La obra Heterodox Macroeconomics: Models of Demand, Distribution and Growth, de Robert A. Blecker y Mark Setterfield (B&S), presenta, a la fecha, la más completa compilación de los modelos analíticos económicos fundacionales y sus extensiones en el campo de la macroeconomía, con énfasis en los retos del crecimiento restringido o liderado por la demanda agregada y el papel que desempeña la distribución (en varias dimensiones)1 del ingreso entre crecimiento económico y demanda agregada. En particular, Blecker y Setterfield presentan los modelos integrados por origen en cuanto a “visión” -clásicos-marxistas, neokeynesianos y neokaleckianos- desde sus presentaciones seminales, sus extensiones, así como desde sus vías de desarrollo para investigaciones futuras. Este libro será la obra de referencia, tanto en docencia como en investigación, para estos temas por muchos años.
Como es sabido, los modelos de macroeconomía heterodoxa (MH) respecto del crecimiento económico se diferencian de la ortodoxa en el énfasis en la demanda agregada y en no considerar que los factores de la oferta agregada son los determinantes del crecimiento económico o que los factores determinantes de la oferta agregada están condicionados por el desempeño de la demanda agregada. Los modelos de la MH, por lo tanto, tienen más relevancia para el análisis de la dinámica macroeconómica en el corto y el mediano plazos, así como para el patrón de crecimiento en el que la historia va determinando su trayectoria; de ahí la notabilidad de la contribución del libro que permite mantener la vitalidad de esta perspectiva para la ciencia económica.
El texto de la contraportada de esta obra orienta su relevancia hacia estudiantes, mujeres y hombres, en posgrado y grados avanzados de licenciatura, en macroeconomía tanto convencional como heterodoxa.
Respecto de la docencia, este libro avanza sobre obras previas, con base en las cuales se ha enseñado el núcleo elemental de la MH, entre las que se encuentran las hasta ahora convencionales sobre el tema, como: Marglin (1984), Foley y Michel (1999) y Setterfield (2002), quienes son referidos en esta obra. El libro de B&S tiene un contenido más actualizado y sistemático.
Adicionalmente, es necesario señalar que esta obra también será un insumo fundamental para investigadores en el área, pues presenta el estado de la cuestión de los grupos de modelos esenciales (en su mayoría, con características clásicas marxistas, keynesianas y kaleckianas) relacionados con la macroeconomía del crecimiento ligada con temas de demanda agregada y distribución del ingreso, así como con extensiones hacia ciclos de negocios, conflictos distribucionales, desigualdad salarial, dinámica financiera, modelos del supermultiplicador basados en componentes exógenos de la demanda agregada y modelos de crecimiento liderado por exportaciones y de crecimiento con restricción en su balanza de pagos.
En particular, si alguien planea hacer una investigación basada en la extensión de estos modelos, he aquí el capítulo de revisión de literatura. Ha llegado una gran fortuna a esos investigadores, profesionales o estudiantes en proceso de elección o ya en el desarrollo de un tema de tesis o investigación más profesional relacionada con cuestiones de macroeconomía heterodoxa o con temas de demanda agregada.
Incidentalmente, este libro contribuye al debate reciente sobre la definición de la economía heterodoxa, al relacionarla, a escala de macroeconomía, con el énfasis en el análisis del papel de la demanda agregada, y presentar una imagen completamente opuesta a la sugerida por Hodgson (2019: vi), quien señala respecto de la economía heterodoxa: “El conocimiento heterodoxo parecía insuficientemente acumulativo. A veces aparentaba ir en círculos. Las nuevas ideas se elevaban y luego eran olvidadas. Había aprobación, pero poco escrutinio. Había cuestionamiento, evaluación y consolidación insuficientes de nuevas perspectivas”.
En oposición a dicha observación, esta obra presenta las contribuciones de los modelos de una manera claramente acumulativa, y de modo lineal pero complejo. Las nuevas ideas son generadas e integradas en el conocimiento acumulado. Hay amplio escrutinio, suficiente interrogación, evaluación de falseabilidad y consolidación de nuevas contribuciones.
En lo que sigue, con objeto de motivar la revisión del contenido de esta obra, se exploran algunas implicaciones para el análisis y las opciones de política económica en México y los Estados Unidos, así como en el estudio de los modelos à la Harrod.
En esta reseña, en particular, se busca vincular su contribución con los siguientes temas:
La presentación analítica del modelo original del economista inglés Roy F. Harrod, la cual ha abierto una amplia serie de interpretaciones y extensiones vigentes en la macroeconomía heterodoxa.
Los relacionados con la coyuntura de la política económica en México respecto de una posible explicación del estancamiento económico en el país y los retos de un desarrollo económico basado en las exportaciones y el crecimiento económico restringido por la balanza de pagos.
Sobre política económica para los Estados Unidos después de la gran crisis financiera, como la desigualdad salarial, la inestabilidad financiera a partir de modelos à la Minsky y el papel de los componentes exógenos (consumo autónomo, gasto público y exportaciones) de la demanda agregada en la explicación y las alternativas de política después de la crisis.
En relación con la interpretación y el desarrollo de las ideas de la dinámica económica, el crecimiento económico y el ciclo económico (trade cycle), a partir de la publicación fundacional de Harrod (1939), B&S, en su capítulo 3, ofrecen una interpretación basada en los elementos fundamentales que han sido componentes básicos de los modelos poskeynesianos, de los cuales se genera lo que los autores denominan el primero y el segundo problemas de Harrod. El segundo problema implica que los planes de ahorro e inversión ex ante y ex post, junto con un determinado patrón de expectativas, dan pie a una dinámica cíclica en la interacción de las llamadas tasa de crecimiento garantizada y tasa de crecimiento efectiva. Además, al no existir un “mecanismo de ajuste” entre las tasas de crecimiento garantizado y de pleno empleo, se genera el primer problema de Harrod, en el que la coincidencia en dichas tasas se da sólo de forma casual (no hay relación entre sus determinantes), lo que mantiene la economía la mayor parte del tiempo fuera del estado de crecimiento continuo (steady state).
Esta presentación sistemática ha estado notoriamente ausente para la docencia. La exposición más reciente en inglés se debe a Hacche (1979); la actual tiene la ventaja adicional de que nos prepara para dar línea a futuras extensiones del modelo. En idioma castellano tenemos versiones más actualizadas en Cruz (2008) y León Arias (2012), las cuales, además, complementan algunas extensiones empíricas derivadas del modelo de Harrod, incidentalmente de interés para la economía mexicana.
En esta obra la presentación del modelo original de Harrod (1939) es parsimoniosa y coincide con las interpretaciones más consensuadas en la literatura. Si bien hay algunas áreas a incorporar en futuras ediciones -en primer lugar, sobre los determinantes de la tasa de crecimiento garantizada-, ya que se considera que la relación capital-producto requerida “como la determina el estado actual de la tecnología” (Blecker y Setterfield, 2019: 107), mientras que en Harrod (1939, 1948 y 1973) se encuentra también determinada por el estado de ánimo de los empresarios y, en el largo plazo, por la tasa de interés, como lo señala León Arias (2012: 37):
En mi interpretación de los determinantes de Cr, siguiendo a Harrod, están el cambio tecnológico y la influencia de la tasa de interés en dicho cambio y también tiene cabida entre tales determinantes la inclusión del “entusiasmo” (animal spirits) en las decisiones de los empresarios respecto a Cr, ya que Harrod lo señala como una cuestión implícita en el concepto de equilibrio dinámico.
En segundo lugar, si bien el análisis de Harrod (1939) del ahorro se refiere a la misma tasa de ahorro tanto en la tasa de crecimiento garantizado como en la efectiva, en Harrod (1973) en la de crecimiento garantizado se incluye como determinante un concepto específico de ahorro, definido como ahorro deseado, por cuya relevancia, se incluye esta larga cita de León Arias (2012: 34-35):
El ahorro deseado es el monto de ahorro en relación con el nivel corriente de ingreso que familias, empresas y gobierno estarían dispuestos a realizar para atender sus necesidades futuras, tales como pensiones, gastos específicos y planes de inversión a “largo plazo”; y, en cuanto al ahorro del gobierno, aquel monto que éste “desearía” ahorrar más allá del requerido para regular la economía y que podría corresponder a las necesidades de “construcción nacional” de un país. Estos montos de ahorro, si bien pudieran estar relacionados con el ingreso corriente (o futuro), ello no es así necesariamente, y si se expresan en relación con el ingreso es más bien, según Harrod (1973), por conveniencia analítica. Como advierte Harrod (1973: 109), “el ahorro es, en su mayor parte -no necesariamente en su totalidad-, función de la renta total”. Además, podría esperarse que el coeficiente de ahorro deseado no varíe en gran medida a lo largo del ciclo económico. Respecto a los determinantes del ahorro deseado, hay un gran debate sobre el rol de la tasa de interés, que dejaremos pendiente para más adelante.
En tercer lugar, mientras ha habido un amplio análisis de lo “que efectivamente quiso decir Harrod”, la propuesta en B&S requiere vincularse con la historia del pensamiento macroeconómico, tarea que afortunadamente se complementa con la reciente publicación de Perez Caldentey (2019).
Más aún, la parsimonia en la presentación de las ideas originales de Harrod en parte del capítulo 3 se ve enriquecida con las extensiones que se derivan de ese modelo y se presentan en el capítulo 6, dedicado al debate de los modelos neoharrodianos y la inestabilidad de Harrod. En particular, se completa el análisis original de dicho autor al:
construir límites superiores e inferiores que contienen la inestabilidad asociada con el análisis harrodiano;
extender el modelo de Harrod, cuando se consideran varios mecanismos que podrían “atenuar o domar” la inestabilidad, la dinámica de ciclos y la propia del modelo.
Estas extensiones del modelo de Harrod, en lo que respecta al llamado segundo problema de Harrod, en mi conocimiento, es la primera vez que se presentan de una manera sistemática tal que complementan a Pérez Caldentey (2019) respecto de que él considera que el modelo de Harrod no ha tenido eco en el desarrollo de la macroeconomía más reciente.
Es relevante mencionar que esta presentación del modelo original de Harrod y sus extensiones no son sólo de interés analítico, sino también para México. En particular, una segunda línea de implicaciones relevantes de esta obra de B&S se relaciona, por ejemplo, con temas en el debate de política económica en el México del año 2020.
La explicación del estancamiento económico en México se basa en tasas de crecimiento menores a 3% anual, prácticamente, en los últimos 30 años. Algunos economistas mexicanos, como Cruz (2008), León Arias (2012) y León Arias y Cabrera González (2020) han “buscado” la base de ese estancamiento en el exceso de un ahorro (deseado) y un insuficiente entusiasmo por invertir, o, de acuerdo con la interpretación de Harrod y según B&S, una percepción de un relativo exceso de capacidad productiva instalada (de acuerdo con la expectativa de crecimiento futuro). Desde esta perspectiva, la revisión de los elementos originales y extensiones de modelos à la Harrod por B&S apoya su fundamentación analítica y permite seguir explorando el tema, aun cuando no hay una revisión de la llamada tesis harrodiana del estancamiento (véanse Harrod, 1948 y 1973).
Por otro lado, la nueva estrategia de política económica, que algunos analistas denominan “AMLOnomics” -véase Revilla, Luna, Garza, Blandinieres y Heredia (2019)-, es sugerida por el incremento de salarios (salario mínimo) y subsidios al consumo a personas mayores y jóvenes sin empleo ni estudios en México. Explicarnos las alternativas de los modelos neokaleckianos respecto de regímenes liderados por la demanda agregada vía salarios (wage-led) o vía beneficios (profit-led) es por lo demás esencial para el análisis de tal estrategia, así como la inclusión de críticas y extensiones de dicho modelo resulta de lo más valioso para la evaluación de la estrategia de política económica.
Adicionalmente, la tercera parte del libro en cuestión está integrada por los elementos generales del modelo de crecimiento liderado por las exportaciones y la causación acumulativa à la Kaldor, y se extiende a modelos con restricción con balanza de pagos, desenvolvimientos a críticas, alternativas y síntesis. Aquí la relación con la economía mexicana es relevante para explicar por qué si ésta ha seguido una estrategia de crecimiento liderado por exportaciones, sus perspectivas presentan muy poco impacto sobre el crecimiento económico. Asimismo, la restricción de la balanza de pagos, que se ha visto complementada con significativos flujos de capital a partir de las últimas dos décadas, sigue siendo una ley de hierro para la economía mexicana.
Otro aspecto a destacar es la vinculación de ciertas partes de esta obra con algunos temas relacionados de manera más directa con la economía de los Estados Unidos, que se presentan en el capítulo 7, aunque también de referencia para la economía mexicana. Éstos son desigualdad salarial, ingreso del rentista, dinámica financiera con crisis à la Minsky e influencia de componentes exógenos de la demanda (consumo, gasto público y exportaciones) mediante el llamado supermultiplicador à la Hicks.
Con la descripción de modelos relacionados con los temas anteriores, se ofrece un marco de referencia para analizar situaciones de gran interés en los Estados Unidos, como la desigualdad salarial, la inestabilidad financiera que dio lugar a la gran crisis financiera, y un decrecimiento secular en los componentes exógenos de la demanda agregada. En el capítulo 7 la descripción de modelos es más parsimoniosa, pero suficiente a fin de poner los puntos de referencia para el análisis.
Quizás aquí convendría señalar otro componente analizado para explicar la tendencia a un posible estancamiento secular en la economía de los Estados Unidos: la insuficiencia en el crecimiento del componente autónomo de la inversión, una idea que propuso Alvin Hansen (1939) y que tuvo sucesivos desarrollos; sobre uno en particular, mediante la propuesta de Harrod (1939 y 1948), Hamberg (1956) ofreció un planteamiento que buscaba la convergencia entre Harrod y Hansen; al respecto, véase León Arias (2019).
Una vez propuesta la identificación de algunas de las implicaciones relevantes desprendidas de los temas de la obra, es necesario notar que las contribuciones incluidas en esta obra se puedan comunicar más allá de las comunidades de economistas heterodoxos, ya que existe un amplio desconocimiento de las propuestas macroeconómicas heterodoxas, lo cual limita los análisis de la situación económica reciente, tanto a nivel global como, en particular, en los Estados Unidos y México. Así, por ejemplo, véase Storm (2020), quien trata temas similares a los mencionados, pero muestra un desconocimiento casi total de los modelos heterodoxos; sólo hay una referencia común con la obra de B&S: la de Foley y Michel (1999). Incluso el concepto de acelerador de la inversión es atribuido a Kopp, Leigh, Mursula y Tambunlertchai (2019), de acuerdo con la siguiente cita de Storm (2020): “La demanda importa en el largo plazo, pues la inversión empresarial está abrumadoramente influenciada no por tasas de interés, sino por ‘efectos acelerador’ que operan en la demanda agregada” (Kopp et al., 2019).
Esta referencia muestra claramente la urgencia de que la economía convencional, aun en su perspectiva un tanto más crítica, como la desarrollada en el Institute for New Economic Thinking (INET), conozca las importantes contribuciones de la economía heterodoxa.
En cuanto a las oportunidades de extensión a futuro se enumeran las siguientes:
Una mayor incorporación de temas de economía abierta, que, si bien se tratan, en particular, en la sección 4.4.3 y desde luego ampliamente en la parte III -pero ya sólo en relación con la perspectiva kaldoriana y el modelo BPCG (por las siglas en inglés de crecimiento restringido por la balanza de pagos)-, no se vinculan con las partes anteriores en el libro.
Ante el retorno del interés por los ciclos de negocios, se extrañan las aportaciones del análisis de dichos ciclos desde la perspectiva kaleckiana.
Las relativamente limitadas referencias sobre metodología empírica (salvo en la sección 5.4 y un poco en la parte III) no dan cuenta de la gran riqueza de tales análisis, por ejemplo, la mostrada por Julio López -como en López y Malagamba-Morán (2016), por mencionar alguna de sus publicaciones recientes-.
Queda a otros investigadores extender el análisis de desigualdad relacionada con la riqueza (à la Piketty).
Los temas a desarrollar mencionados anteriormente nos invitan a recuperar el libro presentado en esta reseña y continuar su desarrollo.