se siembra con base en la agricul tura tradicional bajo el sistema roza-tumba - quema y se mantiene el cultivo a través del uso del fuego, la acción humana y herramientas simples (Hernández 1985, Lara et al. 2012). Las herramientas comúnmente utilizadas para el control de arvenses, junto con el deshierbe manual, son el machete y azadón. Desde la década de los 1940 con la Revolución Verde se comenzó el uso masivo de herbicidas (Sonnenfeld 1992). Los herbicidas pueden ser selectivos como el 2-4-D para especies de hoja ancha o no selectivos como paraquat o glifosato que eliminan a todas las plantas (Viveros 2005). El uso de herbicidas ha oca sionado cambios drásticos en el manejo de la milpa tradicional (Vigouroux et al. 2011) y las comunidades de arvenses disminuyen su diversidad (Chikoye et al. 2004, Grundy et al. 2011). En el estado de Chiapas los herbicidas se usan ampliamente (Bernardino et al. 2014), siendo el segundo estado, después de Sinaloa, con mayor uso de herbicidas (Albert 2005). Su aplicación puede o no acompañarse con el uso de machete o azadón, por ejemplo en Amatenango del Valle el 86.0% de los campesinos usan herbicidas (Bernardino et al. 2014). Por lo anterior, el objetivo de la investigación fue identificar los cambios en el consumo de arvenses y su posible disminución a causa del uso de herbicidas.
Materiales y métodos
El trabajo se realizó en Amatenango del Valle, Chiapas, municipio indígena con lengua Tseltal. Se ubica a 17 o 32’ LN y 92o 26’ LO, forma parte de la región de Los Altos de Chiapas (Figura 1). Los sitios de estudio se ubican entre 1 850 y 2 100 msnm. El clima es templado subhúmedo con lluvias en verano (INEGI 2005). Su principal actividad agrícola es la siembra de maíz, con una superficie total de 2 369 ha de las cuales 2 237 ha son de temporal (SIAP 2017).
Para el trabajo de campo, se solicitó permiso a las autoridades municipales y tradicionales. La unidad de análisis fueron los jefes(as) de familia. Se aplicaron 40 encuestas de modo aleatorio entre abril y julio de 2016 a personas mayores de 18 años. El diseño de la encuesta se fundamentó con lo propuesto por Ladio y Lozada (2004) y, Ramírez-Salinas y Castro-Ramírez (2011) que consiste en mostrar un catálogo fotográfico de los arvenses seguido por un cuestionario, que contenía los siguientes rubros; información socioeconómica, manejo de la milpa, etnobotánica y consumo de los arvenses tomando en cuenta la temporalidad, presencia o ausencia en la milpa y frecuencia de consumo actual e histórico. El catálogo fotográfico contempló 13 de las 14 especies reportadas en Teopisca y Amatenango del Valle por Ramírez-Salinas y Castro-Ramírez (2011) y, Solís-Becerra y Estrada-Lugo (2014) debido a la cercanía de ambas comunidades (Tabla 1). De manera paralela a 10 jefes (as) de familia que lo permitieron se acompañaron a las labores agrícolas con el fin de realizar observaciones directas en la aplicación de herbicida, manejo y consumo de arvenses.
El análisis de los datos se realizó con pruebas estadísticas paramétricas y no paramétricas utilizado el paquete estadístico SPSS versión 20.0.0.0. Para determinar diferencias significativas en la frecuencia de consumo de arvenses actual e histórico se aplicó la prueba de t para muestras relacionadas con transformación a logaritmo natural. Mientras que para determinar la independencia de los datos entre la percepción de consumo de arvenses y el uso de herbicidas se aplicó la prueba Chi cuadrada.
Especie | Se requiere sembrar | Presencia en milpa de temporal | Comió el año pasado | Hace 10 años la comía | Variación |
---|---|---|---|---|---|
Amaranthus hybridus. 1 | 0.0 | 93.9 | 93.9 | 97.0 | -3.1 |
Galinsoga quadriradiata 2 | 0.0 | 97.0 | 100.0 | 100.0 | 0.0 |
Sonchus oleraceus 1,2 | 0.0 | 93.9 | 100.0 | 100.0 | 0.0 |
Brassica juncea 1 | 66.7 | 45.5 | 93.9 | 100.0 | -6.1 |
Brassica rapa 1 | 63.6 | 45.5 | 100.0 | 100.0 | 0.0 |
Chenopodium ambosioides 1 | 6.1 | 21.2 | 100.0 | 100.0 | 0.0 |
Ipomoea purpurea 1,2 | 0.0 | 81.8 | 3.0 | 6.1 | -3.1 |
Crotalaria longirostrata 1 | 21.2 | 42.4 | 97.0 | 100.0 | -3.0 |
Oxalis corniculata 2 | 0.0 | 72.7 | 42.4 | 84.8 | -42.4 |
Portulaca oleracea 1 | 3.0 | 78.8 | 60.5 | 63.6 | -3.1 |
Jaltomata procumbens 1,2 | 0.0 | 42.4 | 9.1 | 12.1 | -3.0 |
Solanum nigrescens 1 | 3.0 | 75.8 | 42.4 | 48.5 | -6.1 |
Physalis philadelphica 1,2 | 9.1 | 72.7 | 100.0 | 100.0 | 0.0 |
1Reportada en el municipio de Teopisca. 2Reportada en el municipio de Amatenango del Valle.
Resultados
De los jefes de familia encuestados (n = 40), 10% fueron mujeres y 90% hombres. La edad mínima fue de 20 años y la máxima de 89, con edad promedio de 47 años (± 14.7). La actividad principal es la agricultura (93.9%). El 87.5% sembró maíz el año pasado de los cuales el 68.6% cuentan con terrenos de riego y temporal, el 25.7% sólo temporal y el 5.7% restante sólo riego. Los resultados presentados corresponden solo a los jefes de familia que el 2015 sembraron maíz en terreno de temporal (n = 33).
Manejo de la milpa
No se encontraron siembras de maíz en forma de monocultivo. El 27.3% siembra maíz asociado con frijol y el 72.7% restante siembran maíz asociado con frijol (Phaseolus spp.) y Curcubita spp. como calabaza y chilacayote. El control de arvenses previo a la siembra se realiza principalmente de forma mecánica, del total el 87.9% utiliza el fuego o cha- porreo con machete en combinación o de manera aislada, mientras que el 12.1% combina el uso de machete y herbicida.
Una vez sembrado el maíz, los herbicidas sustituyen el uso de medios mecánicos por la aplicación de herbicida. El 15.2% de los encuestados realiza dos deshierbes, el 78.7% tres y el 6.1% cuatro. En el primer deshierbe sólo el 6.1% combina el uso de machete con herbicida, mientras que el 93.9% aplica sólo herbicida. En el segundo deshierbe sólo el 3.0% utilizó azadón, el 9.1% combina azadón y herbicida y, el 87.9% restante sólo herbicida. De los campesinos que realizan tres deshierbes, el 3.7% combina el uso de azadón o machete con herbicida y el 96.3% restante aplica sólo herbicida. En tanto que los campesinos que realizan hasta cuatro deshierbes sólo aplican herbicida.
Los herbicidas más utilizados son el glifosato, paraquat y 2-4-D bajo una gran gama de nombres comerciales. El tiempo promedio que se han usado es de 24 años (± 11). Se observó la aplicación de herbicidas selectivos, cuando ven alguna arvense de interés evitan rociarla. Si los campesinos cuentan con más de un terreno de siembra, pueden elegir en cuál no dañar las arvenses de interés y no ser selectivo en los otros terrenos. En dos de los casos los campesinos destinan una porción del terreno para promoción y cultivo de arvenses de interés como B. rapa y B. juncea.
Conocimiento y consumo de arvenses
A pesar del uso constante de herbicidas, el 93.9% de los jefes de familia colectaron arvenses de la milpa el año pasado. El 63.6% cortan entre tres y seis especies de arvenses y el 36.4% entre una y tres. La mayoría de las arvenses las reconocieron por su nombre en tseltal y español. Todas las especies son percibidas en mayor o menor grado como espontáneas, pero B. juncea, B. rapa y C. longirostrata se siembran para consumo o venta (Tabla 1) y se consumen todo el año. La cantidad obtenida de la milpa de temporal puede no ser suficiente y recurren a otros medios de obtención, principalmente la compra, el solar y la milpa de riego (Tabla 2). Las especies B. juncea, B. rapa, C. longirostrata y P philadelphica, son utilizadas de forma frecuente en la gastronomía local. Por ejemplo C. longirostrata se utiliza para elaboración de tamales y P philadelphica para salsas que acompañan los alimentos.
Especie | Temporalidad a | Milpa de temporal | Solar | Milpa de riego | Comprada | |
---|---|---|---|---|---|---|
T b | A c | |||||
A. hybridus | 96.9 | 3.1 | 87.5 | 12.5 | 25.0 | 15.6 |
G. quadriradiata | 97.0 | 3.0 | 87.9 | 3.0 | 24.2 | 3.0 |
S. oleraceus | 81.8 | 27.3 | 93.9 | 12.1 | 27.3 | 15.2 |
B. juncea | 40.6 | 59.4 | 39.4 | 0.0 | 9.1 | 90.9 |
B. rapa | 39.4 | 60.6 | 45.5 | 9.1 | 6.1 | 84.8 |
C. ambrosoides | 9.1 | 90.9 | 9.1 | 93.9 | 6.1 | 6.1 |
I. purpurea | 50.0 | 25.0 | 25.0 | 0.0 | 25 | 0.0 |
C. longirostrata | 36.4 | 63.6 | 30.3 | 3.0 | 3.0 | 81.8 |
O. corniculata | 67.9 | 32.1 | 42.9 | 0.0 | 42.9 | 10.7 |
P. oleracea | 76.2 | 23.8 | 71.4 | 19.0 | 19.0 | 0.0 |
J. procumbens | 25.0 | 75.0 | 75.0 | 0.0 | 50.0 | 0.0 |
S. nigrescens | 41.2 | 58.8 | 76.5 | 23.5 | 17.6 | 11.8 |
P. philadelphica | 21.9 | 78.1 | 68.8 | 0.0 | 43.8 | 75.0 |
a Porcentaje obtenido con base en el número de familias que la consumieron el año pasado o han consumido alguna vez, b Temporal, se cosecha principalmente entre junio y octubre, c Anual, se puede conseguir en cualquier época del año.
Las familias que cuentan con siembra de riego y temporal poseen la ventaja, de que la milpa de riego se siembra en el mes de febrero y la de temporal en mayo o junio, pudiendo tener durante todo el año especies como A. hybridus, G. quadriradiata, S. oleraceus, O. corniculata y P philadelphica.
En el acompañamiento a las labores del campo, se observó que los 10 jefes de familia consumen arvenses cuando descansan de las labores del campo. Por la facilidad de encontrarlas forman parte importante de su alimentación durante las la bores de mantenimiento de la milpa. En caso de C. ambrosoides tiene poca presencia en la milpa pero se encuentra por lo general en el solar. Las mujeres se encargan de cuidarla, ya que es un condimento esencial en la preparación de alimentos.
La frecuencia de consumo de A. hybridus, G. quadriradiata, B. rapa, C. longirostrata y P philadelphica ha disminuido, aunque las familias no han dejado de consumirlas. Lo contrario ocurre con O. corniculata, el porcentaje de familias que la consumen ha disminuido pero las que lo siguen haciendo no han modificado la frecuencia de consumo (Tabla 3). Aunque hay una tendencia a disminuir la frecuencia de consumo de arvenses, esto no se correlaciona con el tiempo de aplicación de herbicidas, ni el número de fumigaciones por ciclo de cultivo (Tablas 4 y 5).
Especie | Frecuencia anual de consumo | T | gl | p | |
---|---|---|---|---|---|
Año pasado | Hace 10 años | ||||
A. hybridus | 8.75 (?9.68) | 10.19 (?10.65) | -2.757 | 30 | 0.010 |
G. quadriradiata | 8.24 (?7.82) | 11.21 (?11.83) | -2.462 | 32 | 0.019 |
S. oleraceus | 23.61 (?29.79) | 27.64 (?33.93) | -1.914 | 32 | 0.065 |
B. juncea | 22.76 (?20.02) | 25.79 (?26.34) | -1.529 | 30 | 0.137 |
B. rapa | 25.24 (?20.41) | 29.00 (?25.66) | -2.270 | 32 | 0.030 |
C. ambrosoides | 31.67 (?28.85) | 30.88 (?29.06) | 0.478 | 32 | 0.636 |
I. purpurea a | 1.25 (?2.50) | 1.50 (?2.38) | - | - | - |
C. longirostrata | 6.58 (?8.28) | 7.76 (?9.42) | -2.730 | 32 | 0.010 |
O. corniculata | 2.39 (?4.80) | 4.04 (?6.16) | -1.000 | 13 | 0.336 |
P. oleracea | 5.67 (?6.80) | 6.76 (?8.97) | -1.268 | 18 | 0.221 |
J. procumbens b | 3.25 (?4.57) | 3.50 (?4.35) | - | - | - |
S. nigrescens b | 7.35 (?12.88) | 7.88 (?12.70) | - | - | - |
P. philadelphica | 48.82 (?31.61) | 55.52 (?32.94) | -2.140 | 31 | 0.040 |
( = 0.05. a No se puede calcular t por que la suma de las ponderaciones de casos es menor o igual a 1, b El valor de t no se puede calcular por que el error estándar de la diferencia es 0.
Años de aplicación de herbicida en la milpa | ¿Come la misma cantidad de “verduritas” que hace diez años? | Total | |
---|---|---|---|
Igual o más | Menos | ||
1 - 25 | 12 | 7 | 19 |
> 25 | 8 | 3 | 11 |
Total | 20 | 10 | 30* |
Chi2 = 0.287, gl = 1, p = 0.592, *Tres jefes de familia no recordaban cuantos años que llevan aplicando herbicidas.
Discusión
El manejo de la milpa en Amatenango del Valle ha sufrido cambios como lo reporta Castro-Ramírez y Silva (2002). Después de 1970 se volvió dependiente de los agroquímicos para mantener la milpa (Bernardino et al. 2014). Pero el uso del fuego, machete y azadón no se ha eliminado, posiblemente por la dificultad de eliminar algunas arvenses (Hernández 1985), que por medios químicos implican mayor costo y menor efectividad. Además, remover con azadón las arvenses alrededor de la planta de maíz permite su uso como abono (Mariaca et al. 2007). La aplicación de herbicidas es generalizado en Amatenango del Valle; ya que el 100% de los encuestados los usan, lo que indica un mayor uso que lo reportado para la misma comunidad (86.0%) por Bernardino et al. (2014) o para los productores de maíz en el estado de Chiapas (93.3%) (Eakin et al. 2014). También fue superior al 55.1% observado en la Zona Alta de San Felipe del Progreso, México (Nava et al. 1999), el 68% en Ixhuapán, Veracruz (Vázquez-García et al. 2004) y el 17.6% en Huautepec, Oaxaca (Carrera-García et al. 2012).
Las principales arvenses colectadas en la milpa de temporal fueron A. hybridus, S. oleraceus y G. quadriradiata. El consumo del género Amaranthus en México comenzó en la época prehispánica (Picó y Nuez 2000), siendo hoy en día A. hybridus una de las arvenses más consumidas (Albino-García et al. 2011, Ortíz-Timoteo et al. 2014) e importantes en la alimentación en zonas indígenas del país (Linares y Bye 2015) e incluso otros países (Madamombe-Myuna et al. 2009, Turreira-García et al. 2015). La especie S. oleraceus no es nativa del país (Vibrans 2009), pero se reporta su consumo en el estado de Puebla (Macín et al. 2013), lo que indica que las comunidades la han incorporado a su dieta. Al ser una especie exótica, existe mayor información de su consumo en Europa (Grundy et al. 2011, Keller et al. 2014, Molina et al. 2014). Mientras que Madamom-be-Myuna et al. (2009) reportaron su consumo en Zimbabwe. Para G. quadriradiata hay reportes de su consumo en otras partes del país (Vieyra-Odilon y Vibrans 2001, Sánchez-Blanco y Guevara-Féfer 2013).
La combinación del manejo manual con herbicidas practicado en Amatenango del Valle parece crear condiciones adecuadas para mantener la diversidad y presencia de arvenses. Al respecto se sabe que el uso del machete y azadón puede provocar dispersión inconsciente de semillas (Bye 1981). La aplicación selectiva de herbicida, la promoción de especies en zonas libres de herbicidas y la protección de individuos para asegurar la dispersión de semilla para el siguiente ciclo agrícola, lo que coincide con el manejo descrito por Caballero y Cortés (2001) que permite la adaptación de las especies en los agroecosistemas; consiste en la recolección, tolerancia, fomento o inducción y protección de las plantas de interés. Los estudios indican que hay menor diversidad de especies cuando la labranza se realiza con mecanismos invasivos como el tractor (Mavunganidze et al. 2014 Armengot et al. 2016).
El uso prolongado de herbicidas genera resistencia, fenómeno documentado para algunas especies del género Amaranthus (Heap 2014, Keller et al. 2014) y para S. oleraceus (Grundy et al. 2011). Por lo que es posible que este fenómeno explique en parte la presencia de estas especies en la milpa, además de ser dos de las más consumidas por las familias. Es posible que en Amatenango del Valle se esté presentando un cambio de alimentación como lo reportaron Álvarez et al. (2009) para el municipio de Comitán, Chiapas, donde el consumo de alimen tos procesados está incrementando. Los encuestados mencionan que el consumo de O. corniculata ha sido sustituido por alimentos procesados. Esta arvense hervida con azúcar se utiliza como postre para los niños, pero el consumo de golosinas procesadas ha ocasionado que menos familias la consuman.
La diversidad de arvenses en Amatenango del Valle permite que las familias decidan cuáles consumir. Por lo que la tradición cultural (Bourges et al. 2015, McClung de Tapia et al. 2014), sabor (Bye y Linares 2000, Mera et al. 2005) o aroma (Bye y Linares 2000) son aspectos que influyen en el consumo de arvenses. Según los encuestados el consumir arvenses no está en función de escasez de otro tipo de alimentos como lo menciona Bye (1981) o como alimentos de emergencia (Vázquez-García et al. 2004). Debido a que las arvenses forman parte de la cultura gastronómica local, como se manifiesta en su persistencia en la gastronomía de Amatenango del Valle, a pesar de los cambios en el manejo de la milpa.
Conclusiones
El uso de herbicidas se ha generalizado en la comunidad, todos los agricultores encuestados lo utilizan como método para el control de arvenses, de forma separada o en conjunto con el machete o azadón, y la quema; lo que posiblemente ayude a mantener la presencia y disponibilidad de arvenses comestibles. Las estrategias desarrolladas por los jefes de familia para proteger y promover su crecimiento como la aplicación selectiva de herbicidas, los refugios libres de herbicidas en la milpa, la colecta en los solares, en cultivos de riego y la compra, aseguran la continuidad de las tradiciones gastronómicas de la comunidad. La frecuencia de consumo de arvenses se encuentra en función de la decisión del jefe de familia, además las fuentes de obtención que no sea la milpa permiten tener disponi bilidad durante gran parte del año. Las arvenses cuya frecuencia de consumo no ha variado muestra que culturalmente son importantes, para la gastronomía local.