Introducción
En México la industria manufacturera constituye una de las actividades productivas más dinámicas. Sus aportes a la economía del país son: 17% del PIB, 5 472 497 puestos de trabajo -de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2014- y 55.7% del total de inversión extranjera directa (IED) -de acuerdo con información de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras (CNIE, 2013) en 2012-. Dentro de las manufacturas, el desempeño de la industria automotriz es de suma importancia, pues en el mismo año aportó 14.7% del PIB manufacturero (INEGI y Asociación Mexicana de la Industria Automotriz [AMIA], 2016), razón por la cual esta industria, tanto de ensamblaje como de producción de autopartes, se ha posicionado como un sector clave para la economía. La ubicación geográfica de México es motivo de una amplia dinámica comercial por dos razones: primero, por estar dedicada mayormente a la exportación, y, segundo, por la cercanía con su principal socio comercial y primer mercado de consumo de automóviles y autopartes: los Estados Unidos.
Factores como mano de obra calificada, salarios bajos y reducidos costos de producción constituyen el motivo por el cual las empresas automotrices han optado por traer parte de sus cadenas de producción a territorio mexicano; por ello, la IED destinada a esta industria representa más de un tercio del total de inversiones (la mayoría de tipo vertical) en manufacturas (Fonseca y Llamosas-Rosas, 2019). Autores como Lampón, Cabanelas y Delgado, quienes analizan la industria de autopartes en su artículo “Claves en la evolución de México dentro de la cadena de valor global de la industria de auto-partes. El caso del Bajío” (2018), concluyen que la evolución de México dentro de la cadena de valor de esta industria depende de la multinacionalización y la generación de innovación tecnológica de las empresas locales. Después de la crisis financiera de 2008, las inversiones comenzaron a recuperarse de manera considerable; 2012 cuenta con una particularidad relevante porque en ese año se dio una fuerte entrada de IED en materia automotriz, lo que marcó la incursión y la expansión de empresas como Ford, GM, Nissan y Audi.
Debido a que la industria automotriz es muy importante para la economía mexicana, el presente trabajo tiene como objetivo valorar el impacto de este sector y las variaciones en su actividad en términos de producto, PIB y empleo. Existen varios métodos para analizar el impacto económico de un sector, algunos han sido ya descritos (Klijs, Heijman, Maris y Bryon, 2012). Por ejemplo, modelos basados en exportaciones (Archer, 1982), modelos keynesianos (Sinclair y Sutcliffe, 1982), modelos basados en insumo-producto (Archer, 1982; Milne, 1991; Llop y Arauzo-Carod, 2012; Murillo, Vayà, Romaní y Suriñach, 2013), y modelos basados en matrices de contabilidad social o social accounting matrix (SAM en terminología anglosajona y en el argot al uso) (Pyatt y Round, 1979). Cada uno de éstos presenta características peculiares en el cálculo del impacto, así como en sus requerimientos de datos y supuestos subyacentes. De la misma forma, tales modelos cuentan con diferentes condiciones de confiabilidad y proporcionan diferentes niveles de detalle en sus resultados.
Las preguntas de investigación de este trabajo son: ¿efectivamente la industria automotriz contribuye de manera importante a la economía mexicana?, y ¿qué tan débiles o fuertes son las conexiones y las relaciones hacia el resto de la economía nacional? De esta manera, se busca valorar el impacto de la industria automotriz sobre la economía del país mediante un análisis de matrices de contabilidad social.
En esta investigación se analiza el impacto de la industria automotriz sobre el resto de la economía mexicana en 2012, con base en modelos SAM lineales. Dicha metodología resulta de gran utilidad para analizar la estructura económica de los países (o regiones), así como la relación entre sus actividades productivas. Estos modelos ya se han utilizado para valorar el caso español del impacto de la industria aeronáutica en Andalucía y Sevilla (Flores y Cabaco, 2015) y para analizar los efectos multiplicadores de las actividades productivas en México (Naude y Andrade, 2008), así como la estructura económica de Brasil en 2005 y 2011 (Viggiano, Perobelli, Campoy-Muñoz y Cardenete, 2017). Anteriormente se ha estudiado la industria automotriz mexicana a partir de las siguientes metodologías: análisis de datos de panel (Carbajal, Almonte y Mejía, 2016) y pronósticos con series de tiempo (Calvario y German, 2007) y de tipo empírico analítico (Miranda, 2007; Valdenebro, 2014). La presente investigación se organiza de la siguiente manera: la sección I describe las bases de datos y los procedimientos para la obtención de la SAM; la sección II explica la metodología de los modelos SAM lineales, la clasificación de sectores, los multiplicadores contables y de empleo y el proceso de simulación; en la sección III se presentan los resultados relevantes obtenidos, finalmente, en la sección IV se exponen las conclusiones.
I. Bases de datos
La matriz de insumo producto (MIP) representa una desagregación relevante de la economía real en la que se inserta una apertura por productos, ramas o sectores económicos y sus relaciones internas, las cuales permiten obtener un panorama de la estructura y las relaciones entre cada una de las variables que componen dicha economía real (Vázquez, 2013). Dicho análisis, a pesar de ser estático para cada lapso, se analiza en distintos periodos sucesivos en el tiempo, por lo cual se puede considerar como una estática comparativa.
Partiendo de la lógica anterior, de acuerdo con Cardenete y Sancho (2003), la SAM trata de corregir y superar algunas de las limitaciones que se presentan en el uso de la MIP, pues permite agregar todas las transacciones económicas que se producen entre los sectores económicos de un determinado país y, de manera más formal, muestra la mutua interrelación entre la estructura de la producción, los patrones de consumo y la distribución del ingreso; además, permite modelar el efecto de un shock en las variaciones exógenas en la estructura de la producción y en las diferentes instituciones económicas.
El uso de las SAM se inició con el análisis de la actividad económica de países desarrollados (Stone, 1962) y en vías de desarrollo (Pyatt y Roe, 1978); con estos últimos comenzó el análisis de multiplicadores (Pyatt y Round, 1979) con aplicaciones que van desde los modelos SAM, más sencillos y de corte lineal, hasta los tradicionales de equilibrio general aplicado (MEGA). Una SAM se representa como una matriz cuadrada de flujos monetarios que refleja el circuito de transacciones entre las distintas cuentas de la economía, tanto de actividades productivas como de sectores institucionales, donde cada cuenta está representada por una fila que recoge los ingresos y una columna que recoge los gastos. A su vez, las SAM se pueden descomponer en cuatro matrices, cada una de ellas con un significado específico:
Matriz de consumo intermedio [1]: muestra las relaciones intersectoriales que intervienen en la economía. Las filas representan las ventas de un determinado sector con el resto de los sectores productivos de la economía, mientras que las columnas representan las compras.
Matriz de factores primarios [2]: recoge las compras de factores productivos, el pago de impuestos y las compras al sector exterior de los sectores productivos de la economía.
Matriz de empleos finales [3]: recoge los componentes propios de la demanda final, esto es, el gasto por columnas que hacen las economías domésticas (hogares); el ahorro-inversión y la necesidad de financiación de los diferentes sectores productivos; la actividad del sector público como agente económico, y las exportaciones al resto del mundo.
Matriz de cierre [4]: muestra las relaciones entre el valor agregado y la demanda final, las cuales permiten el cierre del flujo circular de la renta dentro de la estructura económica multisectorial; se trata de la parte que realmente completa el marco contable del análisis de una MIP (Cuadro 1).
Actividades productivas (1-21) | Factores productivos (22-25) | Sociedades (26) | Hogares (27) | Sector público (28-32) | Ahorro/ inversión (33) | Resto del mundo (34) | |
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Actividades productivas (1-21) | Matriz de consumo intermedio [1] | Matriz de empleos finales [3] | |||||
Factores productivos (22-25) | Matriz de factores primarios [2] | Matriz de cierre [4] | |||||
Sociedades (26) | |||||||
Hogares (27) | |||||||
Sector público (28-32) | |||||||
Ahorro/ inversión (33) | |||||||
Resto del mundo (34) |
FUENTE: elaboración propia con base en Cardenete y Moniche (2001).
Se tomará como base la SAM de México de 2012 (SAMMx-12) (Jaimes, López y Bolívar, 2017). Originalmente, la SAM contiene 19 cuentas de la MIP doméstica de 2012, las cuales representan la actividad productiva de la economía mexicana, así como 23 cuentas para instituciones, que incluyen la desagregación de los hogares por deciles de renta, lo que suma 42 cuentas. Puesto que el análisis de la industria automotriz es el tema de esta investigación, a continuación se muestran las modificaciones que se le realizaron a la SAMMx-12, partiendo de la MIP doméstica por ramas de actividad para 2012 (INEGI, 2016). A la cuenta de manufacturas (5) se le desagregaron las dos cuentas directamente ligadas a esta industria: la 3361, que corresponde a “fabricación de automóviles y camiones (6)”, y la 3363, referente a “fabricación de partes para vehículos automotores (7)”; lo sobrante de la cuenta se denominará “resto de las manufacturas (5)”. Las 10 cuentas de hogares por deciles de renta se adjuntaron para formar una sola, misma que posteriormente se añadió a la cuenta de consumo privado; esto dio como resultado una sola cuenta denominada “hogares (27)”.
Después de las actividades (cuentas 1-21), la desagregación para obtener los flujos restantes entre la industria automotriz y el resto de la economía se realizó de la siguiente manera. Los pagos al factor trabajo (cuentas 22, 23, y 24) se obtuvieron a partir de las cuentas correspondientes a “sueldos y salarios que incluyen contribuciones sociales efectivas a la seguridad social” y “otras prestaciones sociales”. El gasto en capital (25) se obtuvo como el “excedente bruto de operaciones”. Los pagos al sector público (cuentas 28-32) corresponden a “impuestos sobre bienes y servicios netos de subsidios”, “impuestos netos de subsidios sobre la producción” y “otros impuestos a la producción”. Los ingresos en ahorro-inversión (33) se obtuvieron a partir de la suma de la “formación bruta de capital fijo” y la “variación de existencias”. Finalmente, la cuenta del resto del mundo (34) como gasto se obtuvo a partir del pago a las “importaciones totales” y como ingreso por la suma de las “exportaciones FOB” (free on board) y la “discrepancia estadística”.
La nueva matriz (denominada a partir de aquí como SAMMx-12B) se compone de 21 cuentas de actividades productivas y 13 cuentas institucionales, lo que suma 34 cuentas (Cuadro 2).
1 | Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza | 18 | Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos |
2 | Minería | 19 | Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas |
3 | Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final | 20 | Otros servicios excepto actividades gubernamentales |
4 | Construcción | 21 | Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales |
5 | Resto de las manufacturas | 22 | Trabajo |
6 | Fabricación de automóviles y camiones | 23 | Contribuciones sociales efectivas a la seguridad social |
7 | Fabricación de partes para vehículos automotores | 24 | Otras prestaciones sociales |
8 | Comercio | 25 | Capital |
9 | Transportes, correos y almacenamiento | 26 | Sociedades |
10 | Información en medios masivos | 27 | Hogares |
11 | Servicios financieros y de seguros | 28 | Gobierno |
12 | Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles | 29 | Impuesto sobre la renta |
13 | Servicios profesionales, científicos y técnicos | 30 | Impuestos sobre bienes y servicios netos de subsidios |
14 | Corporativos | 31 | Impuestos netos de subsidios sobre la producción |
15 | Servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación | 32 | Otros impuestos a la producción |
16 | Servicios educativos | 33 | Ahorro-inversión |
17 | Servicios de salud y de asistencia social | 34 | Resto del mundo |
FUENTE: elaboración propia
II. Metodología
La información proporcionada por la SAM ofrece un análisis detallado de la estructura productiva de un sistema económico; esto permitió analizar la estructura de producción de la economía mexicana. En la presente investigación se optó por utilizar un modelo SAM lineal basado en el modelo de Leontief (1941). Partiendo de una extensión de éste, se considera una matriz cuadrada n × n, donde cada fila y cada columna representan una cuenta que satisface las ecuaciones contables de la economía (ingreso total = gasto total). Cada componente Yij de la matriz representa el flujo bilateral entre la cuenta i y la cuenta j, respectivamente. Cada fila de la SAM representa el ingreso total que la fila i recibe de la columna j, y cada columna muestra el ingreso total de la columna j y cómo éste se distribuye entre las diferentes filas i . Con esta información es posible obtener la matriz de coeficientes técnicos (A) denotada por aij = Yij /Yj, que muestra los pagos realizados a la cuenta i por cada unidad de ingresos de la cuenta j. A partir de esta definición es posible obtener el ingreso total Yi de la fila i, que recibe de la columna j:
Donde m y k representan la distinción entre las cuentas endógenas y exógenas, lo que conduce a la división de la matriz n × n en las siguientes cuatro submatrices: Amm , Amk, Akm y Akk. Éstas denotan respectivamente el ingreso total de las cuentas endógenas y las exógenas. Por lo tanto, el ingreso total de las cuentas endógenas se puede expresar como Ym =AmmYm + Amk Yk. Luego, mediante el mismo procedimiento aplicado a la ecuación de Leontief, se obtiene la matriz de multiplicadores contables Ma de la SAM:
Donde Ma = (I - Amm )-1 y Z son el vector de columnas exógenas (Amk Yk). La matriz Ma puede interpretarse como la demanda de insumos por incrementos en una unidad de renta en una cuenta, mientras que Z mostrará la distribución de los flujos de renta de las cuentas exógenas sobre las endógenas. Los cambios en el vector de cuentas exógenas están expresados por dZ, mientras que los cambios en los ingresos de las cuentas endógenas están dados por:
1. Clasificación de sectores
La selección de qué cuentas serán endógenas y cuáles exógenas dependerá del análisis que se pretenda desarrollar, es decir, qué variables serán explicadas por cambios en otras. La suma de la j-ésima columna de Ma muestra los ingresos totales generados en cada una de las cuentas endógenas cuando se produce un flujo de renta desde las cuentas exógenas hacia la endógena j. Partiendo de la interpretación de las columnas de Ma , y aplicando un proceso de normalización,1 se obtienen los backward linkages (BLj), o vínculos hacia atrás, que analizan los efectos de difusión. Éstos reflejan las cuentas que resultan más significativas para recibir inyecciones exógenas de capital, pues provocan una mayor expansión de dicha renta sobre el total de la economía, es decir, tienen mayor fuerza difusora.
El otro tipo de enlace es el forward linkages (FLj ), o vínculos hacia adelante, que analiza los efectos de una inyección unitaria de renta de las cuentas exógenas sobre las cuentas endógenas. Este efecto indica el nivel de renta que se absorbe por las cuentas endógenas. Específicamente, identifica los sectores que obtienen insumos requeridos por otros. Éstos se obtienen con el mismo razonamiento de los BLj , pero parten del modelo de precios de Ghosh (1958), que cuantifica el cambio en la producción del sector i que ocurriría como resultado de un aumento exógeno en los insumos primarios del sector j.
De acuerdo con Dietzenbacher (1997), cada miembro de la matriz inversa de Ghosh (δij ) explica la cantidad en que debe aumentar el valor de la producción del sector j para que se produzca un aumento de una unidad monetaria en el valor agregado del sector i. De acuerdo con la combinación de estos valores para cada sector, se podrán clasificar dentro de los siguientes grupos (véase Cuadro 3):
Sectores independientes: presentan encadenamientos hacia adelante y hacia atrás menores de la media, es decir, no son fuertes demandantes de insumos y su producción no es fuertemente demandada por el reto de las cuentas endógenas.
Sectores impulsores: su producción no es demandada en gran medida como insumos de otros sectores, pero son grandes demandantes de insumos intermedios.
Sectores clave: son importantes demandantes de insumos intermedios para responder a un incremento de la producción mayor a la media. De igual forma, su producción es fuertemente demandada como insumos intermedios para el resto de las actividades con un valor mayor a la media. Son muy importantes para la economía, pues son fuertemente impulsados por variaciones en otros sectores. De igual manera, este impulso arrastra al resto de las actividades, por lo que genera un aumento general de la actividad económica.
Sectores base: presentan una demanda de insumos de otros sectores menor a la media; se destina la mayoría de su producción al uso intermedio de otros sectores, por lo que sus variaciones, en precios o cantidades, afectan de forma importante al resto de la actividad económica.
BL<1 | BL>1 | |
---|---|---|
FL<1 | Independiente | Impulsor |
FL>1 | Base | Clave |
a De acuerdo con el procedimiento del modelo de precios de Ghosh (1958), esta normalización vectorial es utilizada para crear precios cuya suma o módulo sea la unidad.
FUENTE: elaboración propia con base en Flores y Cabaco (2015).
2. Descomposición de multiplicadores contables
Al retomar el resultado de la ecuación (2) para realizar el análisis comparativo de impacto entre sectores, el índice m de la matriz de multiplicadores contables de la SAM (Ma ) debe coincidir en su estructura con la matriz inversa de Leontief de la MIP, misma que se denota como Ml = (I-A)-1. La diferencia entre las matrices Ma y Ml medirá el efecto inducido, mientras que los efectos directo e indirecto estarán medidos sólo por la relación entre Ml , I (matriz identidad) y A (matriz de coeficientes técnicos):
Efecto inducido (Ma -Ml): mide el impacto que el crecimiento de las rentas ejerce, vía demanda, sobre los niveles de actividad. En otras palabras, estima el efecto que tiene una inyección exógena de renta sobre los niveles de actividad mediante la demanda.
Efecto directo (I+ A): valora el efecto sobre la actividad de un sector que tiene que ajustar su producción con el fin de satisfacer los nuevos niveles de demanda final; es decir, son los efectos generados en una cuenta sobre sí misma, debido a una inyección exógena de renta.
Efecto indirecto (Ml -I-A): mide los ajustes en los niveles de producción de los sectores, en respuesta a las nuevas demandas de insumos, que son necesarias para ajustar el nivel de producción del sector en el que originalmente recae la nueva demanda final. En palabras más sencillas, son los efectos producidos por una cuenta endógena sobre el resto de las cuentas endógenas.
Efecto total=efecto inducido+efecto directo+efecto indirecto: este multiplicador representa un aumento en la producción total de la economía cuando se incrementa la demanda en una unidad del sector referido j, lo cual se puede expresar como se muestra a continuación:
El procedimiento de descomposición de la matriz de multiplicadores es una suma de los efectos en la economía en el mismo sentido de Pyatt y Round (1979).
3. Multiplicadores de empleo
El multiplicador de empleo indica el efecto expansivo de los shocks de demanda final, es decir, el nivel de sensibilidad de cada uno de los sectores ante shocks de demanda en términos de empleo. Este multiplicador se calcula para cada uno de los sectores productivos de la economía, como se observa a continuación:
donde
4. Simulación de shocks en IED
Una vez desagregada la industria automotriz (en sus dos cuentas) dentro de la SAM, se puede analizar el efecto que ésta ejerce sobre la economía ante perturbaciones en la cantidad de demanda o inversión por parte del sector. Para comprobar la premisa anterior se usará un modelo de equilibrio general estático tipo SAM que ya se ha explicado en la ecuación (3) (dYm =Ma dZ), donde dZ es el shock sobre la economía; Ma , la matriz de multiplicadores contables, y dYm es el efecto del shock sobre cada uno de los sectores productivos.
En esta simulación se valora el impacto de un shock en IED sobre el resto de la actividad económica. Ya que el flujo de capital que se introduce es por concepto de ampliación y fortalecimiento de las plantas de ensamblaje, los datos que se utilizarán son los referentes a los ingresos por ahorro-inversión sobre la cuenta 6, los cuales se encuentran registrados en la SAMMx-12B y suman un total de 109 061.3 millones de pesos, los cuales se distribuyen de la siguiente manera:2
Audi anunció la inversión de 2 000 millones de dólares (mdd) para la construcción de su primera y única planta en Puebla, de los cuales se desembolsaron 1 300 millones al finalizar el año. Chrysler anunció una inversión de 1 000 mdd para el periodo 2012-2013 con el propósito de construir una nueva planta en Coahuila, donde, en alianza con Fiat, se armará una van en la plataforma de Ducato;3 de esta cantidad únicamente se invirtieron 862.47 mdd para el primer año. Ford anunció una inversión de 1 370 mdd para ampliar su planta de ensamblaje en Hermosillo, Sonora, de los cuales se confirmaron 1300 millones al finalizar el año. General Motors invirtió 900 mdd para la producción del nuevo Sonic en San Luis Potosí. Honda arrancó la construcción de una fábrica en Celaya, Guanajuato, donde se invirtieron 800 mdd para el primer año. Mazda invirtió 650 mdd para la continuación de su fábrica de autos en Salamanca, Guanajuato. Nissan invirtió 2 000 mdd para su nueva fábrica en Aguascalientes, misma que se inauguró en 2013. Finalmente, Volkswagen destinó 550 mdd para la ampliación de su planta en Silao, Guanajuato. Estas inversiones suman un total de 8 262.47 mdd, que convertidos a pesos mexicanos para dicho año aportan 109 061.3 millones de pesos.4
Una vez descrito el origen de los flujos de capital, se plantea la distribución de la inversión conforme a los requerimientos de insumos por cuentas y actividades. Esto es de acuerdo con una consulta que se realizó a expertos en la industria de ensamblaje de vehículos respecto de la creación y/o ampliación de una planta de ensamblaje. El experto Juan Guillermo Escalante Flores plantea la distribución en la forma que se muestra en el Cuadro 4.5
Cuenta | Porcentaje | Millones de pesos |
---|---|---|
Resto del mundo (cuenta 34) por importaciones de robótica, procesos automatizados, máquinas herramienta eléctricas y neumáticas, y tecnologías ambientales. | 40% | 43 624.54 |
Construcción (cuenta 4) por concepto de materiales para edificación, compra de terrenos, obras para el suministro de agua, gas, energía eléctrica, telecomunicaciones, y otros trabajos especializados. | 30% | 32 718.39 |
Resto de las manufacturas (cuenta 5) por compra de máquinas, herramientas eléctricas y neumáticas, computadoras y equipo mobiliario. | 15% | 16 359.19 |
Transportes y almacenamiento (cuenta 9). | 5% | 5 453.06 |
Información en medios masivos (cuenta 10) como telecomunicaciones, internet, software, sistemas y redes. | 5% | 5 453.06 |
Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, así como el suministro de agua (cuenta 3). | 5% | 5 453.06 |
Inversión total. | 100% | 109 061.30 |
FUENTE: elaboración propia.
III. Resultados empíricos (consecuencias de shocks en IED)
El análisis estructural revela que los sectores productivos que conforman la industria automotriz presentan vínculos con el resto de los sectores por debajo de la media. Los valores de FL y BL permiten clasificar a estos sectores como independientes (Cuadro 5), pues no se encuentran fuertemente ligados con el resto de las actividades productivas. Los resultados concuerdan con la realidad económica, pues la industria se desarrolla dentro de clústeres (agrupamientos) de producción donde las propias empresas se proveen entre ellas o presentan una relación más fuerte con el extranjero, ya sea mediante importación o exportación tanto de insumos como de productos terminados (Mendoza, 2011). La cuenta del resto de las manufacturas (5) permanece como sector “base”, lo que demuestra que su producción se utiliza principalmente como insumos intermedios para las mismas industrias manufactureras y para el resto de las actividades productivas. Estos resultados concuerdan con los obtenidos por Jaimes, López y Bolívar (2017), que analizan la estructura económica multisectorial mexicana.
Cuenta | Sectores productivos | FL>1 | BL>1 | Tipo |
---|---|---|---|---|
8 | Comercio | 1.158 | 1.104 | Clave |
12 | Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles | 1.031 | 1.118 | Clave |
5 | Resto de las manufacturas | 2.193 | 0.769 | Base |
1 | Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza | 0.366 | 1.049 | Impulsor |
3 | Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas | 0.338 | 1.012 | Impulsor |
4 | Construcción | 0.221 | 1.015 | Impulsor |
9 | Transportes, correos y almacenamiento | 0.720 | 1.068 | Impulsor |
10 | Información en medios masivos | 0.405 | 1.025 | Impulsor |
11 | Servicios financieros y de seguros | 0.479 | 1.087 | Impulsor |
13 | Servicios profesionales, científicos y técnicos | 0.345 | 1.138 | Impulsor |
14 | Corporativos | 0.200 | 1.087 | Impulsor |
15 | Servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación | 0.401 | 1.145 | Impulsor |
16 | Servicios educativos | 0.217 | 1.167 | Impulsor |
17 | Servicios de salud y de asistencia social | 0.212 | 1.110 | Impulsor |
18 | Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos | 0.181 | 1.113 | Impulsor |
19 | Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas | 0.349 | 1.094 | Impulsor |
20 | Otros servicios excepto actividades gubernamentales | 0.340 | 1.086 | Impulsor |
21 | Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales | 0.145 | 1.136 | Impulsor |
2 | Minería | 0.374 | 0.437 | Independiente |
6 | Fabricación de automóviles y camiones | 0.216 | 0.665 | Independiente |
7 | Fabricación de partes para vehículos automotores | 0.277 | 0.708 | Independiente |
FUENTE: elaboración propia.
El comercio (8) se clasifica como un sector clave, esto debido al fortalecimiento de las empresas (en su mayoría pymes) dedicadas principalmente a exportaciones, las cuales buscan responder a la demanda del mercado internacional. Por tal motivo, este sector se ha convertido en un determinante fundamental para el fortalecimiento de la economía. Por su parte, el sector inmobiliario (12) sigue una tendencia positiva también como sector clave, pues aportó 12.25% del PIB en 2012 (INEGI, 2018), apenas por debajo del comercio y las manufacturas. La descomposición de los multiplicadores muestra que la industria automotriz presenta sensibilidad muy débil ante cambios en el resto de las cuentas y valores muy bajos cuando se contabilizan los efectos (Cuadro 6).
Cuenta | Sectores productivos | Efecto total | Efecto directo | Efecto indirecto | Efecto inducido |
---|---|---|---|---|---|
21 | Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales | 3.228 | 1.284 | 0.121 | 1.823 |
16 | Servicios educativos | 3.116 | 1.107 | 0.043 | 1.966 |
17 | Servicios de salud y de asistencia social | 3.100 | 1.262 | 0.105 | 1.733 |
9 | Transportes, correos y almacenamiento | 3.027 | 1.362 | 0.169 | 1.496 |
15 | Servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación | 3.021 | 1.148 | 0.054 | 1.820 |
11 | Servicios financieros y de seguros | 3.019 | 1.353 | 0.130 | 1.536 |
13 | Servicios profesionales, científicos y técnicos | 2.982 | 1.232 | 0.076 | 1.674 |
19 | Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas | 2.970 | 1.289 | 0.122 | 1.559 |
3 | Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas | 2.948 | 1.397 | 0.192 | 1.359 |
18 | Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos | 2.943 | 1.237 | 0.093 | 1.614 |
4 | Construcción | 2.937 | 1.345 | 0.160 | 1.432 |
20 | Otros servicios excepto actividades gubernamentales | 2.909 | 1.225 | 0.081 | 1.603 |
1 | Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza | 2.901 | 1.306 | 0.147 | 1.448 |
8 | Comercio | 2.856 | 1.192 | 0.068 | 1.597 |
14 | Corporativos | 2.821 | 1.201 | 0.058 | 1.562 |
10 | Información en medios masivos | 2.803 | 1.267 | 0.092 | 1.444 |
12 | Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles | 2.712 | 1.083 | 0.032 | 1.597 |
5 | Resto de las manufacturas | 2.508 | 1.402 | 0.156 | 0.949 |
7 | Fabricación de partes para vehículos automotores | 2.361 | 1.344 | 0.145 | 0.872 |
6 | Fabricación de automóviles y camiones | 2.180 | 1.265 | 0.114 | 0.800 |
2 | Minería | 1.660 | 1.140 | 0.055 | 0.465 |
FUENTE: elaboración propia.
El resultado se verifica y concuerda con la revisión de la siguiente literatura respecto de la industria: Jiménez (2006) establece que industrias como la automotriz en México permiten observar la formación de una cadena constituida por un conjunto de empresas interrelacionadas y coordinadas no necesariamente localizadas en un mismo sitio, esto da lugar a la conformación de cadenas de suministro internacionales; Álvarez (2010) refiere que la crisis de 2008 generó una severa contracción del sector como consecuencia de un elevado nivel de importaciones de autopartes y componentes por la escasa diversificación de sus exportaciones y de la ausencia de procesos de innovación tecnológica; Carbajal et al. (2016) analizan el desempeño de la industria automotriz en las cuatro regiones de México, los autores demuestran que las tasas de crecimiento de este sector han sido superiores a las del resto de las manufacturas y a su vez muestran mayor sensibilidad a los impactos externos tanto en los periodos de crisis como en los de recuperación. Estos autores concuerdan en que la industria automotriz está más ligada al exterior que al resto de la economía nacional, por lo que es más sensible ante shocks provenientes del extranjero.
Los resultados de los multiplicadores de empleo muestran que el valor de la cuenta de ensamblaje (6) es el más bajo de todas las actividades (Cuadro 7). Esto se relaciona con su alto índice de productividad laboral, razón por la cual los puestos de trabajo no aumentan regularmente a menos que haya fuertes entradas de IED o aumentos considerables en la cantidad demandada (Almonte y Vega, 2013). La cuenta de las autopartes (7) mejora considerablemente, lo que implica que su impacto en empleos por aumentos en su demanda es muy significativo; incluso el valor de su multiplicador se encuentra por encima de la cuenta del resto de las manufacturas (5).
Cuenta | Sectores productivos | Multiplicador |
---|---|---|
1 | Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza | 9.297 |
20 | Otros servicios excepto actividades gubernamentales | 6.448 |
15 | Servicios de apoyo a los negocios y el manejo de desechos y servicios de remediación | 4.920 |
16 | Servicios educativos | 3.125 |
19 | Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas | 2.846 |
4 | Construcción | 2.558 |
21 | Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales | 2.551 |
8 | Comercio | 2.193 |
17 | Servicios de salud y de asistencia social | 2.071 |
9 | Transportes, correos y almacenamiento | 1.356 |
13 | Servicios profesionales, científicos y técnicos | 1.347 |
18 | Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos | 1.313 |
7 | Fabricación de partes para vehículos automotores | 0.709 |
5 | Resto de las manufacturas | 0.644 |
10 | Información en medios masivos | 0.545 |
11 | Servicios financieros y de seguros | 0.544 |
3 | Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas | 0.455 |
14 | Corporativos | 0.313 |
2 | Minería | 0.186 |
12 | Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles | 0.182 |
6 | Fabricación de automóviles y camiones | 0.113 |
Total | 43.716 |
Fuente: elaboración propia.
Una vez realizada la simulación, el efecto de este shock es de 847 245.83 millones de pesos sobre la producción total de la economía mexicana, así como un impacto de 1 291 535 empleos sobre el nivel de empleo total. Como referencia, el impacto generado por el shock es 3.20% sobre la producción total, una cifra muy cercana al equivalente que aporta esta industria al PIB, el cual fue de 3% (ProMéxico, 2016). El efecto sobre el empleo es menor, ya que en 2012 la industria generaba 573 000 empleos directos;6 de acuerdo con estimaciones realizadas por la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotrices (AMDA) en su texto Diálogo con la industria automotriz 2012-2018 (2016), por cada empleo directo se generaban aproximadamente 1.9 empleos indirectos,7 por lo que el empleo total asciende a 1 661 000 empleos. En el Cuadro 8 se muestran los resultados relevantes obtenidos después del shock.
Shock (millones de pesos) | Impacto en la producción (millones de pesos) | Porcentaje de cambio en la producción | Impacto en la cantidad de empleos | |
---|---|---|---|---|
Economía mexicana | 109 061.30 | 847 245.83 | 3.20% | 1 291 535 |
FUENTE: elaboración propia
De acuerdo con los resultados obtenidos por los multiplicadores contables y la clasificación de sectores, una vez que la industria se encuentra establecida, opera a un nivel de producción constante y de manera aislada dentro de clústeres industriales, donde la relación con el extranjero es muy fuerte por concepto de exportaciones e importaciones de productos terminados o autopartes. En cambio, al recibir shocks de inversión por la razón de crecimiento (expansión), la relación con el resto de las actividades productivas nacionales aumenta debido a que los flujos de capital recibidos son destinados a compra de nueva maquinaria, compra de terrenos, construcción de nuevas plantas industriales y al resto de los gastos descritos anteriormente en el Cuadro 4, lo cual, a su vez, incrementa la demanda de insumos locales y genera mayores flujos de capital entre cuentas, principalmente con aquellas actividades que reciben los flujos de manera directa.
IV. Conclusiones
El objetivo principal de esta investigación fue valorar el impacto de la industria automotriz sobre la economía mexicana mediante un análisis SAM. Los resultados obtenidos indican que el sector automotriz mexicano se clasifica como independiente, lo que significa que un aumento en la demanda de este sector no se transmite de forma significativa al resto de los sectores, ni un aumento en la demanda del resto de los sectores afecta a la demanda de éste. La industria está creada bajo una estructura dependiente del exterior, donde la mayoría de su producción final está destinada a las exportaciones. De la misma forma, cuenta con gran participación de importaciones dentro de sus insumos intermedios, así como una inversión que casi en su totalidad proviene del extranjero. A pesar de contar con sectores complementarios dentro del territorio nacional (motores y auto-partes), éstos también son en su gran mayoría provenientes de otros países, lo que hace a este sector muy sensible a perturbaciones y shocks provenientes del resto del mundo. Lo anterior proporciona una respuesta amplia a las preguntas de investigación planteadas.
También se mostró en este trabajo que, ante shocks de inversión por la razón de crecimiento (expansión), la industria automotriz es muy sensible y genera un mayor efecto de arrastre sobre la economía, pues los flujos de capital con sectores impulsores y sectores base son considerablemente mayores, lo que produce un impacto muy notorio sobre el resto de las actividades económicas, el empleo y el PIB. Los datos y los resultados obtenidos son útiles para el diseño de un plan nacional de crecimiento en materia industrial, pues, al tener cifras que muestran el impacto que este sector ejerce sobre el resto de la economía ante flujos de IED, y una vez identificadas aquellas actividades que son clave dentro de este proceso de expansión, se podrán implementar políticas públicas con el propósito de impulsar el crecimiento no sólo de esta industria, sino también de todas las actividades ligadas durante este proceso. Dicho lo anterior, es evidente la necesidad de mayor participación de empresas y capital nacional dentro de este sector, y la diversificación de sus canales de abastecimiento con el objetivo de disminuir la dependencia exterior de esta industria.
Es importante destacar como novedad en este estudio, junto con la clasificación de la industria, el cálculo de los multiplicadores de impacto y empleo, pues anteriormente sólo se habían calculado los de las manufacturas en agregado (Jaimes et al., 2017). Con la generación de los multiplicadores se puede constatar que este sector en su fase de operación estándar cuenta con escasa capacidad para arrastrar la economía, lo que comprueba que se desarrolla dentro de clústeres industriales con muy poca interacción con el resto de la economía local. Los valores obtenidos en sus multiplicadores de empleo muestran que la industria cuenta con un alto índice de productividad laboral, por lo que se necesitan fuertes incrementos en la demanda para generar aumentos en el nivel de empleo de este sector.
Por último, es importante mencionar que, para los autores, queda pendiente en su futura agenda de investigación realizar un análisis comparativo entre México y países con niveles de desarrollo similares o inferiores en décadas pasadas, por ejemplo, Corea del Sur. En la década de los ochenta, mientras México se incorporaba al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Corea implementaba políticas proteccionistas para impulsar una industria pesada (metalurgia y petroquímica) que le permitiera autoproveerse de bienes de equipamiento, al mismo tiempo que impulsaba su nivel de desarrollo tecnológico para diversificar sus exportaciones con productos de mayor valor agregado (Toussaint, 2007). Las diferencias en los contextos económicos de ambos países ponen de relieve la necesidad de abordar nuevas preguntas, como: ¿qué lecciones podrían servir a México?, y ¿qué ocurriría si México implementara políticas similares?