Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político.
Hannah Arendt (1988)
I. Introducción: el estudio del bienestar subjetivo y sus correlatos
El bienestar subjetivo de los individuos se ha convertido en un importante objeto de estudio por parte de investigadores de distintas disciplinas durante las últimas dos décadas. Este interés se ha extendido recientemente al terreno de la política pública, y los tomadores de decisión dedican esfuerzos crecientes a la evaluación del bienestar individual de los ciudadanos o habitantes de regiones y países. El consenso académico y público prevaleciente es que el bienestar subjetivo reportado por los individuos refleja el grado en que éstos evalúan positivamente la calidad de su vida en general.
Como producto del interés en la evaluación del bienestar individual, se ha desarrollado una importante literatura que pretende construir medidas confiables para estimar el bienestar subjetivo. Dado que se ha definido el bienestar subjetivo como la valoración que hace una persona sobre su propia vida, las mediciones preguntan directamente al individuo si está satisfecho con su vida, o sobre su nivel de felicidad personal. Varios investigadores han diseñado instrumentos y preguntas que indagan sobre el bienestar que experimentan los sujetos respecto a dimensiones específicas de su vida, tales como las relaciones familiares, el trabajo, la salud y el tiempo libre, entre otras (Diener, 1994; 2000; 2006; 2009; Diener & Suh, 2000; Keyes & Magyar-Moe, 2003; Van Praag, Frijters & Ferrer-i-Carbonell, 2003; Kahneman & Krueger, 2006; Krueger, 2009; Layard, 2010).
Paralelamente, se han multiplicado los esfuerzos dirigidos a identificar posibles determinantes o correlatos del bienestar experimentado por los individuos. En este marco, dos importantes líneas de investigación son las que refieren a atributos y características individuales, por un lado, y a condiciones estructurales, económicas, sociales, políticas y culturales, por otro. En un estudio de Dolan, Peasgood y White (2008) se realiza una exhaustiva revisión de la literatura científica generada en este campo en el periodo comprendido entre 1990 y 2006. Estos autores clasifican las variables asociadas con el bienestar subjetivo en siete grandes categorías: ingreso, características personales, características sociales, uso del tiempo libre, actitudes y creencias, relaciones interpersonales, y características del ambiente político, económico y social. Su conclusión es que la evaluación de la propia salud, la separación de la pareja, el desempleo y la falta de contacto social son las características que muestran una asociación más fuerte con el bienestar subjetivo.
Contribuciones muy importantes desde la perspectiva teórica, que enfatiza los factores individuales que influyen sobre la satisfacción con la vida, provienen de la psicología e intentan evaluar el impacto de atributos psicológicos personales en el bienestar subjetivo. La tradición más importante dentro de estos estudios psicológicos es la que refiere al impacto de la personalidad (Emmons & Diener, 1985; Emmons, 1986; Headey & Wearing, 1989; Sheldon, Ryan, Rawsthorne & Ilardi, 1997; DeNeve & Cooper, 1998; Chan & Joseph, 2000; Diener, Lucas & Oishi, 2003; Hayes & Joseph, 2003; Steel, Schmidt & Shultz, 2008; Richard & Diener, 2009). Este grupo de autores considera que la asociación entre el bienestar subjetivo y los rasgos de personalidad es suficientemente fuerte como para afirmar que el bienestar subjetivo depende más de rasgos de la personalidad que de cualquier predictor sociodemográfico.
Por otra parte, entre los factores sociodemográficos que han sido identificados como determinantes del bienestar subjetivo están el ingreso (Marks & Flemming, 1999; Schyns, 2001; Diener et al., 2002; Clark, Fritjers & Shields, 2008), la edad (Blanchflower & Oswald, 2004), el género (Harin, Stock & Okun, 1984; Shmotkin, 1990; Joshi, 2010), la etnicidad (Krause, 1998; Thoits & Hewitt, 2001), la educación (Helliwell, 2003; Stutzer, 2004), la salud (Ryan & Frederick, 1997; Røysamb et al., 2003; Shields & Price, 2005), el trabajo u ocupación (Tait, Padgett & Baldwin, 1989; Thorensen et al., 2003; Michalos & Orlando, 2006; Sousa-Poza & Sousa-Poza, 2007; Bowling, Eschleman & Wang, 2010), y la religión (Ellison, 1991; Helliwell, 2003; Hayo, 2004) y el estado civil (Brown, 2000; Helliwell, 2003), entre otras.
I A. Factores políticos e institucionales y su relación con el bienestar subjetivo
Existe otra línea importante pero menos explorada de investigación, que hace referencia a las condiciones institucionales y políticas vistas como determinantes del bienestar. Frey y Stutzer (2000) argumentan que las condiciones institucionales tienen efectos considerables en el bienestar subjetivo. Entre los factores político-institucionales que contribuyen a la satisfacción de los individuos con la vida se encuentran la democracia, el Estado de derecho, el nivel de corrupción y la participación política (Frey & Stutzer, 2000; Veenhoven, 2000; Radcliff, 2001; Helliwell & Putnam, 2004; Hudson, 2006; Dorn et al., 2007; Pacek & Radcliff, 2008; Owen, Videras & Willemsen, 2008; Pacek, 2009; Bjørnskov, Dreher & Fischer, 2010; Álvarez-Díaz, González & Radcliff, 2010; Barker & Martin, 2011; Flavin & Keane, 2012; Frey, 2011; Stadelmann-Steffen & Vatter, 2012; Rode, 2013; Lorenzini, 2015).
La calidad y el desempeño de las instituciones democráticas y el bienestar subjetivo han sido relacionados en un número importante de trabajos de investigación (Inglehart, 1990; 1997; 2000; Veenhoven, 1994; Przeworski, 2000; Inglehart & Klingemann, 2000; Dorn, Fischer, Kirchgässner & Sousa-Poza, 2007). Tavits (2008), por ejemplo, argumenta que el nivel de corrupción y la percepción de representación tienen consecuencias importantes en la satisfacción de los ciudadanos con la vida. Por otro lado, Radcliff (2001) concluye que la satisfacción con la vida es afectada positiva o negativamente por variables como la composición ideológica de los gobiernos y el desempeño del Estado de bienestar. Lo anterior coincide con un estudio posterior de Álvarez-Díaz, González y Radcliff (2010), el cual presenta evidencia que apunta a que las orientaciones partidistas, así como el grado de transparencia en la implementación de políticas públicas de los gobiernos, aumentan o disminuyen la felicidad de los ciudadanos. Según ese estudio, los ciudadanos que se consideran mejor representados en términos de tener a su partido gobernando, tienden a reportar mayores niveles de bienestar. Asimismo, los ciudadanos que viven en países con gobiernos más transparentes son más felices que aquellos que viven en regímenes corruptos. Un estudio de Pacek y Radcliff (2008), realizado en 18 democracias en un periodo de 20 años, demuestra que la existencia de un "Estado de bienestar" (considerado como una manifestación de la calidad del gobierno) ejerce una influencia directa sobre la calidad de vida de los ciudadanos. En esta misma línea, un análisis de Bjørnskov, Dreher y Fischer (2010) en 31 países muestra que existe una asociación positiva entre la calidad de las instituciones económicas, políticas y judiciales y la felicidad de los ciudadanos.
La confianza depositada por los individuos en las instituciones políticas y sociales también ha sido investigada en relación con el bienestar subjetivo. Un estudio de Hudson (2006) demuestra que la confianza institucional impacta positivamente en el bienestar. Este autor encuentra que un buen número de las instituciones que gozan de mayor confianza son instituciones políticas que tienen impacto en las políticas sociales y macroeconómicas, y argumenta que la confianza es un resultado directo de las acciones que las instituciones políticas impulsan y que a su vez impactan directamente en el bienestar.
Es importante reconocer que existen también estudios que han concluido que factores políticos, como la democracia, no tienen un impacto significativo en el bienestar (Dorn, Fischer, Kirchgässner & Sousa-Poza, 2007; 2008). Estos trabajos analizan críticamente los resultados del trabajo clásico de Frey y Stutzer (2000), y argumentan que al controlar por variables culturales la relación entre el régimen democrático y el bienestar subjetivo de los ciudadanos pierde su significación.
Los estudios sobre la relación entre el bienestar y las variables políticas claramente no han llegado a conclusiones definitivas. Aunque existe un acuerdo bastante generalizado respecto a las variables individuales (psicológicas y sociodemográficas) que impactan en el bienestar, la relación con las variables políticas parece competir con el impacto de variables culturales. Desafortunadamente, esta línea de investigación no ha recibido una atención comparable a la que han tenido las variables psicológicas o sociodemográficas.
La presente investigación pretende contribuir a enriquecer el conocimien to sobre la relación entre variables políticas y el bienestar subjetivo de los individuos, particularmente en lo que concierne a la participación política y su asociación con la satisfacción de los ciudadanos y la vida en regímenes democráticos.
I B. Participación política y bienestar subjetivo
Diversos estudios que identifican el impacto de variables políticas sobre el bienestar subjetivo de los ciudadanos argumentan que el mecanismo de asociación entre esas variables ocurre a través de los canales de participación que permiten los regímenes democráticos. Por ejemplo, Owen, Videras y Willemsen (2008) sostienen que la democracia está correlacionada de forma positiva con el bienestar subjetivo, debido a una condición importante de las democracias: la oportunidad de participar en el proceso político.
La participación política empezó a estudiarse sistemáticamente en la década de los cincuenta y generó estudios empíricos relevantes (Campbell, Gurin & Miller, 1954; Berelson, Lazarsfeld & McPhee, 1954). En esos estudios era entendida casi exclusivamente desde una perspectiva electoral; es decir, el estudio de la participación política se limitaba al análisis del voto y a la asistencia a mítines político-electorales. Posteriormente se estudiaron sistemáticamente formas de participación alternativas al voto (Barnes & Kaase, 1979; Milbrath, 1981; Lederer, 1986). Sabucedo y Arce (1991) desarrollaron un espectro más amplio y complejo de participación y propusieron una clasificación que diera cuenta de la participación tanto dentro como fuera del sistema. En la actualidad, la participación política se clasifica generalmente a partir de dos grandes categorías: convencional-no convencional y legal-ilegal.
Por otro lado, Finkel (1985; 1987) profundizó en el entendimiento de la participación política y realizó los primeros estudios que intentaban asociar la participación con características individuales del sujeto. Este autor concluyó que la participación tiene efectos significativos a nivel individual, como en los sentimientos de eficacia externa; es decir, la creencia de que el régimen o las autoridades son sensibles al intento de influencia del ciudadano. Recientemente, el estudio de la participación política ha generado diversos hallazgos empíricos relevantes (Berinsky & Lenz, 2011; Christensen, 2011; Ekman & Amná, 2012; Marien, Hooghe & Quintelier, 2010; Vráblíková, 2013), y en particular se han incrementado el número y la variedad de estudios dirigidos a evaluar el impacto de distintos tipos de participación política en el bienestar subjetivo, aunque la evidencia presentada hasta ahora no es concluyente (Frey & Stutzer, 2000; 2010; Weitz-Shapiro & Winters, 2011; Flavin & Keane, 2012).
Algunos investigadores han intentado esclarecer específicamente el efecto del ejercicio del voto en la satisfacción de los individuos. El estudio de Weitz-Shapiro y Winters (2011) es una referencia importante. Estos autores exploran la relación entre el acto de votar y la satisfacción de los ciudadanos con la vida en los países de América Latina, y concluyen que existe una asociación positiva entre el voto y la felicidad. Sin embargo, problematizan esta relación al afirmar que, al parecer, la felicidad es más bien una causa que una consecuencia de la mayor participación electoral de los ciudadanos. En otras palabras, se considera plausible la existencia de causalidad inversa entre estas dos variables. Similarmente, los trabajos de Veenhoven (1988), y Flavin y Keane (2012), concluyen que las personas más satisfechas con su vida son más propensas a votar, y en general a participar en los procesos políticos a través de formas tanto convencionales como no convencionales. Estos estudios sostienen que la participación política varía a partir del grado de bienestar de los individuos; es decir, tratan a la participación como variable dependiente.
Por otro lado, la asociación entre las dos variables en cuestión se ha problematizado al distinguir entre distintos tipos de participación política, es decir, formas convencionales y no convencionales. En el estudio de Flavin y Keane (2012) se demuestra que más allá de su participación como votantes, los individuos que reportaron estar más satisfechos con su vida, también eran más propensos a participar en política mediante el voto y otros canales de participación. Sin embargo, encuentran que esta relación se sostiene únicamente para formas "no conflictivas" de participación política. En contraste, Lorenzini (2015) analiza el impacto del bienestar subjetivo en la participación política y concluye que la satisfacción con la vida predice también formas "conflictivas" de participación, tales como las actividades de protesta.
Los estudios recién expuestos tratan el bienestar subjetivo como variable independiente que impacta sobre el nivel y tipo de participación política y se sugiere que la relación entre estas dos variables está mediada por la eficacia política. Sin embargo, la propia noción de eficacia política invita a pensar que la participación podría generar ese sentido de eficacia, el cual podría traducirse en una mayor satisfacción con la vida.
En este tenor, se han realizado diversas investigaciones que afirman que la posibilidad de participar en política incrementa el sentido de eficacia y empoderamiento en los ciudadanos (Thompson, 1970; Barber, 1984; Verba, Schlozman, Brady & Nie, 1995). Se ha utilizado la teoría de la "utilidad procedimental" (Stutzer & Frey, 2006) para establecer el mecanismo que opera entre la participación política y la satisfacción con la vida. Los trabajos que apoyan esta aproximación argumentan que las personas no solamente tienen interés en el resultado final de una decisión, sino también respecto a la forma en que las decisiones son tomadas (Frey, Benz & Stutzer, 2004; Stutzer & Frey, 2006). Frey y sus colegas sostienen que las instituciones pueden ser vistas no solamente como productoras de resultados concretos, sino también como generadoras de procedimientos de toma de decisiones. Los autores establecen que la posibilidad de participar en las decisiones económicas y sociales produce un sentido de utilidad procedimental independientemente del resultado concreto de su participación, debido a que le otorgan al ciudadano un sentido de inclusión, identidad y autodeterminación.
Barker y Martin (2011) concluyen que la participación en los procesos de toma de decisiones tiene el potencial de incrementar el nivel de bienestar de los individuos e introducen el concepto de "democracia emocional" para ilustrar que la participación incrementa la felicidad debido a la promoción de relaciones profundas; es decir, la participación política construye conexiones personales con otros que participan de la misma manera. La propuesta de los autores es novedosa dado que explora los mecanismos psicológicos que desencadena la participación política, y sus conclusiones concuerdan con hallazgos de investigaciones psicológicas que muestran que el sentido de auto-eficacia genera un aumento en la participación política (Finkel, 1985; Madsen, 1987; Vecchione & Caprara, 2009).
II. Hipótesis
Hasta aquí hemos presentado la evidencia de distintos trabajos que intentan establecer la asociación entre la participación política y la satisfacción con la vida. La mayoría de los estudios sobre bienestar subjetivo toman el bienestar como una variable dependiente, de ahí que la mayor parte de la literatura está orientada a ubicar los determinantes de la satisfacción. Como hemos ilustrado, la evidencia no es concluyente y existe un debate acerca de los mecanismos de relación que operan entre estas dos variables. En el análisis empírico presentado en la siguiente sección, también nosotros analizaremos la satisfacción con la vida como variable dependiente. Por tanto, controlaremos por distintos determinantes de la satisfacción para establecer hasta qué punto distintas formas de participación política incrementan o disminuyen el bienestar subjetivo de los individuos.
A diferencia de otros estudios recientes que han abordado este tema, tales como el de Weitz-Shapiro y Winters (2011), Flavin y Keane (2012), y Lorenzini (2015), nosotros analizamos una gama más amplia de actividades de participación política que no necesariamente se limitan a lo electoral. Mientras que Weitz-Shapiro y Winters (2011) únicamente analizan el impacto del voto, Flavin y Keane (2012) utilizaron otros cinco tipos de actividades de participación, pero todas ellas se remiten a lo electoral (trabajar en una campaña política, contribuir con un candidato, asistir a un mitin de un candidato político, utilizar alguna insignia de algún candidato y contactar a un político electo durante el año pasado). Por otro lado, Lorenzini (2015) utiliza un solo reactivo para medir participación política: acudir a manifestaciones públicas. En este trabajo examinamos un conjunto más amplio de actividades de participación política: firmar peticiones, participar en boicots, asistir a manifestaciones pacíficas, ser miembro voluntario en un partido político y votar en elecciones nacionales.
Específicamente, distinguimos distintos tipos de actividades políticas, considerando si se trata o no de acciones rutinarias, su grado de exigencia para el ciudadano, y finalmente si involucran conflictividad con actores o instituciones políticas. Esperamos que haya diferencias entre los distintos tipos de participación y su relación con el bienestar subjetivo. Nuestras hipótesis son las siguientes:
H1: las actividades de participación política que hacen referencia a lo electoral, tales como votar y ser miembro de un partido político, tienen una asociación positiva con la satisfacción con la vida.
H2: actividades de participación política no electoral que no implican acciones conflictivas para el ciudadano, tales como firmar peticiones y asistir a manifestaciones pacíficas, tienen una asociación positiva con la satisfacción con la vida.
H3: las actividades de participación política que no remiten directamente a lo electoral y que implican algún grado de conflictividad tales como los boicots, tienen una asociación negativa con la satisfacción con la vida.
III. Análisis empírico
El objetivo de esta sección es determinar la medida y dirección en que los distintos tipos de participación política se asocian con el bienestar subjetivo. Para explorar estas relaciones se utilizaron los datos de la sexta ola de la Encuesta Mundial de Valores (World Value Survey) levantada entre los años 2010 y 2013, y se estimó un modelo de regresión lineal con efectos aleatorios.
La variable dependiente del modelo es la satisfacción con la vida medida a través de una variable cuyos valores van de 1 a 10, donde los valores más altos son los que indican mayor satisfacción con la vida. Las variables independientes de interés incluidas en el modelo son variables de participación política convencional, como el voto, la firma de peticiones y la pertenencia a un partido político que implica una participación no convencional, como manifestaciones y boicots. Los modelos controlan por variables sociodemográficas que la literatura especializada ha ubicado como determinantes del bienestar subjetivo, como edad, sexo, nivel socioeconómico, número de hijos, educación y estado civil. Dado que la variable independiente de interés es la participación política convencional o no convencional en países con tipos de régimen político radicalmente diferentes -y que por tanto se podrían esperar diferencias en la asociación atribuibles a los niveles de libertad política prevaleciente en cada uno de ellos-, se controla por el índice de libertad de Freedom House compuesto por una medición de derechos políticos y otra de libertades civiles (véase cuadro 1).
Variables | Categorías de respuesta |
---|---|
Edad | Variable continua |
Sexo | 0 = hombre; 1 = mujer |
Educación | 1 = no educación formal |
2 = primaria incompleta | |
3 = primaria completa | |
4 = secundaria incompleta | |
5 = secundaria completa | |
6 = preparatoria incompleta | |
7 = preparatoria completa | |
8 = algún nivel de universidad | |
9 = universidad completa con grado | |
Número de hijos | Variable continua de 0 a 8 |
Estado civil | 1 = casado; 2 = unión libre; 3 = divorciado; 4 = separado; 5 = viudo; 6 = soltero |
Estado civil (con pareja) | 1 = casado y unión libre ; 0 = todas las demás (divorciado, separado, viudo, soltero) |
Estado civil (casado) | 1 = casado; 0 = todas las demás (unión libre, divorciado, separado, viudo, soltero) |
Clase social (autorreportada) | 1 = clase alta |
Clase social (autorreportada) | 2 = clase media alta |
3 = clase media baja | |
4 = clase trabajadora | |
5 = clase baja | |
Variable dummy para cada categoría | |
Firma de peticiones | 1 = lo ha hecho |
0 = no lo ha hecho | |
Asistencia a boicots | 1 = lo ha hecho |
0 = no lo ha hecho | |
Asistencia a manifestaciones pacíficas | 1 = lo ha hecho |
0 = no lo ha hecho | |
Asistencia a huelgas | 1 = lo ha hecho |
0 = no lo ha hecho | |
Participación voluntaria en un partido político | 1 = lo ha hecho |
0 = no lo ha hecho | |
Voto en elecciones nacionales | 1 = vota siempre o usualmente |
0 = no vota | |
Freedom House: derechos políticos | Variable continua de 1 a 7, donde 1 = nivel más alto y 7 = nivel más bajo |
Freedom House: libertades civiles | Variable continua de 1 a 7, donde 1 = nivel más alto y 7 = nivel más bajo |
Freedom House: índice de libertad | Variable continua de 1 a 7, donde 1 = nivel más alto y 7 = nivel más bajo |
Freedom House: estatus de libertad | El país del entrevistado… |
1 = no es libre | |
2 = es parcialmente libre | |
3 = es libre | |
Freedom House: democracia electoral | El país del entrevistado… |
1 = es una democracia electoral | |
0 = no es una democracia electoral |
Como puede observarse en el modelo (cuadro 2), la asociación negativa entre boicots y voto resulta significativa. Mientras el voto es una forma de participación política convencional y tiene una asociación positiva con el bienestar subjetivo, la participación en boicots es una forma de participación no convencional con cierto grado de conflicto que se asocia de forma negativa con el bienestar subjetivo. Estos resultados aportan evidencia para comprobar nuestras hipótesis 1 y 3. La firma de peticiones y la asistencia a manifestaciones pacíficas, que representan formas de participación política no convencional caracterizadas por una ausencia de conflicto, no resultaron significativas. Estos resultados muestran diferencias importantes en la asociación de los distintos tipos de participación política con la satisfacción de los ciudadanos con la vida. Como puede observarse en el modelo estimado, la participación en boicots es la variable que muestra un mayor grado de asociación con el bienestar subjetivo.
Variables sociodemográficas | |||
Edad | -0.006 | *** | |
Std. Err. | 0.000 | ||
Sexo (mujer) | 0.081 | *** | |
Std. Err. | 0.016 | ||
Educación | 0.040 | *** | |
Std. Err. | 0.004 | ||
Hijos | 0.010 | ||
Std. Err. | 0.005 | ||
Pareja | 0.318 | *** | |
Std. Err. | 0.018 | ||
Clase media alta* | -0.097 | ||
Std. Err. | 0.059 | ||
Clase media baja* | -0.520 | *** | |
Std. Err. | 0.058 | ||
Clase trabajadora* | -0.827 | *** | |
Std. Err. | 0.058 | ||
Clase trabajadora* | -0.827 | *** | |
Std. Err. | 0.058 | ||
Clase baja* | -1.513 | *** | |
Std. Err. | 0.061 | ||
Tipos de participación | |||
Peticiones | 0.024 | ||
Std. Err. | 0.024 | ||
Boicots | -0.162 | *** | |
Std. Err. | 0.036 | ||
Manifestaciones | -0.005 | ||
Std. Err. | 0.026 | ||
Pertenencia a un partido | -0.028 | ||
Std. Err. | 0.023 | ||
Voto nacional | 0.080 | *** | |
Std. Err. | 0.024 | ||
Libertades civiles y derechos políticos | |||
Índice Freedom House | -0.171 | *** | |
Std. Err. | 0.054 | ||
Constante | 7.738 | *** | |
Std. Err. | 0.210 | ||
R-cuadrada | |||
Within | 0.049 | ||
Between | 0.196 | ||
Overall | 0.059 | ||
N | 69.011 |
Fuente: Encuesta Mundial de Valores, 2012.
Estimaciones a partir de un modelo de regresión lineal con efectos aleatorios para 52 grupos.
*Categoría de referencia: "Clase alta".* p < 0.1, **p < 0.05 y *** p < 0.01
Nuestros resultados coinciden parcialmente con lo encontrado por Flavin y Keane (2012), quienes además de demostrar que las personas más satisfechas con su vida participan más, encuentran diferencias para cada tipo de participación y concluyen que la relación entre bienestar subjetivo y participación política se sostiene únicamente para formas "no conflictivas" de participación. En la misma línea, Bahry y Silver (1990) concluyeron que las personas más satisfechas con su vida participan más en formas convencionales, como votar, y participan menos en formas no convencionales, como actividades de protesta.
El gráfico 1 muestra la predicción lineal de la satisfacción con la vida para las dos categorías de la variable voto (no vota y vota siempre o usualmente) y los valores del índice de libertad de Freedom House. La relación positiva entre satisfacción con la vida y voto es mayor en los regímenes libres, según la categorización de Freedom House. Por otro lado, en el gráfico 2 pueden observarse las diferencias entre participar y no participar en boicots en relación con el bienestar subjetivo. La satisfacción con la vida tiene menores niveles cuando se ha participado en boicots y se vive en un contexto de régimen no libre. Es importante destacar que las diferencias en la predicción entre las categorías de las variables de participación son mayores en el caso de los boicots, que representan una forma no convencional y conflictiva de participación. Lo anterior se ilustra mejor en el gráfico 3, donde se muestran las distintas categorías para las variables de participación política. Este gráfico muestra que la asociación entre no participar en boicots y votar siempre o usualmente en las elecciones es bastante similar, mientras que las diferencias más amplias pueden observarse en la participación en boicots y no votar. Todo lo anterior se analiza en el contexto de libertad de los países, donde las relaciones entre bienestar subjetivo y todos los tipos de participación se ven atenuadas.
IV. Discusión
El estudio del bienestar subjetivo ha cobrado especial interés en los científicos sociales desde hace más de dos décadas; incluso Helliwell y Putnam (2004), y Weitz-Shapiro y Winters (2011) la definen como "la variable dependiente fundamental" de las ciencias sociales. Sin embargo, aunque la literatura empírica sobre este tema es bastante amplia, persisten algunas controversias relativas a su medición y a la identificación de sus determinantes. Este trabajo intentó mostrar la relación entre diferentes tipos de participación política y el bienestar subjetivo.
Hay razones para considerar que la participación política se asocia positivamente con la satisfacción. Un buen número de estudios que relacionan la democracia y la satisfacción con la vida establecen un vínculo directo con la oportunidad de participar en los procesos políticos. Lo anterior se debe a que la participación política incrementa el sentido individual de eficacia y control (Verba, Schlozman, Brady & Nie, 1995), lo cual tiene un impacto directo sobre la satisfacción con la vida. En este trabajo tratamos el bienestar subjetivo como variable dependiente; por tanto, nos encontramos en la tradición más amplia de la literatura que intenta establecer determinantes del bienestar. Como se ha discutido, la participación desencadena procesos psicológicos de autoeficacia y utilidad procedimental, que a su vez generan mayor satisfacción. Nuestros resultados sugieren que existen diferencias en la relación entre participación política y bienestar subjetivo cuando se distingue por tipos de participación.
Sin embargo, es importante destacar dos aspectos que resulta necesario indagar a fondo en futuras investigaciones: en primer lugar, aunque consideramos que los entramados institucionales que brindan a los individuos la oportunidad de participar en los procesos de decisión incrementan la satisfacción de los ciudadanos con la vida, no existe evidencia acerca del impacto de la participación política en la felicidad cuando el resultado efectivo o percibido no es el esperado por el participante individual. Por otro lado, dado que la relación entre participación política y bienestar subjetivo involucra posibles problemas de endogeneidad por causalidad recíproca, es necesario llevar a cabo investigaciones (tal vez de naturaleza experimental) que permitan determinar la dirección de la relación causal entre las dos variables.