En primer lugar, se podría decir que el libro es un excelente resumen sobre el tema de la eutanasia. Aunque el autor señala que es un libro de divulgación, éste posee precisión metodológica y rigor académico. En segundo lugar, posibilita el acercamiento interdisciplinar alrededor del tema. En cuanto a su estructura, el libro consta de 8 capítulos que abordan los distintos elementos sociales, conceptuales e históricos del objeto de estudio señalado.
En el primer capítulo, titulado “Definiciones” (13-25), el autor defiende que el sentido de eutanasia debe centrarse en la llamada eutanasia activa, y no en la denominada eutanasia pasiva, dado que esta última suele referirse, por ejemplo, al abandono de las medidas extraordinarias o desproporcionadas en la atención de pacientes terminales. Así, la eutanasia puede caracterizarse de la siguiente manera: “1) petición deliberada, voluntaria, expresa y reiterada; 2) es aplicada por el profesional sanitario, realizada sin dolor y en interés de la persona; 3) en una enfermedad irreversible” (pp. 17-18). No queda del todo claro por qué la “eutanasia pasiva”, entendida como una omisión deliberada de la atención médica en un paciente terminal que provoque su muerte, no se pueda considerar equivalente éticamente a la eutanasia activa.
Asimismo, en el capítulo se distinguen a detalle y con ejemplos precisos el suicidio asistido, la obstinación terapéutica, el homicidio, la negligencia profesional limitación/adecuación del esfuerzo terapéutico, entre otros factores que no son menos relevantes.
En el capítulo 2, denominado “Breve recorrido histórico” (pp. 7-32), el autor plantea brevemente cómo en la antigüedad el término es poco preciso en lo que se refiere a lo que se entiende hoy por eutanasia. Conforme se avanza en la historia se delimita el concepto hasta nuestros días, donde surgen muchas denominaciones precisas en torno a la eutanasia como cacotanasia, distanasia, eutanasia indirecta (sedación terminal) y el término de eutanasia (Eutanasia activa directa).
En el capítulo 3, titulado “Cambios culturales en el bien morir” (pp. 33-47), De la Torre analiza los cambios históricos que ha tenido el trato de los ancianos, los cambios en las actitudes antes de morir, tanto de las personas que mueren, como las actitudes de los médicos ante la muerte. En ese sentido, el autor hace énfasis en la actitud negadora y de ocultamiento de la muerte en la sociedad contemporánea. Este tema es ciertamente acertado: la muerte se ha convertido en un tabú en nuestros tiempos. No obstante, es cierto que también en tiempos actuales se ha reconocido que no deben realizarse intervenciones técnicas a cualquier costo para mantener la vida de los pacientes. Asimismo, se presentan algunos prejuicios culturales que impiden un diálogo adecuado en torno a estos temas, por ejemplo, confundir eutanasia con muerte digna. Por otro lado, el capítulo aborda los cambios en los procesos de morir y la forma de morir, como puede ser el hecho de que la mayoría de las muertes se dan en un ámbito hospitalario. Finalmente, el capítulo cierra con la sugerencia de desmontar prejuicios culturales que impiden o distorsionan el debate social y jurídico de la eutanasia.
En lo concerniente al capítulo 4, denominado “La eutanasia en el mundo” (49-68), el autor realiza un excelente resumen del estado actual (hasta 2019) de las legislaciones aprobadas de la eutanasia. En esa medida, se comparan datos estadísticos de los distintos países (Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Suiza, Estados Unidos y Australia) así como los criterios para acceder a la eutanasia en los países mencionados; es decir, se establece una comparación entre estos sobre el uso y la comprensión del tema señalado. También se comparan estos países con otros (europeos) que rechazan la eutanasia, como Francia y Alemania.
El capítulo 5, “La eutanasia en España” (pp. 69-89), De la Torre explica la normatividad en España vigente en aquel entonces, esto es, el 2019 (antes de la legalización de la eutanasia en marzo de 2021). De lo más interesante e ilustrativo de este capítulo consiste en la descripción de los casos que tuvieron (y tienen) impacto mediático, como el caso de Ramón Sampedro, María José Carrasco, el caso de Andrea, entre otros. De igual manera, el autor revisa la posición de los partidos políticos, la Iglesia Católica y algunas asociaciones civiles como la Asociación para el derecho a morir dignamente.
En lo que respecta al capítulo 6, “La eutanasia en la tradición cristiana” (pp. 91-112), a través de la comparación histórica a lo largo del cristianismo se muestra la unanimidad del rechazo a la eutanasia por parte del pensamiento cristiano. No obstante, el autor evidencia cómo se fue perfilando el derecho a morir en paz y el legítimo derecho a rechazar tratamientos desproporcionados. Por consiguiente, se plantea una reseña del Magisterio de la Iglesia desde Pío XII hasta el papa Francisco. De lo más notable es la breve explicación del debate de la hidratación y la nutrición artificial, así como la postura de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2007 respecto a este tema.
Asimismo, el capítulo 7, titulado “Argumentos a favor y en contra de la eutanasia” (pp. 113-131), el autor esboza los argumentos en relación con la eutanasia. Para ello, se concede un énfasis a los opositores de ésta. Por tal motivo, se analiza el argumento de la pendiente resbaladiza, las consecuencias sociales hacia los vulnerables en el caso de despenalización, la afectación a los médicos, la desatención que podría generar en torno a los cuidados paliativos, el planteamiento sobre si existe un derecho a morir, la existencia de una auténtica autonomía y la incapacidad de enfrentar la vejez y la muerte en la sociedad contemporánea.
Por otro lado, en el capítulo 8, llamado “La eutanasia en otras tradiciones religiosas” (pp. 133-146), se presentan las posturas del judaísmo, el budismo, el hinduismo y el islam alrededor de la eutanasia; de este modo, se concluye que todas ellas se oponen a la eutanasia, aunque en el hinduismo se permiten ciertos suicidios en un contexto religioso. De igual modo, las religiones se oponen al encarnizamiento terapéutico.
El libro cierra con las conclusiones alrededor de la importancia de clarificar los conceptos y de reconocer, al mismo tiempo, que las respuestas a esta problemática no son en blanco o negro, sino que existe un área gris donde no siempre es posible dar con una respuesta ética incuestionable.
En suma, el libro es un excelente resumen del problema de la eutanasia, escrito con un lenguaje claro y preciso. Por otro lado, uno de los elementos valiosos que posee radica en que en los distintos capítulos aparecen cuadros que resaltan las ideas principales. Este texto, de igual manera, no presenta “sobrantes”. Este realiza algunas repeticiones, pero sin ser excesivo en ello. Asimismo, es completo y abarca de un modo sustancial el tema de la eutanasia, lo que resulta una lectura agradable. Finalmente, posee muchos ejemplos de los conceptos principales, por lo tanto, se torna un texto útil para la enseñanza.