Introducción
Los enunciados causales han sido estudiados desde muy diversas perspectivas. Como conector, parece haber consenso en que porque es el nexo causal prototípico del español y que puede introducir cualquier tipo de causa, ya sea del enunciado (1a), ya de la enunciación (1b) (Bello, 1847; Lapesa, 1978; Galán Rodríguez, 1995; RAE-ASALE, 2009-2011; Blackwell, 2016; Arroyo Hernández, 2017):
(1)
El jardín está seco porque hace mucho calor [Causa del enunciado]
Esta vez estudió más porque aprobó las materias [Causa de la enunciación]
Quizá la versatilidad de porque resulte tanto de su uso extendido en el ámbito hispanohablante, como de sus posibilidades para establecer relación con diferentes constituyentes de la estructura oracional. En palabras de Galán Rodríguez (1995),
Porque es el nexo más utilizado en las diferentes relaciones de causalidad (motivación, causa-efecto, explicación, hipótesis). Por ello es quizá el que mejor se presta para manifestar el contraste expresivo y el que permite con mayor facilidad los cambios significativos que se derivan de su combinación con los modos verbales y la negación (p. 146).
A pesar de la existencia de otros nexos causales, porque constituye el objeto de estudio de esta investigación, ya que su empleo introduce enunciados cuyas posibles interpretaciones no han sido detalladamente atendidas. Propuestas como las de Igualada Belchi (1990), Dancygier y Sweetser (2000) y la RAE-ASALE (2009-2011) señalan que tales enunciados pueden emplearse no solo para justificar lo inferido por el hablante (2a), sino también como justificación de un acto de habla (pregunta, mandato o petición) (2b):
(2)
¿Estás nervioso? Porque no dejas de moverte (Igualada Belchi, 1990, p. 233)
Could you turn down the stereo, because I’m trying to study(Dancygier y Sweetser, 2000, p. 118)
Sin embargo, casi nulos son los intentos por identificar estos valores en lengua oral y poco se conoce de la distribución dialectal en términos de frecuencia. Existen además casos que tampoco han sido debidamente abordados porque se alejan de las realizaciones íntegramente causales. Se trata de usos que se pueden encontrar en contextos interaccionales y que se caracterizan por un matiz altamente discursivo (3):
(3)
I: Hay algunos que lo hacen (el cerdo asado) en una cazuela // eso depende de las condiciones que tenga // cada cual /
E: y tú / tú eres buen cocinero / entonces / porque…
I: yo sí / no / no / yo sí soy / especial en la cocina (PRESEEA-La Habana_013)
En el ejemplo (3), porque no opera ya como conector; en lugar de introducir un enunciado causal prototípico, cierra el turno de (E) para que su interlocutor (I) confirme si su deducción es correcta. Asimismo, genera una serie de inferencias acerca de lo que podría desencadenar el discurso anterior, sin que sea necesario expresarlo explícitamente. Ello sugiere la necesidad de atender a todas las estructuras que se encuentran asociadas al nexo, a fin de conocer la gama de valores que porque puede introducir.
Esta investigación, por tanto, tiene como objetivo analizar y describir los diversos valores de los enunciados con porque, para luego proponer una clasificación sistemática. Igualmente, se ha querido conocer su distribución en contextos de interacción, ya que se ha puntualizado que porque no parece establecer preferencias en cuanto al tipo de causa que introduce, sino que, más bien, parece estar determinada por las características del discurso circundante (Briz, 2011). Este estudio compara también los dialectos de las capitales de España, México y Cuba, con base en las entrevistas del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA).
La noción de causa
La mayoría de los acercamientos a la causalidad analiza los dos tipos de causa descritos por Lapesa en 1978: “causa del enunciado” y “causa de la enunciación”. La primera responde a las circunstancias o motivos que producen un hecho (4a), mientras que la segunda ofrece una explicación o justificación de lo dicho en el enunciado previo (4b):
(4)
El suelo está mojado porque ha llovido (Lapesa, 1978, p. 183)
La procesión viene ya, porque la gente está en los balcones (Lapesa, 1978, p. 182)
Los casos como los de (4a) pertenecen a un grupo de construcciones en las que se indaga por la causa eficiente de la acción principal, mientras que, en los ejemplos como el de (4b), se buscan los fundamentos que permiten suponer el evento principal. Diversos investigadores hacen la misma distinción (Galán Rodríguez, 1995; Igualada Belchi, 1990; RAE-ASALE, 2009-2011), aunque la nomenclatura para identificar los dos tipos se le atribuye a Bello (1847).
Junto al estudio de esta dicotomía, se ha reparado en la presencia de valores asociados a la causa de la enunciación. En 1990, Igualada Belchi apuntó que la causalidad puede presentarse en el plano del enunciado o en el de la enunciación, pero, aunque los enunciados declarativos o interrogativos pueden estar relacionados con los dos tipos, en los casos en los que se tiene un enunciado imperativo o interrogativo parcial en la estructura de efecto, la causa actuará exclusivamente en la enunciación. En 1995, Galán Rodríguez añade que se pueden encontrar valores disímiles según las características de la construcción y el contexto de empleo.
En el Manual de la Nueva Gramática de la Lengua Española(RAE-ASALE, 2010) se señala que las causales de la enunciación pueden catalogarse como explicativas puesto que explicitan o justifican el enunciado anterior. Se advierte también acerca de otros valores expresivos y discursivos (5):
(5)
Cuando yo sea jefe de estudios, esto se va a acabar, porque ya está bien (Amenaza)
¿Hace frío? Porque os veo muy abrigados (Pregunta)
Hay gringos que en este pueblo no han llegado y ojalá no lleguen porque lo compran todo de una sola vez (Morón, Gallo). (Deseo) (RAE-ASALE, 2010, p. 882)
Las observaciones relacionadas con actos de habla previos son indispensables para esta investigación dado el interés en describir tales usos discursivos. Así, esta propuesta no rechaza la dicotomía causal sino que la retoma como importante punto de apoyo.
Usos discursivos de los enunciados causales introducidos por porque
Dancygier y Sweetser (2000) exponen la variabilidad de interpretaciones de la zona causal, y ofrecen ejemplos con valiosas reflexiones:
(6) Joe turned down the stereo because Sam was studying
(Causal relation is between state of affairs described in P and event described in Q, i.e. between contents of the clauses)
(7) Sam is (must be) studying, because Joe turned down the stereo
(Causal relation is between speaker’s knowledge about content of P and speaker’s conclusion about content of Q)
(8) Could you turn down the stereo, because I’m trying to study
(Causal relation is between the contextual state expressed in P and the speech-act performance of the request in Q)
(9) OK, Chris introduced me to her partner, since we’re being politically correct
(Causal relation is between contextual situation P and a particular form-content mapping used in Q)
(10) Since you’re a linguist, what’s the Russian Word for “blender”?
(Speech-act level: the addressee’s professional status causes or enables the current speech act of questioning) (Dancygier y Sweetser, 2000, pp. 118-119) 1
Este es uno de los primeros estudios que analiza exclusivamente cómo funcionan y en qué contextos se emplean los nexos causales abordados. Su aporte permite entender una parcela de la causa menos explorada, pues contemplan tanto las construcciones lingüísticas, como sus posibles valores respecto del contexto y de las intenciones discursivas del hablante. Si bien (6) y (7) corresponden a los tipos tradicionales, (8) y (10) presentan causas que justifican un acto de habla (mandato o petición e interrogación). Finalmente, en (9) se observa una relación entre una circunstancia extralingüística y una reflexión de corte lingüístico respecto de lo dicho (partner).
Las contribuciones de estas autoras constituyen la base de la presente investigación, ya que a pesar de reconocer que estos usos se corresponden con una tipología que los divide en causa de contenido (6), epistémica (7) y de apoyo a un acto de habla (8, 9 y 10), no se limitan a encasillar los usos en una de estas categorías. Por el contrario, reconocen la gran variedad de interpretaciones que ofrecen los enunciados introducidos por el conector según las diferentes situaciones contextuales y discursivas en las que se producen. Una perspectiva similar sigue el presente estudio, cuyo interés no recae en describir las construcciones introducidas por porque asumiendo de antemano la existencia de una tipología determinada, sino que se pretende atender en primer lugar al dato, para posteriormente llegar a conclusiones tipológicas.
Por su parte, Blackwell (2016) aborda la causalidad en la narrativa oral de los hablantes de Zaragoza, España. Su objetivo es describir el uso del conector como introductor de enunciados semánticos o de contenido (usos que coinciden con la causa del enunciado o prototípica), frente a un grupo de construcciones que llamó (meta)pragmáticas. Estas últimas constituyen enunciados epistémicos (inferencias y conclusiones que apoyan lo dicho y que se corresponden con la causa de la enunciación) y justificadores de actos de habla (peticiones, mandatos, preguntas). Blackwell reportó el frecuente uso de las construcciones epistémicas frente a las otras, aunque advirtió la existencia de enunciados que pueden ser catalogados como semánticos o pragmáticos, porque aceptan igualmente las pruebas conmutativas de Sanders de su trabajo de 1997 para identificar los valores mencionados.2
La propuesta de Blackwell (2016) constituye un antecedente inmediato para este trabajo, dada su intención de identificar tanto los valores semánticos como pragmáticos de los enunciados con porque en un corpus oral del español. Asimismo, el modelo de Sanders del año 1997 ha sido también aplicado como herramienta para la clasificación de las estructuras causales.
Fuera de los límites oracionales
Unas de las constantes halladas en los estudios tradicionales mencionados previamente, es el hecho de analizar enunciados que respetan los límites oracionales. La causa es generalmente vista como una relación expresada entre un enunciado A y otro B, ya sea a partir de una subordinación o una coordinación, según el autor que las trate. Sin embargo, acercamientos como el de Gras (2010) o Briz (2011) ponen de relieve la necesidad de ampliar tales límites en virtud de un análisis más completo y que contemple actos de habla más complejos como los que se pueden producir en interacción.
La tesis doctoral de Gras (2010), Gramática de construcciones en interacción. Propuesta de un modelo y aplicación al análisis de estructuras independientes con marcas de subordinación en español, describe los valores y comportamientos de enunciados independientes en interacción, y dedica espacio para diversas construcciones, entre ellas algunas de valor causal que rebasan los límites de la oración. Al respecto, Gras subraya que identificar los valores de tales estructuras independientes es algo complejo y deben ser abordadas en relación con el contexto, lo cual ejemplifica con el uso de (11) tomado de Narbona, de la página 59 de su trabajo de 1990:
(11) Póngame una cerveza
¿Una cerveza a la hora de desayunar?
¡Porque tú estés desayunando...! (uso con valor de réplica (Gras, 2010, p. 284))
Por su parte, en el trabajo “La subordinación sintáctica desde una teoría de unidades del discurso: el caso de las llamadas causales de la enunciación”, Briz (2011) ofrece una nueva visión para el análisis de las causales de la enunciación que parte de una perspectiva totalmente discursiva. A lo largo de su artículo el autor demuestra que estos enunciados producidos en interacción deben ser abordados desde los principios discursivos y no desde la gramática, específicamente desde la sintaxis tradicional. Y es que defiende la existencia de actos y subactos en el habla coloquial que no deben ser pasados por alto. Señala, además, que la estructura de las causas de la enunciación se compone de estos elementos.
Para Briz, un acto “es el constituyente inmediato de una intervención. Y queda definido como ‘la menor unidad de habla capaz de funcionar aislada en el contexto discursivo real en que se produce o por relación al acto anterior’ ” (Briz, 2011, p. 140). Por su parte, define los subactos como “segmentos informativos divisibles, los constituyentes mínimos de los actos, los cuales son identificables por dicha informatividad”. En el ejemplo de (12) ofrecido por el mismo autor, es posible identificar un acto en L1 compuesto por dos subactos ((12a) y (12b)):
(12) L1: #yo creo que- no sé↓ que tienes actos muy- muy liberales [en relación a]#
(12a) yo creo que- que tienes actos muy- muy liberales [en relación a]#
(12b) no sé↓ (Briz, 2011, p. 142)
Teniendo en cuenta lo anterior, Briz señala que las causales de la enunciación, a diferencia de las del enunciado que se caracterizan por ser un acto compuesto de dos subactos sustantivos (informativos con sustancia semántica por expresar causa y efecto), se conforman con dos actos, con lo cual desmonta la conocida estructura de “[Digo que] el suelo está mojado porque ha llovido”, y propone que, en realidad lo que se presenta son dos estructuras subyacentes cuya relación no debería ser considerada de subordinación sino de yuxtaposición o coordinación sin nexo (13):
(13) [Yo digo que ha llovido] [yo lo digo porque el suelo está mojado] (Briz, 2011, p. 148)
Según el autor, es evidente que en estos casos se presenta una aseveración que puede catalogarse de conclusión, y de una justificación de tal enunciación que, en la construcción original, deben tratarse como dos subactos informativos.
Sin bien la división en actos propuestos para la causa de la enunciación no supone pauta necesaria para la presente investigación, sí se reconoce como herramienta para identificar el valor epistémico o pragmático de tales estructuras, dado que se aprecia de mejor manera la intención del hablante de justificar lo que ha dicho previamente. Asimismo, su propuesta de delimitación en actos y subactos ha arrojado luz para analizar las construcciones causales producidas en interacción, y ha facilitado, junto a las consideraciones de Gras (2010), la demarcación de la información para aislar exitosamente todo lo que se encuentra directamente vinculado al nexo analizado.
Asumir una perspectiva pragmático-discursiva lleva consigo rebasar las fronteras que impone la concepción tradicional de causa, asociada directamente a un espacio oracional. Y es que las relaciones causales pueden identificarse en contextos más amplios, en los que la dependencia de los enunciados resulta menos estricta. De ahí que esta investigación no desconozca el hecho de que los enunciados introducidos por porque puedan encontrarse asociados con construcciones más complejas desde los puntos de vista funcional y formal.
Análisis formal, semántico y (meta)pragmático
La investigación siguió diversos planteamientos de Briz (2001) y Blackwell (2016). En el caso de Briz, se aplicaron las pruebas formales para identificar el tipo de causa en aquellos enunciados que no presentan la estructura tradicional (P porque Q). Para Briz (2001), resulta necesario diferenciar los valores semánticos y los pragmáticos de porque, puesto que cuando introduce una causa de la enunciación, el conector debería catalogarse como pragmático por justificar un acto de habla previo. Para demostrarlo, ofrece pruebas que permiten discernir qué uso se presenta en cada enunciado. Un conector pragmático no acepta la paráfrasis por estructuras negadas, interrogadas e incrustadas en construcciones mayores, tal y como se observa en las versiones que continúan al ejemplo de (14a). Estos enunciados tampoco aceptan la inversión de los constituyentes.
(14)
Está enfermo, porque ha ido al médico (Causa de la enunciación con conector pragmático)
*No está enfermo, porque ha ido al médico
*¿Está enfermo, porque ha ido al médico?
Juan dice que está enfermo, porque ha ido al médico (Briz, 2001, p. 171)
Según Briz (2001), tales variaciones son inaceptables en español, aunque, a efectos de este acercamiento, se considera que algunos podrían entenderse en función del contexto. Debido, por tanto, al tipo de corpus, resulta sensato trabajar con actos enunciativos en lugar de tomar enunciados aislados.
Paralelamente, se recurrió al modelo Basic Operation Paraphrase Test, desarrollado por Sanders en 1997 e implementado por Blackwell (2016). Su uso permite diferenciar los valores semánticos o de contenido de los pragmáticos epistémicos y de justificación de acto de habla. Según Blackwell, los pasos a seguir en el Basic Operation Paraphase Test son los siguientes:
Isolate the two segments that are connected by a coherence relation.
Strip all connectives from the sequence of segments.
Reconstruct the causal basic operation between the propositions P and Q… Paraphrase it by making use of the formulations below and consider which formulation is the best expression of the meaning of the CR [coherence relation] in this context.
(i)a. the fact that P causes S[peaker]’s claim/advice/conclusion that Q
(i)b. the fact that Q causes S’s claim/advice/conclusion that P
(ii)a. the fact that P causes the fact that Q
(ii)b. the fact that Q causes the fact that P(Blackwell, 2016, p. 622)
La relación será pragmática si alguna de las paráfrasis del tipo (i) se corresponde con el sentido original. Por el contrario, será de contenido si alguna del tipo (ii) coincide con el sentido del enunciado estudiado. Los ejemplos de Sanders y sus paráfrasis, tomados de Blackwell (2016) demuestran cómo funciona el modelo (15):3
(15)
Theo was exhausted because he had run to the university
Theo was exhausted, because he was gasping for breath (Blackwell, 2016, p. 621)
Según se desprende de las paráfrasis de (16), en (15a) se presenta una relación semántica de causa y efecto:
(16)
a’. (i) ?The fact that Theo had been running causes my claim that he was exhausted
a’’. (ii) The fact that Theo had been running causes the fact that he was exhausted (Blackwell, 2016, p. 622)
Ahora bien, en el caso de (15b) el resultado sugiere lo contrario:
(17)
b’. (i) The fact that Theo was gasping for breath causes my claim that he was exhausted
b’’ (ii) *The fact that Theo was gasping for breath causes the fact that he was exhausted (3, p. 622)
En este caso se observa un enunciado pragmático en el que no se presenta un hecho resultante de otro evento. La relación se basa en la inferencia del hablante sobre una situación específica (been gasping for breath).
Si bien la gran mayoría de los ejemplos pueden ser catalogados exitosamente, existen casos ambiguos que funcionan como causa semántica o pragmática (18).
(18)
a. The neighbours are not at home because there is a party downtown
a’. The fact that there is a party causes the fact that the neighbours are not at home
a’’. The fact that there is a party causes my claim that the neighbours are not at home(Blackwell, 2016, p. 622)
En (18), la interpretación depende de un contexto más amplio. De ahí que no sea aconsejable contemplar solo el contexto inmediato de los enunciados, sino el acto completo (Briz, 2011), lo cual supone un argumento importante para la clasificación causal. Asimismo, se han atendido los rasgos formales propios de cada construcción para establecer diferencias.
Metodología
La investigación tiene enfoque cualitativo y alcance descriptivo. Para su realización, se consultaron las entrevistas orales del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA) de La Habana, Ciudad de México y Madrid. Tales entrevistas se encuentran estratificadas de acuerdo con tres variables extralingüísticas: edad, género y nivel de instrucción del informante; y en ellas participaron un informante y un entrevistador. Se ha de aclarar que no se tuvieron en cuenta las variables extralingüísticas debido a que solo son efectivas para los informantes; en cambio, sí se han considerado las realizaciones de los entrevistadores, cuya información social se desconoce. Por tanto, se ha trabajado solo con la variable “rol de los participantes” y “variedad dialectal”.
De las 108 entrevistas de cada corpus, se consultaron 36 de todas las edades y géneros, aunque en el caso del nivel de instrucción, se consideraron únicamente entrevistas de los niveles alto y bajo. Esta decisión responde a que las instancias de porque son numerosas, y así se han reducido de manera balanceada los enunciados por analizar. La tabla 1 muestra la distribución de tales entrevistas según cantidades y variables:
Los datos
Para la extracción de los datos, se buscaron todas las instancias de porque mediante el buscador de Word. Una vez registradas, se determinó si presentaban los valores sintácticos y funcionales que se deseaba estudiar. Para ello, se aplicaron diferentes criterios de inclusión y exclusión que facilitaron el proceso de identificación: no solo se han contemplado los casos más frecuentes en los que el nexo aparece entre una cláusula subordinante y otra subordinada, al interior de una oración compleja; por el contrario, se han considerado todos los enunciados que se hallan vinculados al nexo estudiado. De tal forma, ha sido posible identificar casos en los que el conector no se emplea de forma convencional (X porque Y (véase ejemplo de (3)). Paralelamente, debido a la naturaleza oral del corpus, no se analizaron los enunciados con porque que constituían repeticiones, falsos inicios, ni las que se interrumpían por reformulaciones que no permitían recuperar el valor asociado al conector. Tampoco se ha pretendido abordar la recurrente y conocida discusión acerca de si las construcciones causales constituyen o no, oraciones subordinadas o coordinadas, tal y como se ha advertido antes, puesto que pueden producirse casos en los que el enunciado causal pertenece a un segmento oracional o discursivo diferente del que ofrece la información de efecto o consecuencia (véanse los ejemplos de (2a) y (5b)). En cambio, una ventaja de la presente investigación radica en que se analiza todo tipo de enunciados en los cuales se emplee el conector.
Debido a lo profuso que resulta su uso, se limitó su extracción aleatoria a una cantidad de 30 instancias por entrevista. La recolección de datos en las tres ciudades arrojó un total de 3 119 enunciados con porque. En la tabla 2, se observa la distribución de casos por ciudad:
CIUDADES | DISTRIBUCIÓN |
La Habana | 32.2% (1004) |
Madrid | 33.7% (1051) |
Ciudad de México | 34.1% (1064) |
TOTAL | 100% (3119) |
Los datos muestran una muy pequeña diferencia entre las cantidades de cada ciudad, lo cual está en correspondencia con la metodología que se siguió para la conformación de la muestra. Cabe destacar que no se alcanzó el total de casos previsto (3240), ya porque en algunas de las entrevistas las instancias de porque no llegaron siempre a 30, o porque no se analizaron los enunciados que constituían repeticiones, falsos inicios, o emisiones interrumpidas por reformulaciones o con finales abruptos.
Como se ha apuntado antes, los datos se analizaron considerando el rol de los participantes (entrevistador e informante) y el dialecto. Los aspectos lingüísticos contemplados son los que han sido tradicionalmente empleados en las investigaciones sobre el tema (Lapesa, 1978; Igualada Belchi, 1990; Galán Rodríguez, 1995; RAE-ASALE, 2009-2011; Blackwell, 2016). Entre ellos se encuentran el tipo de causa (según la propuesta de Blackwell (2016)): “de contenido”, “epistémica” y “de acto de habla”,4 el modo y tiempo de los verbos asociados al nexo y la posición de este en la estructura analizada.
Paralelamente, se debe subrayar que este trabajo ha realizado un análisis basado en datos reales, tomados de los corpus ya mencionados. No obstante, se ha recurrido en alguna ocasión a ejemplos creados al citar directamente la propuesta de algún investigador, o al explicar los referentes teóricos de la propuesta. La codificación ha combinado el método empleado por Blackwell (2016) y las variables que se han considerado necesarias. Además, se ha llevado a cabo un estudio cuantitativo a partir de la frecuencia de uso y porcentaje de valores, que ha atendido al comportamiento de los datos tanto general como por cada ciudad.
Análisis y resultados
Los resultados han permitido corroborar la variedad de valores que ofrecen los enunciados introducidos por porque. Algunos han sido previamente identificados en otros estudios, pero no constituyen los únicos que pueden producirse en la oralidad. A continuación, se ofrece la descripción general que se ha llevado a cabo, y se explica la clasificación que se ha tenido a bien establecer según los rasgos particulares de los enunciados.
Descripción y clasificación de los enunciados
El análisis demostró que la mayoría de los casos ofrece valores puramente causales; sin embargo, también se encuentran usos con interpretaciones añadidas que enriquecen lo estrictamente causal. En la tabla 3, se puede observar este comportamiento tanto de manera general como por ciudades.
La primera de estas clases es la “causa pura o propiamente dicha”. Coincide con la llamada “causa del enunciado” de Lapesa (1978) y demás autores, o la “causa semántica” de Blackwell (2016). En ella se aúnan ejemplos en los que se describe una conexión no consabida entre el enunciado A y el B (Galán Rodríguez, 1995), mediante la cual se manifiesta una relación directa de causa-efecto o de motivación-resultado entre dos eventos. Según se observa, es esta la clase más empleada tanto de forma general como en las diferentes ciudades estudiadas. La segunda, por su parte, se ha denominado “causa metadiscursiva” y constituye un conjunto de estructuras que establecen relación causal, en mayor o menor medida, con el discurso circundante. Esta clase aúna construcciones de valores tanto epistémicos (“causa de la enunciación”) como explicativos o discursivos. Su alcance puede ser de dos tipos: restringido (el enunciado B actúa como apoyo a un acto de habla previo, dado que explica o justifica una formulación inmediatamente anterior), o extendido (estructuras que se asocian en menor medida con la causalidad directa y proponen una asociación de mayor alcance textual).
CLASES | GENERAL | LA HABANA | MADRID | CIUDAD DE MÉXICO |
Causa propiamente dicha | 76.4% (2382) | 78.7% (791) | 76.1% (800) | 74.3% (791) |
Causa metadiscursiva | 23.6% (737) | 21.3% (213) | 23.9% (251) | 25.7% (273) |
TOTAL | 100% (3119) | 100% (1004) | 100% (1051) | 100% (1064) |
CLASES | GENERAL | LA HABANA | MADRID | CIUDAD DE MÉXICO | |
CAUSA METADISCURSIVA | ALCANCE RESTRINGIDO | 66.2% (488) | 75.1% (160) | 50.2% (126) | 74% (202) |
ALCANCE EXTENDIDO | 33.8% (249) | 24.9% (53) | 49.8% (125) | 26% (71) | |
TOTAL | 100% (737) | 100% (213) | 100% (251) | 100% (273) |
Como se observa en la tabla 4, la causa metadiscursiva de alcance restringido es más producida desde una perspectiva general. Este comportamiento se registra también para La Habana y Ciudad de México, mientras que en Madrid los porcentajes de uso de ambos alcances son prácticamente equivalentes. Entre los hablantes de Madrid no parece haber preferencias en el uso del conector respecto del tipo de alcance metadiscursivo. Cabe destacar que, en comparación con Cuba y Ciudad de México, en los hablantes de la capital ibérica sobresale una mayor cantidad de casos de porque como conector de amplio alcance, los cuales, como se verá a continuación, constituyen estructuras menos prototípicas desde el punto de vista causal.
A continuación, se presenta el análisis no solo de los conjuntos establecidos, sino también de otros valores o subclases que los componen.
1. Causa pura o propiamente dicha
Estos enunciados establecen una conexión no consabida entre el enunciado A y el B. Dicha conexión manifiesta una relación de causa-efecto o de motivación-resultado. En esta clase se han contemplado tanto eventos físicos comprobables, como comportamientos abstractos o subjetivos que pueden ser considerados razones o motivos de un efecto determinado. Asimismo, se han identificado subclases con características particulares tal y como se puede observar a continuación.
1.1 Causa directa
En este conjunto se encuentran aquellos casos en los que se presenta una causa propiamente dicha en la que la relación entre A y B es directa (19):
(19)a.
I: no pues más/ más que nada// se espantó porque// se perforó [un dedo] un día en la tarde y// y s-/ y se todo el día e-/ todo ese día/ y toda la noche
E: ajá
I: según ella// siguió sangrando (CSCM-México_105)
(19)b.
E: ¿te han ofrecido conejo?
I: lo he visto / o sea / lo he visto / y / y por la carne nada más ya me doy cuenta que / porque el pollo no me pueden engañar porque es mi carne preferida (PRESEEA-La Habana_003)
Es frecuente el uso de tiempos del pasado para relatar sucesos ya ocurridos, reales, observables y objetivos (19a). Sin embargo, también se pueden encontrar enunciados en los que se presentan motivos o razones para explicar gustos, deseos y preferencias (19b). De ahí que se empleen fundamentalmente verbos de atribución o gusto, conjugados en presente para exponer ya una causa habitual, ya el mundo interior del hablante (opiniones, declaraciones o comportamientos que el propio hablante ofrece sobre sí mismo (“con el pollo no me pueden engañar porque es mi carne preferida”)).
1.2 Causa elaborada
En este tipo de enunciados, porque introduce una causa cuya presentación resulta más elaborada por la cantidad de argumentos ofrecidos. El hablante crea un espacio informativo y el oyente deberá identificar aquellos argumentos que constituyen la causa de un efecto o resultado. Los ejemplos de (20) muestran esta estrategia del hablante para ofrecer datos que considera importantes para entender la relación causal.
(20)a.
E: ¿y sí ganabas bien ahí?
I: pues sí porque / haz de cuenta que un una ocasión choqué un <~un:> bueno me chocaron/ una camioneta se pasó el alto
E: mh
I: y me chocaron un chevy
E: mh
I: y de ahí me este me estuve manteniendo con / con la pura venta de chácharas (CSCM-México_41)
(20)b.
I: pero yo estuve muy agobiada ¿eh? porque a mí el pediatra:// tanto el del hospital como el:- luego el: de: la seguridad social me dijo «cada tres horas»/o sea/ «tiene el estómago muy pequeñito» se tomaba/ treinta de biberón (PRESEEA-Alcalá.III_42)
A pesar de que estos usos se caracterizan por la enunciación de varios argumentos, el oyente puede establecer la relación causal sin contratiempos al resumir todo lo dicho en uno solo (en (20a) “se gana bien ahí porque se mantuvo con la venta de chácharas” y en (20b) “estuvo agobiada porque [la bebé] tenía el estómago pequeñito”).
Según se observa en los ejemplos, se produce un recurrente uso de estructuras para abrir un espacio explicativo amplio luego del conector (fíjate, mira, a ver, imagínate, cuando…, haz de cuenta que…). De esta forma, se añade información que el oyente debe considerar para identificar la causa del evento principal. Los casos que no presentan estas estructuras las pueden admitir (20b’):
(20)b’.
I: pero yo estuve muy agobiada ¿eh? porque [a ver/ mira…] a mí el pediatra:// tanto el del hospital como el:- luego el: de: la seguridad social me dijo «cada tres horas»/o sea/ «tiene el estómago muy pequeñito» se tomaba/ treinta de biberón
2. Causa metadiscursiva
En la causa metadiscursiva se han incluido los usos que introducen una justificación, explicación o apoyo a una enunciación anterior. Si bien algunos autores separan la causa epistémica de la explicativa y de la justificación de un acto de habla previo, en esta investigación se han considerado variantes de un fenómeno que tiene diferentes alcances sobre el discurso. Todos tienen en común un antecedente lingüístico sobre el cual regresa el hablante para ofrecer una justificación, además de que no presentan una relación objetiva, observable y directa entre A y B. Se trata, en general, de una vinculación intencional por parte del hablante desde el punto de vista mental y discursivo. Para Blackwell, estos enunciados son pragmáticos en tanto interviene la subjetividad del sujeto (subject of consciousness). Según la autora, “pragmatic (epistemic and speech act) relations are inherently subjective and reflect greater speaker involvement” (Blackwell, 2016, p. 627).
2.1 Causa metadiscursiva de alcance restringido
En este grupo se aúnan casos que presentan un fragmento de discurso inmediato sobre el que actúa el enunciado introducido por porque. El acto de habla o comunicación que se desea explicar es un constituyente adyacente o fácilmente identificable por su cercanía a la estructura causal.
2.1.1 Causa justificación de lo dicho
Entre los enunciados que presentan valores epistémicos, la causa resulta aún más indirecta por ser una conexión de índole mental y no eventual. Las construcciones identificadas hacen evidente un cálculo inferencial a través del cual el hablante expresa una asociación entre dos eventos o situaciones que no se encuentran originalmente relacionadas (21).
(21)a.
I: “esta niña es ¡muy inteligente!”/ ¡yo no entiendo por qué la niña!/ pues <~pus> es que se bloqueó <~bloquió>
E: sí
I: ella se ¡bloqueó <~bloquió> completamente!/ porque/ pues <~pus> ella de allá traía calificaciones muy buenas (CSCM-México_92)
(21)b.
I: estaba // y desde mi casa como no había casas altas se veían las llamas y todo un miedo teníamos todos / y mi padre nos mandó al pueblo de / mi madre allí que tenía algo de
E: ¿desde el principio?
I: parientas
E: desde el principio de la guerra
I: en el / en Navidad //
E: <ininteligible/>
I: yo creo que fue el mismo año porque estuvimos ahí tres años / que son los que duró la guerra (PRESEEA-Madrid.III_52)
En estos ejemplos se lleva a cabo una afirmación derivada de una creencia o inferencia, a partir de cierta información relevante. En el caso de (21a), la única opción posible es asumir que “la niña se haya bloqueado”; su comportamiento no se “entiende” de cara a su récord estudiantil. En (21b), se presenta el verbo “creer”, el cual indica que lo que viene a continuación es una suposición apoyada en lo descrito en el enunciado causal. De ahí que, además de considerar algún verbo del decir para llegar a la interpretación más adecuada de estas causales, se podrían emplear otras fórmulas: calculo/ considero/ supongo/ imagino A porque B. Siempre subyace la opinión del hablante y no se describe una acción ajena desde el punto de vista subjetivo. Asimismo, los dos enunciados relacionados no establecen un vínculo natural y esperado de causa-efecto, sino que una acción motiva la emergencia de una creencia u opinión.
2.1.2 Causa deductiva
La causa deductiva es otro tipo de causa metadiscursiva restringida. En estas construcciones se introduce una deducción mental en B por parte del oyente, respecto de lo que ha dicho el hablante en A. Es también una justificación de lo dicho, pero no es una afirmación inferencial del hablante sino del oyente, quien busca comprobar lo que podría ser una potencial causa o razón de lo dicho por su interlocutor (22).
(22)a.
ya yo ya me da pena no y entonces hay veces que en un festival de estos de cine he llegado a ver hasta treinta películas / viendo tres y cuatro en el día
E:porque te gusta el cine ¿no? (PRESEEA-La Habana_33)
(22)b.
I: hay programas que son este// de lo más sonsos/ pero hay otros que son sonsos/ y divertidos/ y este// y enajenantes/ que también eso es parte ¿no?
P: sí
E: sí/ porque te olvidas de todo/ ¿no? (CSCM-México_21)
Estos enunciados se producen en intercambios dialógicos. El hablante cambia generalmente del informante al entrevistador, rasgo principal de dichas construcciones, con las que se intenta comprobar la veracidad de una creencia o de una inferencia, y por lo que resulta frecuente el uso de preguntas o tag questions (¿no?; ¿eh?) y de marcadores conversacionales antes del conector. La fórmula que las caracterizaría sería [(claro), creo que dices] A porque B (no?).
Los pocos casos que no se construyeron con tag questions y/o marcadores también pueden producirse a modo de pregunta retórica (23).
(23)
E: y luego te viniste// ¿o ya vivías allá?/ aquí
I: vivía aquí me
E: [ajá]
I: [fui a] vivir dos años allá y luego regresé para acá
E: ah/ ¿porque te casaste o algo [así? <no>] (CSCM-México_80)
En (23) es evidente que no se está indagando por algo desconocido, sino por una información ya supuesta que necesita confirmación. Formalmente, el enunciado A no se encuentra explícito en la construcción del hablante, cuyo rol es de entrevistador en la mayoría de los casos. La posición de conector es inicial siempre que no se empleen marcadores, lo que resulta lógico dado que se trata de una construcción colaborativa en la que se han de atender las producciones de ambos interlocutores.
2.1.3 Causa aclaración de lo dicho
Con este tipo se justifica lo dicho previamente a través de una aclaración en B. Se puntualiza un aspecto específico que puede no haber sido explicado suficientemente, o que se desconozca por no ser el tema principal de la conversación (24):
(24)a.
I: como te dije el lavo allá afuera en la terracita / si hay algo que lavar lo lavo // eso / en ese tiempo mi esposo está buscando los mandados y cocina / porque él es el que cocina / eeh todo eso yo lo hago ¡ah! mi hija que viene a almorzar / eeh habitualmente / ella siempre almuerza con nosotros / y sobre las dos por ahí / eeh sobre las dos por ahí eeh ya eeh sí ya eeh ya ya paro… (PRESEEA-La Habana_33)
(24)b.
I: con todo lo malo y todo lo bueno que conlleva/// pero ahora mismo:// me gustaría: otra vez empezar/ trabajo/ porque trabajo// pero es una cosa que no es oficial digamos (PRESEEA-Alcalá.III_42)
La oración introducida por porque amplía cierta información, y generalmente añade datos de interés para evitar conclusiones o creencias equivocadas por parte del oyente. En (24a) se aclara que “cocinar” no es tarea de la hablante sino de su pareja. Así se evita que se piense lo contrario. En (24b) sucede algo similar, ya que se puntualiza que el hablante sí trabaja, frente a la posibilidad de no hacerlo.
La estructura causal bien puede interrumpir la línea argumental o aparecer como un comentario final. Lo que sí comparten ambas variantes es la posibilidad de ser eliminadas sin que alteren el sentido del discurso en el que se insertan. Son, por tanto, aclaraciones no requeridas por ningún otro enunciado, pero que el hablante cree necesario introducir para eliminar confusiones. En el enunciado aclarativo se suele retomar literalmente aquello que se va a enfatizar y que ha sido previamente mencionado, lo cual refuerza su carácter de alcance restringido (cocina; trabajo).
2.1.4 Causa justificación de pregunta
Muy parecido al tipo anterior, la justificación de pregunta presenta una aclaración en B para justificar una interrogante introducida en A (25):
(25)
a. E: oye ¿y tu novio ya empezó la/ la tesis/ de maestría?/ porque/ cuando te dan beca creo que tienes [que// que empezar tu proyecto/ ¿no?] (CSCM-México_07)
b. E: ¿tú crees / tú no crees que el tiempo está cambiando así en general? porque el yo no recuerdo / vamos / yo cuando era pequeña recuerdo que hacía un frío espantoso (PRESEEA-Madrid.III_46)
En los enunciados como los de (25), la aclaración con porque sigue a una interrogación directa o indirecta. Tales casos resultan del tipo de corpus en el que el entrevistador llevaba a cabo preguntas para generar la conversación, lo cual valida el análisis interaccional realizado. Las justificaciones de preguntas permiten al entrevistador, por un lado, indicar por dónde querría que fluyera la reflexión de su interlocutor (“realización de un proyecto” o “el frío de antes”) y, por otro, ofrecer su punto de vista para considerar la pertinencia de la pregunta. Pueden presentar la fórmula “pregunto A porque B”, lo cual las acerca al grupo de enunciados que aceptan un verbo del decir.
2.1.5 Causa metalingüística
La causa metalingüística constituye otro tipo de aclaración, pero no respecto de un acto de habla o situación específica, sino de alguna unidad lingüística. Se hace una observación en B sobre una palabra o frase empleada en el discurso previo de A (26).
(26)
a. I: yo pienso que [el desarrollo del teatro] // muchas veces ha sido fallido // otras veces // ha sido hasta cierto punto exitoso // hasta cierto punto porque siempre / ha tenido / sus limitaciones // en términos de dramaturgia (PRESEEA-La Habana_96)
b. I: al mismo tiempo/ al conocer al TS yo tenía nueve años y me invitó a trabajar/ a Soledad treinta y uno/ yo ya manejaba maquinaria/ de ramo textil Lessona/ digo la marca Lessona porque yo llegué a manejar a través del tiempo cinco máquinas/ tres coneras y/ y dos tuberas (CSCM-México_101)
Como se puede observar en (26b), aceptan el uso del verbo dicendi y la recuperación del término o frase en cuestión, si los llevan explícitamente. Se trata de una aclaración respecto de la selección léxica o fraseológica y su función en el discurso.
2.1.6 Causa predictiva
En estos enunciados se introduce una predicción, basada en la experiencia del propio hablante, que funciona como justificación de un acto de habla previo (27).
(27)
a. I: le digo mira “párale/ ya no quiero pelearme contigo porque vamos a salir mal”/ le hablo a su mamá/ “entiéndete con tu madre/ y mejor ahí muere” (CSCM-México_16)
b. I: mami y yo dijimos no / no / no / hay que sacarlo de eso porque va a caer preso (PRESEEA-La Habana_33)
La estructura causal presenta una acción posible en el futuro. Por tanto, el uso de tiempos con valor de futuro es rasgo identificativo de estas construcciones, además del empleo recurrente del imperativo en el enunciado previo a la estructura causal. Asimismo, son frecuentes las oraciones de mandato, petición, obligación o determinación antes del enunciado introducido por el conector. De ahí que su fórmula podría ser “hago, digo, ordeno, pido A porque sé que B”.
2.2 Causa metadiscursiva de alcance extendido
Esta subclase particular se caracteriza por agrupar ejemplos que se emplean en variados contextos y que se especializan en gestionar el discurso y los intercambios comunicativos. Se registran usos diversos que ponen de manifiesto una relación relevante en el discurso, lo cual permite, en ocasiones, que algunos miembros de la construcción causal no aparezcan explícitamente, o que ya no se presenten de forma inmediata o adyacente.
2.2.1 Introductor de contenido
El primer tipo de este conjunto introduce un enunciado B considerado importante en la conversación. Funciona como información añadida (28) que puede interpretarse como la causa respecto de todo el discurso en desarrollo.
(28)
a. I: yo estuve / en París / tres meses // estuve / por ejemplo / en Londres // cuarenta y dos días // viviendo // muy cerquita del Tames // o sea / el Támesis // estoy cansado de ver el Big Ben // estoy cansado de ver Westminster // estoy cansado de ver Buckingham // todas esas cosas / para mí eso era como / como ver el barrio de Lawton ya / porque además yo soy muy andarín // subí / los famosos escalones del Big Ben hasta arriba // treinta y dos escalones creo que son… (PRESEEA-La Habana_97)
b. I: pues lo de siempre hace tiempo en abajo de mi casa en una joyería pues entraron a robar y dispararon al joyero <silencio/> siempre suele pasar algo / no sé /
E: ¿y lo mataron?
I: no no / afortunadamente no está bien porque además era amigo de la familia / y está bien (PRESEEA-Madrid.III_41)
En los ejemplos anteriores, porque introduce un hilo temático nuevo que no expresa relación directa con el evento inmediato anterior, sino con el fragmento en general. Así pues, el conector permite continuar una narración o comentario al añadir datos de importancia para el hilo argumental y cuyo valor causal, sin dudas atenuado, puede ser identificado como una justificación de lo que se ha dicho. En (28a) el hablante introduce un rasgo personal (“ser andarín”) para explicar su amplio conocimiento de los variados lugares que ha visitado. En (28b) la adición del comentario “porque además era amigo de la familia” justifica el hecho de que el informante sepa el estado de salud del agredido, cuya relación no ha sido especificada antes. De tal forma, los enunciados de este conjunto añaden información que constituye razones o motivos que permiten entender la enunciación en el discurso general.
Así pues, no es posible identificar una estructura específica, aunque pueden aparecer marcadores como además o aparte al añadir argumentos nuevos al discurso previo. De ahí que se haya tenido a bien denominar la función de porque como introductor de contenido, dado que la relación establecida no es ya de estricta causalidad, sino de adición o suma de enunciados considerados relevantes para justificar todo un discurso previo.
2.2.2 Gestionador del discurso
Los usos varios que se han identificado en esta subclase se manifiestan también en el plano discursivo, ya que ayudan a estructurarlo y a hacer evidente la relevancia entre A y un posible argumento B no explícito. No se presenta tampoco una relación causal convencional (29).
(29) a.
E: ¿y conversas con ella?
I: sí / conversamos
E: ¿de qué conversan? porque
I: de todo / conversamos de todo (PRESEEA-La Habana_34)
(29) b.
I: se fue / mm / gastando todo y los que no teníamos tierras nada más que // dinero pues / no teníamos qué comer porque <risas = “I”/> / y mi hermana la mayor y yo que éramos las que estábamos // llevando la casa como aquel que dice ayudando a mi madre (PRESEEA-Madrid.III_52)
c.
I: y además bueno/ se da uno cuenta de/ de la corrupción que hay/ muy parecida a la que/ padecemos aquí/ realmente/ ¿verdad?/ yo creo que no tenemos/ mucho que enseñarles// ni que aprenderles
E: sí/ porque/ ¡pues sí!/ desgraciadamente hay que aceptarlo así (CSCM-México_28)
Los ejemplos anteriores muestran diferentes valores discursivos de porque. Nótese que en los dos primeros el conector no introduce un enunciado B, ya que solo su presencia basta para evocar el sentido que ofrece. En (29a) el nexo se encuentra en posición final del turno y, si bien podría considerarse una vía con la que el hablante presenta un argumento evidente, que no necesita explicitación ([dime] de qué conversan porque “yo no tengo idea”). Es una forma de cerrar el turno y cederlo al interlocutor para que desarrolle aquello que el hablante desconoce. Por su parte, en (29b), porque cierra un hilo argumental que no necesita más explicación, pues el propio conector dispara una inferencia evidente a partir del discurso previo (los que no teníamos tierras no teníamos qué comer porque [evidentemente] no había nada/ escaseaban los alimentos/ los que tenían tierras no vendían sus productos, etcétera). La ausencia de un enunciado explícito sugiere que solo basta el conector para entender el discurso y cerrarlo, dado que no es necesario detenerse en nada más. Finalmente, en el ejemplo de (29c), porque forma parte de una construcción que pone de relieve la imposibilidad de hacer algo más respecto de todo lo dicho. De ahí que funcione como parte de una estructura de cierre argumental.
En los casos identificados, el conector se ubica en posición final de turno, o antes de una pausa para indicar cierre temático o argumental.5 Y, en general, evoca la relevancia de una razón o motivo implícito, y que no es necesario desarrollar por parte del hablante.
Distribución de clases y subclases
Una vez descritos y analizados los enunciados introducidos por porque, es necesario conocer su comportamiento cuantitativo. La tabla 5 muestra la distribución de la causa propiamente dicha por ciudad:
CLASES | SUBCLASES | LA HABANA | MADRID | CIUDAD DE MÉXICO |
Causa propiamente dicha | Causa directa | 74.8% (592) | 68.8% (550) | 80.5% (637) |
Causa elaborada | 25.2% (199) | 31.2% (250) | 19.5% (154) | |
100% (791) | 100% (800) | 100% (791) |
Los datos de la tabla 3 ponen de relieve que la causa propiamente dicha es la más común (2 382 (76.4%) de un total de 3 119). Respecto de las tres ciudades estudiadas, la tabla 5 demuestra que esta clase es también la más empleada y que su distribución es muy homogénea. En cuanto a las subclases, se observa que la causa directa es profusamente utilizada por todos los hablantes, mientras que la elaborada no es tan producida. Sin embargo, cabe destacar que los hablantes mexicanos tienden a usar más las primeras frente a las segundas. Lo anterior podría sugerir que al emplear el conector porque, prefieren establecer relaciones causales eventuales inmediatas. Paralelamente, los datos de los hablantes de Madrid sugieren que, a pesar de que emplean mucho más la causa directa, lo hacen menos que el resto, mientras que su uso de la causa elaborada se destaca por encima del resto. Dicho comportamiento evidencia una disparidad en el uso del conector en ambas ciudades, ya que en la Ciudad de México podría estarse vislumbrando un empleo más conservador que el realizado en Madrid.
La tabla 6 muestra la distribución de la causa metadiscursiva de alcance restringido, junto a las subclases que la componen.
CLASES | SUBCLASES | LA HABANA | MADRID | CIUDAD DE MÉXICO |
Causa metadiscursiva (Alcance restringido) | Justificación de lo dicho | 12.5% (20) | 27.8% (35) | 28.2% (57) |
Deducción | 10.6% (17) | 13.5% (17) | 16.3% (33) | |
Aclaración de lo dicho | 55.6% (89) | 41.3% (52) | 45% (91) | |
Justificación de pregunta | 10.6% (17) | 15.1% (19) | 3.5% (7) | |
Metalingüística | 8.8% (14) | 2.4% (3) | 1% (2) | |
Predicción | 1.9% (3) | 0 | 5.9% (12) | |
100% (160) | 100% (126) | 100% (202) |
Con un total de 488 casos (15.6% del total de la muestra), esta clase es la segunda más empleada por todos a excepción de los madrileños, quienes emplean con casi la misma frecuencia la causa metadiscursiva de alcance extendido. Entre las subclases del conjunto, la aclaración de lo dicho constituye la más utilizada, lo que indica que los hablantes tienden a interrumpir el hilo de sus argumentos para hacer hincapié en aspectos que merecen más atención. En un segundo lugar, se encuentra la justificación de lo dicho que, a pesar de ser empleada en todas las ciudades, es más frecuente en la azteca. Los valores restantes son empleados discretamente, aunque resalta la ausencia de causa predictiva en Madrid. Ello sugiere el uso de otras estrategias para expresar este tipo particular, como por ejemplo el empleo de que causal para casos similares.
La tabla 7 ofrece la distribución de los usos metadiscursivos de alcance extendido.
Los valores de este grupo son menos empleados salvo en el caso de los hablantes de la capital española, cuyo uso se equipara al de la causa metadiscursiva de alcance restringido. Sin embargo, resultan más producidos los casos de introductor de contenido, de manera general, aunque la subclase con valor de gestionador de información se utiliza con mayor frecuencia entre los madrileños. Este comportamiento los ubicaría en una posición más innovadora desde el punto de vista discursivo; algo que se había anunciado previamente en los datos de la causa propiamente dicha.
Consideraciones finales
El análisis de los datos y la descripción de valores ha demostrado que, efectivamente, existen diversos enunciados introducidos por los conectores estudiados que no se circunscriben al ámbito estrictamente causal. Sin dejar de destacar que porque se emplea mayoritariamente en la expresión de la causa propiamente dicha, el conector muestra usos que van más allá de lo prototípico. Su versatilidad se pone de manifiesto con los variados valores de los enunciados metadiscursivos y, en especial, con los de alcance extendido, ya que mantienen la relación entre todo un discurso y el enunciado introducido por el conector. En estas estructuras, la noción de la causa está en función de viabilizar el intercambio y opera como argumento justificativo del mismo. Con el conector se le da instrucción al hablante de considerar como relevantes dos fragmentos informativos que se hallan vinculados en el discurso, pero que no son inmediatos ni están claramente circunscritos.
De ahí que se pueda considerar que las relaciones causales, mientras más prototípicas se presentan, menos alcance textual o discursivo ofrecen. Es decir, los enunciados estrictamente causales se caracterizan por asociarse a estructuras inmediatamente anteriores que expresan resultados o efectos eventuales o de atribución y gusto. En el otro extremo, se puede concluir que las relaciones de alcance discursivo mediadas por el conector porque, cuyo valor causal responde a intereses del propio intercambio, resultan menos prototípicas y más innovadoras. La clasificación propuesta permite visualizar con claridad este comportamiento del conector, con lo cual resulta uno de los aportes fundamentales de la presente investigación y del problema que aborda.
Dicha clasificación permitió, además, conocer que el uso de los diferentes valores y alcances de porque está evidentemente extendido en las ciudades consideradas para la muestra. Es en extremo interesante su empleo en la causa metadiscursiva de alcance extendido, registrada en todos los dialectos, aunque principalmente en la capital española. Por su lado, los hablantes de Ciudad de México destacan por emplear porque para introducir mayormente causas metadiscursivas de alcance restringido, mientras que el comportamiento lingüístico de los habaneros parece acercarse más a la capital mexicana que a la ibérica. Podría, por tanto, sugerirse que los hablantes españoles encabezan la apertura discursiva de los usos de porque, los cuales potencian valores menos tradicionales desde el punto de vista causal, y más heterogéneos en relación con los diversos contextos textuales en los que están siendo empleados. Los hablantes latinoamericanos, por su parte, muestran un comportamiento más convencional, aunque no desconocen el resto de los usos asociados al conector.