Introducción
La miopía es uno de los trastornos oftalmológicos más frecuentes y se define como un error refractivo esférico causado por una potencia de refracción excesiva en relación con la curvatura corneal y el grosor del cristalino y/o aumento del diámetro anteroposterior del globo ocular, los cuales producen una refracción de la luz a un punto focal por delante de la retina.
Estudios en diferentes partes del mundo1-3 han demostrado en las últimas décadas un gran incremento en la prevalencia de miopía, especialmente en los países asiáticos2,4, razón por la cual se han realizado múltiples estudios tratando de encontrar los factores que producen estos cambios2,5-7.
La etiología de la miopía es multifactorial, diversos estudios han evaluado múltiples factores asociados al desarrollo o progresión de miopía en diferentes poblaciones. Una revisión realizada por Foster, et al., en el 20148 concluyó que la miopía es el resultado de una compleja interacción entre la predisposición genética9,10 y otros factores ambientales, como la actividad física11, las actividades al aire libre12,13, las horas de sueño14, el peso y la altura15, entre otros. Mirshahi, et al.16 observaron que personas con grado universitario presentaban una mayor prevalencia de miopía en comparación con personas con niveles de formación más bajos, mientras que Fernández-Montero, et al.17, al llevar a cabo un estudio en una cohorte de selección abierta, llegó a la conclusión que la exposición y uso de la computadora se asocia con el desarrollo y la progresión de la miopía. Estos factores se han confirmado en otros estudios epidemiológicos8,18.
Estudios en estudiantes de diversas áreas han demostrado una alta prevalencia de miopía4,19,20, posiblemente relacionada con que pasan una buena parte del día en actividades de visión cercana19,20, así como el frecuente uso de la computadora y las horas de lectura17. Entre los grupos con mayor prevalencia se encuentran los estudiantes de medicina4,18,20-26. Esto puede ser consecuencia de que pasan una gran cantidad de horas leyendo, realizando trabajos de visión cercana y usando aparatos electrónicos17. Debido a ello, los estudiantes de medicina se consideran una población con alta predisposición a la miopía21.
Hasta nuestro conocimiento, no existe información en México sobre la prevalencia de errores refractivos en una población estudiantil, además, no se ha confirmado que los factores de riesgo descritos en otras poblaciones son similares a los de nuestra población, por lo que el objetivo de nuestro trabajo fue conocer la prevalencia de miopía en estudiantes de medicina de la Universidad de Monterrey, así como estudiar los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.
Material y métodos
Se realizó un estudio prospectivo, transversal y observacional entre octubre y diciembre de 2016, en el que se evaluó el error refractivo, así como los factores de riesgo asociados mediante un cuestionario, que incluía familiares con ametropías (se definió como el uso de lentes para visión lejana y/o antecedente de cirugía refractiva), lugar que ocupa en su familia, enfermedades oculares, horas de actividad física, horas de lectura a la semana y horas de uso de la computadora a la semana, con un total de 24 preguntas; además, se midió la altura y el peso (Báscula Beurer BG-17), y se calculó el índice de masa corporal (IMC).
La medición del error refractivo se realizó de forma automatizada con el uso de un autoquerato refractómetro (Topcon RM-A7000, Topcon Co., Tokio, Japón) sin el uso de gotas ciclopléjicas. Se tomó como el error refractivo al promedio de las 3 tomas del equipo.
Se definió miopía como el equivalente esférico de −0.50 dioptrías(D). La miopía alta se definió como un error de refracción igual o mayor a −6.0 D. Se definió sobrepeso/obesidad como un IMC mayor a 24.9 kg/m2.
Previo al inicio del estudio, se obtuvo la aprobación de las autoridades y el Comité de Ética de la Universidad de Monterrey, y el estudio se adhirió a los principios de la Declaración de Helsinki. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes después de explicarles el estudio.
Tamaño de la muestra
La población objetivo fueron los estudiantes de medicina de la Universidad de Monterrey. Se calculó el tamaño de la muestra mediante una fórmula de comparación de proporciones independientes, de acuerdo a la proporción promedio (57%) descrita en tres estudios en diferentes países27-31, con una tasa de error del 5% y un intervalo de confianza del 95% (IC 95%), lo que dio un total de 274 personas.
Muestreo
Se realizó un muestreo estratificado de acuerdo al semestre que cursan los estudiantes, con una selección aleatoria y proporcional dividida por la proporción esperada.
Criterios de inclusión y exclusión
Se incluyeron a todos los alumnos matriculados en el semestre de otoño de 2016 en la Universidad de Monterrey que aceptaran participar en el estudio y firmaran un consentimiento informado. Se excluyeron a todos los alumnos que tuvieran antecedente de cualquier procedimiento quirúrgico que pudiera modificar el estado refractivo del ojo (cirugía refractiva, cirugía de catarata, cirugía de retina), que padecieran una infección ocular activa o que no cooperaran para el estudio.
Análisis estadístico
Los datos se analizaron utilizando un programa estadístico (SPSS v21.0; IBM, Chicago, Illinois, EE. UU.). El equivalente esférico del error de refracción se calculó como la suma del defecto esférico más la suma de la mitad del error de refracción cilíndrico calculado en negativo. La prevalencia fue calculada como el número de participantes con el tipo particular de error de refracción en relación con el número total de examinados, y se reportó su media ± su desviación estándar, así como su IC 95%. La distribución normal de parámetros fue probado por la prueba de Kolmogorov-Smirnov. En el caso de parámetros no distribuidos normalmente, se utilizó la prueba de Mann-Whitney para examinar la significancia estadística de la diferencia entre los grupos. La prueba χ2 se usó para comparar proporciones. El análisis de regresión lineal se aplicó para examinar asociaciones entre error de refracción y los factores de riesgo estudiados. Se utilizó la regresión logística para comparar la prevalencia de la miopía y todos los factores estudiados juntos. Se calculó el riesgo relativo y su IC 95%. Se consideraron estadísticamente significativos los resultados cuando el valor de p fue menor de 0.05.
Resultados
Se evaluaron 275 estudiantes con una edad promedio de 21.34 ± 2.41 (rango 18 a 37 años). El 56.4% de los alumnos (155) fueron del sexo masculino. La tabla 1 muestra los datos demográficos y de factores de riesgo de la población estudiada. Los alumnos con miopía fueron de mayor edad que los alumnos que no la presentaron, de una forma estadísticamente significativa (p = 0.01).
Variable | Total (n = 275) | Alumnos con miopía (n = 189) | Alumnos sin miopía (n = 86) | Valor p |
---|---|---|---|---|
Edad años | 21.34 ± 2.41 | 21.60 ± 2.27 | 20.77 ± 2.61 | 0.01 |
Sexo m/f, n (%) | 155/120(56.4/43.6) | 106/83 (56.1/43.9) | 49/37 (57/43) | 0.89 |
Primogénito, n (%) | 136 (49.5) | 94 (49.7) | 42 (48.8) | 0.89 |
Algún hermano con lentes, n (%) | 148 (53.8) | 106 (56.1) | 42 (48.8) | 0.26 |
Todos los hermanos con lentes, n (%) | 70 (25.5) | 55 (29.1) | 15 (17.4) | 0.04 |
Alguno de los padres con lentes, n (%) | 204 (74.2) | 140 (74.1) | 64 (74.4) | 0.95 |
Ambos padres con lentes, n (%) | 137 (49.8) | 95 (50.3) | 42 (48.8) | 0.82 |
Enfermedades oculares, n (%) | 11 (4) | 7 (3.7) | 4 (4.7) | 0.71 |
Horas de lectura* | 18.22 ± 15.95 | 18.63 ± 16.90 | 17.34 ± 13.71 | 0.53 |
Horas de uso de computadora* | 36.29 ± 26.83 | 37.14 ± 28.821 | 34.42 ± 23.59 | 0.43 |
Obesidad, % | 40.4 | 42.9 | 34.9 | 0.21 |
Horas de ejercicio* | 3.77 ± 3.62 | 3.64 ± 3.41 | 4.05 ± 4.06 | 0.28 |
*A la semana
f: femenino; m: masculino.
Del total de la muestra, el equivalente esférico (EE) del ojo derecho fue −0.96 ± 1.27 D (rango −6.00 a +2.00) y del ojo izquierdo, −0.94 ± 1.35 D (rango −6.00 a +2.50). Tuvieron miopía (EE ≤ −0.50 D) en alguno de los ojos 189 alumnos (68.7%; IC 95%: 63.2-74.2%), y 149 (54.2%) tuvieron miopía en ambos ojos. El 61.5% tuvo miopía en el ojo derecho (EE ≤ −0.50 D) y el 58.9%, en el ojo izquierdo. La miopía alta (EE ≤ −6.00 D) se encontró en seis alumnos (2.18%), uno de forma bilateral y cinco solo en el ojo izquierdo (0.4% de los ojos derechos y 2.2% de los ojos izquierdos). Los tipos de graduación encontrados se observan en la figura 1.
De los factores de riesgo estudiados (la prevalencia de miopía por género, ser primogénito, tener alguno de los padres o al menos un hermano que utilizaran lentes, padecer enfermedades oculares o presentar obesidad), ninguno tuvo una diferencia estadísticamente significativa, como se demuestra en la tabla 1. Sin embargo, los alumnos en los que todos sus hermanos utilizaban lentes tuvieron una mayor prevalencia de miopía (p = 0.04), no así cuando se exploró si ambos padres usaban lentes (Tabla 1).
El peso promedio de los participantes fue de 71.82 ± 18.01 kg (rango 42 a 138 kg); la altura promedio, de 169.49 ± 9.13 cm (rango 149 a 195 cm), y el IMC promedio, de 24.77 mg/kg2 ± 4.69 (rango 16.24 a 46.65 mg/kg2). La tasa de sobrepeso/obesidad en los alumnos fue del 40.4% (111 alumnos), de los cuales, 81 (73%) presentaban miopía. De los alumnos sin obesidad, el 65.9% (108 alumnos) presentaban miopía (p = 0.212).
Se estudiaron el sexo, ser primogénito, el uso de lentes por parte de alguno de los hermanos, todos los hermanos, alguno de los padres o ambos padres, enfermedades oculares, horas de lectura, uso de computadora, obesidad y horas de ejercicio como posibles factores de riesgo en un modelo de regresión logística multivariada ajustada a la edad (Tabla 2).
Variable | Riesgo relativo | IC del 95% | valor p |
---|---|---|---|
Género | 1.03 | 0.62-1.73 | 0.89 |
Primogénito | 1.05 | 0.60-1.81 | 0.85 |
Algún hermano con lentes | 1.04 | 0.55-1.97 | 0.88 |
Todos los hermanos con lentes | 1.91 | 0.89-4.08 | 0.09 |
Alguno de los padres con lentes | 0.85 | 0.41-1.78 | 0.67 |
Ambos padres con lentes | 1.17 | 0.62-2.22 | 0.62 |
Enfermedades oculares | 1.01 | 0.60-1.70 | 0.95 |
Horas de lectura* | 1.02 | 0.56-1.77 | 0.99 |
Horas de uso de computadora* | 1.09 | 0.62-1.92 | 0.73 |
Obesidad | 1.38 | 0.80-2.36 | 0.24 |
Horas de ejercicio* | 1.49 | 0.87-2.54 | 0.13 |
*Alumnos con más horas de la media.
Discusión
En este estudio encontramos que la prevalencia de miopía en estudiantes de medicina en Monterrey fue del 68.7% (IC 95%: 63.2-74.2%). Este resultado es mayor al reportado en estudios realizados en países europeos, como el de Midelfart, et al.23, quienes en 1989 encontraron una prevalencia del 50.3% en 133 estudiantes de medicina en Noruega, resultado similar en alumnos en Dinamarca de 1996 a 1998, quienes reportaron un 50%. Un estudio en estudiantes de medicina en Turquía entre 2003 y 2004 encontró una prevalencia aún menor (32.9%)18. Estudios en otras regiones del mundo han reportado prevalencias generalmente mayores, sobre todo en el continente asiático, donde la prevalencia reportada varía entre el 35.86% en la India en el año 201427, el 53.7% en Arabia Saudita28, el 57.6% en Paquistán7, el 84.1% en China entre los años 2007 y 201220,29, y la mayor prevalencia en Singapur en el año 2000, con el 89.8% (IC 95%: 85,94%) y en Taiwán, con el 95.8% entre 1987 y 19994. Hasta el momento, la información en el continente americano y el Caribe es muy escasa, en Dominica, un estudio de Halari, et al, encontró una prevalencia del 31.9% en 116 alumnos de medicina30, y en Ecuador, del 26.67% en 180 alumnos en el año 201331. Sin embargo, la metodología, las tasas de no participación, las técnicas de refracción difieren, lo que limita para hacer comparaciones.
La edad de los alumnos con miopía fue mayor de forma estadísticamente significativa que la de los alumnos sin miopía (−0.83 años; IC95%: −0.22 a −1.44). Esto concuerda con otros estudios que han demostrado que, a mayor edad, mayor prevalencia de miopía debido tanto a que la miopía se desarrolla de forma tardía, así como a la progresión de la misma7,23,32, lo cual se ha descrito en especial en estudiantes de medicina, como lo reportó Midelfart, et al. en un grupo de alumnos de medicina en Noruega, donde el 43.3% de los alumnos iniciaron el uso de lentes correctivos a los 19 años o más y, generalmente, no desarrollan miopía alta, lo cual concuerda con nuestros alumnos23.
El efecto de las hormonas sexuales en el desarrollo y prevalencia de la miopía ha sido ampliamente estudiado33,34. Estudios epidemiológicos han corroborado la mayor prevalencia de miopía en mujeres, sobre todo de miopía alta35, mientras que otros estudios han sugerido también un efecto medioambiental, ya que la mayor prevalencia se observa en mujeres blancas y del continente del este asiático a partir de los 9 años de edad36. Esta diferencia ha tenido resultados contradictorios en alumnos de medicina, ya que algunos estudios, sobre todo de países asiáticos, reportan tasas diferentes7,20,27,29,30, mientras que otros, al igual que el nuestro (69.2% en mujeres vs. 68.4% en hombres), no encuentran diferencias importantes18,22,23. Una de las posibles razones de esto es que en nuestro estudio la prevalencia de miopía alta fue muy baja, ya que solo el 2.18% de los alumnos la presentaron, y es en este grupo de pacientes donde la prevalencia es mucho mayor en mujeres que en hombres35.
El orden de nacimiento ha sido reportado en algunos estudios como un factor de riesgo para desarrollar miopía5,37-39, sin embargo, la asociación reportada es baja (OR <1.3)5, muy similar a la de nuestro estudio (1.33; IC 95%: 0.80-2.23), aunque en nuestro estudio esta diferencia no fue estadísticamente significativa. Esto podría deberse a lo reportado por Guggenheim, et al., quienes analizaron datos de cuatro estudios epidemiológicos diferentes y encontraron que solo estudios con más de 4,000 participantes proveen un poder estadístico adecuado para apoyar esta asociación5, número mucho mayor al de nuestro estudio, además Morgan, et al. sugieren que esta asociación podría deberse a un factor de confusión por el grado de educación40, ya que algunos estudios reportan una mayor educación en los hijos primogénitos que en sus hermanos6, factor que obviamente no está presente en nuestro estudio, ya que todos los sujetos evaluados son estudiantes de universidad.
La influencia de la genética en el desarrollo de la miopía ha sido ampliamente estudiada8-10,18,41-44. Se han estudiado las mutaciones de los genes LRPAP1, CTSH, LEPREL143,44, ZNF644, SLC39A5, y SCO2 en China44 y su relación con la miopía alta. En nuestro estudio, la influencia genética medida a través de la prevalencia de padres y hermanos con miopía no demostró una relación estadísticamente significativa. En el caso de los padres, se compara con un estudio realizado en China en estudiantes universitarios y sus padres, que arroja un resultado estadísticamente significativo cuando los padres presentan miopía45, sin embargo, en el caso de nuestro estudio, no presentan la misma relación. Aunque este mismo estudio no descarta la influencia de factores ambientales que podrían influir en el desarrollo de la enfermedad.
En nuestro estudio encontramos que la prevalencia de miopía era mayor cuando todos los hermanos usaban lentes, este resultado es similar al encontrado por Czepita, et al., realizado en Polonia42, quienes estudiaron 5,533 estudiantes con material y métodos muy similares a los de nuestro estudio, y obtuvieron resultados estadísticamente significativos para la relación entre la frecuencia de miopía en los estudiantes y el hecho de que sus padres o hermanos padezcan la enfermedad (p < 0.001).
Se ha estudiado en diversos países la relación que existe entre el ejercicio y el desarrollo de miopía, con resultados contradictorios11,12,46,47. En Australia46 un estudio a un grupo de estudiantes universitarios de entre 18 y 25 años no encontró una correlación importante entre el ejercicio y la cantidad del mismo con la presencia y gravedad de la miopía. Fueron los mismos resultados obtenidos en el caso de nuestro estudio, sin embargo, la muestra del estudio australiano era pequeña (27 sujetos), y esto es un factor que puede alterar los resultados. Por otra parte, un estudio longitudinal de cohorte de 2 años de duración que evaluó la actividad física como factor protector en el desarrollo de la enfermedad en Dinamarca11, con enfoque en estudiantes de medicina, concluyó que existe esta relación como factor protector. Otros estudios47 han tenido resultados similares al nuestro.
En nuestro estudio se encontró que el uso de la computadora por encima de la media (36.29 ± 26.82 h a la semana) no tuvo una relación directa con la presencia de miopía. Esto contrasta con el estudio de cohorte realizado por Fernández-Montero, et al. en 201517, en donde se evaluaron 17,217 estudiantes universitarios de España, con un uso medio de la computadora de 14.3 h/semana, y encontraron una relación entre la exposición a la computadora y el desarrollo y/o progresión de la miopía. Esto a pesar de que en nuestro estudio los estudiantes pasaron una mayor cantidad de horas utilizando la computadora que en el estudio mencionado, sin embargo, el tamaño de la muestra es muy superior al nuestro.
Algunos reportes en la literatura han documentado la relación entre el grado de escolaridad y las actividades de visión cercana, principalmente la lectura, por lo que hay múltiple evidencia que respalda al grado de escolaridad3,16, nivel socioeconómico alto48 y mayor cantidad de actividades de visión cercana49 como factores de riesgo para la miopía, no obstante, los mecanismos exactos sobre el cómo se favorece el desarrollo de esta enfermedad permanecen controversiales. En un estudio realizado en población australiana infantil, Ip, et al. encontraron que el mayor tiempo de lectura realizada a corta distancia (< 30 cm) se asoció con mayor prevalencia de miopía, incluso después de ajustarse por edad, sexo, etnia y escolaridad (p = 0.02 y p = 0.0003, respectivamente)50. En cuanto a las horas de lectura, en nuestros participantes, el 33.1% (91) se encontraban por encima de la media, que fue de 18.22 ± 15.95 h a la semana, y de forma similar, un 38.9% (107) pasaban más de 40 h frente a un aparato electrónico, considerando la lectura también de esta forma.
Se ha estudiado si las características antropométricas (peso, talla e IMC) favorecen el desarrollo de la miopía15,51-53,. En nuestro estudio no hubo una relación entre estas y la presencia de miopía, dato similar a lo reportado por otros autores51,52. Uno de de los estudios con un mayor tamaño de la muestra, realizado por Rosner, et al.51 en más de 100,000 hombres entre 17 y 19 años, encontró que la miopía no se asociaba con la talla alta ni mayor peso, dado que las personas con miopía alta tenían un IMC menor comparadas con los que sufrían de miopía moderada o no la presentaban. Igualmente. Saw SM, et al.52 estudiaron la asociación entre las medidas antropométricas de niños en China y los parámetros oculares y su refracción, y encontraron que los niños con mayor IMC tendían más a la refracción hipermetrópica. En nuestro estudio no hubo una relación entre sobrepeso/obesidad y miopía.
Nuestro estudio tiene algunas limitaciones, la más importante es la medición del defecto refractivo por autorrefractometría sin usar gotas ciclopléjicas, sin embargo, esta es una práctica usual en estudios poblacionales en adultos35, y existe controversia sobre el efecto de la acomodación en la medición no ciclopléjica de la refracción en adultos, ya que algunos estudios reportan que aun en adultos existe un error en la medición de la graduación54-56, generalmente es menor a 0.50 D56; mientras otros estudios, como el de Sanfilippo, et al.57, sugieren que en adultos de 20 años o más no es necesario realizarla, y nuestro mayor grupo de alumnos se encuentra en ese rango de edad. Por otra parte, para evaluar el efecto del uso de lentes en padres y hermanos se utilizó solo un cuestionario, por lo que podría perderse un porcentaje de pacientes, que aun y cuando tienen un error refractivo no utilizan lentes, y puede ser importante como lo reportó Bai, et al. en un estudio en China en 2014 en que se estimó que de los pacientes que necesitan lentes, el 34% no los usan58. Finalmente, el estudio solo evaluó alumnos universitarios que estudian medicina, y aunque otros estudios han demostrado tasas similares entre los alumnos de medicina35,45 y de otras carreras19,59, no es posible generalizar nuestros resultados a todo estudiante universitario.
Conclusiones
En conclusión, en este grupo de alumnos de medicina de la Universidad de Monterrey, la prevalencia de miopía basada en una refracción sin ciploplegia es más alta que en otros grupos étnicos del continente americano, y los únicos factores de riesgo asociados fueron la edad y el que todos los hermanos utilicen lentes.